(InfoCatólica) En lo que parece un claro intento de presionar para que una futura reforma de la ley del aborto impida la actividad de aquellos que quieren evitar que se mate a seres humanos no nacidos, el abogado de ACAI asegura en la entrevista concedida La Marea que los grupos provida acosan a las mujeres que van a abortar, sin que ellas tengan otra opción que ir a presentar una denuncia tras salir de la clínica donde se han desecho de su hijo no nacido.
Bosch asegura que «en España hay acoso desde que se despenalizó el aborto» añade que «hemos notado una intensificación, sí: cada vez hay más acoso y cada vez en más clínicas.
En cuanto al perfil de los supuestos acosadores, el abogado indica que «últimamente, llama la atención que la edad media de los acosadores ha bajado, hay gente bastante más joven. Además, a las campañas antiabortistas ‘autóctonas’ –el 28 de diciembre por el Día de los Santos Inocentes y los 40 días de cuaresma– ahora se ha unido una campaña yankee: 40 días por la vida».
Lo cierto es que 40 Días por la vida no es una iniciativa reciente. Lleva años celebrándose en España, como en el resto del mundo, y ha conseguido salvar miles de vidas que, de lo contrario, habrían acabado en el cubo de desechos orgánicos de las clínicas abortistas o, en el caso de EE.UU, como material biológico de compra y venta.
El abogado de ACAI describe lo que hacen cerca de sus centros:
«En las puertas de las clínicas hay personas con distintas conductas: algunas están simplemente rezando, otras reparten publicidad, a veces con datos falsos, y también las hay que gritan «asesinas» a las mujeres. Imagínate entrar en una clínica y que alguien te grite que eres una asesina. En la Clínica Dator de Madrid [una de las más afectadas por el acoso], ponen ataúdes en la puerta»
Quieren una zona de seguridad
Para evitar lo que llama acoso a las mujeres que van a abortar, José Antonio Bosch propone crear una zona de seguridad:
En Francia optaron por una solución fuerte: modificar el Código Penal e incluir como nuevo delito todo aquel acto que obstaculizara, impidiera, coartara o intimidara a las mujeres que iban a practicar un aborto. También la difusión de información falsa. Es una solución dura en el sentido de que convierte esta actuación en un delito. También es compleja: tienes que modificar el Código Penal.
Sin embargo, hay otras opciones más fáciles. Por ejemplo, establecer una zona de seguridad. Así no se restringe ningún derecho pero quien lo ejerza debe hacerlo a una determinada distancia, de manera que no se pueda repartir folletos o acosar en las puertas de las clínicas.