(CNA/InfoCatólica) Los canadienses acudieron a las urnas el lunes y eligieron al Partido Liberal para continuar en el poder, haciendo de su líder, Mark Carney, el nuevo primer ministro del país tras una reñida contienda con el conservador Pierre Poilievre. La política arancelaria de la administración Trump y el contexto económico fueron ejes centrales de la campaña.
La cadena pública Canadian Broadcasting Corporation (CBC) proyectó la victoria de Carney apenas quince minutos después del cierre de los colegios electorales, según informó Associated Press. Se trata de un giro inesperado, ya que el Partido Liberal no partía como favorito tras los más de nueve años de gobierno de Justin Trudeau, quien dimitió el mes pasado.
Carney asumió interinamente el cargo tras la renuncia de Trudeau y, tras esta victoria, continuará como primer ministro. Según datos de la BBC, el Partido Liberal habría obtenido 168 escaños, quedándose a cuatro de la mayoría absoluta, fijada en 172.
A pesar de declararse católico practicante, Carney manifestó durante la campaña su apoyo sin reservas al aborto. «Mi fe no me lleva a interferir en el derecho de una mujer a decidir», declaró, subrayando que defiende este derecho «absolutamente, sin reservas». Pierre Poilievre, por su parte, afirmó que su partido no impulsaría legislación alguna para restringir el aborto.
En vísperas de las elecciones, el presidente de la Conferencia Episcopal Canadiense, monseñor William McGrattan, señaló en declaraciones a EWTN News que esta actitud refleja el «desconcierto» existente entre muchos políticos que afirman vivir conforme a su fe, pero adoptan posturas contrarias a la misma en temas fundamentales. Además indicó que no debería acercarse a comulgar y, en ese caso, no se le podría permitir hacerlo.
En un comunicado difundido antes de los comicios, los obispos recordaron que «existen numerosas cuestiones que los católicos estamos llamados a considerar a fondo al votar. Entre ellas, el derecho fundamental a la vida —desde la concepción hasta la muerte natural—, un derecho que hoy se ve socavado por la falta de protección legal para los no nacidos, la ampliación del acceso a la eutanasia y la escasa atención paliativa al final de la vida».
Sobre la eutanasia, conocida en Canadá como MAID (Medical Assistance in Dying), McGrattan declaró a EWTN News que «queremos que los políticos comprendan que no deseamos una ampliación de la elegibilidad, e incluso consideramos que deberían derogarse algunas de las leyes vigentes».
Durante la campaña, Carney evitó pronunciarse sobre el suicidio asistido. Poilievre, por su parte, indicó que no limitaría ni ampliaría el acceso a esta práctica.
Ningún candidato era provida
«Ninguno de estos líderes está dispuesto a defender el derecho a la vida», afirmó Matthew Wojciechowski, vicepresidente de Campaign Life Coalition. Wojciechowski animó a los votantes católicos a centrarse en los candidatos de sus circunscripciones, recordando que algunos diputados conservadores sí mantienen posturas provida.
Tras la dimisión de Trudeau en plena crisis económica, las encuestas auguraban una victoria conservadora. Sin embargo, el Partido Liberal logró remontar, favorecido por el rechazo a las políticas arancelarias impulsadas desde Washington y por el creciente malestar ante propuestas como la de convertir a Canadá en el 51.º estado de Estados Unidos.