«Los estereotipos episcopales que se difunden nada tienen que ver con la realidad»

Monseñor Munilla: «La gracia sana nuestras heridas»

Era el párroco de un pequeño pueblo de Guipúzcoa y se convirtió en el obispo más joven de España. Monseñor José Ignacio Munilla, obispo de Palencia, asegura en una entrevista a La Razón que «los estereotipos que se difunden del Episcopado nada tienen que ver con la realidad». Munilla representa al sector de los obispos más jóvenes y carismáticos de la Iglesia en España.

(Alex Navajas/La Razón) Era el párroco de un pequeño pueblo de Guipúzcoa y se convirtió en el obispo más joven de España. Monseñor José Ignacio Munilla, obispo de Palencia, asegura en una entrevista a La Razón que «los estereotipos que se difunden del Episcopado nada tienen que ver con la realidad». Munilla representa al sector de los obispos más jóvenes y carismáticos de la Iglesia en España.

- «Si Dios me quiere, ¿quién soy yo para despreciarme?», afirma usted en una de sus últimas cartas pastorales. ¿Los católicos deberían ir menos al psicólogo y más al sagrario?

- Con demasiada ligereza, hemos asumido toda una serie de postulados más ideológicos que evangélicos: «Primero hay que ser persona y luego cristiano», «las virtudes naturales son previas a las sobrenaturales», etc. Sin embargo, es la experiencia del amor gratuito e incondicional de Dios la que nos lleva a descubrir la dignidad de la persona humana. La gracia de Dios no suple la naturaleza, ciertamente, pero es la única que puede sanar nuestras heridas.

- «Frente a los tópicos contra la Iglesia: paciencia y razones», ha escrito en otra de sus cartas. ¿Por qué, según las encuestas, la Iglesia es la institución peor valorada en España?

- En algunas de esas mismas encuestas se ha constatado otro dato importante: cuanto mayor es la distancia y el desconocimiento de la vida real de la Iglesia, peor valorada resulta ésta, y viceversa. Es imposible juzgar -y menos aún, amar- lo que no se conoce. Yo creo que en el seno de la Iglesia hay suficiente luz como para que los que buscan a Dios lo encuentren; de la misma forma que hay suficientes miserias como para que los que buscan justificar su increencia puedan hacerlo. Como decía el filósofo Robert Spaemann: «Muchas cosas en la Iglesia que escandalizan a la gente no son en absoluto el verdadero motivo de escándalo. Por el contrario, la gente se escandaliza porque antes se había alejado de la fe».

- Uno de esos tópicos, afirma usted, es el de que «la Iglesia vive a costa del dinero público»...

- Jesús nos dijo que «no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha» (Mt 6, 3), y desde ese estilo evangélico, la Iglesia -a diferencia de las instituciones públicas- no es muy dada a publicitar sus obras. Sin embargo, hemos conocido recientemente algunos cálculos económicos que cifran en 36.000 millones de euros anuales el ahorro que la obra social de la Iglesia supone para el Estado español (colegios, hospitales, residencias de ancianos, centros de reeducación para personas marginadas, Cáritas, etc.).

- Parece ser que los obispos «descienden a la arena» más de lo que algunos suponen.

- Estoy convencido de ello. Los estereotipos episcopales que se difunden nada tienen que ver con la realidad. Nos esforzamos en acompañar a nuestros sacerdotes y religiosos, nos encontramos con los jóvenes, visitamos a los ancianos? Por ejemplo, acabamos de poner en marcha desde el Departamento de Juventud de la CEE una web dirigida a los jóvenes que participarán en el Encuentro Mundial de la Juventud: www.pastoraljuvenil.es

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