27.05.24

Antonia Salzano, madre de Carlo Acutis: «Estamos muy felices, pues mi hijo Carlo tiene muchos devotos en todo el mundo»

InfoCatólica daba la semana pasada una gran noticia, la aprobación del milagro que abre la puerta a la canonización del beato Carlo Acutis. Dios mediante será proclamado santo en breve. Con este motivo nos hemos puesto en contacto con su madre Antonia Salzano, que valora este día de gran alegría para ella y para toda la Iglesia.

¿Cómo se siente tras conocer la noticia?

Seguramente en la vida hay muchos momentos de felicidad, pero este es uno muy grande. Estamos muy felices porque Carlo tiene muchos devotos alrededor de todo el mundo. Estábamos todos esperando este momento. Carlo es un signo de gran esperanza para todo el mundo, pero sobre todo para los jóvenes porque tenemos una sociedad con muchos peligros.

¿Por qué Carlo puede ser un faro de luz para muchos jóvenes de hoy?

Porque los jóvenes están expuestos a problemas con las drogas, con el alcohol, con la pornografía…Mi hijo hace ver al joven de hoy que la santidad es posible. Uno piensa que con la tecnología puede dominar el mundo, pero la gente está depresiva, con problemas…

Carlo fue un joven muy normal, pero con una diferencia esencial en la forma de enfocar su corazón…

Así es. Carlo jugó con la PlayStation, tenía ordenador, le gustaba el futbol, los deportes…pero el centro de su vida era Cristo. Cuando hizo la primera comunión a los 7 años escribió que su programa de vida era estar siempre unido a Jesús. Y mantuvo esto toda su vida. Empezó a ir a Misa cada día, a hacer la adoración eucarística diaria… El rosario ya lo rezaba desde que tenía 5 años. También era muy fiel en la lectura de la Sagrada Escritura, que era su consuelo y guía, porque sabía que sin conocer a Cristo no se le podía seguir.

¿Qué hizo a Carlo ser santo?

El hecho de que el punto firme de Carlo era Jesús. Cuando se abre de par en par la puerta de nuestro corazón a Dios la vida ordinaria pasa a convertirse en extraordinaria. Eso es lo que Carlo comprendió y vivió y ahí está su mérito. Él se unió completamente a Dios, que era el centro de su vida.

El ejemplo de mi hijo debe ayudarnos a todos a hacer nuestro camino de santidad. La santidad es una llamada para todos. Cada uno de nosotros es único e irrepetible y los bautizados tenemos una dignidad muy grande porque somos hijos de Dios y estamos hechos a imagen y semejanza de Dios. Cada uno de nosotros tiene que realizar su camino de santidad, que el Señor ha pensado desde toda la eternidad para cada uno de nosotros.

¿Qué gracia le va a pedir el día de su canonización?

Mi hijo puede interceder con Dios para ayudarme a poner a Dios en el primer lugar de mi vida y sobre todo para comprender la importancia de la Eucaristía. Carlo decía que era su autopista hacia el Cielo. Le pediré a mi hijo que me ayude a santificarme principalmente. La cosa más importante para todos es la vida eterna y Dios nos espera.

¿En qué media la canonización de Carlo estimula a los padres a educar cristianamente a los hijos?

Los padres tienen obligación de dar testimonio de la fe. Un niño difícilmente hará lo que sus padres no hacen. Los padres deben rezar con los hijos y enseñarles a vivir una vida santa, virtuosa y coherente. Ir a Misa, rezar el rosario, ir a la adoración, bendecir la mesa..

Internet tiene muchos peligros, sobre todo si el niño no está maduro y los padres deben restringir y controlar su uso. Esto es una forma de amor. Decir no a internet alguna vez no es una tragedia, pues lo que más importa es la salud de nuestros hijos. También hay que controlar con que amigos van y a dónde, que leen, que ven…

Los primeros catequistas deben ser los padres y estos deben enseñar a los hijos desde pequeños a leer la Sagrada Escritura, la vida de los santos para que tengas modelos a los que imitar. Para construir una casa lo importante son los cimientos y de ahí la importancia de la labor de los padres.

Javier Navascués

5 comentarios

  
Veritas liberabit
Recientemente la señora Antonia, compartiendo la alegría de la pronta canonización de su hijo con Radio Vaticana, hizo un comentario muy interesante sobre la eficacia de la oración de intercesión de Carlo y las gracias que obtiene de la Divina Misericordia: "Evidentemente Carlo consigue convencer al Señor, tiene una manera de que Jesús no le diga que no y esto me da un poco de ternura". ¡Qué genial es pensar que Carlo Acutis sabía cómo convencer a Nuestro Señor! Ese pensamiento me hizo recordar lo que hermosamente enseña santo Tomás sobre la oración de los Santos: "proviniendo de la caridad la oración por los demás, los santos que están en el cielo tanto más oran por los viadores, a quienes pueden ayudar con sus oraciones, cuanto más perfecta es su caridad; y sus oraciones son tanto más eficaces cuanto mayor es su unión con Dios" (S. Th. II-II, q. 83, a. 11). Por el grado inmenso de su caridad y de su unión con Dios, ya desde su primera comunión, este joven santo alcanza gracias extraordinarias para cuántos se encomiendan a su oración. ¡Qué felicidad para sus padres poder tener la certeza de que su hijo ha llegado a la meta y que es inmensamente feliz con Dios! ¡Qué felicidad para toda la Iglesia poder contar con la intercesión eficaz de un joven que amó tanto a Jesús Sacramentado y a la Santísima Virgen! En dos mil años de historia de la Iglesia no habido un apologeta que ayudase a tantas personas a crecer en la fe en la Santísima Eucaristía como lo ha hecho este joven a los trece años, con su muestra sobre los Milagros Eucarísticos. Este joven, al igual que los Pastorcitos de Fátima, sus mejores amigos, es un faro de Luz para toda la Iglesia. La noticia de su canonización es una alegría enorme.
27/05/24 5:31 PM
  
Mateo
Mi hijo también murió, era mucho más pequeño que el Beato Carlos, pero a Él nadie le va a canonizar.
Lo extraño mucho, sólo yo, y nadie más
27/05/24 8:02 PM
  
gustavo pérez
Extraordinaria la manifestación profética que delata este joven amante de Jesús y de su Eucaristía y que llegó a ser santo sin aspavientos ni realizaciones milagreras en su paso por este mundo. Ahora, desde el cielo, intercede por los que todavía peregrinamos por este mundo y se ha instaurado en un signo visible de lo que es y lo que puede la gracia unida a una respuesta real y decidida por el cumplimiento del Evangelio.
28/05/24 12:25 AM
  
Nova
Beato y futuro Santo Carlos Acutis, ruega por nosotros...!

Maravillosas, las palabras de la madre de este chico santo. Un ejemplo valiosísimo.
28/05/24 2:27 AM
  
Bernarda Caminero
Soy Bernarda Caminero El 15 de Junio recibí un mensaje de Santa Clara de Asís sobre Carlo Acutis, el cual publiqué en mi canal de youtube www.youtube.com/bernardacamineero Los invito a visitar.
21/06/24 4:41 PM

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26.05.24

Eva Corujo analiza su libro Naturalmente fértiles, fruto de sus años de experiencia

Eva Corujo, farmacéutica bioética, experta en reconocimiento de la fertilidad y sexualidad conyugal, y educación afectivo sexual. Actualmente cursa el máster de Matrimonio y familia. Trabaja en la Escuela Letyourselves, proyecto que creó hace casi 10 años para la formación en fertilidad y sexualidad humana. Imparte formación y conferencias en diferentes ámbitos y cursos de planificación familiar natural, en el marco de las enseñanzas de la sexualidad cristiana de san Juan Pablo II. Casada y madre de familia numerosa.

¿Por qué decidió escribir un libro titulado Naturalmente fértiles?

Principalmente porque la fertilidad es parte de lo que somos, ahí se encuentra la capacidad de generar nuevas vidas, y por eso es importante conocerla y respetarla.

El libro recoge la experiencia de varios años trabajando con parejas de novios y matrimonios en el campo del reconocimiento de la fertilidad y la paternidad responsable. En este tiempo me he dado cuenta, cada vez más, de qué importante es cuidar el don de la fertilidad, que es parte de lo que somos, del cuerpo que somos y que entregamos incondicionalmente y sin reservas a otra persona en el matrimonio. Es una responsabilidad muy grande en el matrimonio reconocer que somos naturalmente fértiles.

El subtitulo Cómo vivir los métodos naturales en el matrimonio católico es bastante clarificador sobre su contenido…

Sí. El libro está dirigido a matrimonios católicos. Con él mi deseo es ayudar a vivir la sexualidad según el plan divino, es decir, una sexualidad plena. Explico por qué la Iglesia llega a recomendar los Métodos naturales (o métodos de reconocimiento de la fertilidad) como estilo de vida que permite respetar siempre el acto conyugal, en ningún caso como ‘métodos anticonceptivos para católicos’. La fertilidad es del matrimonio, por eso tanto el hombre como la mujer reconocen y aprenden a andar juntos un camino al que se sienten llamados.

¿Qué tipos de métodos naturales de control de la fertilidad permite la Iglesia?

La Iglesia Católica nos enseña que toda relación conyugal ha de quedar abierta a la vida, es decir, que se han de custodiar ambas dimensiones inseparables de la unión conyugal: la unitiva y la procreativa.

Por ello, los métodos naturales de reconocimiento de la fertilidad, cuando se necesita posponer un embarazo, requieren de la continencia o abstinencia de relaciones en fase fértil. Los métodos modernos más conocidos son el Método de la Ovulación Billings, el modelo Creighton y el Método Sintotérmico. Son métodos científicos que dan al matrimonio el conocimiento de las posibilidades de fertilidad para poder decidir sin dañar el sentido verdadero del acto conyugal, por eso la Iglesia los permite.

¿En qué documentos eclesiásticos se basa?

La fuente principal es la encíclica Humanae Vitae, sobre la regulación natural de la fertilidad. En ella se explica el acto conyugal pleno y verdadero, la ley natural sobre la que se sustenta la visión cristiana de la sexualidad, por qué la Iglesia Católica dice que no a la anticoncepción, y cuándo y por qué es lícito el uso de los Métodos Naturales cuando se ha de posponer embarazo. Otras fuentes importantes son el Catecismo de la Iglesia Católica, la Declaración de la Persona humana (Congregación para la Doctrina de la Fe) y Gaudium et Spes.

San Juan Pablo II escribió mucho también sobre el amor humano, es una gozada leer sus libros: especialmente Amor y responsabilidad, y todas las Catequesis sobre el amor que impartió durante años y que están recogidas en lo que hoy conocemos como la Teología del Cuerpo.

¿Cuáles son y cómo ha desmontado los principales mitos sobre los métodos naturales?

Hay muchos mitos en torno a los Métodos Naturales. Por resumir los principales:

-”Son métodos ineficaces“. eso no es cierto, ya que los estudios que hay muestran que el reconocimiento de la fertilidad basado en la observación de los indicadores de la fertilidad (moco cervical fundamentalmente, y temperatura basal) es altamente eficaz, en la teoría y en la práctica. El error de considerarlos ineficaces viene del desconocimiento que hay de ellos: no se enseña en la mayoría de las facultades de estudios sanitarios, y se suele asociar al método de Ogino o Calendario, un método anticuado que no se basa en observar esos indicadores de fertilidad, simplemente hace una estadística según la duración de los ciclos, lo cual acaba siendo algo ineficaz a largo plazo porque lo propio del ciclismo femenino es que cambie a lo largo de la vida fértil.

Me parece muy necesario mostrar abiertamente los estudios que avalan el reconocimiento de la fertilidad y que cualquiera puede encontrar en páginas fiables científicas.

-”Sólo sirven para ciclos normales“. Esta idea también está bastante extendida y tampoco es cierta. Es decir, primero hay que tener en cuenta que las mujeres no somos relojes perfectos, y que los ciclos pueden variar en longitud a lo largo de la vida fértil, por ejemplo en los primeros años tras la menarquia, en la premenopausia, en posparto, cuando hay estrés o alguna alteración hormonal. Y en segundo lugar, la observación de los indicadores de fertilidad es diaria, cada día la mujer observa y anota en su gráfica, y esa información, independientemente de cómo sea el ciclo, sirve para saber qué pasa en los ovarios, si se empieza una fase posiblemente fértil o no. Nunca podemos ir por delante del ciclo, sino que, al revés, la observación que se hace te sitúa cada día en lo que va sucediendo. Precisamente estos métodos ayudan a detectar irregularidades.

-”Son métodos de católicos“. Este mito está bastante extendido. Claramente no es cierto, ya que los métodos Naturales son ciencia, están fundamentados en la fisiología de la fertilidad humana. Que la Iglesia los recomiende como medios lícitos para cuidar la fertilidad y el sentido de la unión conyugal no quiere decir que sean exclusivos de católicos.

-”Matan la espontaneidad sexual“. Se tiene una idea generalizada de que las relaciones sexuales han de darse fluidamente, cuando el cuerpo lo pida. Claramente, si se entiende de esa manera el sexo, cuando se usan métodos naturales para posponer embarazo, donde se ha de abstener el matrimonio de relaciones en fase fértil, la espera se hace casi imposible, o se vive de forma reprimida, lo cual no ayuda a crecer en el amor.

Me gusta explicar que la espera de relaciones sexuales no mata la espontaneidad, sino que la humaniza. Es decir, es más propio del hombre ser dueño de sus impulsos, tener autocontrol de sus pasiones, pero no de forma reprimida sino integrada en sus afectos y su voluntad. De esta manera la espera se convierte en un momento de esperanza, de amar, de hacer crecer el deseo de querer darse al otro. En el amor no hay abstinencia sino distintas formas de quererse.

Cuando se entiende el sentido verdadero del acto conyugal, la espera, si es necesaria, siempre merece la pena.

¿Qué es la planificación familiar natural y la paternidad responsable?

La Planificación familiar natural consiste en el uso de los métodos de reconocimiento de la fertilidad para dirigir las relaciones sexuales en función de si se desea posponer o lograr el embarazo. Es una vivencia conjunta del matrimonio, una decisión de ambos que implica un estilo de vivir su sexualidad muy concreto, en donde se tienen en cuenta los tiempos fértiles y en donde la responsabilidad recae sobre las decisiones que mutuamente realiza el matrimonio de cara a tener o no hijos.

La Paternidad Responsable es ejercer esa responsabilidad de la fertilidad delante de Dios, que nos hace cocreadores con Él, enseñándonos que los hijos son un don, un regalo el cual estamos siempre dispuestos a acoger. El matrimonio, al reconocer esos tiempos fértiles que Dios nos ha dado, es capaz de discernir lo que cree conveniente en ese momento: si ampliar o no la familia. Es un discernimiento que se va actualizando según las circunstancias que se van viviendo en el matrimonio. Podríamos decir que la Paternidad Responsable es también vivir siempre abiertos a la vida: siempre con el corazón, y con el cuerpo según los tiempos de fertilidad y en función de las necesidades reales del matrimonio que se pone delante de Dios para dejarse hacer por su voluntad, haciéndonos partícipes al mismo tiempo de las decisiones.

Paternidad responsable no es vivir del providencialismo, como si no tuviéramos capacidad de decisión. Dios nos ha hecho libres, y en esa libertad se vive la paternidad responsable. En muchas ocasiones será disponerse a que venga otro hijo, en muchas otras ocasiones podrá ser mejor esperar prudente a que el hijo venga más adelante por motivos importantes. En este último caso será fundamental el reconocimiento de la fertilidad, el autodominio y siempre la reactualización o revalorización de esa decisión de posponer.

¿Cómo se deben afrontar los problemas de la infertilidad?

La infertilidad es una situación muy dura que viven hoy muchos matrimonios. Los datos dicen que una de cada seis parejas tiene un problema de fertilidad, bien sea por parte de ella, de él o de ambos. La infertilidad se puede tratar, se pueden buscar las causas que la provocan y tratar de poner remedio. En esto consiste la medicina que se encarga de la restauración de la fertilidad (un ejemplo es la famosa Naprotecnología).

Los matrimonios que viven este duelo de no poder tener hijos necesitan sentirse muy acompañados y comprendidos. Y al mismo tiempo saber que no son menos matrimonio que otros que sí tienen hijos. La fecundidad conyugal no significa únicamente tener hijos, también es darse el uno al otro en cada momento, abrir las puertas de su hogar a otros, ejercer su maternidad y paternidad de otras maneras.

¿Cómo puede ayudar este libro a los matrimonios a vivir la sexualidad conforme al plan de Dios?

El objetivo de este libro es dar luz a los matrimonios católicos para entender mejor la sexualidad querida por Dios y que llama a ser vivida plenamente, a pesar de los obstáculos que nos encontremos por el camino, que siempre los habrá. Decía san Juan Pablo II que lo importante es subir juntos, apoyarse el uno al otro para alcanzar la cima con las mejores vistas, no rebajar el nivel de la montaña porque no nos veamos capaces. Toda persona está llamada a la santidad en su situación particular, y para un matrimonio significa llegar juntos al cielo, ver en el cónyuge a Dios y encontrarse con Él.

Se necesita mucha formación, unir fuerzas porque solos no podemos, acudir a la Gracia que se recibe en la oración y los sacramentos y pedir siempre ayuda porque somos débiles e imperfectos. Lo propio del hombre es caer y levantarse, pero cada vez con más convicción cuando la meta está clara.

Por Javier Navascués

1 comentario

  
Alejandra
Sigo a Eva Corujo en redes sociales hace años. Es una mujer generosa, entusiasta y con una vocación muy grande de mostrar al mundo esta parte de la doctrina católica relativa a la sexualidad en el matrimonio.
Como siempre, en esta entrevista se explica muy bien, muestra la Verdad y el camino que han de recorrer los matrimonios católicos para no alejarse de ella.
El libro es excelente, debería estar en todos los hogares.
Gracias por entrevistarla.
27/05/24 12:00 PM

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25.05.24

Albert Vidal: “Hay que hacer ver a los pobres que, a pesar de su dolor, son los primeros para Dios”

Entrevistamos a Albert Vidal, un converso que, tras muchos años alejado, ha vuelto a llevar una vida de oración y de sacramentos. Su apostolado con los pobres, a través de los Jóvenes e hijos de San José, le llena mucho y ser instrumento del amor de Dios. Nos cuenta su experiencia y nos anima al apostolado, cuyo motor es la oración.

Háblanos de usted y cómo nace su actitud de servicio en la Iglesia…

Me llamó Albert Vidal, nací en Barcelona hace 53 años. Mi educación fue la de los chicos de la época. Nacido en una familia católica que no me trasmitieron demasiado la fe, debido a los cambio sociales y a la pretensión de la época. La religión era algo antiguo y con el estigma de ser antimoderno, caduco y sin interés. No es que verbalizaran todo eso, sino que en mi entorno el indiferentismo era el tono habitual respecto a la religión católica. Mi referente fue mi abuela paterna, quién sí practicaba y me conminaba a acercarme a Dios y la Iglesia. Tras mi primera comunión mis padres se separaron y ello propició mi distanciamiento de la oración y de la confianza en Dios. Pedí fuertemente que mis padres volvieran a estar juntos, pero al no ser escuchados mis ruegos, aquello me hizo dejar de prestar atención a Dios.

¿Cómo se fue acercando luego a Dios?

A lo largo de los años, seguí siendo un joven con ganas de saber, y a través de la filosofía y la metafísica en bachillerato y algunas experiencias sensibles en los tiempos de la carrera, me fui acercando a lo sobrenatural de nuevo. Pero fue de la mano de los estudiosos de las religiones, entre ellos algunos gnósticos, como René Guenón, y otros autores que me hicieron ver que había una intelectualidad muy desarrollada que estudiaba el sentido de lo sagrado y la trascendencia.

Después de muchos vaivenes, mi vida estancó y explotó, a raíz de una estafa en la que me vi inmerso por causa de un negocio con un antiguo conocido mío y un grupo de socios suyos. Me vi arruinado de la noche a la mañana. Vi la boca del infierno, sin poder casi ni andar por la calle, con un golpe tan traumático que prácticamente iba muerto en vida. No tenía prácticamente un duro y tenía que ir pidiendo a mis familiares que me ayudaran a cubrir mis gastos. Mi segundo hijo acababa de nacer y yo estaba a punto de caer en la más profunda de la desesperaciones.

Fue por entonces que, tras esta larga lucha y lento renacer, empezó a sentir la necesidad de orar por la noches, de acudir a la iglesia durante el día, en ella, visitar a la virgen y pedirle su ayuda.

Así es y gracias a ello, y a su auxilio, también empecé por primera vez a querer ir hacía Jesús Sacramentado. Paulatinamente, empecé a ir ascendiendo en la confianza en mis nuevos y verdaderos protectores. Ad Iesum per Mariam, fue mi camino. Al cabo de un tiempo empecé a ir a Misa, durante toda la cuaresma y, sin perderme ni una, y finalmente el último día sentí la necesidad de levantarme e ir al confesionario. Volví a casa. Después de aquello, descubrí la maravilla del catolicismo, las joyas que atesora, la magnitud de la construcción que Dios nos ha legado, una obra de arte sin igual. Y lo ciegos que somos, e ingratos. Me di cuenta de que me habían dado un gran regalo, el don de la fe. Aquello que había rogado tanto obtener durante tantos años. Qué Dios me aumente la fe y que otros muchos la puedan obtener.

¿Qué supuso para usted conocer a Jóvenes de San José?

Jóvenes e Hijos de San José es un apostolado que me ha hecho mucho bien. Debo agradecer a todos los que forman parte de él, en especial a Pedro G., quién ha hecho que siga en él, muchas veces en que quería tirar la toalla. Se trata del compromiso de visitar y ayudar a los pobres que viven en el entorno de las parroquias. La idea es salir, semanal o quincenalmente, a dar auxilio material a la gente que vive en la calle. Pero lo más importante es que lo hacemos dentro de un apostolado que surge de la devoción a San José. Bajo su guía y amparo tratamos de encontrar y dar un auxilio espiritual a esas personas, acercándoles a aquellos intercesores que creemos que realmente pueden ayudarles en el fondo de su pobreza. Por ello andamos con una estatua de San José y les pedimos si podemos rezar por ellos y con ellos. Esto es poco comprendido, a veces, por gente que lo ve desde fuera, pero la experiencia me ha demostrado que es algo que, no sólo agradecen, sino que gustan y nos piden hacer.

¿Cómo valora estos años de apostolado con los pobres?

Ahora hace ya unos cuatro o cinco años, desde que estoy en este apostolado, y la verdad es que, aunque no siempre es fácil dejar la comodidad de una noche en familia o tras una intensa jornada de trabajo. Todo lo que comporta este sacrificio es una especie de ritual que te retorna con creces el pequeño esfuerzo. Primero asistimos a Misa en la parroquia que nos cobija, preparamos los alimentos, ropa, enseres, de lo que almacenamos en la sala que nos ceden, y lo que cada cuál prepara en su casa para repartir. Tras rezar la oración a San José, salimos animados en busca de nuestros hermanos de la calle. Generalmente, ofrecemos un rosario durante el camino y entre decena y decena vamos encontrándonos con nuestros conocidos del barrio, en los portales oscuros y solitarios de las calles de la ciudad. Cuando volvemos, solemos juntarnos de nuevo en la parroquia y encomendarlos al Señor ante el Santísimo, a quién le explicamos como ha ido la noche y le pedimos por ellos.

¿Que es lo que más le ha enriquecido de este apostolado?

Muchas cosas. La primera sensación es de impacto. Cuando sales la primera vez te das cuenta de todo lo que puedes dar y todo lo que significan las obras de misericordia bien entendidas. Vemos de cerca a aquellos que antes nos parecían individuos sin rostro, especímenes apartados de la sociedad, a aquellos que nos atemorizaba siquiera mirar, y más aún tocar. Recuerdo cuando todavía podían pasar la noche en los cajeros automáticos, ahora ya es casi imposible. Antes de eso, a mi nunca me apetecía entrar cuando estaba ocupado, me daba bastante miedo, la verdad. Desde que empecé a salir, todo cambió. Empezamos a entablar relación y poco a poco vamos adquiriendo confianza y conociéndolos. Es un camino duro porque te das cuenta de las pocas oportunidades que tienen de salir y también de que su vida va a seguir siendo muy dura, pero también aprendes a quererlos y quieres ayudarlos a salir adelante. Toca el corazón ver lo que agradecen que les tengas en cuenta, que te acuerdes de ellos, que te acerques y los abraces. Es muy duro lo que viven.

¿Por qué el Evangelio con obras de caridad es más creíble?

Como diría mi mujer, obras son amores. Muchas veces queremos demostrar una rectitud moral y luego nos equivocamos en no hacer prácticamente nada de lo que Dios nos manda para nuestro verdadero progreso y santificación. La vida del cristiano tiene que participar del esfuerzo de salir al encuentro con Dios en los más necesitados o de otras obras de caridad. Ver a Jesús en los más pequeños y necesitados es algo que nos ayuda a comprender sus enseñanzas en la práctica y a aprender del amor por el amor y en el amor.

¿Hay algún testimonio que le haya impactado especialmente?

Me impactan todos, ver como hay una subsociedad que sobrevive en soledad, en la aspereza de la noche. Me impacta como hombre y me hace pensar lo que puede ser la vida de cada un de nosotros si las cosas se nos tuercen. Como digo es muy duro. Me impacta cuando, a pesar de todo, te sonríen, te dan las gracias y te animan a seguir.

¿Por qué es necesaria la vida de oración para que el apostolado sea eficaz?

Sin la oración el apostolado no es tal. Vemos que hay otras iniciativas, que aunque vayan de la mano de la Iglesia, por respetos humanos, vacilan en transmitir y en focalizarse en la fe. La ayuda puede ser la misma a nivel material, incluso mejor, pero la parte espiritual, esa que no se ve, deja un poso en ellos, y les sirve de asidero. Aprecian la oración, realmente, incluso aquellos que pensarías que te van a enviar a freír espárragos. Creo que a ellos es necesario que alguien les hable bien de Dios y que sepan, que a pesar de su temporal sufrimiento, Dios los tiene por primeros en su Reino.

¿Qué diría a las personas para que se animen a hacer apostolado?

Cualquier apostolado es un bien para el alma y un beneficio para la comunidad, Qué más se necesita para animarse a ello. Cualquier persona que sienta que puede ofrecer su tiempo y su amor a los demás, que se anime a ello. No lo lamentará.

Por Javier Navascués

5 comentarios

  
Alan
“Hay que hacer ver a los pobres que, a pesar de su dolor, son los primeros para Dios”

Pues no entiendo como, con esa premisa, siempre ha habido, y sigue habiendo ricos.

No dudo que el trabajo de personas como el entrevistado, puedan ayudar a las familias necesitadas, sobre todo con alimentos, medicinas, ropa..., más que con los rezos y el apostolado.
Con el estómago lleno y las necesidades básicas cubiertas, la apologética tiene más posibilidades de cuajar. Sin eso, acaba siendo como la paz de los cementerios, mucha, pero muy poco deseable.
25/05/24 2:32 PM
  
Juan Mariner
Alan, el Poder de la Oración es terrible y temible, hasta el punto en que los ricos y poderosos acaban dando de comer y vestir a los pobres sin querer hacerlo para que no recen.
25/05/24 9:15 PM
  
María de las Nieves
Ricos y pobres es sociológico lo importante es darnos cuenta que todos somos pobres y necesitamos el Espíritu Santo en la Iglesia para conducirnos a la verdad de Jesucristo
Oremos por Nuestra iglesia de pobres gracias por su articulo
27/05/24 4:23 PM
  
Vladimir
No se puede negar lo trágico de la pobreza material, la necesidad de liberar de ella a tantos que carecen de lo necesario y lo urgente de convencer a los ricos de la solidaridad y generosidad con que deben atender a los más necesitados.
A la par de lo anterior, no hay que perder de vista que la mayor pobreza es la del pecado y, desde esa óptica, es claro que pobres, para Dios, somos todos y todos gozamos de su predilección en cuanto que, a todos, por igual se dirige su invitación a la salvación, a todos se ofrecen los medios para alcanzarla y a todos se les da, si la quieren.
Una vez escuché a un Sacerdote decir que, primero hay que dar de comer y luego enseñar a rezar. Yo pienso que las dos cosas deben ir de la mano. Al animal se le da de comer pero no se le enseña a rezar, hacer lo mismo con el hombre es humillarlo en su más profunda dignidad y dejarlo con hambre de lo más importante.
27/05/24 10:51 PM
  
Alan
María de las Nieves

"Ricos y pobres es sociológico..."

Lo que marca la diferencia entre ricos y pobres no es la sociología, es la economía. Si no lo cree, pruebe a convencer, sociológicamente, a un banco para que le preste dinero sin avales ni garantías.
Por mucho que de consuelo, sea gratificante y pueda ayudar a la salvación, orar no proporciona nutrientes ni calorías para la supervivencia.
28/05/24 4:42 PM

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24.05.24

Carlota Valenzuela presenta su libro, El Vía Crucis de las mujeres, en el centro de Madrid

Carlota Valenzuela es, junto a Juan Manuel Cotelo, una de las caras visibles de la productora Infinito +1. Esta semana presenta su libro El Vía Crucis de las mujeres. La obra será presentada en Madrid el viernes 24 de mayo y habrá una firma de libros el sábado 25 de mayo de 12h a 14h en la librería Troa Neblí, en calle Serrano 80.

Dialogamos brevemente con ella sobre el contenido del libro.

¿Por qué decidió escribir un libro titulado El Vía Crucis de las mujeres?

Al llegar peregrinando a Jerusalén, no pude evitar meditar la Pasión poniéndome en el lugar de las Santas Mujeres que acompañaron a Jesús en la Pasión. Cuando todos huyen, ellas permanecen fieles y valientes, junto a Jesús. No podía dejar de pensar en María, como madre, cómo pudo vivir el ver a su hijo pasar por todo lo que pasó, sabiendo que era el Mesías.

¿Qué importancia tuvieron las santas mujeres en la pasión del Señor?

Creo que no se trata de importancia, sino de presencia. Las Santas Mujeres tienen mucho que enseñarnos en cuanto a valentía y fidelidad, espejo para nosotros cristianos de hoy. Cuando las cosas se ponen desagradables, permanecer junto a Jesús.

¿Por qué, entre todas las mujeres, la Santísima Virgen es indudablemente la referencia y maestra de todas ellas?

Al escribir el libro, sentía que las mujeres verdaderamente acompañaban a María y que sin duda era ella la gran co-redentora. María es el faro en nuestra vida, y en la Pasión, este faro ilumina aún más. Ella no busca el lugar de referencia, lo es. No busca ningún protagonismo, solo servir y vivir el dolor junto a su hijo.

¿Cuánto hay en este libro de su meditación personal y sus inquietudes espirituales?

Este libro está más rezado que escrito. Nace de mi oración personal y mi experiencia en Jerusalén, así como de mi sensibilidad como mujer, en la que me siento acompañada por estas mujeres, que son para mí guía y espejo. Las estaciones del Vía Crucis están ambientadas en la Jerusalén de Jesús, partiendo de las Sagradas Escrituras, con licencias provenientes de mi oración personal.

¿Por qué María es un modelo de espera y de amor a la Iglesia?

María es literalmente modelo de todo. Es modelo de disposición al recibir la anunciación de Gabriel, modelo de alegría al visitar a Isabel, modelo de fuerza al dar a luz en Belén, de confianza al partir a Egipto siguiendo el sueño de José, de empuje al animar a Jesús en su primer milagro y de todas las virtudes a lo largo de su vida. Es quizás en la Pasión donde María encarna lo más difícil: como madre, ver sufrir el dolor más extremo a su hijo. En la Pasión, para mí María es modelo del amor más absoluto en el sufrimiento más inhumano.

¿Por qué la Iglesia necesita encarnar este rostro de mujer y madre, capaz de sostener a los amigos de Jesús en la hora de la oscuridad?

Cada vez que pienso en los amigos de Jesús durante la Pasión, me los imagino muy solos y asustados. Cuando nosotros estamos así, es en María donde encontramos el consuelo que solo una madre puede dar. Las mujeres lo supieron y se quedaron con ella. Yo hoy al recordarlo, también decido quedarme, como hizo Juan, a los pies de la cruz junto a María.

¿Cómo el corazón de madre de María nos ayuda a salir de nuestra zona de confort y egoísmo?

María se da. Sin límites, sin reparos, sin mirarse a sí misma. Desde que recibe el anuncio del ángel María es entrega absoluta. Al darse ella, recibe todo de Dios. Me interpela en cuanto a no guardarme nada para mí misma y darselo todo a Dios. Esa es la manera en la que Dios podrá hacer su Santa Voluntad en mí.

Javier Navascués

1 comentario

  
Maria Hernández
Me alegra saber el cambio producido en la disposición interior hacia la Virgen María de esta chica. Ella misma lo contó, hasta antes de llegar a Lourdes no entendía la veneración de muchos católicos por la Virgen María. Ella se consideraba Cristocéntrica y las muestras de amor y fervor a Nuestra madre le producían grima.
24/05/24 10:54 PM

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23.05.24

Venancio Carrión aborda el problema de la infertilidad en una charla que da hoy en Barcelona

Venancio Carrión Armero nació en Barcelona, en 1978. Está casado con Jordina Fabrés y es padre de dos niños Napro, Marc y Álex, que nacieron en el 2016 y en el 2019, respectivamente. Es profesor de educación secundaria y bachillerato. Imparte las asignaturas de Emprendimiento, Economía, Religión y Bioética. En su camino con Jordina se encontró con una gran oportunidad para crecer como matrimonio y afrontar la situación de esterilidad de casi siete años «sin que llegaran los hijos».

Es licenciado en Filosofía, máster en Bioética, máster en Pastoral Familiar y monitor afectivo-sexual. Junto con su mujer han acompañado a cientos de matrimonios ante la situación de esterilidad-infertilidad matrimonial. Fundador y presidente de Naprotec, desde donde realiza una labor informativa y de acompañamiento que ya ha llegado a más de tres mil matrimonios.

¿Por qué decidió estudiar bioética y dedicarse a la orientación familiar?

Cuando estudiaba filosofía me interesé por los cursos de bioética que se ofrecían en la Facultad. Cursé todos los créditos de la UB, pero quería algo más. Finalicé filosofía en el año 2003 y este objetivo quedó pendiente. En el año 2013 cursé el Máster en Bioética de la UCAM por insistencia de mi mujer, además en esa época necesitábamos respuestas como matrimonio.

La orientación familiar es una vocación matrimonial. Mi mujer y yo pertenecemos al Movimiento Apostólico de Schoenstatt y nuestro Santuario Hogar se llama “Caná” en alusión al Evangelio de las bodas. Desde siempre hemos sentido la llamada a ayudar a los matrimonios. De hecho, impartimos varios cursos a novios en el propio Movimiento y en las Diócesis de Barcelona y Sant Feliu.

¿Por qué se especializó en problemas de infertilidad?

La ayuda a los nuevos matrimonios se concretó en las situaciones de infertilidad. Nos casamos en el año 2009, siempre habíamos pensado que si los hijos llegaban después de un año, estaría bien. Jordina, mi mujer estaba terminando Magisterio. Pero pasaron tres años y los hijos no venían.

Como matrimonio queríamos saber qué sucedía y exploramos todos los caminos posibles. En ese momento estábamos cursando el Experto Universitario en Pastoral Familiar del Instituto Juan Pablo II y además por mi parte había cursado el Máster en Bioética, todo nos ayudaba a formarnos y a buscar respuestas. Dimos los pasos con conocimiento, teniendo claro los límites morales, pero veíamos que no se llegaba a un diagnóstico claro, nadie sabía por qué no llegaban los hijos cuando supuestamente todo estaba bien, un seminograma algo afectado, pero no explicaba que no llegaran los hijos. Todos los ginecólogos nos encaminaba a las técnicas de reproducción, y los ginecólogos católicos a la inseminación homóloga (con gametos del matrimonio).

Al final son los caminos del Señor los que nos llevan a esta especialización, el recorrido personal y por otro lado la formación específica. Desde el año 2015 acompañamos a matrimonios en situación de infertilidad o esterilidad.

¿Cuáles son las causas más comunes de la infertilidad?

Las causas son múltiples, la mayoría de las veces no es una causa única. Se dan tanto en el hombre como en la mujer, por eso los estudios de infertilidad hay que plantearlos como cosa de dos. La infertilidad más que una enfermedad es una situación. El estudio es el que determinará el desarreglo o enfermedad concreto ya sea del hombre, de la mujer o de ambos. Existen causas físicas como obstrucción de trompas en la mujer o varicocele en el hombre. Se dan causas hormonales en ambos pero tiene mucha importancia la falta de progesterona en la mujer. Las situaciones de estrés, las intolerancias, las infecciones, etc.

Es importante acudir a un médico que aborde los estudios con profundidad para llegar a diagnósticos completos, que no se quede en la primera causa diagnosticada.

¿Cuáles son las soluciones, que estén en consonancia con la moral católica?

No creo que existan soluciones “católicas”, me explico, cualquier solución médica es una solución que va alineada con la moral católica, pues moral y medicina van de la mano, no se contradicen, lo verdaderamente médico no va en contra de lo que Dios quiere.

Lo que sucede es que nos presentan como soluciones médicas los actos que realiza un técnico de laboratorio, un biólogo, un médico, etc. La moral nos ayuda a conocer los límites, a no afectar a las personas y también a respetar el sentido profundo del acto conyugal que siempre será unitivo y procreativo es decir, abierto a la vida.

La propuesta de la fecundación in vitro, centrada en conseguir a toda costa un embrión, no es una respuesta médica. La finalidad de la in vitro es aumentar la probabilidad estadística, conseguir más gametos para conseguir más embriones y esperar que alguno siga adelante.

La respuesta médica se debería centrar en diagnosticar, saber qué está pasando, qué valores no están bien, si existe algún impedimento físico, si la mujer está ovulando, etc. El paso lógico es restaurar lo que no esté bien. Esto es hacer medicina y esto está en consonancia con la Moral Católica pues respeta a las personas, de manera especial al embrión humano. Este modo de actuar se encuentra en la Medicina Restaurativa de la Fertilidad, que a nivel mundial es un gran movimiento de médicos que actúan en esta línea, ante la infertilidad llegan primero a diagnósticos y aplican la medicina para resolver las dolencias como; síndrome de ovario poliquístico, endometriosis, afectación en las trompas, intolerancia al gluten, desarreglo hormonal en fase lútea, tiroides, etc.

¿Qué pautas dio la Humanae Vitae al respecto?

La Humanae Vitaenos da una orientación fundamental al indicar que el acto conyugal, su naturaleza, es que sea unitivo y procreativo. Luego tenemos la Instrucción Donum Vitaeque habla directamente sobre las técnicas de reproducción que de manera clara afirma que las técnicas de reproducción no son el camino a seguir delante de la infertilidad, ni la fecundación in vitro ni la inseminación.

El motivo es que no se respeta a las personas y no se respeta el significado profundo del acto conyugal; unitivo y procreativo como indica Humane Vitae. Es cierto que al hablar de la Inseminación homóloga, Donum Vitaeanota una salvedad “a no ser que” y esto ha llevado a simplificar, si eres católico puedes acudir a la inseminación homóloga y no a la fecundación in vitro.

¿Cuáles son los principales retos de la bioética ante la infertilidad?

Un primer reto es comprender bien qué es la infertilidad, se considera que es una enfermedad cuando realmente es un síntoma. No tener esto claro lleva muchas veces a buscar un camino que pueda “dar un hijo” en lugar de hacer medicina y buscar la causa de por qué no vienen los hijos.

Falta información y formación sobre el ciclo menstrual. Sería un modo de adelantarse a problemas médicos que son causa de infertilidad o esterilidad. Que la mujer sea consciente y se adelante (como si se tratara de una preparación remota) sería ideal. También se debería concienciar sobre la edad ideal para acoger a los hijos, más próxima a los 25 en lugar de los 35-40 que se plantea actualmente.

Otro reto que menciono en último lugar pero no es menos importante, es el respeto a todas las personas. Persona es también el embrión humano. Somos personas desde el primer instante de nuestra existencia y en el desarrollo somos embriones.

¿Hasta que punto la baja natalidad es un problema grave para nuestra sociedad?

Existe un problema demográfico, social y económico que es el reemplazo generacional. Con menos de dos hijos por mujer, no se da el reemplazo, pero intuyo que en el fondo tenemos una crisis que proviene de la mentalidad anticonceptiva que lo invade todo. Humanae Vitaenos recordaba la naturaleza del acto conyugal unitivo y procreativo, pero la sociedad nos pide separar; relaciones cerradas a dar vida y que los hijos lleguen sin necesidad de tener relaciones. ¿Dónde queda la apertura a la vida que nos pide el Señor? ¿Qué significado le damos a la vivencia de la sexualidad humana?

Por Javier Navascués

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