O sea: ¿tampoco hay que hablar del infierno...?

El ínclito cardenal Marx, tan de buen ver como inteligente y/o viceversa, se tira de la moto -una alemana, supongo, para hacer patria-, o es “la voz de su amo", con lo siguiente: “Allí donde alguien siembre el miedo -al infierno o a cualquier otra cosa- el Evangelio no puede tener efecto”.

Vale. Pero esto, ¿que recorrido tiene? Dicho de otro modo, y sin que este hombre haya explicado o acotado su sentido, ¿para qué sirve? ¿Jesús dice algo de esto -o parecido- en su Evangelio? ¿Acaso pretende este buen sr. cardenal que el Evangelio solo “tiene efecto” CUANDO SE OCULTA EL EVANGELIO?

Porque no hablar del infierno -al que, por cierto y por boca de Jesucristo, hay que TEMER- es ocultar el Evangelio… tapándole la boca al mismo Dios. E, intelectualmente, viene a ser algo así como que “una fachada solo queda bien pintada cuando no se pinta". O, “uno aprende bien matemáticas cuando no se le enseñan". Más o menos o por el estilo.

Lo que nos lleva a la pregunta definita, pero necesaria: ¿estos DEMOLEDORES de la Iglesia -de la Fe y de la propia Obra de Jesucristo- van a dejar al final algo en pie? ¿O pretenden derribarlo absolutamente todo para que no quede “piedra sobre piedra”?

Expresión, no hay que olvidarlo, que Jesús aplica al Templo judío como icono visible de hasta qué punto Dios los había reprobado por no quererle acoger, recibir y reconocer en su Hijo Amado: máxime después de haber visto sus obras, “obras como de Hijo de Dios“.

Vamos a intentar poner las cosas en su sitio, para dar a todas las almas en su Iglesia la SEGURIDAD y la PAZ que Cristo nos ha traído, y que son la garantía y el certificado de Dios -su primerísima Providencia-, para los que creemos en Él. Que nos lo paga -"es buen pagador": no lo hay mejor-, como se ve y se experimenta, inmediatamente así.

Cristo no ha venido a traernos el MIEDO, y menos a Dios mismo. Todo lo contrario: Cristo ha venido para SALVARNOS; y, por tanto, para quitarnos todos los miedos habidos y por haber que suelen acompañar necesariamente nuestro caminar terreno.

De entrada, y como primer don, el que más miedo daba a los hombres -porque los hombres SIEMPRE han creído en un dios: los ateos son muy “modernos” (de ayer mismo) para lo que es la historia de la Humanidad-: ¡el MIEDO a DIOS… y a “SUS VENGANZAS"! Porque los DIOSES -falsos por definición- son pero que MUY VENGATIVOS.

Por cierto, tanto más pavor producían al personal cuanto más “falso", por “inventado", era su dios; o sus dioses: que no hacían sino multiplicar los miedos: a tanto por dios. Nos bastaría acudir al expediente de los SACRIFICIOS HUMANOS, que se han dado por tantas partes del mundo en los cinco continentes, para certificarnos de ello. Amén, la FATALIDAD que instalaban en cuerpos y almas

Un monumento a la crueldad “de los falsos dioses” fue, comprobado por la Historia y atestiguado por los descubridores de América, los miles y miles de sacrificios humanos con que se les “aplacaba", en Méjico, y tantos otros sitios.

De hecho, una de las causas de la intensidad y la velocidad que adquirieron las CONVERSIONES de los indios en toda América, también en lo que hoy es EEUU y Canadá, fue la predicación del “¡único y verdadero Dios que, en Jesús, muere, Él, por todos nosotros!". Y la prohibición absoluta de los sacrificios humanos y del canibalismo. Aparte el infundir en las relaciones humanas, empezando por la familia y la mujer, la CARIDAD que Cristo nos había traído y dado como “seña de identidad".

Cristo, el rostro visible del Dios invisible, viene a mostrarnos -para que lo podamos “ver"- que el ROSTRO de DIOS es AMOR. Y lo demuestra “por Él, con Él y en Él", como rezamos -y lo “actualizamos"- cada dia en la Santa Misa, con la Consagración.

Por eso, a Dios -Padre, Hijo y Espíritu Santo-, tras la venida de Cristo, no tenemos que “aplacarlo", sino que tenemos que QUERERLE: Amarás a Dios sobre todas las cosas“. Así lo hemos aprendido -así nos lo ha enseñado el mismo Dios, entregándonos SUS Mandamientos-, y así debemos esforzarnos en vivirlo cada día, siempre.

Esta es la ESENCIA de la Vida Cristiana vivida en plenitud.

¿Por qué a Dios -a nuestro Dios, Uno y Trino- no tenemos que “aplacarlo” por nuestros PECADOS? Porque, pecadores, lo somos y de qué manera…: el justo peca siete veces cada día.

La respuesta es muy sencilla: porque, con su Pasión y Muerte de Cruz lo “aplacó", sobreabundante y universalmente -en favor de todos los hombres de todos los tiempos-, el mismo Cristo: su “Hijo Amado, mi Predilecto”.

Sin embargo, y sin dejar por eso de ser Dios-Amor, Jesucristo no nos ocultó la realidad del demonio  y del infierno: REITERADAMENTE, como no podía ser menos dada la gravedad del tema -¡nos jugamos la Vida Eterna, ni más ni menos!-, nos advierte sobre eso desde su Corazón, que arde de Amor por nosotros de continuo. Por eso nos previene: porque nos quiere a todos con Él, para siempre.

Además, pone ejemplos clarísimos de gentes que se condenan a sí mismos, porque hacen obras contrarias a su Ley, a sus Mandamientos. Remachando además su recorrido personal con el signo de lo definitivo: ¡Apartaos de Mí, malditos, al fuego eterno, que ha sido preparado para el diablo y sus ángeles! Y para todo el que les quiera acompañar: de fijo.

Pues, asentado esto, ¿en qué lugar queda lo del miedo, lo del infierno y demás? Porque, si hablando de estas cosas -que es lo que siempre ha hecho la Iglesia y sus predicadores-, y según el orondo parecer y entender del sr. cardenal, el Evangelio no puede prender… entonces, ¿con qué nos quedamos? ¿Por dónde tiramos?

Vamos a verlo. Si el sr. cardenal tuviera razón, como la Iglesia -incluso en Alemania, al menos hasta hace cuatro días- ha ido por el mundo entero sin callarse lo del infierno, ¿cómo se explica que hoy, el mundo, sea más CATÓLICO que nunca, más que cualquier otra cosa además? Según este “presi” de la CEA sería imposible tal “éxito". Vamos: ¡INEXPLICABLE!

La pregunta del millón:¿se equivoca él, o Jesucristo y la REALIDAD histórica de la Iglesia?

¿Qué carga de ideología, o de desencanto, o de vacío espiritual hay que tener para que todo un sr. cardenal llegue a contradecir, publicamente y desde su posición jerárquica, las mismas Palabras del Señor, recogidas en su Evangelio? Solo el insondable misterio del alma humana nos lo podría aclarar…, y no lo va a hacer

¿Estos señores, podrían decirnos de una vez -y ¡ya!: porque nos urge para saber dónde estamos y dónde queremos, o no, estar-, qué cosas podemos seguir manteniendo de los Evangelios? ¿O hay ya que tirarlos, y encargarles a los “mafiosos de san galo” -por ejemplo; o a los “amazónicos, con máster en Alemania"- otros evangelios “nuevos", como hicieron los anglicanos con su “libro de oraciones", que arrasó -mártires incluidos- con la Iglesia Católica en Inglaterra y demás lugares? ¿Vamos a poder seguir hablando de algo, citando a Jesucristo como fuente de autoridad?

¿Cómo pueden llegar a creerse investidos de “autoritas” para echar todo abajo? ¡Incluso el Credo en la Santa Misa! Y ahí está el sr. obispo de Pinarolo -otra lumbrera, lleno de celo apostólico y de amor por la Misa, por la Iglesia y por las almas- para demostrarlo. Autoridad… ¿de “quién"? ¿Por qué no aclaran esto también? Porque de la Iglesia Católica no es…, ni lo podrá ser.

En todos estos se cumple aquella profecía de Jeremías que es, a la vez, una acusación del Señor contra su pueblo; en especial, contra sus dirigentes religiosos: “Espantaos, cielos, horrorizaos y pasmaos… Porque dos maldades ha cometido mi pueblo: me abandonaron a Mí, fuente de agua viva, y se cavaron cisternas agrietadas que no pueden contener el agua”. ¡Qué locura, Señor, qué locura!

No da la impresión de que lean mucho al papa Franisco, ni mucho menos que le hagan caso; porque, precisamente hace unos pocos días, el Papa denunciaba en concreto a “los pastores incoherentes y esquizofrénicos que no dan testimonio". Tal cual. Porque, expecificaba: “dicen una cosa y hacen la contraria".

Claro que, para este personal especializado en excavaciones y demoliciones, las palabras del Santo Padre, cuando no les convienen, siempre las dice “para los demás": nunca para ellos. Así que ni se inmutan.

Aparte de que, si están investidos de “autoritas” para llevarle la contraria al mismo Jesús, ¿se van a detener por lo que pueda decir y diga un “mero” Papa? ¡Por favor, señores…!

Una última cuestión: ¿le van a dejar decir algo a Jesucristo, de quien se dicen “discípulos” y demás monsergas absolutamente devaluadas por corrompidas; o, exactamente NO, y “¡que se calle ya!"?

“¡Vaya tropa! ¡Vaya tropa!” (por el conde de Romanones).

22 comentarios

  
Cordá Lac
¿Y qué pasa, pues, con el dolor de atrición? El dolor de contrición igual está fuera de mi alcance. ¿No sirven, por tanto, mis confesiones?



Por qué no van a servir???
17/01/20 7:59 PM
  
Pantaleón
La última vez que oí a un sacerdote hablar sobre el infierno en misa en directo fue...NUNCA

Luego en conversación particular pues se ve que sí creen, algunos en verdad se preocupan seriamente de la salvación de las almas, otros sí pero no seriamente o están en otras cosas, otros creen pero como si no creyeran... Pero ninguno he conocido que en las homilías predique del tema, si acaso referencian (escasísimas veces) que seremos juzgados tras la muerte y que hay que estar preparados. Y fin.

El problema es que la mayoría de los fieles no creen en el infierno o lo tienen como un lugar al que solo van asesinos y gente así, y claro, temen las reacciones de la feligresía
17/01/20 8:03 PM
  
Palas Atenea
Cierto. El hombre ha decidido quién va al Cielo y al Infierno: al Cielo vamos casi todos y al Infierno solo Hitler porque los marxistas no quieren que vaya Stalin.
17/01/20 8:35 PM
  
alma
Tal y como están las cosas, no es que estemos adormecidos, ni anestesiados; lo que estamos es insensibilizados como la rana que se hierve en agua calentándola muy poco a poco hasta la ebullición, sin que se de cuenta y sin opciones de saltar fuera de la cacerola .Se ha llegado a un punto tal, que digan lo que digan, TODO, absolutamente todo .....pasa.Estamos viviendo experiencias que no hace muchos años ,no nos las hubiésemos creído ni borrachos!. Si ya hubo "tiempos recios" ; lo que pasa hoy en día no tiene nombre.Nosotros a rezar que Dios ya dirá!
17/01/20 8:37 PM
  
Anacoreta
Recuerda usted, estimado Padre Aberasturi, que: "Cristo, el rostro visible del Dios invisible, viene a mostrarnos -para que lo podamos “ver"- que el ROSTRO de DIOS es AMOR". Me parece que eso en concreto, sus eminencias pensantes, no lo ha tenido en cuenta a la hora de dejar a centenares y centenares de fieles alemanes fuera del servicio de los santos sacramentos, por no poder pagar la cuota establecida. No lo han tenido en cuenta, esos señores que quieren cambiar la doctrina de Jesucristo, al antojo de Sus Excelencias Reverendisímas. Ahora queda bien claro que no nos podemos callar; pero no por afán contestatario, sino por el dolor con el que asumimos las palabras del Profeta Jeremías, que tan acertadamente trae usted al post. Con mi oración y a tirar para delante, siempre con el Señor. Con todo mi filial afecto, Padre Aberasturi.
17/01/20 8:56 PM
  
Palas Atenea
Farias: Pues primero se lee al Cardenal y luego se comenta.
17/01/20 11:26 PM
  
Miguel Antonio Barriola
Son esto "nibelungos" tan autorreferenciales, tan orgullosos, que les importa un bledo la verdad, con tal de producir sensacionalismo, novedades e inventos para nada documentados en los principios católicos, que ya han dejado de lado hace bastante tiempo.
El desprecio de un Kasper a obispos y teólogos africanos, el atletismo acomodaticio a papas y Roma, según les convenga, su presunción de
hacerse los maestros del mundo, los vuelve cara vez más cerrados en su propia "Weltanschauung" ( visión del mundo).
Conozco a muchos curitas, que han ido a Alemania, para obtener sus doctorados teológicos. Regresados a sus tierras, gran parte de ellos dejaron el sacerdocio y se casaron."Deutschland, Deutschland ueber alles in der Welt" (Alemania, Alemania sobre todo en el mundo), decía el himno germánico antes de la Segunda Guerra mundial. Ahora lo han cambiado, pero el "espíritu", sigue inmutado.
17/01/20 11:34 PM
  
Javier Del Kyrios
Desde el Concilio para acá se desterró predicar sobre Soteriología (preparación para la muerte en Gracia/Destino Eterno:Cielo o Infierno /Destino de almas muertas en Gracia y por tanto destinadas al Cielo, pero con la pena de los pecados no satisfecha plenamente:Purgatorio) El Presbítero Marcel Nault contó en una célebre prédica en Fátima que un Obispo se jactaba ante él de no haber nunca predicado sobre el Infierno. El Cristiano de La Única Iglesia del Señor que no se toma la molestia de formarse en la Sana Doctrina de la Fe (Biblia y Catecismo como mínimo),termina de-formado por la Mala Doctrina de una legión de Clérigos que condice al Relativismo,a la Herejía, al Sincretismo,a la aceptación de la Pachamama y el ídolo fálico.... Velemos y Oremos
18/01/20 9:53 AM
  
María
¡Si sólo fuera que no creen en el infierno! Pero si tampoco creen en los milagros, ni en los endemoniados dicen que eran epiléticos, ni en el Antiguo Testamento porque dicen que es una metáfora para explicar las cosas como las leyendas mayas o griegas. Y eso dicho por curas tenidos por serios y no cantamañanas. Lo que yo me pregunto ¿qué les llevó ir la seminario?. y ¿celebrar la misa?. ¿en qué creen?. ¿lo que dice el papa?. pues si sólo creen en sus palabras, están aviados, porque no deja entonces de ser una secta o un partido político con un líder.
18/01/20 11:19 AM
  
Forestier
Y puestos a decir incongruencias, la que ha dicho el arzobispo de Lima, de que no seremos buenos cristianos mediante el sagrario, sino mediante las relaciones con los demás. Seguramente este arzobispo, ha sabido digerir el falso postulado de Karl Marx, que la conciencia procede del conjunto de las relaciones sociales.
18/01/20 12:25 PM
  
maru
Muy bueno su artículo y acertado, como siempre. Cuando salieron las declaraciones del.''ínclito'', esperaba su respuesta. La ''cutrez progre'' y el ''buenismo'' imperante en la Iglesia, con la alemana atea a la cabeza, es alarmante y delirante, porque como vd. bien dice, están contradiciendo al mismo Jesucristo, por lo que , la Iglesia que quedará , no será la del Señor sino la iglesia de la cutrez, abanderada por la alemana atea, ni más ni menos y, en esta iglesia, no quiero estar, ni creo qye muchos católicos. Gracias Padre por sus denuncias. Lo que estÁ sucediendo es ya insoportable.


18/01/20 12:35 PM
  
Pedro Amate
Si no hay infierno; tampoco hay cielo. En éste supuesto caso da igual hacer el bien o el mal. No ; Afortunadamente, hacer el bien tiene recompensa y hacer el mal tiene una retribución correspondiente al error cometido. Y si el error es persistente, se cae en un estado de impenitencia, qué conduce al pecador al infierno eterno.

Muchas gracias padre José Luis Aberasturi por tocar éste tema de gran importancia para la Iglesia.
18/01/20 1:07 PM
  
Rafa
No tiene nada de particular. Sé, y conozco, de muchos sacerdotes que piensan y dicen que el Infierno es incompatible con la Misericordia de Dios. Y que lo que narran los Evangelios ¡vete a saber si es lo que dijo Jesucristo o una elaboración de quienes los escribieron. Y nadie, desde más arriba, dice nada en sentido contrario ni les dice nada a estos sacerdotes, al menos que se conozca públicamente.
18/01/20 2:43 PM
  
Charo Burgos
¡A cuántos habrá salvado el miedo al infierno! Aunque sea más perfecto el dolor de contrición, muchos no se habrían confesado nunca ni hubieran pedido los últimos sacramentos si no hubieran tenido miedo al infierno.
18/01/20 2:48 PM
  
María
Totalmente de acuerdo contigo Charo, a muchos el miedo al infierno les ha salvado, y muchos a la muerte entre ver al demonio y ver a Jesucristo hayan elegido a jesucristo aunque sólo sea por no estar toda la eternidad con un ser tan horrible. Han preferido ir con Jesucristo aunque sea en el último rincón del cielo.
18/01/20 3:04 PM
  
templario
Hoy se ningunean los novísimos:
Cristiano, Muerte, Juicio, Infierno y Gloria has de tener siempre en tu memoria.
Bergoglio: las almas de los que mueren en pecado desaparecen sin más.
Non Nobis.
18/01/20 3:06 PM
  
Vicente
es necesaria una buena catequesis acerca de los Novísimos.
18/01/20 3:57 PM
  
Belén Lamana
Es tiempo de desconcierto! Cada uno crea su evangelio. Gracias don José Luis por dar testimonio de la Verdad
El Catecismo para algunos ,,,,ya no cuenta
18/01/20 6:15 PM
  
Mariana
Padre José Luis:

Esto tendrá que ver con que en el Credo se ha quitado la parte que dice: "descendió a los infiernos"?

Como siempre ¡gracias! por confirmarme en la fe con sus palabras.


No lo s' exactamente. Pero esa expresión no s refiere al infierno dl castigo eterno.
19/01/20 9:42 PM
  
Palas Atenea
Mariana: En el Credo no se ha quitado nada, pero en alguna ocasión si que he observado al párroco que se saltaba ese artículo y pensé que era un error, pero si tú dices que has observado lo mismo...y me temo lo peor.
19/01/20 11:25 PM
  
Palas Atenea
La expresión "bajó a los Infiernos" se refiere al seno de Abraham dónde estaban los justos que no tenían acceso al Cielo hasta que Cristo murió y los redimió también a ellos. Cuando el saduceo, que no creía en la resurrección de los muertos porque no estaba explícita en la Torah, habló con Jesús, Él le dijo que estaba implícita en ella porque Yahvé le dijo a Moisés: "Yo soy el Dios de Abraham, Isaac y Jacob", estos llevaban muertos muchos siglos, pero Dios no es Dios de los muertos sino de los vivos y por eso no estaban muertos para la eternidad sino esperando la resurrección.
Ahora bien si le han cogido tirria a la palabra "infierno" harán como con todo, sin necesidad de modificar el Credo de los Apóstoles oficialmente, cosa que no se puede hacer, utilizarán el camino de la omisión.¡Ven pronto, Jesús!
20/01/20 12:32 AM
  
Cosas claras
Como dicen ahora: "Lo más importante es llevarse bien con la gente"




Por ejemplo.
20/01/20 4:23 PM

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