(Efe) La llamada Ley del matrimonio y las uniones civiles será examinada primero por una comisión parlamentaria y se abrirá un periodo de consultas, que acabará el 23 de agosto, para que las partes interesadas puedan dar su opinión.
La presentación de esta ley por parte del gobernante Partido Nacionalista Escocés (SNP) ha sido bien acogida por todos los grupos parlamentarios, a excepción de los conservadores, que son minoría en el Parlamento de Holyrood.
El diputado del SNP Marco Biagi, que es homosexual, subrayó que la ley «debe mantener la libertad de credo para aquellas religiones que estén en desacuerdo pero también garantizarla por primera vez a las que desde hace tiempo quieren celebrar esas bodas y lo tenían prohibido».
El líder de los liberaldemócratas escoceses, Willie Rennie, deseó que el Parlamento apruebe la ley «de forma rápida y efectiva» y dijo que abrirá el camino hacia «una Escocia más justa».
La diputada conservadora Margaret Mitchell -cuya líder en el Parlamento escocés, Ruth Davidson, es gay- opinó que la institución del matrimonio debe quedar como está pues «los homosexuales ya tienen los derechos reconocidos con las uniones civiles».
El Parlamento de Londres está por su parte ultimando la tramitación de la ley que permitirá los matrimonios homosexuales en Inglaterra y Gales, introducida a instancias del Partido Conservador del primer ministro, David Cameron.