El cardenal húngaro torturado por comunistas es recordado 50 años después de su muerte
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Como ejemplo de valentía pastoral

El cardenal húngaro torturado por comunistas es recordado 50 años después de su muerte

Hace 50 años falleció en el exilio el cardenal József Mindszenty, figura emblemática de la resistencia católica frente al nazismo y al comunismo.

(CNA/InfoCatólica) Líderes de la Iglesia húngara se reunieron recientemente en Roma para conmemorar al venerable cardenal József Mindszenty, el prelado perseguido que murió en el exilio hace medio siglo y que se convirtió en un símbolo duradero de resistencia frente a los regímenes totalitarios.

«Roma y la patria: esas son las dos estrellas, y dos metas, que también me indican el camino a seguir». Esta frase de Mindszenty aparece en una exposición abierta en la Academia Húngara de Roma, que subraya la fidelidad del cardenal tanto a la Santa Sede como a su nación durante los años de represión en Europa Central.

Mindszenty fue encarcelado bajo distintos regímenes en Hungría. Ejerció como obispo de Veszprém durante la Segunda Guerra Mundial y más tarde fue nombrado arzobispo de Esztergom, antes de ser creado cardenal. Tras la llegada del comunismo al poder en 1948, fue arrestado acusado de «actividad antigubernamental», torturado y encarcelado.

«Antes de su arresto en 1948, buscó naturalmente el contacto con otros prelados de los países vecinos sometidos al comunismo», explicó el cardenal Péter Erdő, arzobispo de Esztergom-Budapest, en declaraciones a la agencia CNA.

Erdő citó a los cardenales Josef Beran, de Praga; Stefan Wyszyński, de Cracovia; y al beato Aloysius Stepinac, de Zagreb, como parte de lo que definió como una «gran sinfonía» de liderazgo episcopal en tiempos de persecución.

«Por eso, el papa Pío XII, en una carta solemne, mencionó a todos estos testigos de la fe. Fue una expresión poderosa que reconocía su testimonio», añadió Erdő.

«Testigos de la fe, rayos de esperanza»

La Embajada de Hungría ante la Santa Sede rindió homenaje a Mindszenty con un acto titulado «Testigos de la fe, rayos de esperanza», celebrado en el marco del Jubileo 2025, cuyo lema es «Peregrinos de la esperanza».

«No es casualidad que este homenaje se inscriba en el contexto del jubileo», señaló el cardenal Marcello Semeraro, prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos. «El cardenal Mindszenty honró la dignidad del cardenalato con su vida y su disposición al sacrificio».

«Fue encarcelado tanto por el nazismo como por el comunismo. Eso demuestra que se mantuvo firme y desafió las corrientes dominantes», afirmó Eduard Habsburg-Lothringen, embajador de Hungría ante la Santa Sede, quien reveló además que conserva una reliquia del cardenal.

Durante la insurrección húngara de 1956, Mindszenty fue liberado y se refugió en la embajada de Estados Unidos en Budapest, donde permaneció quince años. En 1971 obtuvo permiso para salir del país y comenzó a viajar con frecuencia, especialmente para visitar comunidades húngaras en la diáspora, entre ellas las de Estados Unidos.

«Después del aislamiento forzado, poder encontrarme con las personas y vivir mi vocación en el compromiso activo me devolvió la alegría», expresó en una ocasión el cardenal. Falleció en el exilio en Viena (Austria) en 1975.

¿Anticomunista o buen pastor?

Aunque algunos críticos lo consideraron excesivamente político por su firme oposición al comunismo, los obispos húngaros destacaron sobre todo su profunda vocación pastoral.

«Fue un buen pastor que, sin levantar la voz, habló con claridad contra el comunismo», declaró monseñor György Udvardy, obispo de Veszprém, en declaraciones a CNA. Erdő y Udvardy, que participaron en la conmemoración en Roma, recordaron que el cardenal ha sido declarado venerable, reconocimiento de la Iglesia a sus virtudes heroicas.

«La historia es compleja, pero rezamos por su beatificación», añadió Udvardy.

Durante sus años de exilio, Mindszenty mostró su desacuerdo con la decisión del papa san Pablo VI de declarar vacante la archidiócesis de Esztergom.

No obstante, el cardenal Erdő aclaró: «Los medios exageraron aquel desacuerdo. Nunca fue desobediente. Una vez que el Santo Padre tomó su decisión, el cardenal Mindszenty la aceptó con obediencia y sin resistencia».

Una de las vitrinas de la exposición presenta una de sus frases más recordadas: «Pase lo que pase, nunca creas que un sacerdote puede ser enemigo de sus fieles. El sacerdote pertenece a todas las familias, y vosotros pertenecéis a la gran familia de vuestro pastor».

6 comentarios

Giacomo Arlecchi
Que hombre excepcional Dios mio! Que desastre y calamidad da ver al deslucido colegio cardenalicio actual.
26/10/25 6:50 PM
miguel 3
Leí las memorias del cardenal József Mindszenty, me impresionaron su martirio en vida, años preso y luego asilado en la Embajada de Estados Unidos por quince más. En esas memorias cuenta como Hungría, caida en el comunismo va cambiando, comenta de la educación, etc, etc; para leerlo.
Luego viene lo del modus vivendi, Paulo VI y Nixon quieren enfriar las relaciones con el bloque del Este y el Cardenal era un estorbo, en la embajada lo pusieron en el peor cuarto y en Vaticano comenzó a presionar para que salga y a prometerle cosas que nunca cumplieron; está todo escrito en las memorias. Un martir de su tiempo.
26/10/25 9:44 PM
Cristián Yáñez Durán
Un santo varón, víctima del marxismo y de la vergonzosa ostpolitik de Paulo VI.
27/10/25 1:03 AM
Jordi
Anticomunista y proactivamente anticomunista como los profetas que denunciaban al pueblo, la élite religiosa y aristocrática y al rey a viva voz en medio de la plaza con parresía y martirio:

¿Cómo no es canonizado, no beatificado, ya hoy?

¿Tienen miedo de su modelo de denuncia profética?

¡Qué diferencia de estos pastores dormidos, perros mudos y centinelas jugando que tenemos hoy, tanto en Roma, las diócesis y las órdenes, son la nada que nadea!
27/10/25 3:31 PM
María de África
El Cardenal Mindszenty cubre toda mi infancia, en casa venga a rezar por él, y eso suponiendo que mi abuelo supiera dónde está Hungría. En 1956, cuando el Levantamiento Húngaro todo el día pegados a la radio y mi padre discutiendo con mi madre, la cual creía que fue un levantamiento católico y mi padre diciéndole que era un levantamiento nacionalista en el que participaron católicos y no católicos, y mientras tanto la radio dale que te pego con la Rapsodia nº 2 de Liszt mientras radio Budapest decía: "Los soviéticos están entrando en Budapest, acudid a salvarnos". Y yo, con doce años, mordiéndome los puñitos. ¡Qué recuerdos!
27/10/25 5:16 PM
Mariano
Tengo un recuerdo muy vivo de aquellos años de mi adolescencia,en los que los nombres de Mindszenty,Wiszinsky y Stepinak representaban la verdadera oposición a los comunistas,Tres gigantes del heroísmo y la resistencia frente a aquel régimen de terror.
Hoy también hay héroes de la fe,ante un mundo disoluto,descreído y anticristiano.
27/10/25 9:54 PM

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