(EP) Así lo manifiesta el obispo en su carta semanal en la que alude a la frase de Simone de Beauvoir (1908-1986), pareja de Jean Paul Sartre: «Mujer no se nace, sino que se hace», que, a su juicio, «expresa que el sexo es aquello que uno decide ser», de modo que «ya no valdrían las ecografías que detectan el sexo de la persona antes de nacer».
De este modo, lamenta que aunque la ecografía diga «claramente que es niña, lo que vale es lo que el sujeto decida», de manera que «si quiere ser varón, puede serlo, aunque haya nacido mujer» y viceversa, a lo que agrega que «al servicio de esta ideología existen una serie de programas formativos, médicos o escolares, que tratan de hacer tragar esta ideología a todo el mundo, haciendo un daño tremendo en la conciencia de los niños, adolescentes y jóvenes».
En este sentido, considera que «la ideología de género no respeta para nada la propia naturaleza en la que Dios ha inscrito sus huellas: soy varón, soy mujer, por naturaleza. Lo acepto y lo vivo gozosamente y con gratitud al Creador». Y es que, «relacionar con la naturaleza, y por tanto con Dios, mi identidad sexual es una esclavitud de la que la persona tiene que liberarse», según esta ideología «equivocada», como subraya monseñor.
Feminismo radical en las escuelas
Asimismo, el obispo apunta que de esta ideología viene «un cierto feminismo radical, que rompe con Dios y con la propia naturaleza, tal como Dios la ha hecho». Un feminismo, según él, que «se va extendiendo implacablemente, incluso en las escuelas». Además, Fernández indica que «la iglesia católica es odiada por los promotores de la ideología de género, precisamente porque se opone rotundamente a esto».
Valor de la familia
Y, sin embargo, agrega, «una de las realidades más bonitas de la vida es la familia», según su «estructura originaria, donde existe un padre y una madre, porque hay un varón y una mujer, iguales en dignidad, distintos y complementarios», e igualmente «donde hay hijos, que brotan naturalmente del abrazo amoroso de los padres», a lo que añade que «Dios quiere el bien del hombre, y por eso ha inventado la familia».
Así, aunque la ideología de género «intenta destruir» a la familia, «la fuerza de la naturaleza y de la gracia es más potente que la fuerza del mal y de la muerte». Por ello, considera que «la familia necesita la redención de Cristo, porque Herodes sigue vivo, y no sólo mata inocentes en el seno materno, sino que intenta mentalizar a nuestros niños, adolescentes y jóvenes con esta ideología, queriendo hacerles ver que hay otros tipos de familia».
Entretanto, el obispo cordobés cree que «es ocasión para pedir por las familias que atraviesan dificultades, para echar una mano a la familia que tengo cerca y cuyas necesidades no son sólo materiales, sino a veces de sufrimientos por conflictos de todo tipo», al tiempo que asevera que «sólo en la familia, tal como Dios la ha instituido, encuentra el hombre su pleno desarrollo personal y, por tanto, la felicidad de su corazón». Para Fernández, «en la familia está el futuro de la humanidad, en la familia que responde al plan de Dios».