Non sine magno detrimento
A nivel intelectual, la actual crisis en el pensamiento católico tiene sus raíces en el abandono de la filosofía y la teología de Santo Tomás de Aquino.
Por supuesto que hoy día la crisis va más allá de lo filosófico y teológico; se trata de una verdadera crisis de fe en muchos llamados teólogos católicos, que ha encontrado campo propicio en la renuncia de muchos Obispos a ejercer su rol de guardianes de la sana doctrina en la Iglesia. Paradójicamente, cuando en el Concilio Vaticano II se acababa de subrayar la colegialidad y la corresponsabilidad episcopal.
Pero un componente intelectual importante, sin duda, de la crisis, es el abandono de la filosofía, y por tanto, de la teología, de Santo Tomás.
Para entender este aspecto de la crisis actual, hay que tener presente que la relación entre la filosofía cristiana y la filosofía moderna se reduce, esencialmente, a la relación entre el realismo y el idealismo filosóficos.
Dicho en forma muy rápida, para el realismo, la realidad que conozco es independiente de mi conocimiento y anterior a él. No depende por tanto, de mí, sino que yo dependo finalmente de ella. El origen de las cosas, y por tanto, de mí mismo, está fuera de mí. El realismo desemboca lógicamente en el creacionismo y en el monoteísmo.