El obispo poeta (1)
La historia nos habla de tres obispos toledanos de nombre Eugenio. El primero de ellos, cuya vida, predicación y martirio se pierde entre la bruma de la historia y la leyenda, habría sido el que trajo la fe cristiana a las tierras bañadas por el Tajo. Los otros dos serán obispos del siglo VII, en la época del reino visigodo de Toledo, y uno de ellos sucesor del otro en la sede episcopal.
La vida y personalidad del último Eugenio lo sitúa entre las grandes figuras de su época, e incluso de la historia de la Iglesia y de la literatura, por sus escritos y por su labor como obispo de Toledo. A pesar de su carácter humilde que le llevaba a querer pasar desapercibido y de haber desarrollado su ministerio entre grandes y santos obispos como san Eladio, antecesor suyo, o san Ildefonso y san Julián, posteriores a él, san Eugenio brilla con luz propia. Como maestro, como poeta y como pastor de la Iglesia es modelo de hombre creyente que se entrega a Dios y al prójimo en las situaciones concretas de su vida.