El fulcro del Año litúrgico
El “fulcro” es el punto de apoyo de la palanca. Pues en el Año litúrgico – que conmemora el misterio de Cristo – ese punto de apoyo es el Triduo Pascual: el Viernes Santo, el Sábado Santo y el Domingo de Pascua.
La imagen del “fulcro” es de Benedicto XVI, en una Audiencia General (8 de Abril de 2009). Yo no sé si los católicos, y – más en concreto – los sacerdotes, aprovechamos bien ese inmenso patrimonio de doctrina, pedagógicamente expuesta, que nos ofrecen las Audiencias de los Papas.
Una encíclica, o una exhortación apostólica, toca, por lo general, muchos temas. Una “Audiencia” toca solo un tema, y brevemente. Ya sé, ya lo sé, que el peso magisterial, formalmente considerado, no es el mismo. Pero los textos de esas audiencias, quizá con menos autoridad formal, no dejan de tener una enorme autoridad moral. No es bueno, por otra parte, que caigamos en el formalismo.
El Papa no es un oráculo, pero el Papa es maestro. Y suele enseñar bien. Entre otras razones, porque sus textos suelen estar muy bien preparados.
El Triduo Pascual – o Triduo Sacro – centra nuestra atención en la salvación que nos llega por el sacrificio de Cristo. La forma divina se ocultó, en Cristo, bajo la forma humana. Y se ocultó hasta las últimas consecuencias: hasta la muerte. Y no una muerte cualquiera, sino una muerte de cruz.

En su primera Audiencia General, el papa Francisco explicó, el 27 de marzo de 2013, el significado de la Semana Santa. Decía el Papa: “Vivir la Semana Santa es entrar cada vez más en la lógica de Dios, en la lógica de la Cruz, que no es ante todo aquella del dolor y de la muerte, sino la del amor y del don de sí que trae vida”.
Homilía para el Domingo de Ramos en la Pasión del Señor
Nosotros, y cuando digo “nosotros” digo los pastores de la Iglesia y, en un sentido más amplio, los demás miembros de la misma, no somos dueños de los sacramentos. Somos “ministros”, servidores”, pero no dueños.
Homilía para el V Domingo de Cuaresma (A)












