Canarias, una de las regiones más afectadas

Cerca de un 1% de españoles están en la órbita de las sectas

La organización AIS (Atención e Investigación de Socioadicciones) ha realizado varios estudios que concluyen que entre un 0,8 y un 1% de la población española está afectada por el sectarismo. Según esta organización, en la Península hay establecidos unos 90 grupos, así como otros 40 ó 50 flotantes que también están en la misma línea. Canarias, cuna de la Cienciología, es una de las regiones más afectadas y es considerada como "nicho sectario".

(RIES) “Cazadores de mentes”. Así titulaba hace unos días el Diario de Avisos, medio español correspondiente a las Islas Canarias, un amplio reportaje del mismo tenor que el anterior andaluz. Firmado por José Luis Cámara, ofrece algunos datos y cifras sobre este fenómeno en Canarias y en toda España.

Los designios de la mente humana son inescrutables. Amparándose en esta filosófica afirmación, son muchos los que, con distintos pretextos, tratan de controlar y anular a otras personas. Así actúan las cerca de 90 sectas coercitivas que hoy día se hayan asentadas en España, de las que la mitad operan en Canarias. Para conocerlas mejor y con el fin de elaborar una radiografía actualizada, Diario de Avisos ha contactado con Miguel Perlado, psicólogo y psicoterapeuta, especialista en sectas y miembro del equipo terapéutico de Atención e Investigación de Socioadicciones (AIS). Desde su constitución en 1977, y subvencionada por el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, la Generalitat catalana y el Ayuntamiento de Barcelona, AIS centra su actividad en el tratamiento y el asesoramiento de las personas afectadas por los trastornos de dependencia grupal, provocados por grupos de manipulación psicológica o sectas coercitivas.

Según explica Miguel Perlado, AIS trabaja el tema del sectarismo como una forma adictiva sin sustancia química. "Estamos hablando de enganches adictivos a personas, a relaciones o a grupos". "Nuestro enfoque es profesional, en el sentido de poder formar profesionales para desarrollar proyectos de prevención, abrir líneas de investigación en el ámbito del sectarismo y continuar con la asistencia a miembros y familiares de sectas coercitivas, a nivel terapéutico y judicial", recalca.

Por definición, una secta coercitiva es una organización cerrada y de funcionamiento autoritario, que puede presentarse como ONG, asociación, grupo religioso, cultural, científico, político, artístico, terapéutico, etc, y en donde se exige la absoluta dedicación o devoción de sus miembros a una persona (líder), idea u objeto y en donde se aplican de forma sistemática procedimientos de control de la personalidad. La dinámica de estas organizaciones puede provocar en sus miembros una total dependencia del grupo o del líder, en detrimento de sus relaciones personales y familiares, pudiendo generar diversas alteraciones psicológicas, sociales y físicas. Estos grupos tienden a presentarse bajo diversas formas para atraer al mayor número posible de seguidores y ocultan sus verdaderos objetivos, así como información relevante que pudiera generar desconfianza en sus seguidores.

El principal objetivo de estas organizaciones se centra en la obtención de poder a distintos niveles: personal, institucional, político y económico, por citar los más relevantes. Los grupos de manipulación psicológica pueden inducir un trastorno de dependencia entre sus seguidores, con síntomas similares a los observados en otras socioadicciones o dependencias no farmacológicas, como la dependencia a Internet, entre otras.

El fenómeno del sectarismo es cambiante y evoluciona a lo largo del tiempo. Según expone Miguel Perlado, "empieza a cobrar auge en los años 60, especialmente en Estados Unidos, y los primeros grupos que se configuran tienen que ver con tendencias políticas y culturales". "Estamos hablando de grupos camaleónicos, que van adaptándose a cada época. Hoy día el lenguaje del que suelen revestirse estos grupos tiene más que ver con el crecimiento personal o las nuevas terapias, cuando hace años estaban vinculados a ovnis o discursos ufológicos". "Ahora la diversidad es más amplia, y podemos encontrar grupos de carácter religioso, político, con propuestas terapéuticas, etc. Lo que los define no es su doctrina en sí, sino las prácticas que llevan a cabo. Muchas veces lo que hacen es coger determinadas doctrinas como una forma de legitimar su discurso, de que resulte menos sospechoso a nivel social, para ir instalándose en lugares de influencia social y política y así extender sus propuestas", subraya el psicoterapeuta de AIS.

Miguel Perlado recalca que "cuando hablamos de sectas coercitivas hacemos referencia a un movimiento que exige de sus miembros una dedicación hacia una persona, idea u objeto, y que entre los mecanismos de atracción de nuevos miembros y de mantenimiento dentro del grupo emplean procedimientos de manipulación psicológica, como el control de tu tiempo, tus pensamientos, tu sexualidad, tus relaciones, etc, y siempre con consecuencias negativas sobre el individuo, la familia y la sociedad". "Estamos hablando de grupos con una estructura jerarquizada, donde encontramos un líder, que a veces pueden ser uno o varios, con unas características carismáticas y que con su discurso y su forma de ser logra arrastrar a un número importante de personas. No aceptan críticas, imponen su criterio por encima de todas las cosas, lo justifican lo indecible, y todo el mundo debe adaptarse a lo que él marca", asevera el psicólogo barcelonés.

Otro de los aspectos que se suelen identificar con el fenómeno del sectarismo es la dimensión de estafa, engaño o timo. "Aun siendo cierto esto en bastantes grupos, no hay que olvidar que lo buscan la mayor parte de las sectas coercitivas es el poder sobre las personas; tratan de imponer una idea para convencer a otros, que a su vez traerán a más personas. Generalmente, lo que buscan estos grupos es poder sobre el individuo y, por extensión, sobre la sociedad. Y el poder, por ejemplo, acaba trayendo dinero. Las personas suelen donar cantidades porque creen en un proyecto que luego resulta no ser como lo habían definido", arguye Miguel Perlado.

En Canarias no hay que olvidar lo ocurrido en 1998 con el caso de Heide Fittkau-Garthe, una psicóloga alemana que auguraba el inminente fin del mundo, y que fue detenida por la policía por presunta estafa e inducción al suicidio. Sus adeptos pagaban unas 50.000 pesetas por asistir a las sesiones de su organización, filial de la denominada Orden del Templo Solar.

Y es que cuando se habla de sectas coercitivas la primera imagen que viene a la mente es de la actividades vinculadas al sexo, las drogas o estos suicidios colectivos, según Miguel Perlado, "porque hay una connotación peyorativa muy vinculada a este fenómeno". "Pero esto es un extremo del fenómeno, porque los grupos más cercanos a nuestro entorno y los que funcionan con mayor implantación no llegan a ese tipo de prácticas delictivas punibles, sino que se mueven en ámbitos más sibilinos, cuyo principal riesgo es la manipulación psicológica".

Cifras

Existen muy pocos estudios que afinen en los números de grupos y adeptos, no sólo en España sino también a nivel europeo. "Hablamos de un fenómeno escurridizo, oculto, que es difícil de identificar; los propios grupos distorsionan las cifras de sus miembros como una forma de legitimarse", relata Perlado. AIS ha realizado dos estudios, uno en 1992 y otro en 2005, que concluyen que entre un 0,8 y un 1% de la población española está afectada por el sectarismo. Según esta organización, en la Península hay establecidos unos 90 grupos, así como otros 40 ó 50 flotantes que también están en la misma línea.

"En Canarias estaríamos hablando de unos 40 grupos bien establecidos, con ramificaciones internacionales, años de evolución, características bien conocidas, etc. También hay otra veintena de grupos cuyas prácticas son muy dudosas en términos de salud mental y que tienen muchos aspectos de sectarismo. Pero insisto en que es un fenómeno muy cambiante, porque los grupos se mueven, aparecen, desaparecen y se trasladan", denota Perlado, quien reitera que "dado que en nuestro país no existe legislación específica al respecto, parece que todo vale, y cualquier grupo que reúna unos estatutos y unas firmas ya tiene la categoría de asociación religiosa o cultural, y nadie luego realiza una inspección sobre las actividades que realiza". Por este motivo hay grupos, como la Iglesia de la Cienciología, que con el paso de los años han penetrado en el tejido social y han logrado un estatuto que les abre puertas, les da una garantía y, sobre todo, minimiza la percepción social de riesgo.

En las Islas, además del controvertido grupo de Heide Fittkau-Garthe, en el pasado también encontramos grupos como la Comuna de Análisis Accional que funcionó en La Gomera y luego dejó de estar activa tras una serie de denuncias a su líder, el austriaco Otto Muehl. Y es que hay grupos cuya vida se extingue, aunque luego puedan ramificarse en otros. Por eso no hay cifras precisas, ya que en la mayor parte de las ocasiones no tienen una estructura clara y van pululando de un lugar a otro.

Por otro lado, AIS ha detectado un fenómeno que va en aumento, como es la manipulación unipersonal; es decir, una persona que trata de tomar control sobre otra con pretextos ideológicos o de otro tipo. "Esto crea mayor dispersión del fenómeno del sectarismo y mayor dificultad a la hora de su localización", relata el psicólogo. En cualquier caso, entre los grupos establecidos en Canarias y que han generado mayor demanda asistencial en AIS, encontramos a Nueva Acrópolis, la Iglesia de la Cienciología, los Movimientos Gnósticos, Sathya Sai Baba, Aztlan, Sukyo Mahikari (que tiene una estrecha relación con la secta destructiva japonesa La Verdad Suprema, tristemente conocida por la masacre con gas en el metro de Tokio) y el Movimiento Osho. Sus adeptos están en torno a las 12.000 personas, y unas 7.500 familias del Archipiélago mantienen algún tipo de relación o se han visto afectadas por las actuaciones de alguno de estos colectivos.

Clasificación

A la hora de clasificar las sectas coercitivas, AIS basa su categorización en función de las doctrinas que sostienen. "Podemos hablar de grupos de talante religioso, de base cristiana, hinduista, budista, etc". "En función de cada tradición pueden crearse sectas coercitivas que asumen principios vinculados a estas religiones", expone el miembro de la entidad catalana. Otro gran grupo serían las de carácter terapéutico-curativo, cuyas propuestas son variadas y pueden ir desde el crecimiento personal a las nuevas terapias, vinculadas a nociones que tienen que ver con la nueva era, las energías, etc.

Una tercera gran familia de estas sectas coercitivas serían las que tienen un talante más ocultista o esotérico, cuyas prácticas van dirigidas a esas actividades. También hay otra gran categoría que serían grupos de carácter ufológico, contactista, que esperan platillos voladores, etc. Por último, otra categoría que menciona AIS es aquella que tiene que ver con el satanismo. "Éste es un fenómeno más difícil de precisar, porque no todo grupo que se define como satánico es una secta coercitiva y a veces son grupúsculos más bien pequeños y que en su dinámica hay más bien un aprovechamiento de tipo sexual o de consumo de drogas". Esta clasificación, en cualquier caso, es como un "cajón de sastre", porque bajo cualquier pretexto pueden encontrarse propuestas muy dudosas. "Hay grupos sincréticos, que lo que hacen es cortar y pegar de distintas tradiciones y teorías, y que establecen propuestas sui generis que no tienen una fundamentación ni principios claros". Todo vale con tal de cazar una mente.

El Archipiélago, germen de la Cienciología y ’nicho’ sectario

Junto con el Levante peninsular, Canarias es un lugar escogido para muchas de las sectas coercitivas que operan en nuestro país. En 2006, la Brigada Provincial de Información de la Policía Nacional revelaba la existencia de 31 sectas que actuaban en el Archipiélago. La propia Policía hizo su clasificación, donde destacó principalmente a los grupos satánicos, considerados los más peligrosos. En aquellas fechas, el informe citaba a tres de estos grupos, seguidos por unos 120 adeptos. Luego hablaba de las consideradas milenaristas-apocalípticas, entre las que se hallaba el grupo liderado por Heide Fittkau-Garthe, que preconizan un cataclismo mundial próximo, en referencia a las Apocalipsis de San Juan o la doctrina hinduista de los ciclos. El número de adeptos superaba el millar. Le siguen los grupos Gnósticos o de Nueva Era, formados en Canarias por unas 1.200 personas. Junto a éstos, los movimientos evangélicos y pseudocatólicos también tenían su sitio en aquel informe policial. Su número superaba los 3.000 seguidores.

El documento hacía mención especial a la Iglesia de la Cienciología, cuyo número ascendía entonces a 8.000 adeptos. Y es que la vinculación de este grupo con las Islas es especial. No en vano, su fundador, Ronald Hubbard, dio forma a la doctrina de la Cienciología tras una serie de visitas al Archipiélago entre 1965 y 1967. Aquí fundó la Organización del Mar, cuyas tradiciones siguen manteniéndose, aunque debido a su crecimiento pasaron a actuar desde bases en tierra, según él mismo explica

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