Propone la Cuba castrista como modelo económico

Un libro de EpC parodia a Dios y la Iglesia

Esta vez un libro para alumnos de 4º de ESO (15 años) editado por Akal ha desatado la crítica de asociaciones de objetores y padres por su «claro carácter adoctrinador». El manual, del que son autores Carlos y Pedro Fernández Liria y Luis Alegre, a la venta al precio de 22 euros, arremete contra la doctrina moral de la Iglesia católica, parodia la elección del Papa, critica el capitalismo, propone a Cuba como modelo económico y trata como innegociable el derecho al aborto, todo ello ilustrado con abundantes viñetas cargadas de expresiones soeces, según ha denunciado la asociación Educación y Persona.

(Rocío Ruiz/La Razón) El contenido de los manuales de Educación para la Ciudadanía (EpC) vuelve a estar en el centro de la polémica. Esta vez un libro para alumnos de 4º de ESO (15 años) editado por Akal ha desatado la crítica de asociaciones de objetores y padres por su «claro carácter adoctrinador». La editorial dice que en el manual, a la venta al precio de 22 euros, se aborda la asignatura «desde una perspectiva radicalmente nueva». Sus autores, Carlos y Pedro Fernández Liria y Luis Alegre, arremeten contra la doctrina moral de la Iglesia católica, parodia la elección del Papa, critica el capitalismo, propone a Cuba como modelo económico y trata como innegociable el derecho al aborto, todo ello ilustrado con abundantes viñetas cargadas de expresiones soeces, según ha denunciado la asociación Educación y Persona.

Así, por ejemplo, el manual hace un ataque frontal a la Iglesia en párrafos como el siguiente: «Resulta sorprendente que (...) algunos sectores de la Iglesia parezcan dispuestos a agotar todas sus fuerzas en combatir las leyes civiles que legitiman la unión entre personas del mismo sexo, las leyes que reconocen a las mujeres el derecho a interrumpir el embarazo o las que permiten el libre uso de anticonceptivos en las relaciones sexuales. Afortunadamente, no tenemos que anteponer sus enseñanzas a las de Jesucristo (página 175, tema: Problemas sociales en el mundo actual».

Pero este no es el único párrafo en el que se carga contra la Iglesia; en otro apartado puede leerse: «La Iglesia se ha movilizado en contra de que esta asignatura de Educación para la Ciudadanía hablase siquiera de que existen opciones sexuales diferentes a las sancionadas por ellos. Han intentado ocupar el lugar de las leyes tratando de llenarlo con sus dioses y sus templos» (página 232, tema: «Teorías éticas y derechos humanos»).

El texto viene ilustrado con viñetas en las que se parodia la creencia en Dios o distintas expresiones religiosas. Así, una de las ilustraciones representa a un hombre y una mujer cayendo al vacío con el título: «La expulsión de Adán y Eva del paraíso». El hombre dice: «Ya te lo advertí, Eva, que eso de que pensásemos no le iba a hacer ni una pizca de gracia al viejo» (página 234, bloque 6, «Igualdad entre hombres y Mujeres»). En el libro, en el que se asegura que se aborda la asignatura «desde una perspectiva radicalmente nueva que ofrece numerosas posibilidades para la autocrítica y la reflexión», también se defiende la libertad de la mujer a disponer de su cuerpo sin cortapisas de ningún tipo: «El derecho debe garantizar que cada uno pueda hacer con su sexo, su vida o su propiedad lo que quiera».

Educación y Persona ha denunciado el marcado enfoque anti capitalista del texto: «La mayor amenaza que ha pesado nunca sobre la pervivencia de la familia la constituye precisamente el capitalismo». Además, propone a Cuba como modelo económico: «Hay sólo un país en el mundo que tiene un desarrollo aceptable y universalizable a la vez: Cuba.

Fernando López Luengo, vicepresidente de Educación y Persona y catedrático en Filosofía, asegura que «da mucho que pensar que el único país "sostenible" del mundo sea un país socialista». Además, denunció «la forma en la que algunos libros colaboran con el adoctrinamiento de los menores», aunque también reconoció que «la mayor parte de las editoriales han eludido los temas escabrosos saltándose los contenidos mínimos obligatorios». Pero ante todo cree que «el Estado no es quien para entrar en la "ética personal" de mis hijos».

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