(Luis F. Pérez/InfoCatólica*) Tal y como informábamos ayer, el obispo auxiliar electo de Linz, Gerhard Maria Wagner, se ha visto obligado a pedir a la Santa Sede que cancele su nombramiento tras la enorme polémica desatada en Austria por sus opiniones sobre Harry Potter o la homosexualidad, las cuales ya eran conocidas antes de que se hiciera público que el Papa le había elegido para ser un miembro más del episcopado austriaco.
En ese contexto los obispos diocesanos del país centroeuropeo han publicado una carta pastoral por la que aseguran a sus fieles que, aunque no discuten la libertad del Papa para nombrar obispos, vigilarán de cerca los futuros nombramientos episcopales para su país. En un texto donde no existe el menor apoyo a la persona del padre Wagner, los obispos se muestran comprensivos con los fieles que están preocupados porque el proceso de búsqueda de los candidatos para las sedes episcopales austríacas, el examen de las propuestas y las decisiones finales del Papa, sean llevadas a cabo cuidadosamente y con toda la delicadeza pastoral que sea posible, y así asegurar que los obispos sean nombrados no “contra” sino “para” una iglesia local".
El episcopado austriaco dice mantener su lealtad al Papa a la vez que pretende marcar las líneas sobre cuál ha de ser la postura de la Iglesia en temas de vital importancia. "No se trata solamente" aseguran, "de diferencias de opinión en términos de estructuras y métodos, sino últimamente de la cuestión de la identidad sacramental de la Iglesia Católica. Esto tiene que ver especialmente con la ordenación de sacerdotes y laicos en relación con el sacerdocio general de todos los bautizados". Y añaden que "sólo puede seguirse el camino pastoral que esté de acuerdo con la Iglesia en todo el mundo. En medio de todas las diferencias, este camino de la Iglesia, perseverante en la oración y en la conversación con la Iglesia universal, debe realizarse sobre la base del Concilio Vaticano II".
La doctrina católica sobre la autoridad del Papa afirma que el mismo "posee la plena y suprema potestad de jurisdicción sobre toda la Iglesia no solamente en cosas de fe y costumbres, sino también en la disciplina y gobierno de la Iglesia" (Manual de Dogmática de Ott)
