(Huffington Post/Protestante Digital) Los sociólogos de la Universidad de California, Berkeley, y la Universidad de Duke analizaron los resultados para Huffington Post, comprobando que el número de personas que no se consideran parte de una religión organizada ha aumentado drásticamente en los últimos años.
Ya en los años 1930 y 1940, el número de personas que no se identificaba con ninguna religión rondaba el 5 por ciento. Claude Fischer, uno de los investigadores con la Universidad de Berkeley, explicó que ese número había aumentado a sólo el 8 por ciento en 1990.
Pero desde entonces, el número de personas que no se consideran parte de una religión se ha incrementado hasta un 20 por ciento.
Rechazo de la religión institucionalizada
«Alrededor de 1990 comenzó el despegue de esta tendencia», dijo Fischer al Huffington Post. «Llama la atención que la tendencia de renunciar a una afiliación avanza a un ritmo regular, pero en cambio no se corresponde con el porcentaje de personas agnósticas o ateas, que no muestra una tendencia al alza semejante».
«Cuando se pregunta a la gente si pertenece a una religión, se pide una identificación del tipo yo soy católico», explicó Fischer. «La identificación es una cuestión diferente que las creencias, de si creen en Dios, o en la vida después de la muerte».
La investigación muestra que los hombres son más propensos que las mujeres a no identificarse con una religión –el 24 por ciento frente al 16 por ciento– y que los afroamericanos y latinoamericanos tienen más probabilidades de asociarse con una religión que los blancos.
Condicionamiento político
En otro sentido, se nota una diferencia clara si se agrega el condicionante político. El 40 por ciento de los liberales afirman que no tienen religión, en comparación con sólo el 9 por ciento de los conservadores.
Fischer y su colega Mike Hout, analizó datos similares hace 10 años y tienen la teoría de que el abandono de la religión organizada está directamente ligada a la política.
«Es producto de la participación de la derecha religiosa en la política estadounidense y la conexión cada vez mayor en la mentalidad estadounidense de los moderados y liberales, que piensan cada vez más que la religión es igual a la política conservadora», dijo Fischer.
Moral
«Cada vez más, las personas identifican y vinculan la religión organizada con actitudes anti-gay, el conservadurismo sexual, y toda una gama de valores sociales y culturales de esta tendencia», dijo Fischer.
El informe también mostró que aquellos que no estaban afiliados a una religión tampoco buscaban una. «Esto transmite la idea de que estas personas piensan que las organizaciones religiosas están demasiado preocupadas por el dinero y el poder, demasiado centradas en reglas y demasiado involucradas en la política», concluye Fischer.