(ACI/InfoCatólica) La Sábana Santa de Turín y el Sudario de Oviedo no solo envolvieron a la misma persona, sino que ésta además “sufrió una herida” en uno de sus costados cuando ya era un cadáver, lo que concuerda con el Evangelio de San Juan cuando relata el momento en que un centurión romano atravesó el costado de Cristo, informó la Universidad Católica de Murcia (España).
La Universidad Católica de Murcia (UCAM), indicó este 31 de marzo que a esta conclusión llegó el estudio médico-forense dirigido por Alfonso Sánchez Hermosilla, investigador de este centro de estudios.
Sánchez Hermosilla es médico forense del Instituto de Medicina Legal de Murcia, director del Equipo de Investigación del Centro Español de Sindonología (EDICES) y asesor científico del Centro de Internacional de Sindonología de Turín.
El estudio fue «realizado conjuntamente sobre el Sudario de Oviedo y la Síndone de Turín» y «no solo reafirma que ambas prendas envolvieron a la misma persona, sino que además ésta, cuando ya era cadáver y estando en posición vertical, sufrió una herida penetrante que le atravesaría el hemitórax derecho, con entrada por el quinto espacio intercostal y salida por el cuarto, próxima a la columna vertebral y la escápula derecha, dejando marcas de coágulos de sangre y de líquido pleuro-pericárdico en ambas prendas (en la síndone por su contacto con los orificios de entrada y salida, y en el sudario con el de salida)».
Esto, indicó la UCAM, «concuerda con lo reflejado en el Evangelio de Juan, que en el Capítulo 19, Versículos 33-34 recoge: ‘pero cuando llegaron a Jesús, como vieron que ya estaba muerto, no le quebraron las piernas; pero uno de los soldados le traspasó el costado con una lanza, y al momento salió sangre y agua’».
Para llegar a esta conclusión se realizaron «estudios antropométricos, criminalísticos, anatómicos y anatomo-patológicos de la Síndone y el Sudario». «Sus resultados suponen nuevos avances del equipo de investigación de la UCAM que viene estudiando el Sudario de Oviedo y que ya anteriormente encontró otras evidencias de que ambas prendas envolvieron a la misma persona», indicó en su sitio web.
La UCAM informó que se hicieron «estudios de la sangre, presencia de pólenes, conservación del material textil (lino) y determinación de contaminantes orgánicos e inorgánicos».
«Las manchas de sangre en las que hemos trabajado siempre han estado ahí, pero nadie las había estudiado, y son las únicas de esas características. Hasta el momento se habían atribuido a marcas ocasionadas por heridas de flagelación», señaló por su parte Sánchez Hermosilla.
En ese sentido, la universidad explicó que «las manchas advertidas por los investigadores y en las que se centra el estudio comparten características comunes y son muy diferentes del resto, tanto por su morfología y complejidad tras su análisis macroscópico, con una alta concentración hemática en el centro y un cerco más claro y perfilado».
«Esta mancha además se vuelve invisible si se observa bajo un filtro infrarrojo, como es habitual en las manchas ocasionadas por sangre cadavérica, al contrario de lo que ocurre con la sangre vital (…). Solo hay en el Sudario otra mancha de similares características, denominada “Mancha en acordeón”, atribuida al mismo origen maculante y consecuencia de haberse plegado el tejido varias veces en forma de ‘presilla’, quedando sobre el anverso de la gran mancha central», añadió.
La UCAM informó que el estudio describe con detalle «los tejidos y órganos que atravesó el objeto punzante en su hipotética trayectoria» y avala «la hipótesis de que quien administró este “golpe de gracia” tenía experiencia, pues al colocar la hoja del arma en posición horizontal podía evitar fácilmente las costillas, sin tener que intentarlo en varias ocasiones, algo que aparentemente no ocurrió, pues no aparecen lo que se denomina en la Medicina Forense “lesiones de tanteo”».
La universidad recordó que «anteriormente a este nuevo hallazgo, y también en el marco de esta investigación, se descubrió en el Sudario de Oviedo un grano de polen de una planta que, según la palinóloga del EDICES, Marzia Boi, es compatible con la especie botánica Helicrysum Sp., también identificado en la Sábana Santa (Síndone de Turín)».
«En la misma, se descartó que se tratara de una contaminación posterior, ya que se encuentra adherido a la sangre; es decir, que llegó a la reliquia a la misma vez que la sangre, no de forma aleatoria», afirmó.
El equipo liderado por Sánchez Hermosilla estuvo formado por Jesús García Iglesias, catedrático de Minas en la Universidad de Oviedo, así como los miembros del EDICES Marzia Boi, palinóloga y bióloga; Juan Manuel Miñarro, catedrático en el Área de Escultura de la Universidad de Sevilla; Antonio Gómez Gómez y Felipe Montero Ortego.