19.06.23

Soldado, monje, obispo: Eladio

Eladio nació hacia el año 560 en una familia de la nobleza hispano-romana. Entró al servicio del ejército visigodo, y a pesar de las diferencias culturales y religiosas con los visigodos arrianos, había aprendido en su familia a colaborar con los visigodos, para alcanzar la integración de los dos pueblos.

Profundamente religioso, con el paso de los años aumentó su fervor católico, y sufrió por la guerra civil entre el rey arriano Leovigildo y su hijo católico Hermenegildo. Como soldado, Eladio había jurado obediencia al monarca, pero como católico no deseaba el enfrentamiento con sus hermanos en la fe. Su confesor, probablemente un monje del recién fundado monasterio de San Cosme y San Damián de Toledo, le aconsejaría cumplir con sus obligaciones fielmente y ofrecer oraciones y sacrificios por la conversión de los arrianos y por la paz del reino.

San Eladio, Catedral de Toledo, ©psierraprofe

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7.06.23

El Cuerpo de Cristo

Celebramos dentro de pocos días la Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo, y por ello comparto y comento con vosotros unos textos de San Ildefonso acerca de la Eucaristía y algunos fragmentos de la homilía de San Juan Pablo II cuando celebró la Misa en Rito Hispano-mozárabe en la Basílica de San Pedro el 28 de mayo de 1992.

«Oyes “el Cuerpo de Cristo” y respondes “amén”; sé miembro del Cuerpo de Cristo para que sea verdadero el “amén”» (San Ildefonso).

Nos invita el santo obispo toledano a ser conscientes de nuestro “amén", que es un acto de fe en la presencia real del Señor, y también un compromiso de vivir unidos a Él y a su Iglesia. Decir “amén” cuando vamos a comulgar es afirmar la verdad de la presencia real y total de Cristo (cuerpo, sangre, alma y divinidad) bajo la apariencia del pan y del vino, y estamos seguros de esta verdad porque confiamos en Dios, que nos lo asegura.

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26.05.23

Vida de san Isidoro

Cuadro de San Isidoro, Catedral de Toledo. - Foto de @psierra

Isidoro (556-636), el hermano más pequeño en edad, igualó a sus mayores en santidad, y quizás les superó en la sabiduría de sus escritos. Nació después de que la familia tuviera que salir de Cartagena a causa de la dominación bizantina. En Sevilla hay una parroquia dedicada a él donde la tradición considera que estaba la casa en que nació.

Se hicieron cargo de su educación sus hermanos mayores. Florentina hizo las veces de madre y enseñó al pequeño las primeras oraciones, inculcándole una tierna devoción al Señor y a la Virgen, y Leandro asumió su formación académica. En la Escuela Catedralicia de Sevilla aprendió hebreo, griego y latín, y se formó con el estudio de los textos de los Santos Padres, especialmente san Agustín y san Gregorio Magno.

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26.04.23

17.04.23

Hermanos santos: Florentina

Florentina (549-633) colaboró con sus hermanos mayores en la educación de su hermano más pequeño, Isidoro, cuando murieron sus padres. 

Ella misma, fue instruida por el hermano mayor, Leandro, tanto en los estudios clásicos como en los sagrados. Por este motivo destacó en su época como una mujer con una cultura superior a lo habitual entonces entre el sexo femenino.

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