Ni Ruiz-Gallardón, ni Peces-Barba son de mi “devoción”
La actuación de las personas públicas producen un sentimiento muy humano: la desconfianza. En estos tiempos en España, la desconfianza está en muchos corazones de cristianos y en bastantes casas de ciudadanos desfondados.
Uno de los personajes públicos que más desconfianza me produce es Alberto Ruiz-Gallardón, cuando hace sus solemnes declaraciones a favor de la vida del no nacido, prometiendo cambiar una ley sin tener el valor de abolir la actual.
Otro de los personajes públicos que me daba una total desconfianza está de cuerpo presente: Gregorio Peces-Barba, a quien deseo que descanse en paz.
Tanto, uno como otro, merecen que explique los motivos de mi desconfianza en ambos.










