(La Voz) Unas doscientas mil personas participaron durante el día de ayer en la procesión del Cristo de la Victoria, que recorrió las principales calles del centro de la ciudad. La imagen del Nazareno salió de la Concatedral pasadas las siete de la tarde. La banda de música de la Brilat interpretó el himno de España y se formó una comitiva presidida por el alcalde de la ciudad, concejales del PSOE y PP, miembros de la Cofradía del Cristo de la Victoria, el pregonero de este año, Carlos Ortiz, y otras autoridades. Los miembros del grupo municipal del BNG no participaron oficialmente en la manifestación religiosa.
Horas antes, muchos fieles habían comenzado a realizar el recorrido procesional por su cuenta. Desde hace algunos años se está estableciendo la costumbre de que algunas personas ya cubren el recorrido durante la noche anterior, después de que se produzca el descendimiento de la talla.
El ritmo de la procesión fue más lento este año que en otras ocasiones, especialmente en el tramo de bajada de la calle Real hasta la plaza de O Berbés. En este punto, el Cristo fue recibido con el lanzamiento de una serie larga de bombas de palenque, no en vano, los habitantes de este barrio siempre han mostrado una gran devoción hacia el Cristo.
A las diez de la noche, todavía estaba la imagen de Cristo en la zona de Montero Ríos, y todavía quedaba por ascender la calle Colón, atravesar el Príncipe y enfilar hacia la Concatedral. Fue entrañable volver a ver el paso del Cristo de la Victoria por la calle peatonal. Desde 1862, la procesión empleó este recorrido, y en él, antes de que Vigo gozará de la luz eléctrica, los fieles podían admirar el foco luminoso de calcio que el alcalde Antonio López de Neira instalaba en su balcón para iluminar la efigie de Cristo.
Francisco Castro
La Cofradía del Cristo de la Victoria eligió este año al arquitecto Francisco Castro como portaestandarte de la procesión. Algo más atrasado se encontraba Manuel Sanjurjo Blein, actuando como carrero mayor. Un grupo de mujeres ataviadas con mantilla y peineta acompañaron el paso durante todo el recorrido.
Tanto antes de la salida como en diversos tramos de la misma, volvieron a estar presentes los integrantes del grupo Arcángel San Gabriel que ayudaron a mantener el orden de las hileras durante el recorrido.
La imagen del Cristo de la Victoria retornó a la Concatedral a las once de la noche, todavía acompañada por una multitud de creyentes. Durante el transcurso de la procesión, la policía local estableció un cordón de seguridad en las calles próximas para evitar problemas de tráfico en las calles empleadas. Hubo algunas personas que no pudieron salir de este cordón debido a que habían estacionado en la zona deshabilitada.
