Negacionismo a la turca: el genocidio armenio

La noticia pasó muy desapercibida y podría sorprender a algunos, ya que el genocidio sufrido por el pueblo armenio a manos de los turcos hace un siglo, pasa por ser un genocidio casi olvidado, de los que casi no se llevan al cine, ni se dan a conocer a través de cientos de documentales o publicaciones. Poco se sabe, además, del tratamiento que en la Turquía de hoy se da a ese  genocidio: la negación.

Según refería la agencia de información nacional Anadolu –citada por Fides-, el diputado armenio del Parlamento turco Garo Paylan, fue suspendido por tres sesiones parlamentarias después de hacer referencia al genocidio armenio durante el debate en la cámara sobre la nueva Constitución turca, esa que Erdogan quiere aprobar para acaparar más poder; ya saben, el Erdogan que se adhirió a la “Alianza de Civilizaciones” propuesta por el expresidente español Zapatero en Naciones Unidas en septiembre de 2014…

El diputado osó citar el periodo en el que, desde 1913, armenios, asirios, griegos y judíos presentes en la Península de Anatolia fueron “expulsados de estas tierras o sometidos a la violencia, hasta llegar a sufrir masacres y el genocidio”. El pueblo armenio, destacó Paylan “sabe muy bien lo que pasó… Yo lo llamo genocidio, sea cual sea el modo en que lo llaman ustedes”.

¿Puede ser que en Turquía –país cada vez menos candidato a integrarse en la moribunda Unión Europea, al tiempo que cada vez más aliado de nuestras miserias- nombrar el genocidio armenio pueda ser objeto de sanción?

Lo es. Bastó que los ofendidos diputados del AKP, partido gobernante, solicitaran la medida disciplinaria: suspendido por tres sesiones.

“Hoy en Turquía en todos los niveles de la enseñanza se oculta y se niega no solamente la comisión del genocidio sino también la existencia de un pueblo armenio, de una nación armenia. Cualquier escrito en contra es destruido y su autor va preso; si es un intelectual conocido y acreditado es perseguido o asesinado. ¡Orhan Pamuk y Hrant Dink están a la vista! En Turquía no existe el derecho a la libre interpretación de la Historia: desde 1923, la Sociedad de Historia Turca impone obligatoriamente en todos los niveles de la enseñanza la “historia oficial de Turquía” y, quien se oponga, es severamente penado por la ley.” (Pascual Ohanian, doctor en Derecho y Ciencias sociales)

Los episodios que refiere el doctor Ohanian son más o menos recientes: el primero de ellos tuvo como protagonista al premio nobel de literatura del año 2006, el turco Orhan Pamuk, que fue procesado por decir que hubo un genocidio e insistir en que los turcos hoy debían reconocerlo. Por su parte, el armenio Hrant Dink, director de la revista Agos, fue asesinado el 18 de enero de 2007 por ultranacionalistas turcos, tras recibir amenazas por publicar que hubo en Turquía un exterminio de un millón y medio de armenios, y que el gobierno turco debía reconocerlo. Sin embargo, el gobierno no sólo se niega a reconocer el genocidio armenio; su afirmación se tipifica como un “insulto a la identidad nacional” y, por tanto, una traición a la patria, según el artículo 301 del Código Penal.

La Agencia Fides refería en noviembre de 2016 un nuevo episodio de amenazas, que tuvo lugar frente a la redacción de Agos, semanario bilingüe armenio publicado en Estambul, cuando unos militantes ultra-nacionalistas pusieron una corona funeraria de flores negras y pronunciaron la frase “podemos venir en cualquier momento, durante la noche”. Esta frase había sonado ya cuando, en los meses anteriores a su asesinato, trataban de intimidar al antiguo director del periódico, Hrant Dink. Los responsables de las amenazas han sido puestos en libertad porque, según las autoridades, “no representan una amenaza real”.

El genocidio que sufrió el pueblo armenio en 1915 no había sido el primero. En 1896 el sultán Abdul Hamid había orquestado la masacre de más de cien mil súbditos armenios. Casi dos décadas después, el ministro del interior turco Talaat Bey –que sería un año después el Gran Visir Talaat Pasha- ordenaba la nueva masacre con un escueto telegrama: “Yak – Vur – Oldur” (quemar, demoler, matar). El diario del propio Talaat Pasha es una fuente inestimable para determinar la cifra de muertos del genocidio armenio: 1.150.000 entre 1914 y 1917, el 77% del total.

Previamente, entre el 6 de agosto y el 14 de septiembre de 1910 se había celebrado en Salónica un congreso secreto de dirigentes del comité de los Jóvenes Turcos. Allí se escucharon discursos sobre la estrategia política de homogeneización de Turquía.

En virtud de las facultades otorgadas por la Constitución, se estableció la igualdad entre musulmanes y guiavur –infieles-. Pero ese es un ideal irrealizable. (…) Los guiavurs se complacen en oponerse a los intentos de otomanismo y representan una muralla infranqueable para la igualdad jurídica. Tratamos infructuosamente de transformar al guiavur en un otomano verdadero, y esos intentos fracasarán en la medida en que los países pequeños de la península Balcánica se dediquen a introducir ideas separatistas en la población de Macedonia. Por tanto no puede haber cuestión de igualdad mientras no hayamos otomanizado al imperio. En lo relativo a nuestra labor me atrevo a vislumbrar que, sin embargo, habremos de triunfar. (…) Hoy sólo queda un medio: aniquilarlos por la fuerza de las armas. Es necesario adoptar una política centralizadora e imponer el panturquismo recurriendo, en caso necesario, al exterminio de los disidentes.

El 24 de abril de 1915 se recuerda como la fecha en la que el planificado genocidio comenzaba. La comunidad armenia de Constantinopla se descabezaba con el arresto de su élite cultural, política e intelectual, que fue deportada al interior, sobreviviendo una mínima parte de la misma. A esta masacre siguió la de la población armenia, con una metodología recurrente: los hombres eran detenidos y asesinados. Las mujeres y niños se deportaban a pie a través de los desiertos de la actual siria. Muchas serían violadas, otras secuestradas o vendidas, mientras la mayoría morirían de hambre, sed y agotamiento en las cunetas. A las embarazadas se les arrancaban los hijos de las entrañas. En Trebizonda barcazas llenas de armenios se lanzaban al mar Negro y se provocaba su hundimiento (como sucediera en las Noyades de las matanzas de la Vendée, después de la Revolución Francesa…).

Los pocos hombres que quedaron con vida fueron llevados a las afueras y fusilados. A las mujeres y los niños se les encerraron en casas de los pueblos colindantes y allí fueron quemados vivos o ahogados en el río.

Algunos lograban sobrevivir a las “marchas de la muerte”. La última fase de la deportación incluía el transporte en tren, apiñados en vagones de ganado. Se les alojó en campamentos insanos donde la mayoría morían enfermos. Quienes alcanzaron campos de concentración en el norte de Siria fueron brutalmente eliminados.

En cada estación donde parábamos, topábamos con aquellos trenes. Estaban formados por vagones de ganado, y las caras de los niños observaban desde dentro, tras los barrotes de cada vagón. Las puertas estaban abiertas de par en par y se podía ver perfectamente a ancianos y ancianas, madres jóvenes con bebés, hombres, mujeres y niños, todos hacinados como ovejas o cerdos.

La evidencia del genocidio armenio es arrolladora. Nos ha llegado de testigos directos, relatos de supervivientes, apuntes de algunos de los asesinos, informes de misioneros, diplomáticos y soldados extranjeros, y oficiales del ferrocarril turco. A pesar de las medidas tomadas para que no quedaran evidencias fotográficas, algunos testigos horrorizados, como el médico alemán Armin Wegner, consiguieron tomar fotografías de las atrocidades. Pero tal vez la más terrible evidencia de todas es el hecho de que las zonas del oeste de Turquía que habían sido el hogar de los armenios durante cientos de años ahora forman una “Armenia sin armenios”. (Patrick Thomas – Remembering The Armenian Genocide)

El misionero protestante alemán Ernst Jakob Christoffel, conseguía en marzo de 1917 enviar una carta a Berlín, en la que añadía que, entre los deportados, “el número de cristianos armenios desciende cada día por las enfermedades y las conversiones forzadas”, y hablaba de “la completa aniquilación de una nación cristiana”.

Un elemento integrador de la identidad armenia es la conciencia de formar parte de la más antigua nación cristiana. Armenia fue el primer país en aceptar el cristianismo como religión nacional cuando el rey Trdat fue convertido por San Gregorio el Ilumnado en el año 301. Un autor francés, estudioso de la poesía antigua armenia, afirma que las horribles torturas que el santo había soportado ante el rey antes de la conversión de éste se podrían ver como una prefiguración del destino de Armenia…

De los aproximadamente 27000 habitantes de Zeytun, los hombres fueron deportados a través de los áridos caminos del Éufrates hasta Deir es Zor mientras las mujeres, jóvenes y niños se deportaron a la zona de Angora; así, los hombres fueron separados de las mujeres por 1000 kilómetros. Durante la deportación las chicas jóvenes eran secuestradas y llevadas a los harenes turcos, y las mujeres eran violadas en los pueblos musulmanes. (Informe del misionero Dr Johannes Lepsius)

Algunos testigos, como el médico misionero americano Clarence Ussher, nos han dejado referencias de cómo la propaganda turca tergiversaba la información de las masacres. Anotaba, por ejemplo, cómo el gobernador de Van informó a las autoridades que habían sido asesinados “55000 musulmanes asesinados por cristianos” cuando, en realidad, él mismo había ordenado la masacre de 55000 armenios.

Entre los intelectuales que habían sido detenidos aquel 24 de abril de 1915 se encontraba un compositor y musicólogo armenio, el sacerdote célibe Komitas. Sus conciertos en varias capitales europeas le habían ganado una reputación internacional. Cuando el embajador norteamericano en Turquía Morgenthau supo de su detención, consiguió que fuera liberado. A pesar de ello, el trauma de la detención, la deportación, y los sucesos de los que fue testigo causaron un impacto irreparable en Komitas, que moriría en 1935 en un hospital para enfermos mentales en Francia.

Cuando Komitas estaba siendo deportado, él y su compañero de cautiverio Grigoris Balakian (superviviente y autor de “Armenian Golgotha”) cantaron las vísperas “con la ayuda de una tenue vela, tras los altos muros de un enorme arsenal, con el gélido temporal atravesando las ventanas rotas”. Der voghormya (“El Señor tenga piedad”) es una oración que, a decir de Patrick Thomas, “siempre parece salir de lo más hondo del alma armenia”. Balakian destacaba cómo, cuando Komitas empezó a cantar, “no podíamos contener los sollozos”.

Tal vez el Archimandrita Komitas no había cantado jamás “Der voghormya” con tanta emoción. Normalmente la cantaba fuera del oficio, como un modo de calmar las penas y duelos de los demás; esta vez la entonaba desde su propia aflicción y tormento emocional, pidiendo al Dios eterno consuelo y paz. Pero Dios callaba… (G. Balakian – “Armenian Golgotha”)

 

15 comentarios

  
Manuel d
Esta verdad, la verdad, es la que se oculta deliberadamente por la progresia occidental.
El ocaso de occidente es evidente.
22/01/17 7:34 AM
  
Noman'sland
Vuelvo a reiterar mi indignación hacia esa "alianza de civilizaciones" de un presidente populista, demagogo y revanchista. La persecución hacia los cristianos sigue en todo el mundo, lo vemos cada día aunque los medios occidentales no son muy proclives a comentarlo. Así es que el genocidio armenio no tiene relevancia política. Solo es un pueblo pequeño, perdido en el Caucaso. No tiene eco internacional y además es cristiano. Podría hacerse una recogida de firmas y mandarlas al Parlamento europeo para mostrar nuestro apoyo.
22/01/17 9:57 AM
  
gringo
Los datos históricos son ciertos.
Lo que no es cierto es el uso ideológico que se hace, como el de Manuel d, con el manido discurso del ocaso occidental.
En ningún país occidental se niegan las terribles matanzas de los armenios durante la Primera Guerra Mundial.
Incluso en Francia es delito negar el genocidio armenio al igual que el judío.
22/01/17 10:41 AM
  
gringo
Y no entiendo tampoco a qué viene cien años después tratar de mezclar las matanzas de armenios con la alianza de civilizaciones. (Bueno sí lo entiendo para arrrearle a Zapatero en diferido ).
La alianza de civilizaciones nació como una respuesta a la teoría del choque de civilizaciones, según la cual Occidente estaba en guerra contra el Islam. Y es falsa porque estamos en guerra contra el terrorismo islámico, y nuestros aliados son musulmanes.
Nos guste o no, para derrotar al DAESH hay que contar con los gobiernos de Siria, Turquía, Irán, etc.
Otros preferirían una guerra total contra el Islam, es decir un genocidio (pero de los malos, entonces no sería tan grave).
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(María Arratíbel)
He citado la Alianza para hacer ver el tipo de gobernante hipócrita que es Erdogan.
Sobre el reconocimiento internacional del genocidio armenio decirte que ha sido muy lento, reciente y penoso, entre otras razones por los problemas diplomáticos que se podían llegar a tener con Turquía. Creo que este tema da para otro post (a ver si Dios me da escribirlo), porque nos retrata también a nosotros -o nuestros gobiernos- tan vendidos a intereses que no siempre tienen algo que ver con el Bien...
22/01/17 10:51 AM
  
Palas Atenea
María: Hay genocidios de primera y de segunda. Los de primera los conocen todos, los de segunda algunos, pero no todos. El armenio es de segunda A, el de Ruanda también como el de la antigua Yugoeslavia y el de los Kulaks de segunda B.
22/01/17 5:30 PM
  
gringo
Todas las naciones que han sido poderosas tienen grandes matanzas a sus espaldas, los imperios no se construyen repartiendo flores.
Y hay países más dispuestos que otros a reconocer los errores propios.
No se enseña lo mismo sobre Hitler en Alemania que en Rusia sobre Stalin.
En España a veces cuesta encontrar el equilibrio entre la leyenda negra y la rosa.
En Turquía y en otros países como Japón y todo lo que hizo en la Segunda Guerra Mundial, prefieren el negacionismo oficial.
Si sólo se pudieran tener relaciones diplomáticas y comerciales con naciones que nunca han invadido a otras, o nunca han perseguido a una minoría, la propia España estaría aislada.
22/01/17 5:53 PM
  
Palas Atenea
No hay equilibrio entre la Leyenda Negra y la Rosa porque esta segunda no existe. Ni la conocen en España ni fuera de ella. Precisamente estoy leyendo el libro "Imperiofobia y Leyenda Negra" de Mª Elvira Roca Barea, que fue profesora en Harvard, y lo explica muy bien. Los imperios no tienen leyendas rosas y el español, sobre el que pesa injustamente La Leyenda Negra específica, mucho menos.
22/01/17 7:17 PM
  
Lucía Martínez
Muchísimas gracias por tu valiosa labor y por todo lo que nos compartes.
Nuestro Señor te siga bendiciendo.
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Gracias a ti, Lucía. Que Dios te bendiga.
22/01/17 10:34 PM
  
gringo
¿Que no existe leyenda Rosa, tú no has leído el blog de Javier Olivera?.
22/01/17 11:06 PM
  
Palas Atenea
gringo: La buena opinión sobre algo no constituye leyenda a no ser que sea aceptada por la mayor parte de la población. El libro que estoy leyendo lleva el subtítulo de "Roma, Rusia, Norteamérica y el Imperio Español" y todos ellos están afectados por leyendas negras y ninguno por leyendas rosas. El Imperio que ha pasado a la historia con menos carga negativa es el Austrohúngaro y, ni siquiera él tiene leyenda rosa. Para saber cómo funcionaba el Imperio Austrohúngaro hay que leer "El genio austrohúngaro" de William Johnston, las novelas de Roth y Zweig, la opinión del metropolita de Lamberg Andrezj Szeptycki y la dinastía de los Habsburgo y su forma de gobierno y luego formarte tú una idea porque en el imaginario colectivo esa idea no existe. A todos los demás imperios los intelectuales de dentro y de fuera les construyeron una sólida leyenda negra que es indestructible, por mucho que algunos, como el P. Javier, opinen lo contrario.
23/01/17 11:02 AM
  
Palas Atenea
María: Por desgracia tenemos que acostumbrarnos a oír siempre lo mismo, ni siquiera lo que están diciendo historiadores prestigiosos a toro pasado (la historia se escribe así) varía para nada la opinión general.
Desde la caída de la URRS papeles y más papeles han caído en manos de especialistas en la historia de la Unión Soviética y lo que dicen es mucho peor que las peores sospechas.
La descosaquización (firmada por Lenin y que suponía el exterminio de los cosacos) costó la vida o la deportación de 500.000 de los 3.000.000 de cosacos del Don y de Kubán, es decir el 25% de la población cosaca. Los cosacos, siempre adjudicados a la extrema derecha, no le importan a nadie y los historiadores que se dediquen a estudiar esto serán siempre de segunda división en las universidades. Lo mismo pasa con los kulaks (deskulakización o exterminio de los kulaks). Ocho años después de que, alrededor de cinco millones de kulaks, murieran de hambre en la tierra ucraniana, entraron los nazis y se pusieron a matar judíos como posesos. Los supervivientes de aquellas matanzas nazis-yo lo he leído-dicen que nunca se había visto nada igual en la pacífica tierra ucraniana ???? Es decir, que los muertos de las matanzas nazis no habían visto morir de hambre a los campesinos sobre el mismo suelo donde vivían ocho años antes, ya que su visión de Ucrania era idílica. Como consecuencia de tan extraña falta de visión muchos ucranianos tampoco les vieron morir a ellos. Y ahí andan quitando y poniendo monumentos a unos muertos y a otros. Pero las leyendas negras no se forman sobre hechos, por eso son leyendas, sino por medias verdades y mentiras que se inventan por razones políticas. Si el grupo humano masacrado no interesa se le hecha tierra encima, si interesa se le pasea por todo el mundo mundial para que los iletrados, sin necesidad de saber más, creen un prejuicio contra alguien.
No hay forma humana de que la gente vea a la URSS como mala (la mala es Rusia, gobierne quien gobierne) pero si ven como malo al Imperio Español, si el Imperio, como en el caso de los austrohúngaros, no dice ni fu ni fa, se le olvida. ¿Para qué vamos a interesarnos por un imperio al que no pueden achacársele grandes masacres? Imperio y benevolencia casan mal.
23/01/17 5:47 PM
  
Palas Atenea
fe de erratas: Por alguna razón he cometido una horrenda falta de ortografía, he puesto "echa" de echar con h.
23/01/17 5:54 PM
  
gringo
No sé lo que entenderá Palas por "la gente" (¿Putin,los votantes de Izquierda Unida?) pero desde luego hay bastante consenso en que la URSS fue "mala" si por eso se entiende una dictadura sanguinaria.
Empezando por la condena que sufrió su peor etapa con la desestalinización desde el propio Partido Comunista de la Unión Soviética, cuando Kruchev llegó al poder.
Y el Nobel de literatura a Soljenitsin y la difusión que tuvo "Archipiélago Gulag", un libro que leí hace cosa de veintitrés años cuando ya era un clásico.
En cuanto al Imperio Austrohúngaro aunque pudiera parecer la bucólica Ruritania de "El prisionero de Zenda", fue su torpeza diplomática la que comenzó la Primera Guerra Mundial.
24/01/17 9:28 AM
  
Palas Atenea
gringo: No fue su torpeza diplomática sino las ganas que tenían todos, menos el Imperio Austrohúngaro, de sacar pecho, como se ve en el libro "Sonámbulos". Si a uno le matan el heredero al trono en Serbia algo tendrá que hacer, pero si Alemania te da un golpecito en el hombro diciendo: "estamos contigo", Rusia coloca sus tropas en la frontera y Francia se alinea con ella, ya tenemos el conflicto.
¿Qué te apuestas a que todavía hay homenajes a la Revolución de Octubre cuyo centenario se celebra este año?
Torpeza diplomática dices, ¡pues anda que la de UE alentando a los ucranianos cuando no está dispuesta a enfrentarse con Putin!
24/01/17 2:38 PM
  
gringo
Palas, empezar una guerra por un magnicidio es una estupidez.
¿Quién se cree que el gobierno Serbio ordenó el asesinato del heredero austríaco? Pues los mismos que se creyeron que los españoles hundimos el Maine, aquellos a los que les convenía creérselo.
Ya sabemos las consecuencias de aquello: diez millones de muertos en las trincheras, la revolución rusa, y de remate la epidemia de gripe española que en realidad apareció en Estados Unidos y llegó a Europa con las tropas yanquis.
Pues menos mal que los austríacos no tenían ni ganas de sacar pecho.
26/01/17 12:49 PM

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