24.05.25

Beato Francisco Palau: "Nuestros pecados son la causa de todos los azotes que afligen a España"

No demos la espalda a Dios ¿Hacemos bien la oración? ¿Recurrimos al Espíritu Santo para hacer bien la oración? ¿Vivimos santamente? ¿Por qué vienen los castigos a nuestra patria? La causa de los mismos el Padre Palau la veía sin dudarlo en nuestros pecados. Lo peor es pensar que todo va bien, normalizar la situación decadente de nuestra época.

Les invitamos a reflexionar con el beato en este vídeo:

9 comentarios

  
Rexjhs
Le tengo mucha devoción al beato Palau, uno de los santos más grandes que ha dado España en los últimos dos siglos, y eso es mucho decir. Perseguido por su fidelidad, asceta, místico, profeta, taumaturgo, exorcista, y apóstol del Inmaculado Corazón de María y del fin de los tiempos. Todo lo que dijo se está cumpliendo en nuestros días.
24/05/25 11:24 AM
  
La voz de la conciencia
1. Si el pecado es la explicación de todo mal, puede aplicarse a cualquier situación. Es la explicación para todo (y por tanto para nada) No aporta ninguna explicación nueva, no aporta ninguna diagnostico nuevo, no aporta nada a la discusión.
2. Siempre existe mal. Entonces siempre se puede usar, en cualquier situacion humana, ese planteamiento.
3. Nunca ha existido una realidad conocida por los hombres (“fuera de adan y eva”) situación diferente. Como sabemos cuando hubo menos pecado en Espana? Hay siglos donde podemos decir q como población general hubo menos pecado? Como se prueba eso? Y como era diferente el pais entonces? O si espana esta mejor es porque hay menos pecado y si esta peor es porque hay mas?

Estas disquisiciones filosoficas tan propias de nuestra construccion “romana”, que aportan al bien de los pueblos, al sufrimiento de los debiles, a la conversion interior, a nuestra vida de piedad, a nuestro crecimiento en la caridad? Es una discusión circular que nos lleva al punto de partida, por definicion. Y ese punto de partida son los dogmas de fe, como no puede ser de otra manera. Y los dogmas de fe son lo que hemos tenido que aceptar para que nueatro edificio filosófico no se caiga
24/05/25 12:13 PM
  
Javier Navascués
Pecado siempre ha habido, pero en otras épocas prevalecían las costumbres católicas sobre el pecado. El Padre denuncia las consecuencias de dar la espalda a Dios de una manera radical como sucede ahora y no aplicable a todas las epocas
24/05/25 12:24 PM
  
FernandoXXV
Para ser “La voz de la conciencia” es usted bastante ignorante, la verdad. Decir que estamos igual ahora, que hace 4 siglos… Es de estar muy ciego.

Encima dice que la tradición teológica católica transmitida durante 20 siglos es un callejón sin salida circular… madre mía, los herejes están que se salen.
24/05/25 12:57 PM
  
Curro Estévez
¿A que Carlos VII no ciñe la corona del rey de España sin que antes los demonios sean arrojados al abismo por un poder espiritual? El tiempo lo acreditará: es cuestión de hechos, apelamos al tiempo: ni Carlos VII ocupará en España el trono de San Fernando, ni los reyes y príncipes católicos destronados empuñarán sus cetros hasta que la Iglesia aplaste la cabeza de la Revolución, el diablo.
Francisco Palau, presbítero
24/05/25 1:58 PM
  
...
Pecadores somos, pero el mundo y el demonio, también están en el ajo.
24/05/25 4:11 PM
  
Tayikolla
Espero que lean ésto los de Vox y reflexionen sobre su apoyo a la criminal Ucrania.
24/05/25 8:18 PM
  
HARTICO
Decía el Beato Francisco Palau: “Nuestros pecados son la causa de todos los azotes que afligen a España.” Y si tuviéramos una pizca del sentido espiritual que él tenía, nos llevaríamos las manos a la cabeza al intuir la gravedad y el impacto invisible que tienen unos pecados más que otros.

Porque sospecho que en el juicio divino —que no mira apariencias ni etiquetas— causan mucho más daño ciertos pecados que se cometen con sotana o con teclado que con hormonas adolescentes. Me refiero a las deformaciones públicas de la fe católica en blogs, foros o púlpitos, envueltas en un barniz de ortodoxia ruidosa; a las soberbias desobediencias al Misal Romano por parte de quienes se autodenominan "tradicionales", pero celebran como si fueran los autores del canon; o a la gula espiritual de quienes consumen polémica tras polémica sin saciedad, alimentando más su vanidad que su alma.

En cambio, los pecados de impureza de tantos adolescentes, nacidos en una época hiperpansexualizada, bombardeados desde la infancia por imágenes, normas rotas y soledades profundas, quién sabe si no estarán casi eximidos a los ojos de Dios, que ve la fragilidad, el entorno, el dolor, y la intención.

No es relativismo moral, es realismo espiritual: la conciencia, la luz recibida, la soberbia que impide arrepentirse... Todo eso pesa más que muchos actos exteriores.

Tal vez los “azotes” que sufrimos hoy no vengan tanto de la lujuria del pueblo como del orgullo religioso de los “buenos”, que a veces prefieren tener razón a tener fe, y doctrina sin caridad antes que cruz con compasión.
24/05/25 9:22 PM
  
Javier
Contestando a HARTICO: hay pecados que vienen de la libertad y la soberbia. Y pecados que ya son más castigo que pecado. La amoralidad de los jóvenes es esto. Un castigo a toda una nación que se desangra y desaparece.
Quien no reacciona ante el implacable castigo que acarrea su penosa situación no puede esperar nada más que castigos cada vez peores. Hasta que la humillación sea total, y habitemos en la caverna más profunda del infierno.
25/05/25 5:13 PM

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23.05.25

Piero Viganego, presidente de Schola Cordis Iesu Barcelona, valora los actos del centenario

Piero Viganego Clavel. Casado, tiene cuatro hijos y dos nietos. Abogado. Presidente de Schola Cordis Iesu Barcelona. En esta entrevista valora los actos del centenario que se celebraron el pasado fin de semana en Barcelona con la presencia de miembros de la asociación de toda España.

¿Qué valoración general hace de los actos de celebración del centenario de Schola Cordis Iesu en Barcelona?

La valoración es positiva por muchas cosas, entre ellas por sorprendente.

En efecto, me ha llamado la atención la respuesta de los jóvenes. Siendo un formato de celebración que podríamos calificar de tradicional, la presencia de jóvenes ha sido muy amplia, tanto en los actos litúrgicos, como en el acto académico, como en las dos cenas de las que hemos disfrutado con distinto formato.

A mi entender, esta respuesta denota que, también para los jóvenes, Schola Cordis Iesu es algo importante en sus vidas y no han podido pasar por alto esta oportunidad de aportar su testimonio de gratitud ante el legado de estos 100 años. Conozco a muchos de los jóvenes que han participado en los distintos eventos y sé que se consideran parte de Schola, porque ven en ella verdaderamente una familia de familias. Sabían que sus mayores tenían muchas vivencias que celebrar y mucho que agradecer por lo recibido, pero esos jóvenes, en proporción a su edad, al tiempo vivido en Schola, estaban celebrando lo mismo, porque ellos han recibido los frutos y han puesto también ilusión y esfuerzo para que las actividades de la Asociación salgan adelante.

Creo que esta participación juvenil es otro fruto de Schola, en la que, salvo en las catequesis y algunas actividades pensadas para edades concretas, confluyen mayores y jóvenes en los mismos ámbitos y eventos, con toda naturalidad. Te puedes encontrar a jóvenes adolescentes en Adoración nocturna con veteranos cargados de años, o a estudiantes de la ESO en las clases de Historia de los martes, sentados al lado de socios que están haciendo sus cálculos para su cercana jubilación o que ya la están disfrutando.

Esos jóvenes se saben miembros de Schola, no tanto por derecho propio, sino por afecto propio.

Otro aspecto que no deja nunca de sorprenderme es el funcionamiento de Schola a base de voluntarios. Creo que es muy difícil encontrar una institución que base tanto su funcionamiento en voluntarios, que no solo ofrecen tiempo, sino también resultados, es decir, el trabajo se acaba y se acaba bien y a la reciente celebración me remito. Es otro rasgo que pone de manifiesto la semejanza de Schola Cordis Iesu con una familia.

Empezaron con una Vigilia Eucarística de acción de gracias. ¿Puede haber mejor manera?

No es casualidad que el programa empezara con la adoración. Una de las cosas que me sorprendieron cuando conocí a la gente de Schola Cordis Iesu fue que lo de poner a Dios en el centro de nuestras vidas, se lo toman en serio, era real.

La Eucaristía era para ellos una presencia frecuente, cotidiana, natural, con la que había un diálogo que yo calificaría de amor sincero. La Adoración Eucarística es un medio privilegiado de entablar y acrecentar un diálogo con el Corazón de Jesús, dando amor por amor.

Las oraciones de Monseñor Javier Vilanova durante la Vigilia Eucarística fueron un reflejo de esa realidad. Aprovecho para agradecerle su presencia una noche algo desapacible en el exterior del Templo del Tibidabo y muy cálida en el interior. Creo que se sintió en casa acompañado de amigos.

El viernes 16 tuvieron un acto académico en el Aula Magna. ¿Qué nos puede decir de los miembros históricos de Schola los que se habló?

Las personas que intervinieron fueron personas agradecidas. Sus intervenciones no iban dirigidas a presentar tesis o conclusiones de sus estudios recientes o lejanos. Se dedicaron a hablar del Padre Orlandis, de Bofill, de Canals, de Petit, presentando una edición de las obras de algunos de ellos, hablando de su legado. Más que un acto académico fue un testimonio de recuerdo y agradecimiento a los que les habían precedido.

Estuvo muy acertada la moderadora, que, manteniendo la solemnidad del acto, no tuvo reparo en bromear familiarmente con los ponentes, con simpatía. Con sus intervenciones, puso de manifiesto que el respeto y el humor pueden ir muy bien de la mano cuando hay afecto. Esa tarde se respiraba solemnidad, pero ese afecto lo impregnaba todo.

También fue acompañado de un vídeo muy emotivo. ¿Cuál fue el principal acierto del mismo?

El principal acierto tiene que ver con lo dicho anteriormente, la confluencia de mayores y jóvenes sin distinción de orden ni tiempos de intervención, a modo de celebración familiar en la que se invita a hablar a todo aquel que tenga algo que decir sobre la familia.

Hablaron, tanto adolescentes, como adultos, e incluso una persona que había conocido personalmente al Padre Orlandis. El vídeo fue un recorrido desenfadado por una historia a la que los entrevistados se sentían ligados, cada uno desde sus vivencias y recuerdos.

El mismo viernes hubo una cena fraternal en el claustro del Seminario ¿Qué destacaría del ambiente familiar de la cena?

Echando una mirada a las mesas y a los invitados parecía la celebración de una boda, con mesas de mayores y de jóvenes charlando y riendo. Como pasa en las celebraciones familiares, a algunos se les dio un micrófono para que tomaran la palabra y se escucharon testimonios sinceros y emotivos que valió la pena escuchar.

Me pareció un acierto que la organización se decidiera por el Seminario Conciliar de Barcelona para la celebración de la cena y que estuviera presente Monseñor David Abadías, obispo auxiliar, porque nos sentimos acogidos en la casa común, presente el dueño de la casa para celebrar con nosotros. El Sr. obispo dedicó a Schola Cordis Iesu un mensaje de aliento en el camino, porque hizo un recorrido por la historia de Schola, a modo de homenaje a la labor realizada en tantos años, al menos yo lo interpreté de esta manera. Tengo que decir que el obispo tiene una gran vitalidad y creo que le gusta mucho el contacto con la gente.

¿Qué supuso la Misa de Acción de Gracias el sábado?

Supuso eso mismo, dar gracias a Dios por habernos bendecido de muchas maneras, entre ellas con nuestra vivencia en Schola.

La Iglesia del Sagrado Corazón de la calle Caspe era el lugar adecuado para culminar el Centenario, precisamente donde el Padre Orlandis dio su sí al inicio del camino que hoy estamos recorriendo.

Cada uno dio las gracias según su posición; sacerdotes y diáconos revestidos con casullas que guardaban su valor formal, y sentimental en muchos casos, algunas adornadas expresamente con el Corazón de Jesús; el Coro de Schola, que llenó la Iglesia con unos cantos solemnes, a la altura de la celebración; nosotros en los bancos, estuvimos contemplando la grandeza de la Misa y dejándonos llevar por la devoción que se respiraba en el ambiente.

Por último, vino la despedida con una celebración familiar en la parroquia de María Reina. ¿Con qué sensación final se despidieron las personas que participaron en estos actos?

Estamos muy acostumbrados a vernos en estas reuniones multitudinarias. Cada sábado por la tarde, antes y después de la charla de formación y la Misa, se repite el escenario de un grupo heterogéneo en cuanto a edades, que se concentra en el patio o en el claustro de la Parroquia de María Reina, para charlar con el primer familiar o amigo que te encuentras.

Pero en este caso, se dio una condición previa, la preparación de las mesas y la cena con especial cuidado, conscientes de la importancia de la fiesta. Todo se hizo con el trabajo de muchos voluntarios que calladamente habían trabajado muchos días antes para que todo saliera como salió.

La sensación final fue, aunque más intensa, la de siempre, la de sentirse en casa, rodeado de personas que creen, esperan y aman las mismas cosas, cosas que no son precisamente de este mundo.

Por Javier Navascués

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22.05.25

Jesús Colina analiza su libro “Dios nos quiere” sobre León XIV, una obra para recuperar la esperanza

Jesús Colina es corresponsal en el Vaticano de medios de información internacionales desde 1991. Nacido en Miranda de Ebro, en 1968, ha sido fundador y director de la agencia internacional de noticias Zenit, así como director de contenidos de la Red Informática de la Iglesia en América Latina. Creó y dirigió la red de información global Aleteia.org. El Papa Benedicto XVI le nombró consultor del Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales. De 2018 a 2023 ha sido director de IMedia, la agencia especializada en actualidad vaticana en lengua francesa. Es doctor Honoris Causa en “Fine Arts” por la Catholic University of America de Washington. Recibió el premio “servidor de la paz” de la Fundación “Path to Peace” en las Naciones Unidas de Nueva York, así como el premio “¡Bravo!” de la Conferencia Episcopal Española.

Le entrevistamos con motivo de su libro Dios nos quiere sobre el Papa León XIV de la editorial Libros Libres.

¿Por qué decidió escribir un libro sobre el nuevo Papa?

La verdad es que ha surgido de circunstancias particulares en mi vida. Hasta ahora no me había atrevido a compartirlas abiertamente. Hace dos años tuve una operación entre la vida y la muerte por disección de la aorta. Los médicos (o más bien la Providencia con ellos) hicieron el milagro de mantenerme en vida. Pasé meses en hospitales. Entre salidas y entradas, casi un año. En el hospital Gemelli de Roma pasé casi dos meses en la unidad de cuidados intensivos. Estaba conectado a las máquinas, pero después de un tiempo los médicos me dejaban el ordenador. Había dejado de trabajar en Aleteia. No tenía trabajo. No sabía muy bien qué hacer en mi vida. En la cama del hospital, no tenía mucho que hacer. Entonces pensé que sería una buena idea empezar una investigación sobre los desafíos de la Iglesia. Yo tenía mucho material con las estadísticas de la Iglesia en el mundo producidas por la Santa Sede.

Como te puedes imaginar, en el Gemelli, médicos, enfermeros y pacientes seguíamos de cerca la evolución de la salud del Papa Francisco. Ellos mismos me lo sugirieron. Surgió, por tanto, de manera espontánea la idea de escribir un libro que sirviera para preparar la llegada del sucesor. En esas circunstancias, yo ya podía trabajar en la redacción de los desafíos de la Iglesia, pues eran los mismos independientemente de quien fuera elegido.

Llama la atención el tiempo récord en el que lo ha escrito, pues ha salido antes que su Misa de inicio de pontificado…¿Cómo lo ha podido escribir tan rápido? ¿Quizá pudo tener una intuición de que iba a ser el Papa?

Como te decía, yo ya tenía avanzados los capítulos en los que se ilustran los desafíos que deberá afrontar el Papa León XIV. Ahora bien, me faltaba preparar todo lo relativo a la biografía, la espiritualidad y el pensamiento del nuevo Papa. El 30 de enero de 2023, cuando el Papa Francisco llamó desde Perú a Robert Prevost para nombrarle prefecto del Dicasterio para los Obispos (una decisión totalmente excepcional), escribí un artículo en El Debate en el que le presentaba como papable. Yo estaba impresionado no sólo por lo sorprendente del nombramiento, sino también por su biografía: estadounidense, agustino y prior general de los agustinos, políglota, misionero, con cuatro carreras (Matemáticas, Filosofía, Teología y Derecho Canónico) y un doctorado… Me parecía blanco y en botella. Aquel artículo tuvo muchas visualizaciones.

Luego, por si fuera poco, el Papa Francisco el pasado 6 de febrero, contra todas las costumbres, estableció que el cardenal Prevost ingresara en el orden de los cardenales obispos, pasando directamente del orden de los diáconos. Un salto sorprendente. Fue un gesto totalmente fuera de lo normal. Ahora bien, te confieso que antes del cónclave yo no tenía ni idea de quién sería elegido Papa. Como los demás periodistas, hacía mis quinielas, tan equivocadas como la mayoría de las publicadas.

Cuando salió la fumata blanca y se anunció su nombre me temblaban los pies. En un primer momento, caí en crisis. Es verdad que tenía clara su biografía. Ahora bien, no me sentía preparado para exponer su pensamiento y su espiritualidad. Robert Prevost no ha escrito un libro, a excepción de su tesis doctoral de Derecho Canónico. Comencé una investigación entre los discursos y homilías. Encontré algunas perlas pronunciadas cuando era obispo de Chiclayo, en Perú. Recogí todo el material y me lancé a redactar el libro en cuatro días.

¿Cómo le ha ayudado a escribirlo su amplia experiencia y conocimiento de los entresijos del Vaticano?

Si le digo la verdad, la experiencia como “vaticanista” no fue decisiva. Es más, en ocasiones creo que me jugó malas pasadas, pues en ocasiones los vaticanistas estamos demasiado condicionados por prejuicios, por las corrientes…. Lo que realmente me ayudó para escribir este libro fue un descubrimiento inmediato, evidente. Al leer los discursos y homilías y escuchar vídeos de Robert Prevost hay algo que me resultó clarísimo desde el primer momento. Y esto me salvó la vida para redactar el libro. La vida del nuevo Papa, su pensamiento, su espiritualidad, están totalmente influenciados por Agustín de Hipona. Después de la Biblia, Agustín es el autor que más cita. Es su padre espiritual (así se presentó al ser elegido Papa), es su consejero, es su “coach”, como dirían los jóvenes hoy. No te imaginas lo que eso me ayudó, pues pude abrir con una sola llave la profundidad de su alma.

Robert Prevost hace a san Agustín extraordinariamente actual. En particular, su espiritualidad constituye un apasionante viaje en la propia interioridad, expresada de manera paradigmática en la frase: “Noli foras ire, in te ipsum redi: in interiore homine habitat veritas” (No salgas fuera de ti, entra dentro de ti mismo: en el hombre interior habita la verdad, De Vera Religione, 39, 72)

Agustín enseña que el camino hacia Dios comienza por el retorno al interior del alma, donde se encuentra la imagen de Dios. Dios no está fuera, sino dentro: “Tu eras interior intimo meo et superior summo meo” (Tú estabas dentro de mí, más interior que lo más íntimo mío, y más alto que lo más alto mío, Confesiones, III, 6, 11).

De ahí surge la experiencia central de la vida de Robert Prevost: el encuentro personal con Cristo. Para él Jesucristo no es un personaje histórico o un héroe, es la Persona que ha transformado su existencia, a quien se consagró para ser sacerdote y misionero. El encuentro con Cristo, para él, no es un punto de llegada, sino un inicio, “porque la inquietud de la búsqueda de la verdad, la búsqueda de Dios, se convierte en la inquietud de conocerlo cada vez más y de salir de sí mismo para darlo a conocer a los demás”, como él mismo explicó en una ocasión.

¿Por qué lo ha titulado “Dios nos quiere”?

Cuando apareció en el balcón de la Basílica de San Pedro tras la fumata blanca, las primeras palabras de León XIV después de “La paz sea con vosotros” fueron precisamente “Dios nos quiere”. Y añadió: “¡Dos os ama a todos y el mal no prevalecerá! Todos estamos en las manos de Dios. Por tanto, sin miedo, cogidos de la mano con Dios y entre nosotros, sigamos adelante. Somos discípulos de Cristo. Cristo nos precede. El mundo tiene necesidad de luz. La humanidad tiene necesidad de Él como puente para ser alcanzada por Dios y por su amor”.

Me parece que son palabras sumamente propositivas que definen el tono de este pontificado. Días antes, informando sobre el cónclave, los periodistas estaban enfrascados en las divisiones y problemas de la Iglesia. León XIV aparecía, después de tan sólo cuatro votaciones, y presentaba el mensaje central del cristianismo, de manera atractiva. Era lo que necesitábamos escuchar. Inmediatamente hablé con Alex Rosal, director de Libros Libres. Para él quedó muy claro desde el inicio: ese era el título del libro.

Además del amor de Dios, de momento el nuevo Papa de lo que más hablado ha sido de paz y de unidad. ¿Cree que pueden ser dos palabras que marquen su pontificado?

Está clarísimo. Por una parte, el mundo necesita paz de manera desgarradora. Robert Prevost conoció a víctimas de la violencia en Perú. Sabe muy bien lo que se juega la humanidad en lugares como Ucrania o Gaza. Y sobre todo ha sido víctima de los efectos que producen en nuestra sociedad la polarización y las ideologías. Acaban justificando incluso calumnias despiadadas. Lo vimos incluso en días precedentes al cónclave.

En mi libro, verás que el desafío más grande que tiene por delante León XIV es precisamente la unidad de la Iglesia. No es exagerado, ni mucho menos, afirmar que la unidad de la Iglesia está en peligro. Quienes siguen la información religiosa saben muy bien que se da incluso el riesgo de nuevos cismas, ya sea de una orientación ideológica o de la contraria. No me cabe ninguna duda de que los cardenales le eligieron de manera tan rápida y mayoritaria pues vieron en él el hombre capaz de crear unidad dentro de la Iglesia.

¿Qué es lo que aporta el libro de novedoso en relación a lo mucho que ya se ha dicho estos días sobre el nuevo Papa?

He tratado de escribir un libro a la luz del “sensus Ecclesiae”, el sentido de la Iglesia. Prevost no es el resultado de una campaña electoral, ni nuestro mejor delantero centro. León XIV tiene una biografía particular, una espiritualidad característica, que le han preparado para ser sucesor de Pedro, es decir, para guiar el timón de la Barca de Pedro entre las fuertes tormentas que afronta la Iglesia en estos momentos. ¿Cómo fue preparado para esta misión inmensa ese niño, ese joven, ese adulto? Esta es la pregunta a la que he querido responder. Espero que este pueda ser el valor añadido.

Entre las aportaciones originales del libro quisiera indicar también el capítulo dedicado al estado actual de la Iglesia. Cuando se analiza la situación de la Iglesia cada quien suele hacerlo desde su sensibilidad, sus gustos, su ideología… Se suelen emitir juicios categóricos, pero en ocasiones no están sustentados por la realidad de los números. Por primera vez, he tratado de evitar este límite y hacer que hable la realidad. He tratado de comprender los verdaderos problemas de la Iglesia, que no son siempre los que más se recalcan, así como los motivos de esperanza. ¿Sabes cuál es el país que produce más vocaciones al sacerdocio? Dudo que aciertes. ¿Sabes que por primera vez en la historia en la Iglesia hay más misioneros laicos que sacerdotes? El mundo, la Iglesia, están cambiando y este análisis depara sorpresas.

Además de la unidad de la Iglesia, ¿cuáles son los principales retos que le esperan al nuevo pontífice?

Además del peligro de cismas, y sin hacer demasiado spoiler, en el libro afronto desafíos como el “escándalo de los escándalos” (el encubrimiento de los abusos sexuales de clérigos para ofrecer una imagen falsa de pureza en la Iglesia), la disminución de la práctica religiosa, el desacuerdo con las enseñanzas morales de la Iglesia, así como una nueva síntesis de la doctrina social de la Iglesia. Este último desafío le ha llevado a tomar el nombre del Papa de la “Rerum Novarum”.

¿Cómo ayuda este libro amar más al Papa?

San Agustín decía que no se puede amar lo que no se conoce. Este libro es un primer acercamiento a la biografía y el pensamiento de Robert Prevost para comprender los designios divinos que le han traído hasta la cátedra de Pedro. De este modo podremos quererle como es, instrumento de Dios, pontífice, en este momento particular de la historia de la Iglesia.

No se trata de hacer de él un ídolo. No somos una secta. Tampoco debemos caer en tópicos infantiles sobre su persona. Mi mayor deseo es que el lector, en particular aquel que se siente preocupado por el rumbo del mundo y la Iglesia, pueda recuperar la esperanza: Dios ha respondido a las oraciones de su pueblo y le ha dado un pastor. Como Pedro, tendrá límites y podrá cometer errores, pero como Pedro responderá a aquella acuciante pregunta de Jesús: “¿También vosotros queréis marcharos?”. “Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de Vida eterna” (Juan 6, 67-68).

Por Javier Navascués

5 comentarios

  
Marta de Jesús
A eso se le llama rapidez. Caramba.

A quien le influye un santo, le acaban influyendo todos, pues es el propio Cristo quien está tras sus vidas transformadas. Experiencia propia. Casi no conocía a San Agustín. Pero había leído las vidas de San Francisco de Asís, San Juan de Dios, San Vicente de Paúl y Santa Teresa de Calcuta. Había oído hablar de otros santos, por ejemplo, había visto algún capítulo de una serie española sobre Santa Teresa de Jesús, aunque reconozco que no me gustó, no me interpeló en ese momento. Ahora le pillé el nombre prestado, ¡qué cosas!. Espero no le importe e interceda por mí. Después, al formar mi propia familia, conocí otros santos, como Santa Mónica o Santa Rita. Y, voilá,, apareció San Agustín. Después San Ignacio de Loyola, San Francisco Javier, Santo Tomás de Aquino, Santa Juana de Arco, San Juan de la Cruz... No me dará tiempo a conocerlos a todos.
Dios guíe al nuevo Papa. San Agustín y todos los santos intercedan por él en tan grande responsabilidad. Cada uno donde Dios nos haya plantado. Por mí parte voy a hacer la colada y otras cosillas pendientes. Tengan ustedes buen y fructífero día.
22/05/25 10:37 AM
  
Marta de Jesús
Estoy en desacuerdo con una cosa, me disculpe el autor. No creo que se encubrieran los abusos por querer parecer puros. Aunque pueda ser que hubiera algo de eso. Creo que hubo más bien influencia maligna del mundo, que en determinado tiempo, SXX, se defendió el sexo entre adultos y menores, como algo que partía del menor o que él quería, y que debía ser respetado. Me da asco el solo escribirlo, pero en ese ambiente se movía la sociedad, mejor dicho, la suciedad. Luego pudo haber cobardía por no saber cómo lidiar con determinada situación. Y eso derivó en el peor es escenario posible. Se les fue de las manos. La crisis de Fe, de convicción, llevó a esa terrible realidad. Aparecieron los que denunciaban por no haber sido defendidos de los depredadores. Si se les echaba nos acusaban de malos, de poco misericordiosos. Había que dejarles hacer. La pérdida de la falta de autoridad también influyó. Y vaya la que liaron... Cuánto daño! Ahora hemos perdido credibilidad. Las correcciones no son falta de Caridad, son parte de ella. Dios nos devuelva al rumbo correcto.
22/05/25 11:53 AM
  
Francisco Javier
Ojalá que sea mucho de san Agustín y cero de Francisco I.
22/05/25 5:17 PM
  
María de África
No me gustan los libros tan apresurados, un libro de esta clase solo puede ser pre-papal porque hace una semana que es Papa, de manera que, antes de que haga nada sale el libro. ¿Qué puede decir del Papado de León XIV? Nada. Como hay un Simón bar Jona en los Evangelios y un San Pedro en los Hechos de los Apóstoles, que son bastante diferentes, puede haber un Cardenal Prevost, antes de ser Papa, y un León XIV, Papa, también diferentes.
22/05/25 5:48 PM
  
José
Justo por eso, María de Africa, la portada del libro dice: "su vida, su pensamiento y los retos que le esperan". No es un libro sobre la semana de pontificado de León XIV, sino sobre el camino que ha seguido hasta el umbral del pontificado, partiendo de la información disponible que existe sobre él. Efectivamente, San Lucas escribió primero los Evangelios, done nos presenta a Simón Bar Jona, y después el libro de los Hechos, donde nos presenta a Pedro. Pero hay rasgos característicos del pescador de Galilea que vemos en ambos libros, pues como bien dijo Santo Tomás de Aquino, "Gratia naturam elevat, non mutat." ¡Yo recomiendo leer el libro para conocer a Robert Prevost y así entender mejor a León XIV!
22/05/25 11:38 PM

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21.05.25

El P. Agustín Giménez habla del voto en defensa del quinto dogma mariano del 31 de mayo en El Cerro

El P. Agustín Giménez González es sacerdote diocesano de Getafe desde 1999. Actualmente profesor estable de Sagrada Escritura en la Universidad Eclesiástica San Dámaso, capellán de las MM. Carmelitas del Cerro de los Ángeles y vicario parroquial de San Juan de Ávila (Móstoles). Es coordinador del Foro Mariano Diocesano. Han publicado el libro María, mi madre, en la editorial nueva Eva, en donde estudian a fondo todas las cuestiones de la corredención de María, a nivel bíblico, teológico, histórico y de actualidad.

Visitar web: Foro Mariano

El próximo 31 de mayo, sábado, unos sacerdotes y fieles miembros del FMD realizarán un voto público de defensa del quinto dogma mariano, en la Ermita de Nuestra Señora de los Ángeles, patrona de la Diócesis de Getafe, al concluir la santa misa. Con este motivo entrevistamos al Padre Agustín.

¿Por qué han organizado la primera celebración de voto de defensa del quinto dogma mariano?

Esta es una iniciativa privada de unos sacerdotes, religiosos y fieles que estamos en el Foro Mariano de la diócesis de Getafe. No es una acción promovida directamente ni por la diócesis, ni por el obispo, pero sí permitida, acogiendo así el deseo que ha brotado en muchos de nosotros a hacer este juramento.

Este voto, o juramento, no es nuevo en la Iglesia, pues con unas u otras palabras, pero siendo el contenido el mismo, se hace desde hace más de un siglo en la mayoría de las cofradías y hermandades de Sevilla, y en muchas otras. Incluso en el cabildo catedralicio de Sevilla, que lo renuevan cada 15 de agosto. Estos grupos, de hecho, exigen hacer el juramento y renovarlo cada año, para pertenecer a sus filas. La principal novedad de lo que estamos promoviendo es que no está ligado a una hermandad concreta, o asociación, sino que lo hacemos por el deseo simple y llanamente de honrar a María con ello, de expresar que creemos en esto, de ofrecernos a Dios por la proclamación de esta verdad católica como dogma.

Fue, precisamente, descubrir que se venía haciendo en España desde hace unos 110 años lo que suscitó en nosotros el deseo de hacerlo también. Otro aliciente fue conocer la historia de la implicación de España en la proclamación del dogma de la Inmaculada. Por todas partes de España y América se extendió el voto de defensa de la Inmaculada, durante cuatro siglos. Desde el pueblo de Villalpando (Zamora), hasta las principales universidades católicas. Por ejemplo, el rey de España Carlos III sacó un decreto por el que prohibía enseñar en ninguna universidad del Imperio español a los que no hubiesen jurado el voto de defensa de la Inmaculada.

¿Cómo influyeron estos hechos históricos?

Estos hechos de nuestra historia nos motivaron grandemente a querer hacer este voto para el dogma que falta de la Virgen María, así como a ofrecer la posibilidad de hacerlo a quien quiera. Especialmente nos impulso el ejemplo de San Pedro Poveda y de la Institución Teresiana que fundó con Josefa Segovia. Él mismo, al igual que miles de católicos en toda España en los años 20 y 30 del siglo XX,  se ofreció al martirio por la proclamación de los dogmas marianos que en su tiempo faltaban: la asunción de María y la mediación universal de María corredentora y madre de la humanidad. La Institución Teresiana, todos los años, en las capillas de sus centros -según cuenta Josefa Segovia- junto con sus universitarias, renovaban el juramento solemnemente.

¿En qué medida estos actos pueden ayudar a la proclamación del dogma y qué beneficios traería a la Iglesia?

En nuestra opinión, esto es lo más eficaz que se puede hacer de cara al dogma. Porque es pedirlo directamente a Dios con la implicación de toda la persona. Es como una consagración especial a Dios por María y por medio de Ella. Creemos que los miles de mártires en España, que se habían previamente ofrecido a Dios por este dogma, fueron decisivos en que se proclamase “tan pronto” (en comparación con los 4 siglos que se tardó en la Inmaculada Concepcion) el dogma de la Asunción de María al cielo (en 1950, por Pío XII).

Los beneficios solo Dios los sabe. Muchos creemos que ayudaría decisivamente al triunfo del Inmaculado Corazón de María, prometido en Fátima. Para el razonamiento de esto, remito al libro “María, mi Madre. Corredentora, Mediadora, Abogada” (ed. Nueva Eva), al apartado VI. 3, titulado “Beneficios de un quinto dogma” (págs. 577-595).

¿Qué nos puede decir del simbolismo del lugar en donde van a tener lugar estos votos?

Lo hacemos en el Cerro de los Ángeles, en primer lugar, porque es nuestra casa, y es donde está la Ermita de Nuestra Señora de los Ángeles, la patrona de la diócesis de Getafe, la primera que llegó al Cerro en el siglo XVI. Además, aquí España se consagró al Sagrado Corazón de Jesús, que está intrínsecamente unido al Corazón de María. Igualmente, está el convento de las MM. Carmelitas, que rezan diariamente en la misa por la proclamación de este quinto dogma.

¿En qué medida buscan seguir la estela de San Pedro Poveda y otros muchos santos que ya lo hicieron en el pasado?

Ciertamente queremos ser dignos sucesores suyos. Yo, concretamente, soy sobrino de una teresiana, Rosalía Giménez, DEP, que desde pequeñito me metió muy dentro la devoción a san Pedro Poveda. Siempre me impresionó su escapulario de la Virgen del Carmen, tan grande, y atravesado por la bala de su fusilamiento, por el que alcanzó el martirio. Nos sentiríamos muy bendecidos si nosotros también un día recibiésemos la gracia del cielo de morir mártires, y poder derramar nuestra sangre por la proclamación de esta verdad sobre María, que Ella es madre universal de la humanidad redimida. Sería todo un honor.

¿Por qué está abierto a todo el mundo y cómo pueden inscribirse las personas que lo deseen?

Está abierto a todos porque entendemos que puede haber otras personas en quienes haya surgido el mismo deseo, y quizá no tienen la oportunidad de hacerlo si nadie se lo organiza.

Para inscribirse basta rellenar este formulario (se debe hacer desde una cuenta de gmail):

Ante cualquier dificultad, propuesta o sugerencia, se puede escribir al siguiente correo: [email protected]

Muchas personas, que no pueden venir al Cerro de los Ángeles, como por ejemplo los que viven en América, lo podrán hacer (tal como se explica en el formulario) desde sus propios lugares, uniéndose espiritualmente.

¿Podría mostrarnos la formula del voto solemne para que las personas que lo deseen puedan hacerlo a distancia?

Fórmula del voto solemne por el quinto dogma

¿Qué bendiciones y gracias espirituales espera ese día?

Esperamos que la Virgen María se sienta feliz por el amor de sus hijos, y que ayudemos con este amor a reparar tantos desprecios y ofensas y olvidos que recibe de los hombres.

También esperamos que el cielo acoja nuestra ofrenda y mueva los hilos necesarios para que llegue pronto el dogma. Cuando Dios quiera.

¿Por qué animaría a todas las personas que vivan en Madrid o alrededores a que se acerquen al Cerro de los Ángeles ese día?

Bueno, en realidad animaríamos solo a los que tengan claro que quieren hacer el juramento, porque es una cosa muy seria y no debe hacerse sin más. Uno debe estar convencido de ello. En ese sentido, quien tenga dudas al respecto le recomendamos que lea el libro antes mencionado. Y si ve que Dios le pide dar este paso, que lo dé. Pero si no, que no lo dé.

Además, estos juramentos se renuevan cada año, por lo que siempre existirá la posibilidad de hacerlo más adelante.

Por Javier Navascués

2 comentarios

  
Antonio
"Corredentora" y "Mediadora de toda Gracia" son dos dogmas, no uno.
La Santísima Virgen María es Madre de los redimidos, la nueva Eva, Madre de Gracia y de Misericordia que nos engendra en la vida sobrenatural, porque si bien Eva es Madre de toda la humanidad (y origen del pecado), María no. Es un error común. En la Cruz, Nuestro Señor Jesucristo le dio por Madre a María al discípulo, no al centurión, no a los soldados, no a los que lo condenaron a muerte, solo al discípulo, y en él a todos los que por el bautismo y la fe hemos renacido a la Vida sobrenatural perdida por el pecado.
Cristo es el nuevo Adán y María la nueva Eva, que dan origen a una nueva humanidad, los hijos de Dios por adopción, hijos en el Hijo, elevados por Gracia a compartir la naturaleza divina, la Iglesia Católica (triunfante, purgante y militante).
21/05/25 3:22 PM
  
Josep
Corredentora.
21/05/25 8:35 PM

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20.05.25

José Manuel Almuzara analiza lo que supondrá la previsible beatificación de Antonio Gaudí en 2026

José Manuel Almuzara. Arquitecto desde 1977 por la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona. Colegiado en el COAC de Barcelona, ejerciendo la profesión como autónomo más de 45 años. Conoció a dos discípulos de Gaudí siendo estudiante de arquitectura.

Presidente de la asociación pro beatificación de A. Gaudí desde 1992. Secretario y vicepresidente de “Amigos de Gaudí” de 2007 a 2015. Embajador del Proyecto de Gaudí en Rancagua, Chile, desde 2016. Colaborador en The Gaudí Research Institute, Colonia Güell, desde 2014. Vocal de la Junta directiva del Centro Gaudí Madrid, de 2011 a 2024

Difunde la vida y obra de Gaudí a través de visitas, conferencias, exposiciones, artículos, publicaciones. Su web es www.almuzara.org

Impartirá una conferencia sobre Gaudí y la esperanza este jueves a las 19,30 en la iglesia de Montealegre de Barcelona.

¿Qué supuso para la Iglesia que Antonio Gaudí fuera declarado venerable recientemente?

 Creo que es una excelente noticia, que nos produjo una gran alegría, porque confirma lo que muchos pensamos sobre Gaudí y nos sirve como ejemplo de santidad, de una llamada de la Iglesia que es universal, para todos, y especialmente, para los laicos, como Gaudí, arquitecto. «La verdadera historia de la humanidad –enseñaba el papa san Juan Pablo II– se identifica con la historia de la santidad (…): los Santos y los Beatos se nos presentan como testigos, es decir, como personas que, confesando a Cristo, su persona y su doctrina, han dado lugar a una manifestación sólida, concreta y creíble de una de las notas esenciales de la Iglesia, que es precisamente la santidad.

Sin ese testimonio continuo, la doctrina religiosa y moral predicada por la Iglesia correría el peligro de confundirse con una ideología meramente humana, siendo como es doctrina de vida, es decir, aplicable y traducible a la vida: doctrina que ha de ser vivida según el ejemplo de Jesucristo, que proclama “yo soy la vida” (Jn 14,8) y afirma que ha venido para dar esa vida y darla en abundancia (cfr.ibid.,10, 10).

La santidad, no como ideal teórico, sino como camino que se ha de recorrer en seguimiento fiel de Cristo, es una exigencia particularmente urgente de nuestro tiempo (…)».

Juan Pablo II, “discurso del 15-II-1992″. En: Insegnamenti,1992. p. 304-305.

 Y el Papa Francisco, con la aprobación del pasado 14 de abril ha ratificado, avalado, que Gaudí ha vivido en grado heroico las virtudes. Gaudí dedicó su vida y su obra a la exaltación de la fe, dando ejemplo en el día a día de su vida y que dejó impronta de eternidad en sus obras, merece ser expuesto a los fieles como ejemplo y a los no fieles como tema de reflexión.

 Como testimonio de conversión a través de Gaudí, copio parte de la carta de Yun Young-Joo directivo de la Cámara de Comercio e Industria de Busan, Corea del Sur, que escribía el 19 de marzo de 1998: “Gaudí, con su búsqueda constante de la verdad, realizaba obras que hacen que la gente descubra el hálito divino que palpita en ellas. Su arquitectura merece el elogio de la gente, ya que escribió poesía con su arquitectura. No puedo olvidar el impacto religioso que me causó la visita a Barcelona para preparar la exposición de Gaudí.

Estuve en el Templo de la Sagrada Familia, como parte de mi recorrido de las obras de Gaudí alrededor de Barcelona. Me es imposible describir la huella que dejó en mi corazón. No pude menos que inclinar mi cabeza ante la solemnidad, la santidad y la grandeza del edificio. Un sentimiento profundo embargó mi corazón. A través de las obras de Gaudí, y del toque divino que tienen, me convencí de la existencia de Dios".

 ¿Cómo están trabajando a ese respecto en la asociación probeatificación de Gaudí?

 En junio de 1992 cinco laicos iniciamos un proyecto, muy ilusionados y convencidos de la santidad de Gaudí. Actualmente somos tres los miembros de la Asociación: Javier Fransitorra, arquitecto, Josep María Tarragona, ingeniero, periodista, escritor, y José Manuel Almuzara, arquitecto. Mn Ignasi Segarra fue el inspirador de la Asociación pro beatificación de Antoni Gaudí el 17 de abril de 1992, Viernes Santo. Gaudí fue declarado Venerable por el Papa Francisco el 14 de abril de 2025, 33 años después.

 Desde la constitución de la Asociación Canónica Antoni Gaudí, dependiente del Arzobispado de Barcelona, nuestra Asociación ha dejado de ser la parte actora. Eso sí, seguimos a título personal difundiendo a Gaudí a través de conferencias, publicaciones, visitas, entrevistas, congresos.

 ¿Qué supondría esta beatificación para la Iglesia?

 Reconocer a un hombre como modelo para la llamada universal a la santidad a través especialmente del trabajo: «El trabajo –comentaba– es fruto de la colaboración, y ésta sólo puede basarse en el amor. El arquitecto ha de saber aprovechar lo que saben hacer y lo que pueden hacer los operarios. Se ha de aprovechar la cualidad preeminente de cada uno. Esto es: integrar, sumar todos los esfuerzos y tenderles la mano cuando se encallen; así trabajan a gusto y con la seguridad que da la plena confianza en el organizador. Además, hay que recordar que no hay nadie inútil, todos sirven (aunque no todos con la misma capacidad); la cuestión es encontrar para qué sirve cada uno».

Gaudí se ocupaba de sus obreros, tanto en su aspecto profesional, como en su vida personal: «Rogaba a Raimundo: ¡Cuídate!, Hazme caso. Aún estás a tiempo. Deberías hacer un poco más de ejercicio: andar. Y poner freno en el comer, con un poco de régimen. Piensa que, si no tienes prudencia, ¡estallarás!».

Su costumbre de intervenir personalmente en los trabajos le ponía en contacto, necesariamente, con todo el personal.

«Esto lo podrá hacer José, que tiene paciencia» –decía.

«¡Que lo haga Andrés, que tiene más estatura y le será más fácil»!

Gaudí practicaba y defendía el sacrificio: «La vida es amor y el amor es sacrificio. El sacrificio es lo único realmente fructífero. La causa del avance espiritual y material de las órdenes religiosas, de los hogares, es que se sacrifican todos sus miembros en bien del conjunto».

 ¿Qué virtudes destacaron más en Gaudí?

 Resaltaría la humildad; hombre de carácter fuerte, trabajador, enamorado de su profesión, de Dios y de todo lo creado, sintiéndose un colaborador; hombre de misericordia que supo “reconocer, contemplar y servir“, ocupado en sus deberes familiares, sociales y profesionales. Que se enfrentó a la adversidad y buscó las prácticas religiosas para ganar las batallas de la vida. Confiado en la Providencia divina y que procuró utilizar los dones recibidos de Dios.

Decía Gaudí: “cada uno utiliza el don que Dios le ha dado. Su realización es la máxima perfección social. El que construye y tiene que hacer cosas, que no critique las obras de los otros ni defienda las suyas, sino que haga y dirija la crítica contra sus propias obras para depurarlas y mejorarlas".

 Gaudí vivió con humildad, con sencillez y pobreza de espíritu. Era un hombre íntegro, no era amigo del dinero, ni de la mentira, ni de las apariencias. Lo que ganaba era para vivir con dignidad, cuidando de su padre y sobrina, y en los últimos años de su vida renunció a sus honorarios por el proyecto y dirección de las obras de la Sagrada Familia. 

 La arquitectura de Gaudí no fue entendida por todos, recibió burlas, críticas, tuvo envidias, pero supo luchar y seguir adelante, ganando las batallitas de la vida, excepto la de mal genio que a pesar de querer dominarlo no lo conseguía en algunos momentos.

Así lo describe Gaudí: “para no caer en la falsa humildad, el Señor nos deja el gusanillo del irascible amor propio. Yo soy por temperamento un hombre luchador. He luchado incesantemente y lo he conseguido todo menos dominar mi mal genio. Pero no desisto y pongo todo mi ingenio para rebajarme ante mis propios ojos: es muy provechoso en los fracasos, echarse la culpa a sí mismo, aunque no la tengamos, porque así resplandece la verdad, aunque no lo parezca".

 Hombre de profunda fe, ¿Cómo vivió la esperanza?

 Gaudí fue un hombre de fe, manifestada en una vida de amor y sacrificio, de exigencia y aceptación de las circunstancias de la vida, positivas o no, que disfrutó con su trabajo y con sus colaboradores, uniendo arquitectura y simbolismo, con esfuerzo personal para ganar las batallas de la vida, apoyándose especialmente en las prácticas religiosas, que le hicieron ser un hombre de corazón limpio y conseguir esa paz personal, esa paz personal necesaria para conseguir la paz universal. 

 ¿Por qué el reflejo de su obra también emite al mundo un mensaje de esperanza?

La declaración de Gaudí Venerable, la previsión de su beatificación en 2026, y los avances recientes y las esperanzas que suscita la obra de la Sagrada Familia nos alegran y me hace pensar que, por encima del criterio de los clérigos, arquitectos, escultores y artistas, lo más importante es:

“Recordar, sobre todo, al que fue alma y artífice de este proyecto: a Antoni Gaudí, arquitecto genial y cristiano consecuente, con la antorcha de su fe ardiendo hasta el término de su vida, vivida en dignidad y austeridad absoluta… Él mismo, abriendo así su espíritu a Dios ha sido capaz de crear en esta ciudad un espacio de belleza, de fe y de esperanza, que lleva al hombre al encuentro con quien es la Verdad y la Belleza misma". Papa Benedicto XVI, Homilía en la consagración del Templo expiatorio de la Sagrada Familia de Barcelona, 7 de noviembre de 2010.

Así expresaba el arquitecto sus sentimientos: “Un templo es la única cosa digna de representar el sentir de un pueblo, ya que la religión es la cosa más elevada en el hombre”

¿En qué medida la belleza de Dios, manifestada también en el arte, puede salvar a esta humanidad sufriente?

Que mejor que responder a esta pregunta con palabras de Benedicto XVI de la homilía pronunciada el 7 de noviembre de 2010 en la Consagración del Templo expiatorio de la Sagrada Familia de Barcelona con relación a Gaudí: colaboró genialmente a la edificación de la conciencia humana anclada en el mundo, abierta a Dios, iluminada y santificada por Cristo. E hizo algo que es una de las tareas más importantes hoy: superar la escisión entre conciencia humana y conciencia cristiana, entre existencia en este mundo temporal y apertura a una vida eterna, entre belleza de las cosas y Dios como Belleza. Esto lo realizó Antoni Gaudí no con palabras sino con piedras, trazos, planos y cumbres. Y es que la belleza es la gran necesidad del hombre; es la raíz de la que brota el tronco de nuestra paz y los frutos de nuestra esperanza. La belleza es también reveladora de Dios porque, como Él, la obra bella es pura gratuidad, invita a la libertad y arranca del egoísmo".

Por Javier Navascués

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