Domingo Barbero es una persona enamorada de Cristo, que intenta trasmitir a través de sus programas el amor a Dios que anida en su corazón. Con la misma ilusión del primer día vuelca toda su creatividad y buen hacer periodístico al servicio del Evangelio.
En esta sencilla entrevista nos habla de su productora Domivisión y de su original manera de plasmar la belleza de Dios en los medios audiovisuales.
Háblenos de forma muy resumida de su ya dilatada trayectoria profesional, sin duda toda una aventura de vida, en la que ha puesto su alma y corazón…
Antes que nada, Javier, muchas gracias por esta oportunidad extraordinaria que me has brindado para entresacar en este medio católico, tan prestigioso, mi proyecto actual, tendente a la evangelización.
Me licencié en Ciencias de la Información, rama Periodismo, en el año 1991; por la Universidad Complutense de Madrid. Al finalizar la carrera, trabajé en emisoras de radio y cadenas de televisión de ámbito local y provincial, como jefe de informativos y presentador, incluso de deportes, en medios como Antena 3 Radio, Cadena Ser, Televisión Linares y Telejaén.
Pero necesitaba cambiar de aires y hacer otro tipo de periodismo…
Así es y posteriormente, buscando una felicidad que no me daban estos medios convencionales, pasé a formar parte del equipo de Radio San José, en Zaragoza, en donde coincidí contigo. De ahí, pasé a NSE, Nuestra Señora del Encuentro Producciones en Trujillo, Cáceres.
Luego, montamos productora propia en Madrid, con un socio de mi pueblo, Úbeda; con, el también periodista, Miguel Ángel Cobo; hicimos la serie de animación, en 3D, En clase con Jesús; junto con mi hermano Miguel Ángel Barbero, psicopedagogo y gerente de la Editorial didacbook. Posteriormente, hice programas para María Visión España, fundada por el Licenciado D. Emilio Burillo; concretamente Colevisión; también con mi hermano Miguel Ángel; y, actualmente, tengo productora católica propia, Domivisión, dedicada a hacer programas católicos desde la ciudad ubetense; en colaboración con otro hermano mío, igualmente periodista, Juan Ramón Barbero, y su medio JR Producciones.
¿Cómo nace Domivisión y con qué objetivos?
Domivisión nace a mediados de 2015, ante la necesidad imperiosa de hacer programas propios de índole católica, tras mi paso por María Visión, donde había estado colaborando en la producción y presentación del programa citado anteriormente, Colevisión, y otro denominado Family Center. Allí residí en Bormujos, población sevillana; estando el canal mariano situado en el Convento de Santa Rosalía, en pleno centro de Sevilla. Al cerrar por entonces María Visión, en 2014, tuve que volver a mi pueblo natal y sentía la necesidad de hacer programas de inspiración propia que dieran Gloria a Dios; para la salvación de las almas.
La idea siempre, desde esta iniciativa, ha sido poner las virtudes, por encima de todo, como plataforma o palanca para alcanzar la santidad y de esa forma llegar al Cielo; que es para lo que hemos nacido todos. Así, he hecho en estos años programas como Despertar, El seguidor, El Refugio, Infoverdad, Virtus (junto a Editorial Didacbook, también) y ahora ya preparando la novedad para la nueva temporada (2024-2025) y espero culminar así mi trayectoria hasta que Dios me recoja; los años que Él quiera, con Herramientas virtuosas.
¿Cuál es el aspecto específico con relación al resto de canales católicos?
El carácter específico de la productora Domivisión y canal de YouTube Domivisión tiene que ver con el nuevo proyecto audiovisual o programa Herramientas virtuosas y lo que este significa:
Espacio católico, cuyo contenido gira, todo el tiempo, en torno a similitudes, paralelismos, analogías, correlación, correspondencias, concomitancias y concordancias entre herramientas y virtudes (“herramientas”= “virtudes”).
Según reza la propia ficha del programa, que equivale al “leiv motiv” de la propia productora, Herramientas virtuosas es un programa de televisión moderno; un producto audiovisual innovador; una representación, un “teatro”, un espectáculo televisual en el que pasan cosas; un espacio religioso, formativo y de entretenimiento en el que aparecen elementos y personajes, que van entrando y saliendo; cada uno con su “papel” para dar la fuerza y emoción necesarias (junto con la propia acción apostólica) en la referida “función”. Se trata de una obra que crea un universo propio, con un lenguaje único, que nos transporta a un mundo paradisíaco; nunca imaginado.
Quiero hacer un programa alejado del cliché de programa católico o religioso, a veces anodino o previsible, que no irradia fuerza para llegar a todos y provocar esa transformación o mutación real, cambio de mente y corazón, en el otro. Siempre he querido unir la producción católica o religiosa con el mundo de la televisión y la carga de espectáculo que este medio conlleva; una cosa no está reñida con la otra. En ese sentido, siempre he procurado llegar a todos los públicos con formatos innovadores sin perder la misión evangelizadora; pero hacerlo todo desde un entretenimiento congénito al medio televisual.
¿Cuál es la idea-intención del nuevo programa Herramientas virtuosas, que se empezará a emitir y publicar a partir de este mes de Septiembre de 2024?
Es promover la vida en virtudes para ser felices en la Tierra y alcanzar el Cielo; utilizando las herramientas como símbolo de las virtudes. Para llevar a efecto dicho simbolismo, grabamos en un estudio o plató, con fondo virtual de ferretería, en el que el “dependiente ferretero” (un servidor) recibe o conecta con unos “suministradores”-“proveedores” del “producto” (los diferentes colaboradores o avatares que presentan esa “herramienta”) y que nos dan “pie” a preguntar sobre esa virtud concreta, extraída del Evangelio.
Entretanto se produce este encuentro, también se da paso a unos “forjadores”, iconos de cristianos-católicos auténticos que son los que ya utilizan esas “herramientas” y que inspiran o animan a los “clientes”-“consumidores”, telespectadores, a la hora de adquirir esta “mercancía” religiosa.
El propósito del programa es desmenuzar los cuatro Evangelios, hacerlos “papilla” para conseguir el “despertar” de los televidentes que lo necesiten y dar ánimos a los que ya están “despiertos”; en este espacio televisual, de cuarenta y cinco minutos, dividido en tres actos, que llamamos Herramientas virtuosas. Buscamos la aplicación práctica del Evangelio en las vidas diarias de esos telespectadores, de cara a su propia santificación. Las virtudes que se tratan en este programa de conversión tienen que ver con el Evangelio de ese día o los Evangelios de los días de esa semana, teniendo en cuenta la periodicidad del programa.
¿En qué consideración tienen a los televidentes y seguidores de las redes sociales?
A los televidentes y seguidores de redes sociales les consideramos como clientes hipotéticos, consumidores potenciales de herramientas subjetivas, posibles demandantes de virtudes, profesionales de oficios tradicionales en sentido figurado: soldadores, tapiceros, vidrieros emocionales que, entendemos, necesitan adquirir, los que no cuenten con ellos, ese taladro, serrucho, esa barrena, carraca, esas llaves allen, tenazas inmateriales; en conclusión, virtudes para que sean felices en la tierra y alcancen el Cielo. Es decir, les urgimos a que se provean de las siete virtudes fundamentales que aparecen en el Evangelio; que pidan, busquen, llamen, que sean astutos como serpientes y sencillos como palomas, que no echen sus perlas a los puercos, que se nieguen así mismos, carguen con su cruz y sigan a Jesús, y que tengan fe como un grano de mostaza.
En la práctica, estas virtudes se concretan, por ejemplo, en el hecho de que pidamos y busquemos ser como Dios, como Su Hijo Jesucristo, como el Espíritu Santo, ser como Su Madre, la Virgen María; que pensemos, hablemos y actuemos como el Altísimo. Y también se materializa esta vida virtuosa en que tengamos cuidado con lo que decimos y hacemos, que estemos preparados para todo lo que pueda venir en nuestras vidas, para todo lo que nos puedan decir o hacer los desalmados, los “lobos”, las malas “bestias”; y en que no echemos las cosas sagradas, santas, que están dentro de nuestro corazón, a las personas que solo viven de cara “al qué dirán”, esclavas de los “respetos humanos”; que tienen al vientre como consejero, al dinero como único dios y que solo miran o ven “de tejas para abajo”.
¿Qué virtudes instáis a desarrollar a los televidentes?
Por último, a los que nos ven o nos vayan a ver, les instamos a que callen cuando les digan algo que no les gusta, les siente mal o consideren injusto, que no hablen estando enfadados, nerviosos o en “caliente”; que acepten y amen las pequeñas “cruces” que se pueden presentar en cada jornada; que ofrezcan esas situaciones difíciles, esos reveses, esas circunstancias aparentemente desfavorables que, de hecho, se presentan en nuestro transitar diario, y que Dios permite, para desarrollar la labor apostólica que les compete.
Les conminamos a que hagan la voluntad de Dios; que cumplan la misión a la que han sido llamados y que, por tanto, lleven adelante la Obra Redentora que Él les pide, no por vanagloria de ellos sino para Gloria del propio Todopoderoso; asimismo, para el bien de la humanidad, la conversión de los pecadores, la salvación de las almas y su propia salvación.
Y les exhortamos a que no se vengan abajo, no “tiren la toalla”, no tengan miedo, mantengan la calma y la serenidad en todo momento, y perseveren en la tarea evangelizadora que están llevando a cabo. Y, al mismo tiempo y como trasfondo, les acuciamos y apuramos, por último, a que tengan un propósito divino en sus vidas, que dejen de pensar como los paganos y pongan una mentalidad de Cristo en su existencia, que busquen las cosas de “arriba” y se aparten de las cosas de “abajo”, que se despojen del hombre “viejo” y se revistan del hombre “nuevo”, que aprendan a vivir para aprender a morir; porque esta misma noche: Dios les puede reclamar.
https://www.youtube.com/@DOMINGO68
Por Javier Navascués