5.10.24

Entrevista a María José Arranz, Blanca de Castilla en el documental de San Luis de Hogar de la Madre TV

María José Arranz Ayala. Licenciada en Derecho, trabaja desde hace 16 años en la revista Misión. Está casada desde hace 33 años y tiene 7 hijos. Conoce el Hogar de la Madre de toda la vida, pero es miembro de los Laicos del Hogar desde hace más de diez años y está al servicio del Hogar en lo que se necesite. Además, lleva participando en pastoral familiar, especialmente en cursillos prematrimoniales, desde hace casi 25 años.

¿Qué supone para usted participar en este docufilm sobre San Luis interpretando a un personaje como Doña Blanca de Castilla?

Cuando la Hna. Teresa María de HM Televisión me propuso participar en el rodaje mi primera reacción fue decirle que no. No había hecho nada parecido y me sentía incapaz. Pero ella me insistió precisamente porque yo había convencido a mi hijo Pablo para interpretar a San Luis. En fin, que para apoyarle a él, me lancé yo también.

Después ya rodando, me impresionaron las localizaciones, especialmente la capilla de la época de los templarios de la escena de mi muerte, lo cuidado de los sets, la profundidad espiritual que se transmite…Todo esto me produjo una sensación de poder hacer algo grande aún con medios pequeños.

¿Cómo le ayudó a meterse en el personaje el hecho de que su hijo en la ficción, San Luis, sea su propio hijo?

Creo que no hubiera podido meterme en el personaje sin mi hijo Pablo enfrente. No habría podido cogerle la mano, mirarle a los ojos, acariciarle la mejilla “con naturalidad”, si no hubiera sido él.

¿Qué momento del rodaje le ha emocionado más?

Sin duda cuando le digo que prefiero antes verle muerto que en pecado mortal. Se lo decía “de verdad”, en el sentido de que para una madre cristiana ver cómo se pierde un hijo es el dolor más grande que se puede experimentar.

¿Qué es lo que le ha aportado a su vida espiritual conocer a este gran santo francés?

He reflexionado en la importancia de una educación cristiana sólida y en cuánto puede hacer en esto una madre. Blanca enfrentó la labor de educar al futuro rey sola tras la muerte de su esposo cuando Luis tenía 8 años.

Del santo me quedo con 3 cosas: su vida de oración como brújula para orientar sus decisiones a la luz de Dios; su espíritu de penitencia en detalles como llevar los zapatos sin suela para que su sacrificio se quede en lo escondido; y su aceptación de las contradicciones permitidas por Dios, dos cruzadas que terminan en fracaso, abrazado a la cruz de Cristo.

¿Cuál es el legado que deja este gran santo a la cristiandad?

Para mí lo fundamental es concebir su reinado como un servicio a sus súbditos buscando su bien en lo espiritual, lo cultural, en la justicia; y un servicio a Dios buscando siempre realizar su Voluntad y la misión concreta que Él le encomienda.

¿Por qué es bueno reivindicar las Cruzadas, hoy tan denostadas por el espíritu irenista?

La figura de San Luis ilustra muy bien el porqué. Él soñaba con reconquistar Jerusalén para recuperar el sepulcro del Señor Resucitado. Era una cuestión religiosa, una motivación espiritual que merecía todos los trabajos, incluso aceptar el fracaso llegado el momento.

¿Cómo valora la iniciativa del Hogar de la Madre TV de desempolvar y sacar lustre a grandes santos medievales?

No puedo ser objetiva con HM Televisión…Diría que es muy valiente, al estilo de San Luis de Francia. Es mostrar una historia, que hoy no se estudia en los libros, con la aportación esencial de la fe católica a nuestra civilización. Es dar a conocer las raíces cristianas de Europa haciendo honor al legado de grandes santos y eso merece todos los trabajos y la creatividad que estén a nuestro alcance.

¿Por qué nuestro mundo posmoderno debe aspirar siempre a recuperar el modelo de esta sociedad teocéntrica que fue culmen de la cristiandad?

Hemos normalizado que la fe y todo lo que se refiere a Dios y la realidad que vivimos son dos esferas distintas que no tienen por qué tocarse. Sin embargo, eso es tanto como decir que, si me pongo de espaldas al sol, el sol deja de existir. Dios es más real que todo lo que percibimos en el sentido de que todo depende de Él esencialmente para existir. Por tanto, nuestro mundo debe desarrollarse hacia el Bien, la Verdad y la Belleza, cuya plenitud está en Dios, y no meramente progresar sin dirección ni meta.

¿Por qué merece la pena ver este documental?

Por conocer a un rey santo que rigió una gran potencia europea. No era un santo de sacristía, sino un rey que vivió su fe en todas las facetas de la vida, atento a la voz de Dios que conducía su vida y, por tanto, la de su pueblo. Fue un gobernante preocupado por la justicia, la cultura y la extensión de la fe católica. Un hombre que supo abrazarse a la cruz, consciente de que era eso lo que Jesús le pedía y lo que le llevó a la santidad.

Por Javier Navascués

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4.10.24

El doctor Rodrigo Ruiz Velasco analiza las similitudes entre Guerra Cristera y la Cruzada Nacional Española

Rodrigo Ruiz Velasco Barba. Licenciado en Historia y Maestro en Historia de México, por la Universidad de Guadalajara. Doctor en Ciencias Sociales, con especialidad en Historia, por el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social. Es miembro del Sistema Nacional de Investigadores, nivel 1. En el año de 2011 la Cámara de Comercio de Guadalajara le concedió el “Premio Presbítero Agustín Rivera” al primer lugar en la modalidad de tesis de posgrado y trabajos de investigación en Sociología e Historia. Ha publicado más de treinta trabajos de investigación y divulgación histórica en revistas y libros colectivos editados en México, España, Argentina, Chile y Colombia. Desde 2018 es miembro del Seminario Permanente sobre las Derechas en México, del Instituto Nacional de Antropología e Historia. Desde el año de 2019, es secretario de redacción de Fuego y Raya, revista semestral hispanoamericana de historia y política, que publica el Consejo de Estudios Hispánicos Felipe II. Desde el año de 2014 es profesor de asignatura en la Universidad Panamericana, campus Ciudad de México.

¿Hasta qué punto tienen presentes a los cristeros los católicos del México de hoy?

Como en otras muchas naciones así llamadas occidentales, México sufre un proceso de secularización. A principios del siglo pasado, era muy marginal la población que no se identificaba como católica. En el año de 2020, según el INEGI, sólo el 77% de los mexicanos se reconocieron tales. Este es un dato que, con todo, no refleja la gravedad del proceso, pues todavía de aquellos que se afirman católicos un alto número no son practicantes. En ese descenso porcentual de la población católica no sólo ha influido el ateísmo o agnosticismo, sino en buena medida la penetración de las llamadas iglesias protestantes. Estos datos tienen una repercusión en la respuesta a su pregunta.

Por otro lado, en mi experiencia de casi 15 años como profesor de historia he podido ver que hay un desconocimiento generalizado sobre la guerra cristera entre los jóvenes. Y no sería mucho más optimista respecto a las generaciones inmediatamente precedentes.

Desde 1929 que concluyó formalmente la guerra cristera ―aunque en los años treinta hubo otra fuerte escalada antirreligiosa y otro movimiento cristero menos numeroso―, tanto la Iglesia Católica como el Estado emanado de la Revolución mexicana buscaron a menudo atenuar su conflictiva relación. Por tanto, el recuerdo de lo ocurrido se pudo tornar incómodo. Durante décadas, la enseñanza oficial de corte laicista silenció aquel episodio y, cuando no, los escritores en la órbita gubernamental procedieron a tergiversarlo. Según esto, los cristeros habrían sido grupos de bandoleros fanáticos manipulados por la clerigalla. Naturalmente, siempre hubo también un catolicismo militante que mantuvo viva la llama de su recuerdo, junto con su abierta reivindicación.

En algunos casos, como ocurrió con la revista David, o con la Editorial Jus dirigida por Salvador Abascal, ese esfuerzo de mantener viva la memoria provino de los mismos actores supervivientes, o de simpatizantes que perpetuaron esa lucha a través de libros o revistas, en el marco de la historia o la novela. Cabe apuntar también que en 2012 hubo un esfuerzo muy interesante por dar a conocer una versión de lo acontecido a través de la película apologética, For greater glory, o Cristiada, dirigida por Dean Wright y con la colaboración del actor Eduardo Verástegui. Pese a todo ello, en un contexto donde el catolicismo político-social pierde músculo con el correr de las décadas, el referente de la lucha cristera tiende a diluirse.Desde luego, esa supervivencia de la memoria cristera es relativamente más fuerte en algunos sectores de la sociedad mexicana dentro de regiones específicas como Los Altos de Jalisco.

¿Cuál fue el principal legado histórico de los cristeros?

Pienso inmediatamente en el testimonio de los mártires de aquella época. Si bien habría que distinguir entre los cristeros, que eran combatientes, y quienes ―sin participar en el movimiento armado― más bien fueron víctimas de aquella persecución religiosa. Algunos de ellos han sido beatificados o canonizados. Cabe mencionar a sacerdotes como Santo Toribio Romo, San Cristóbal Magallanes o Miguel Agustín Pro. A laicos como San José Sánchez del Río o Anacleto González Flores. En mujeres como doña María del Carmen Robles, entre otras. Todos ellos dieron un sublime testimonio de su fe, que pese a todo permanece incólume y en contraste con una sociedad en creciente apostasía.

En alusión expresa a los combatientes cristeros, se me viene a la mente la declaración del obispo de Huejutla, José de Jesús Manríquez y Zárate, quien consideraba que la misión histórica de México fue cumplida con el ejemplo dado por los cristeros, que era enseñar «a los pueblos cómo se defiende la fe y la civilización contra la barbarie moderna, lanzándose intrépidamente contra los eternos enemigos de la civilización». Manríquez y Zárate llegó a ver la Cruzada nacional de 1936, explícitamente, en continuidad con la lección ofrecida por los cristeros mexicanos.

El historiador José Fuentes Mares ―entonces no precisamente un ferviente católico― llegó a confesar en una de sus obras famosas que «La Cristiada fue hazaña del pueblo mexicano, no del gobierno o sus soldados. Esa guerra probó que el pueblo mexicano existe, aunque por lo general guarde silencio o duerma». Al mismo tiempo confesaba que le aterrorizaba «pensar que hombres como los de la Cristiada hayan desaparecido» y prefería «suponer que andan por allí, confundidos entre los que salen de casa a ver a quién compran o a ver a quién venden». A mi juicio, ronda en torno a estas reflexiones el legado cristero. Asombra ver cómo pudieron levantarse y sostenerse en condiciones tan extremadamente adversas.

¿Cómo la sangre derramada en México fue semilla de nuevos cristianos?

Es tentador evocar aquella frase que se atribuye a Tertuliano. Si bien aquellos primeros siglos ―con sus atroces persecuciones por parte del imperio romano― fueron el marco del ascenso cristiano, la historia de los cristeros en México se encuadra más bien en el proceso de resistencias a su declive. A la separación de la Iglesia Católica y el Estado en México decretada en el siglo XIX, que en realidad se tradujo en una mal disimulada subordinación al Leviatán liberal, ha seguido el distanciamiento entre la Iglesia y la sociedad y el asalto a la familia, que se agudiza en nuestros días. Con todo, en ese panorama al menos aparentemente desfavorable para la fe católica el testimonio dado por esos rebeldes sigue siendo providencial. En este punto mencionaré a uno de ellos en relación con una anécdota personal: Mi tío abuelo, Javier Ruiz Velasco, peleó en los ejércitos cristeros a cortísima edad. Era él apenas un adolescente. Perdió su vida a manos de los hombres del gobierno en aquella guerra. Ese buen combate de un habitante rural de Jalisco no figura en los libros de historia, pero como suelen rezar los requetés carlistas: “Ante Dios nunca serás héroe anónimo”. Puedo creer que su sacrificio pudo tener alguna relación con mi propia conversión. Valga este breve comentario para rendirle mi homenaje y gratitud, a poco de cumplirse cien años de iniciado aquel conflicto armado.

Poco se habla del proyecto político que tenían los cristeros. ¿Qué nos puede decir de él?

Es difícil hablar de un solo proyecto político de los cristeros. También está pendiente ver si representaban verdaderamente al conjunto. En un inicio, los cristeros eran partidas de hombres que se habían levantado en armas de manera más o menos espontánea, sin mucha conexión entre ellas. Esa falta de unión y liderazgo fue en algún grado cubierta por una serie de organizaciones que se sumaron a la lucha y pretendieron coordinar o encabezar al movimiento cristero. Aunque entre ellas hubo sociedades secretas (o reservadas) como «la U», o las Brigadas Femeninas Santa Juana de Arco, la más importante fue la Liga Nacional Defensora de la Libertad Religiosa. Esta última fue creada en 1925 como reacción frente al intento de crear un cisma, una «iglesia católica apostólica mexicana» independiente de Roma y del Papa (Pío XI).

Después de protagonizar sin éxito acciones de resistencia pacífica, al comenzar el año de 1927 la Liga se alzó en armas y en varios momentos intentó dar un cauce político al movimiento cristero. Aunque el propósito inicial de la rebelión cristera era evitar la aplicación de la legislación anticatólica y que en México pudiera celebrarse legalmente el culto religioso, los líderes de la Liga también tuvieron que pensar en la posibilidad de que una reforma de las leyes fuera inviable dada la intransigencia del gobierno. Por tanto, tuvieron que avanzar hacia un proyecto político que reemplazara al del gobierno callista. En este tenor, las ordenanzas de los cristeros ―allí donde lograron controlar un territorio― hicieron a un lado la anticatólica Constitución de 1917 y prefirieron restablecer la de 1857 con algunas reformas, según un Manifiesto publicado por René Capistrán Garza. En éste se reconocía a la «religión católica apostólica romana como la única verdadera».

En el Plan de los Altos, de mediados de 1928, se decía, toda su causa quedaba resumida en una «sola palabra: LIBERTAD. Libertad de conciencia y religiosa, libertad de trabajo, libertad de imprenta; ¡TODAS LAS LIBERTADES!». Enseguida se desconocía la Constitución de 1917 y el restablecimiento de la liberal de 1857, más moderada, «sin las sectarias [Leyes] de Reforma» y con algunas incorporaciones episcopales. El plan se afirmaba en concordancia con «las modernas tendencias democráticas». Se incluía la soberanía del pueblo y el derecho al voto para las mujeres, al tiempo que tomaban para sí el título de «REVOLUCIONARIOS de verdad». En estos proyectos pueden verse varias señas características del catolicismo político mexicano, cuando menos del siglo XX. Atribuían el impulso anticatólico a una minoría masónica y tiránica, y consideraban que una auténtica democracia llevaría al orden social que consideraban conveniente. A mi juicio, sin embargo, quienes pretendieron dar un programa político al movimiento se confundieron al incorporar aspectos de la modernidad en su sentido axiológico. La propia Constitución de 1857 que restablecían había sido condenada por la Iglesia en el siglo anterior.

En la llamada Constitución de los Cristeros (1927) por otra parte, que es otro ejemplo interesantísimo, se desconocían tanto la Constitución de 1917 como la de 1857, se afirmaba la soberanía nacional y se adoptaba como gobierno la forma republicana, representativa, demócrata, federal, compuesta por municipios libres. Asimismo, se asumía la división de poderes: Judicial, Legislativo, Ejecutivo y Municipal. En conjunto, creo que todos estos proyectos eran híbridos, mezclaban tradición y modernidad.

¿Cuáles serían las principales similitudes entre la Guerra Cristera y la Cruzada Nacional de 1936 en España?

Como refiere Stanley Payne, «la religión definió el conflicto español hasta extremos nunca vistos en ninguna otra guerra revolucionaria» por aquellos años en Europa. Si se sigue el estudio clásico de Jean Meyer, lo mismo podría aseverarse respecto a la oposición armada que entre 1926 y 1929 hubo en México frente al Estado y su legislación anticlerical. El denominador común de ambas es, pues, el factor religioso. En los dos casos, México y España, hubo una respuesta del pueblo católico a una agresión por parte de un Estado secularizador. Esto es, tanto en España como en México el impulso hostil y descristianizador provenía del gobierno, mientras que las respuestas tuvieron un amplio eco cívico y popular. Si bien en el ejemplo mexicano, en la práctica más bien esa movilización armada católica se concentró en la región centro-occidente del país.

Sin embargo hay diferencias importantes…además del tema monárquico, ¿cuáles podría destacar?

Hubo ciertamente muchas diferencias y sería imposible detallar aquí todas ellas. Puede verse, por ejemplo, una mayor pluralidad de fuerza políticas interviniendo en el conflicto español: monárquicos carlistas y alfonsinos, fascistas, nacionalistas vascos y catalanes, comunistas, socialistas y anarquistas. Varias de estas fuerzas no tenían mayor representación en México. En cuanto a las operaciones militares fueron también muy distintas. La cristera fue mayormente una guerra de guerrillas. Los cristeros acechaban en el campo y sorprendían cuando creían oportuno a las fuerzas del gobierno. En pocas ocasiones las fuerzas cristeras lograron adueñarse de poblaciones de importancia. En España hubo por el contrario un frente continuo y se libraron batallas convencionales con armamento moderno por ambas partes, con la participación de unidades extranjeras.

En España el episcopado español cerró filas en defensa de la fe, pensemos en la famosa Carta Colectiva del episcopado español y en la legitimación moral de la cruzada…¿Por qué no sucedió lo mismo en México?

Aunque tampoco fue totalmente unánime la Iglesia en España, efectivamente ofreció una postura más cohesionada. Tal vez es necesario dimensionar la furia anticlerical en uno y otro sitio para entender mejor la actitud de ambos episcopados. Mientras en España el número de los religiosos asesinados se aproximó a los 7,000, incluyendo a una docena de obispos, en México fueron en torno a 90 los sacerdotes muertos en manos de sus perseguidores. Stanley Payne pudo decir alguna vez que en España el clero estuvo en la llamada zona roja destinado al exterminio, y que en México la persecución religiosa tuvo como objetivo más a los seglares.

A acercarse la hora del conflicto armado, en México los obispos se hallaban muy divididos. Podían coincidir en su rechazo a las medidas anticlericales, pero no se pusieron de acuerdo en la manera de enfrentarlas, ni en la estrategia o táctica que era necesario adoptar ante semejante desafío.

Ello se vio desde un inicio cuando, a mediados de 1926, antes del estallido de la lucha armada, habiendo la jerarquía condenando las leyes persecutorias y apoyado otras expresiones de resistencia pacífica, el sector más combativo de los obispos promovió y consiguió que Roma aprobase la suspensión del culto religioso como protesta que procuraba forzar al Estado a recular. Una vez desencadenado el conflicto armado, quienes decidida y abiertamente apoyaron a los cristeros fueron en realidad pocos obispos ―José de Jesús Manríquez y Zárate, José María González y Valencia, Leopoldo Lara y Torres, pocos más―. Una buena parte no apoyó claramente al alzamiento o fue neutral, e incluso hubo un sector del episcopado que condenó con energía a los cristeros.

Al final, el sector moderado y conciliador del episcopado logró que los obispos beligerantes fueran desacreditados ante Roma, y el papa Pío XI fue decantándose por una salida negociada con algunas concesiones por ambas partes (A la hora de la verdad quien cedió más fue la Iglesia, que terminó aceptando un acuerdo sin mayores garantías en junio de 1929, que el gobierno pronto incumplió). Los principales prelados que apostaban por la conciliación fueron Pascual Díaz Barreto ―obispo de Tabasco y futuro arzobispo de México― y Leopoldo Ruiz y Flores ―arzobispo de Morelia y en su momento delegado apostólico―. Entre las razones que este grupo arguyó para justificar su posición figuraron que el movimiento cristero no tenía oportunidad de vencer militarmente, además de la preocupación porque se prolongase por más tiempo la suspensión pública del culto religioso. Este grupo esgrimía que se estaba produciendo un gravísimo daño a las almas y a la moral del pueblo si no se llegaba a algún arreglo que reanudase las Misas y la vida sacramental en todo el país. Estaban desesperados por llegar a un arreglo con el gobierno mexicano.

¿Cuál es la causa por la que los cristeros fueron derrotados mientras que en España acabaron venciendo contra pronóstico los nacionales?

Fueron varias causas. Una de ellas se sigue de su interrogante anterior. En España los sublevados recibieron de la jerarquía eclesiástica, encabezada por el cardenal Gomá, un sostén mayoritario y más contundente. Mientras que en México no existió entre los obispos y el clero un consenso o una voz dominante que lograra apretar las filas resueltamente en favor de los cristeros.

En mi opinión, también es muy necesario mirar en cada caso el contexto geopolítico. En España entre 1936 y 1939, los nacionales contaron con importante ayuda exterior. Fundamentalmente de los gobiernos italiano, alemán y portugués. Ese apoyo permitió a los nacionales contrarrestar e incluso superar los auxilios recibidos por el gobierno republicano del Frente Popular, sobre todo de la Unión Soviética y del propio gobierno mexicano del presidente Lázaro Cárdenas. En cambio, entre 1926 y 1929 los cristeros en México no contaron con ninguna significativa ayuda militar y logística desde el exterior. Cuando preparaban su alzamiento los miembros de la Liga Nacional Defensora de la Libertad Religiosa, ingenuamente algunos de sus dirigentes esperaron generosa ayuda por parte de los ricos católicos estadounidenses.

Eso no ocurrió. Al contrario, el gobierno de Washington respaldó al presidente mexicano, Plutarco Elías Calles, y le suministró el socorro y el armamento necesario para sostenerse. El embajador estadounidense en México, Dwight Morrow, auspició «los arreglos de 1929» que hirieron de muerte a la rebelión cristera. La actitud estadounidense se muestra a menudo determinante en la historia de México, como con amargura reconocía el poeta e historiador regiomontano Alfonso Junco Voigt: «Pero, ¿dónde está, de hecho, nuestra independencia? Toda nuestra política tiene que contar con Washington. Revolución con su apoyo, es triunfo; con su hostilidad, es derrota. Y ante este regulador infalible, tenemos que ser, mal que nos pese, lo que quiera la Casa Blanca».

Otra razón que explica la derrota cristera y que difiere de la Cruzada Nacional fue la actitud del Ejército. Mientras en España una parte importante se alzó en armas contra el gobierno del Frente Popular, en México el Ejército fue enemigo de los cristeros. Hubo, sin embargo, una coyuntura tardía donde pudo reproducirse en México algo semejante a lo ocurrido en España. Esto se dio en el primer tramo de 1929, cuando el Ejército mexicano se dividió a consecuencia del asesinato del general Álvaro Obregón, cuyos partidarios se alzaron en armas contra los callistas que a la sazón se encontraban en el poder. Pese a la desconfianza entre cristeros y obregonistas, de no haber sido por la rápida derrota de los segundos pudo haberse dado una convergencia que implicase un desafío mayor para las fuerzas leales al gobierno callista.

Sin embargo muchos mártires españoles se inspiraron en los mártires mexicanos, que si bien fueron muchos menos si que les unía el dar la vida por Cristo Rey…

A propósito de esto le mencionaré algunas conexiones interesantes: El historiador Ángel Arias señala que Eugenio Vegas Latapié, intelectual fundador de Acción Española, publicó en España antes de la Guerra Civil, la novela cristera Héctor, de David G. Ramírez, con el ánimo de encender entre los suyos ese mismo espíritu combativo, por Dios y por la Patria. Estas conexiones corren en ambas direcciones porque, en los años treinta, según algunas versiones, uno de los más destacados líderes de la segunda guerra cristera, Lauro Rocha, leía Defensa de la hispanidad de Ramiro de Maeztu. Mientras llevaba a cabo mis pesquisas, quien me brindó esta información fue el prestigioso historiador Jean Meyer.

Entre las jerarquías eclesiásticas de ambos países también es visible esta conexión. Cuando se publicó la Carta Colectiva del Episcopado Español a los obispos del mundo entero, en junio de 1937, donde se denunciaba la persecución que sufrían a manos de los rojos, el episcopado mexicano respondió ―con Luis María Martínez como arzobispo de México a la cabeza― para manifestar simpatía hacia sus hermanos de la Península, expresaban «la profunda pena que nos ha causado la sangrienta persecución que viene padeciendo desde hace un año en la gloriosa Iglesia de España, nuestra Madre Patria». Se sabían identificados los obispos mexicanos porque ellos mismos llevaban experimentando desde mucho tiempo atrás las incesantes persecuciones, si bien no tan letales como las que sucedían entonces en España. El deseo expresado por los obispos mexicanos era que «España, tierra de mártires, de santos, de guerreros y de conquistadores, resurgirá más pujante después de esta terrible prueba, y así como en otro tiempo la escogió Dios para traer la luz del Evangelio a nuestra Patria y a todo el continente Hispano-Americano, así confiamos que se servirá de ella para derramar por el mundo, en fecha no lejana, nuevos haces de la inextinguible luz del Evangelio que ha vivificado toda su Historia».

La misiva en respuesta del cardenal Gomá se firmó en Pamplona el 14 de octubre de 1937, y en ella se afirmaba que el mensaje de los prelados mexicanos había sido recibido en «lo íntimo de nuestra alma, conmoviéndola profundamente, por ser de Hermanos y de Hermanos que saben de persecuciones». El cardenal de Toledo aseguró entonces que «Nuestros sacerdotes, religiosos y fieles, aprendieron del templo heroico de sus hermanos de Méjico que la fe y la caridad cristianas conservan en el siglo XX la eficacia recibida de Jesucristo y que hizo gloriosos los primeros siglos con el martirio de los confesores de la Fe. Y por esto nuestros fieles, en la hora de la persecución, recogieron de manos de los mártires mejicanos el lema de su bandera y murieron con el mismo grito de victoria: “Viva Cristo Rey”.»

¿Por qué la Guerra Civil Española no dejó indiferente a ningún intelectual mexicano? ¿Cuáles fueron sus principales reacciones?

La guerra civil en España se vivió con gran pasión en México. Este fue el tema de mi investigación doctoral hace siete años, y desde entonces sigo los rastros. La prensa y los intelectuales dividieron sus afectos entre ambos bandos, y de algún modo esto reflejaba la sociedad políticamente polarizada de aquel entonces, en pleno cardenismo (1934-1940). Recuérdese que el gobierno del general Lázaro Cárdenas no disimulaba su inclinación socialista. Desde muy pronto respaldó en 1936 al gobierno del Frente Popular Español, contra la mayoría de la oposición que criticó ese apoyo. Por tanto, muchos destacados intelectuales que estaban en la órbita gubernamental, y que en no pocos casos eran funcionarios o diplomáticos del régimen, sostuvieron la causa que abrazara su propio gobierno. Entre ellos puedo resaltar nombres como los muralistas Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros, los poetas Carlos Pellicer y Octavio Paz, el escritor Alfonso Reyes, o los políticos Narciso Bassols y Vicente Lombardo Toledano.

En sus argumentos había cierta variedad: vieron el conflicto en España como lucha de clases y por tanto, del pueblo contra las clases privilegiadas. También hubo entre ellos quienes lo interpretaron como revolución y progreso contra reacción, democracia contra fascismo, o incluso como el conflicto del soberano pueblo español contra una invasión extranjera. El otro lado de la colina resulta quizá más interesante. Cuando menos porque es mayormente desconocido. Es «el lado oculta de la luna», en expresión de Jean Meyer. Muchas veces se ignora que en México, pese a la posición oficial de su gobierno, hubo una vigorosa defensa escrita del llamado bando nacional. Especialmente ―aunque no exclusivamente― entre los católicos. Puedo mencionar, como mero botón de muestra, a los filósofos José Vasconcelos y Jesús Guisa y Azevedo, el pintor Gerardo Murillo, los escritores e historiadores Alfonso Junco y Carlos Pereyra. En su pluma hubo de todo, algunos interpretaron el conflicto como una lucha de la civilización cristiana contra la barbarie comunista, como una pelea entre el orden y el desorden, e incluso hubo quien lo vio desde sus simpatías por el fascismo. ¿Por qué les movió tanto lo que ocurría en España? En buena parte, porque vieron allende mucho de lo que pasaba aquende. Además, creyeron que los sucesos de España repercutirían en México.

Por Javier Navascués

2 comentarios

  
J, Mauro González-Luna M.
Felicitaciones a Rodrigo Ruiz Velasco por sus documentadas respuestas sobre la Epopeya Cristera y la Cruzada Nacional Española. Ambas gestas honran a México y a España. Enhorabuena también a Javier Navascués por sus lúcidas preguntas acerca de tan trascendente tema, en México arrinconado. Un abrazo fraterno a ambos.
04/10/24 7:20 PM
  
Pedro de Madrid
Los dirigentes políticos mejicano, desde siempre, son una mezcla de masonería y comunismo pero el pueblo llano, el pueblo trabajador, el pueblo humilde, es fervientemente católico, muy devoto de la Virgen Guadalupana El gobierno ha permitido que un escultor "avanzado" en una calle principal mejicana, haga una réplica de la guadalupana, de mofa
04/10/24 8:18 PM

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3.10.24

Mauro González-Luna analiza las consecuencias graves de quitar las humanidades de la enseñanza

Mauro González-Luna Mendoza. Nacido en Ciudad de México en 1952. Católico, casado, con tres hijos y cuatro nietos. Abogado por la Escuela Libre de Derecho. Maestro en derecho por la Universidad de Harvard. Abogado postulante en retiro. Diputado Federal de oposición, LVI Legislatura, 1994-97 Consejero Jurídico del primer gobierno democrático de la Ciudad de México, 1997-99. Editorialista un tiempo de La Jornada, El Financiero y Proceso. Profesor de asignatura en una época en varias facultades de derecho de Universidades mexicanas. Ex integrante del “Harvard Institute for International Development".

Autor de dos libros, El Hombre y la lucha por el Derecho, Ed. Jus, 1979, y Arbitraje Comercial Internacional a la luz de la Convención de NY, por publicarse próximamente, al alimón con Leonardo Brown, en la editorial Tirant Lo Blanch. Autor como “aficionado práctico” de cientos de artículos polémicos en temas de religión, política, filosofía, literatura e historia, en la página digital La Gironda.

¿Cómo valora el hecho de que asignaturas como oratoria, retórica… hayan desaparecido de los sistemas educativos?

Tal hecho es descorazonador: causa y efecto de un tiempo oscuro, abandonado a las fuerzas del instinto, del cálculo utilitario, de la voluntad de poder, de la sinrazón instrumental que atrofia los resortes del espíritu crítico y el saber de salvación. Para efectos prácticos equiparo oratoria y retórica. Disciplina esa que enseña, en su cabal sentido, el arte de hablar con elocuencia para persuadir y atisbar la verdad.

Son muchos los factores que explican los fenómenos sociales. La desaparición de esa asignatura en los sistemas educativos, incluso a nivel universitario, es un hecho generalizado, que obedece, entre otras causas, al predominio aplastante de la técnica sobre las humanidades; al abuso que se ha hecho del discurso por parte de tantos políticos del siglo pasado y de éste que han vaciado la palabra de toda verdad, de toda realidad, de todo valor, envileciéndola para que naufrague en demagogia, violencia y ruina para los pueblos.

Otros factores concomitantes: el eclipse del cultivo del espíritu humano borrado del horizonte por el cuidado delirante del cuerpo, como si el ser humano fuera pura materia narcisista; el olvido de los orígenes del derecho que se remontan a la retórica del mito de Orestes en alianza con la dialéctica que horada falsedades, pues en la palabra verdadera y bien dicha habitaba el destino de un hombre; la pérdida del espíritu de finesse y del gusto por el esfuerzo exigido por la disciplina de la oratoria; la hipertrofia de la palabra hablada a causa del uso obsesivo de los teléfonos y dispositivos tecnológicos llamados inteligentes.

Pero no hay mal que por bien no venga, dice el dicho, ya que la desaparición de dicha disciplina es solamente un eclipse largo pero que anuncia a la vez, la salida del sol en lo porvenir, del logos elocuente en la conciencia humana, en la palabra apasionada que anuda bien, verdad y belleza.

He respondido a esta pregunta con base en mi experiencia como aficionado al arte de la oratoria desde mi niñez y juventud, participando en concursos en la primaria, secundaria, preparatoria y en la Escuela Libre de Derecho. Frente a la cabecera de mis papás por cierto, cuando niño, antes de que me fuera al colegio por las mañanas, decía un muy breve y torpe simulacro de discurso para ser corregido por ellos en cuanto a dicción, contenido y mímica, en vista de los concursos por celebrarse. Bonito recuerdo ese de mi infancia, edad feliz por gracia de Dios.

Después de años, practiqué la oratoria como parlamentario en la tribuna de la Cámara de Diputados y en plazas públicas. Un colega diputado me llamó “orador taurino” porque respondía yo a las provocaciones de los adversarios políticos como el toro bravo al rejón y las banderillas.

Persuadir, conmover con las armas nobles de razón, ironía y pasión en la defensa de las convicciones políticas que sirven al pueblo, es tarea de todo parlamentario comprometido que se exige mucho a sí mismo en aras del Bien Común, entendido éste como organización idónea para el desarrollo integral de la persona, de sus libertades y de la justicia social, abandonada hoy a su suerte y sustituida por reivindicaciones estériles, contrarias a la naturaleza humana diseñada por el Creador de todas las cosas.

También la oratoria sagrada brilla por su ausencia en los seminarios…

Así es, brilla por su ausencia, pero no solo en los seminarios, sino como consecuencia lógica, en los pulpitos de las iglesias donde en general los sermones son opacos, deshilvanados, ocultadores de la fuerza viva, siempre nueva de la palabra de Dios que desea incendiar el mundo.

Ello es una pena porque la oratoria sagrada es un medio valiosísimo para que la palabra arrebatadora de los profetas, de los salmos, de Cristo, inflame los corazones, entusiasme de fe, esperanza y amor los espíritus anhelantes de luz, verdad y belleza. No en balde Nuestro Señor eligió la palabra hablada para comunicar su mensaje de salvación, para decir con toda autoridad y majestad que Él era el Hijo de Dios, y solamente en una ocasión, en una sola, Cristo, inclinándose, escribió con el dedo en el piso, para después de incorporarse, volver a inclinarse para escribir con el dedo en el suelo, según relato de San Juan, el discípulo amado.

Recuerdo con nostalgia y viveza cuando niño yo, mi abuelo Mauro, en Semana Santa, me llevaba, junto con mis padres y hermanos, a oír en Guadalajara al brillantísimo orador sagrado, el ilustre canónigo José Ruíz Medrano, en la ceremonia del pésame a la Virgen Dolorosa. Aun resuena en mi alma su verbo poderoso y dolorido. Desde entonces, está en el olvido esa ceremonia del pésame, por lo menos en los templos a los que acudo en México. Ojalá que pronto en los seminarios se retome la asignatura de la oratoria sagrada para hacer honor por ejemplo, al verbo sublime de Ezequiel, de Jeremías, del Bautista, del León de Judá.

Las humanidades en general están siendo cada vez más relegadas…¿Hasta que punto es grave esta pérdida?

Sí, al igual que su hermana la buena oratoria, las otras humanidades cada día son más arrinconadas, como la filosofía, incluso, despreciadas por inútiles en las batallas que se libran para acumular dinero y alcanzar dominio del mundo. Y es que en realidad, se ha olvidado el mundo que nada de lo humano nos es ajeno. Ahora prevalece que prácticamente todo lo humano nos es ajeno: el caso del aborto es un testimonio irrecusable de ello.

La preeminencia de la técnica y la tecnología de ella derivada al servicio de la comodidad, el lujo y el placer, ha endurecido las arterias del corazón humano, pero no las físicas, sino las morales y religiosas que otrora alimentaban de vida honorable a la persona. Entusiasma más a la gente ver a los perritos mascotas paseados por las jóvenes parejas en las carriolas, que a los bebés que esporádicamente se ven en las calles de las grandes urbes paseados por su madre y padre. Muy pronto los perritos sufrirán de hipertrofia motriz y ya no podrán caminar.

Es una desgracia, una auténtica tragedia, que las humanidades, que las disciplinas y saberes que tanto exaltaron Cicerón, Agustín, Tomas de Aquino y Tomás Moro, entre otros colosos, y cuyo destino es el enriquecimiento del espíritu humano, estén siendo relegadas, desdeñadas. Ese desdén significa una debacle cultural y moral que deshonra al mundo.

Todo atenta contra ese enriquecimiento y todo abona a su empobrecimiento, rebajando a la persona a niveles abyectos de zoología, a lodazales como la ideología de género y demás sandeces contrarias a la naturaleza como antes señalaba, contrarias a la imagen romántico cristiana del ser humano: homo viator en el que reina la primacía del encuentro personal cara a cara, y del amor como su momento redentor que encuentra su culmen en la Encarnación, en palabras de mi maestro Mangabeira Unger. Homo viator en su peregrinaje hacia la casa verdadera.

Hasta ese punto de degradación de la naturaleza humana llega la gravedad de la pérdida. Hay malestar, indignación en las personas de buena voluntad. Hago votos porque ese malestar un tanto acobardado, se transforme en lucha, en resistencia, en coraje, en heroísmo cristero, en sermones valientes y brillantes, en discursos patriotas que convoquen a la solidaridad, a la amistad cívica, a la concordia.

En España por ejemplo, han quitado la Filosofía como asignatura obligatoria. ¿Cómo se puede formar a los jóvenes sin que tengan nociones básicas al menos de amor a la sabiduría?

Es una tristeza que se discrimine a la Filosofía en las escuelas y facultades. La Filosofía, una de las disciplinas enriquecedoras del espíritu humano, como antes decía; ella adiestra, en palabras de Gómez Robledo, a someter el conocimiento, la conciencia moral y el orden en la ciudad al tribunal de la razón, no de la instrumental al servicio del dinero y del poder faccioso, sino de la razón aristotélico-tomista al servicio del hombre persona, de la humanidad entera, sumisa a los datos naturales. Es la Filosofía un valladar contra el “asalto a la razón", tan típico en nuestro tiempo.

La Filosofía es parte esencial del proceso formador de la personalidad humana, de ese proceso educador de la juventud que los griegos antiguos llamaban paideia. Cuando los griegos se cansaron de pensar, de hacer filosofía, es que vino la decadencia, leí eso en alguna parte, creo en principio que en obra de Alfonso Reyes.

La Filosofía es el antídoto de la fragmentación estéril del conocimiento en todos los campos, de la especialización que sofoca la personalidad. Se ha llegado al extremo, por ejemplo en medicina, de que hay especialistas en el dedo pulgar, y nada se sabe de lo demás. Estoy exagerando para fortalecer el argumento, pero es la verdad, y eso ocurre en el derecho, en la ingeniería, y en un largo etcétera.

La Filosofía tiene una visión abarcadora de la totalidad del objeto al indagar las últimas causas de las cosas, los fundamentos del ser sobre los cuales se levanta el deber ser. No es miope, ni egoísta, ni modesta la Filosofía, sino pletórica de amor, ambiciosa y de larga y amplia vista en la búsqueda de la sabiduría, de la verdad, de las libertades en que reside la felicidad, según los griegos clásicos.

Ella, la Filosofía, enseña a hacer distinciones para evitar la estandarización del producto humano prevista en Un Mundo Feliz, para superar la uniformidad tan apreciada por los pensamientos únicos embrutecedores; le enseñó, la griega, al derecho de los romanos, precisamente el hacer distinciones para lograr lo bueno y lo justo, y darle a cada quien lo suyo. Heredó ella al derecho la dialéctica, el diálogo socrático, el choque de las ideas y opiniones, como el mejor método para arribar a la justicia.

Si España y México desearan volver a ser grandes, pienso que la Filosofía perenne les sería de especial ayuda, sin dudarlo, pues restauraría el difícil, el arduo, pero indispensable hábito del pensar crítico, del argumentar para persuadir y no imponer; del pensar que evita el gusto de la gente de amar su servidumbre, de ser parte de rebaños y corrales; del pensar que salva a las naciones de las dictaduras de toda índole. La Filosofía, la buena, por vocación, desafía al poder que tiende siempre a extralimitarse, que apunta a la saciedad, madrastra de la insolencia destructora de la dignidad ciudadana.

También asignaturas como el latín y griego cada vez son más irrelevantes…

El conocimiento del latín y el griego resulta clave para el estudio de la cultura clásica, han señalado los sabios que la admiran y procuran. El que tiene dominio sobre las dos lenguas es el humanista, desde Marsilio Ficino hasta sus cultivadores del presente. Adiestran ambas a pensar al que las cultiva con ahínco.

El griego, dice mi hija filósofa Federica María que lo conoce bien, está hecho de tal manera y con tal riqueza conceptual que catapulta el pensamiento a alturas insospechadas; el griego antiguo fue el material con el que se tejió la filosofía, creación exclusivamente helénica. Y el latín, es precisión en la voz de los jurisconsultos romanos, es música con resonancias de campana en Cicerón, y es poesía con variedad infinita en Virgilio, “padre de Occidente".

El volverlas irrelevantes solo refleja la estupidez, la barbarie, tan difundidas ellas en el mundo de hoy, entretenido con innumerables bagatelas e iniquidades, estas que hacen palidecer a las de Sodoma.

¿Qué hay, por tanto, detrás de este desprecio a la cultura clásica?

Ya lo dije antes, estupidez crónica, y además ignorancia culpable en muchos. La tradición clásica ha aportado una imagen del hombre que sigue vigente en muchos sentidos, sirviendo de norte moral y cultural al decir de un erudito, de un humanista mexicano: homo irrequietus tendido siempre al infinito, Odiseo multiforme, que ama la belleza con sobriedad y ama el saber sin molicie, como el descrito por Pericles en el cementerio del Cerámico.

Imagen esa que de la mano de la imagen romántico cristiana, constituyó hasta hace poco, la enseñanza central de nuestra civilización, conforme a lo dicho por un erudito en un ensayo sobre la personalidad. Enseñanza esa actualmente despreciada. Se ama la tradición cuando prevalece en el alma el mecanismo vital de la confianza, ha dicho Ortega, y después, cuando desilusionada el alma de su fracasada fe en la idea kantiana que suplanta impunemente la realidad, comienza la pérdida de la energía creadora, de la virilidad, y da inicio el reinado de la cobardía, ha reiterado el gran filósofo español. ¡Qué actuales resultan las palabras de Ortega!

¿A quién le interesa realmente que el pueblo no sepa pensar ni expresarse bien?

Especialmente a los gobiernos, a los poderes hegemónicos que permanecen muchas veces en la sombra y que manejan a los primeros sin pudor alguno. Es muy aleccionador lo dicho por Erich Fromm en su libro Psicoanálisis de la Sociedad Contemporánea: los gobiernos facciosos le temen a la personalidad independiente de las personas, porque el espíritu y la verdad, que desean amordazar, encuentran en ella un medio para expresarse. Y a medida que disminuye la libertad política y económica para los muchos, aumenta como compensación, la libertad sexual… . Libertad ésta que ha devenido hoy en libertinaje, en la promiscuidad sexual de la ideología de género -muy promovida por dichos poderes a través de sus agendas de dominación cultural-.

Los pueblos irreflexivos, ajenos al pensamiento crítico, carentes de discurso racional y de espíritu de finesse, son carne de cañón, son la alegría de los tiranos, son colectividades en íntimo contacto con los rebaños porque aman la servidumbre, como antes se dijo.

Libros como El criterio de Balmes, para aprender a pensar bien, son hoy un tesoro escondido que muy pocos recomiendan…

Jaime Balmes, formidable pensador español, en tiempo aciago de España, director de la conciencia de la naciónPríncipe de la Apologética moderna, como lo llamó Pío XIIse inserta en la tradición clásica, y por ello vigente, por sus brillantes y originales aportaciones a la comprensión filosófica de los problemas fundamentales, de la persona humana, de la sociedad y de su causa formal, la autoridad. 

Sus libros son iluminadores, entre otros: El Protestantismo comparado con el Catolicismo en sus relaciones con la civilización europeaLa religión demostrada al alcance de los niños, Filosofía Elemental, libro al que acudí en mis clases de filosofía política y social en la Escuela Libre de Derecho y en la Universidad Panamericana, en la Ciudad de Mexico, El Criterio como útil herramienta para pensar y actuar bien y Cartas a un escéptico en materia de Religión.

En fin, Balmes, una gloria de España y del mundo, un tesoro, una luz, un depósito de sabiduría que habrá que desenterrar junto con la Ortodoxia de Chesterton, el converso inglés, príncipe de la paradoja y la ironía, junto a la obra incendiaria de Léon Bloy, junto al genio incomparable del francés Charles Péguy, muerto cara al sol en la batalla del Marne en 1914, junto al verbo vibrante del mártir cristero Anacleto González Flores y de su libro El Plebiscito de los Mártires, mexicano de los Altos de Jalisco, Anacleto, donde resonó el grito de ¡Viva Cristo Rey!, en los tiempos de la Crisitiada.

Y por cierto, el maestro Anacleto, tejedor de rebozos de muy joven en su natal Tepatitlán, Jalisco, fue pasante de derecho en el despacho de mi bisabuelo Mauro H. González Álvarez, presidente municipal maderista en Guadalajara, Jalisco, varón serio él y de virtud. A quien le interese conocer a fondo la vida y pensamiento del mártir cristero, puede leer el libro El Maestro, escrito por el humanista Antonio Gómez Robledo, quien fue su amigo.

¿Por qué está revolución en la enseñanza es en el fondo un ataque a la Cristiandad?

No solamente en el fondo es ella un ataque a la Cristiandad, sino en la superficie por lo burdo de sus consignas, de sus patrañas ideológicas de género, según antes comenté. Esa revolución en la enseñanza, es en puridad una involución, una vuelta a la barbarie, a la ignorancia, al gusto por la servidumbre, a la deserción del deber, al nihilismo vulgar que no mata a Dios sino que lo ignora, a la desintegración de la personalidad independiente del ser humano y de su dignidad.

Es un artero ataque a la Cristiandad porque deforma y envilece la imagen romántico cristiana del hombre creado a imagen y semejanza de Dios, porque en México a través de nuevos libros de texto gratuitos que se imponen en las escuelas públicas y privadas, se adoctrina a la niñez y juventud para apartarlos de la fe católica, de las virtudes, de las convicciones de sus mayores. Se les adoctrina para inocular en sus almas nobles el veneno de la ideología de género y del aborto y de la promiscuidad.

Es urgente, apremiante que los sacerdotes en sus sermones, con valentía, e incluso heroísmo, aborden el tema de dicha ideología envilecedora de la inocencia de los niños. Es ello un escándalo que clama al Cielo, y al que el mundo occidental en decadencia franca ¡ve por regla, con normalidad, con indiferencia suicida en su animal contentamiento!

¿Qué soluciones ve para recuperar el terreno perdido?

Es evidente que México, España y el Occidente todo otrora cristiano, viven una crisis religiosa, política, social, económica, moral y cultural de dimensiones colosales. Por ello, me sirvo del genio de un gran pensador para señalar algunas soluciones tendientes a recuperar el terreno perdido. Me refiero a Romano Guardini, de origen italiano-alemán, teólogo, filósofo y académico que influyó grandemente en la juventud alemana después de la hecatombe provocada por el nazismo, y en personajes de la talla de Josef Pieper, Luigi Giussani y Benedicto XVI, entre otras figuras de relieve mundial.

En una de sus conferencias magistrales que tituló La cultura como obra y riesgo, Guardini dice cosas serias: “Los educadores y los médicos observan que el hombre moderno está cada vez más aislado al enfrentarse a la creciente pérdida de contacto entre persona y persona. La masa es la gran cifra de individuos pobres en contactos, y que, por su misma pobreza de relación, se dejan reunir fácilmente y a capricho. La tendencia totalitaria presupone el individuo sin contactos, la pólvora humana, a gusto porque se le descarga de responsabilidad".

La debacle de las humanidades, la falta de testimonios solidarios del católico que hace de la religión una rutina insubstancial, la cobardía imperante en materia de convicciones fundamentales, la conversión de la educación en propaganda y adoctrinamiento anticatólico de niñez y juventud, la pérdida de la personalidad independiente, el patrocinio demoníaco de la ideología de género y del aborto, el olvido de la tradición clásica y de la romántica cristiana, pavimentan el camino que hace del individuo: pólvora humana.

Exigencia perentoria dice Guardini, es salir del caos cultural en que se vive. En el hombre actual debe formarse una auténtica interioridad. El núcleo personal debe experimentar una consolidación, que partiendo en cada caso de la conciencia de verdad, le haga capaz de establecer una posición que sea más fuerte que las consignas y la propaganda, para oponerse al hechizo de lo habitual…

Esa consolidación es un proceso educativo, formador de la personalidad, que comienza en el interior de la familia católica, que luego transita por la escuela y la universidad, para culminar en la madurez y la ancianidad. Demanda en el fondo, una lucha permanente contra los enemigos de la Fe, contra el Negador que anida en la Leyenda del Gran Inquisidor del inmortal Dostoievski.

En medio del relativismo que campea en Occidente, Guardini convoca al católico a que asuma el compromiso, la responsabilidad de volver a establecer posiciones absolutas. Y para ello se hace necesario un gran esfuerzo del católico, una mirada a la ascesis, que es una disciplina de sí mismo, limitadora de la desmesura de las exigencias de la vida, que pone medida al desenfreno del consumo y del placer, que rompe la dictadura de la ambición y el afán de ganancia, no por enemistad a la vida, sino por deseo de una vida más libre y valiosa.

No tienen desperdicio los consejos de Guardini. Las almas grandes nunca han surgido de la transigencia a la inclinación, remata el pensador de manera lapidaria, recordando ciertamente al Brand de Ibsen.

Y para finalizar, tomo prestadas de Manuel Gómez Morín, un mexicano ejemplar, fundador de instituciones, ahora por desgracia en proceso de demolición, palabras que condensan, a mi manera de ver, una de las grandes soluciones a la crisis terminal que se vive: México - seguramente España y el mundo occidental también-, necesita una revolución real, estructural, que no sea solamente el cambio de grupos personales. No hablo de lucha armada, porque no creo en ella…. En el fondo de todo, lo imprescindible es un cambio de actitud, un paso hacia la autenticidad, hacia la sinceridad. Esto implica una profunda cuestión de orden moral, perdida de vista en medio de una larga, muy larga simulación.

Interioridad, personalidad, cambio de actitud pues todo lo malo sale de dentro del corazón, valentía frente a los enemigos de Cristo ya sean de las izquierdas o las derechas, ascetismo, posiciones absolutas en materias que de verdad no admiten transacción alguna, paideia, palabra franca o parresia, son caminos para recuperar terreno, pero siempre conscientes de que se haga Su Voluntad así en la tierra como en el cielo, y lo demás se dará por añadidura. Solo Dios basta.

Agradezco mucho a Javier Navascués la gentileza inmerecida de hacerme esta entrevista, rogando a él y a los amables lectores de la misma, su benevolencia y comprensión, por tratarse de un entrevistado ya vencido por la vejez y el desencanto de las vanidades, de un pecador promedio, según creo, y que sin embargo, mantiene su esperanza invicta y joven, gracias al Altísimo y a la Virgen Morena del Tepeyac.

Saludo con afecto y admiración a la España católica de Santiago, de Isabel de Castilla, de Ignacio, de Francisco de Borja, de Teresa, de Juan de Ávila, de tantos otro santos, y del tribuno Vázquez de Mella, y de esos, los del ademán impasible. Todo a la mayor Gloria de Dios.

Por Javier Navascués

5 comentarios

  
Siro Sánchez Cebrián
Mauro González-Luna Mendoza, en su magnífico artículo, lleno de verdades eternas, irrefutables y valientes, afirma que es "evidente que México, España y el Occidente todo otrora cristiano, viven una crisis religiosa, política, social, económica, moral y cultural de dimensiones colosales".

ESA JOYA DE FRASE ES EL RESUMEN EXACTO DE LAS CAUSAS QUE AZOTAN ESPAÑA DESDE HACE CINCUENTA AÑOS. Pocas autoridades se han atrevido a afirmar lo que sabiamente dice Mauro González-Luna Mendoza.

El presente escrito es un riguroso estudio que deberíamos interiorizar todos los españoles si queremos saber dónde nos hallamos y hacia donde nos encaminamos si no rectificamos nuestros errores.

DIOS, FAMILIA Y FE.
03/10/24 5:35 PM
  
Francisco Javier Villalón Ezquerro
Sorprende, que en esta época en que existe una carencia de pensadores mexicanos de primer nivel, el pensamiento católico tenga uno de tal nivel retórico como Mauro González Luna. Destaca su profundo humanismo en clave teológica y sus conocimientos en varios órdenes de la política, la jurisprudencia y otras áreas redimensionadas por algo muy raro hoy, la unión entre la oratoria y la cultura. No me cabe duda que González Luna es grande orador en México y uno de los principales su historia. A esas capacidades intelectuales y de expresión ejercidas las redimensiona su profunda Fe y Esperanza y la pasión con que habla y escribe.
03/10/24 6:35 PM
  
Siro Sánchez Cebrián
Esta frase, de Mauro González-Luna Mendoza, contenida en el presente artículo, "Para efectos prácticos equiparo oratoria y retórica. Disciplina esa que enseña, en su cabal sentido, el arte de hablar con elocuencia para persuadir y atisbar la verdad", me recuerda gratamente la inmortal frase, entre otras muchas, que solía decir un joven fraile dominico, que me impartía clase de filosofía y de latín, en la antigua Universidad Laboral de Córdoba. Decía así: "Mirad, alumnos, una persona que no sabe hablar y escribir correctamente, es imposible que llegue a razonamientos y conclusiones válidas". Es una frase lapidaria donde la haya.

Este antiguo y sabio profesor, como otros muchos que tuve, vivía por y para sus alumnos. Era un genio irrepetible en sus materias.

DIOS, FAMILIA Y FE.
03/10/24 6:55 PM
  
Gerona
De lo mejor que he leído en mucho tiempo.

"...en la palabra verdadera y bien dicha habitaba el destino de un hombre"

Esta sentencia debería estar grabada en el frontispicio de toda escuela,
instituto, universidad y parlamento que se precie ser lo que declara ser.
03/10/24 7:22 PM
  
Javier Alvarez de la Peza
Reflexiones profundas de un hombre sabio y bueno’
04/10/24 6:05 PM

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2.10.24

P. Agustín Giménez: "El obstáculo para el 5º dogma mariano es verlo peligroso para el diálogo ecuménico"

El P. Agustín Giménez sintetiza en esta entrevista lo mejor de su libro María, mi Madre. Corredentora, Mediadora, Abogada. 

Agustín Giménez González. Sacerdote diocesano de Getafe (1999), doctor en teología bíblica por la P. U. Gregoriana de Roma (2009), profesor de Sagrada Escritura en la UESD desde 2007. Es miembro de la Asociación Bíblica Española, del Centro Español de Sindonología, de la Sociedad Mariológica Española y de la International Marian Association.

¿Por qué decidió escribir un libro sobre la corredención de María Santísima y su papel como mediadora y abogada?

Fue el deseo y casi la necesidad de hacerle este regalo a la Virgen María. Y más allá de esto, hay multitud de motivos. Han confluido varios factores. Por una parte, el anhelo profundo de que María sea más conocida y amada por todos los hombres. El deseo de que los seres humanos conozcan que tienen una madre real, que verdaderamente les ha engendrado a la vida redimida y reconciliada con Dios. Por otra parte, desde que fundamos el Foro Mariano junto con otras personas, tanto Fina Rivero como yo hemos vivido una llamada a sacar adelante este libro, porque la Iglesia y el mundo necesitan conocer su contenido. Creemos que esto es muy importante, y darlo a conocer es parte del plan de Dios. No queremos dejar de aportar nuestro granito de arena.

Además, confluyó una petición de la editorial Nueva Eva de escribir un libro sobre este tema. Hace unos años, en los rosarios de antorchas del Cerro de los Ángeles (primeros sábados de mes), empezamos a dar unas catequesis bíblicas sobre María y su función salvífica. Muchas personas nos pidieron entonces que publicásemos estas catequesis. Ellas están en el origen del libro.

La llamada fue tan fuerte que a finales de la primavera de 2023 centramos todas las energías en sacar adelante este libro, volcando en él lo que habíamos descubierto desde que iniciamos a investigar sobre ello en torno al 2016. Fina me dijo: “urge escribir el libro, no se puede posponer más”. En efecto, creemos que el mundo lo necesita. Nos costó encontrar un título que reflejase lo que es el libro, a la vez un libro dirigido a todos, y también un libro de profundidad teológica y bíblica. Un libro que pretende que cada uno personalmente descubra a María, y que igualmente quiere influir teológicamente en la comprensión del misterio de María y la redención. Finalmente, tras mucho rezarlo, Fina Rivero y yo vimos que el título debía ser “María, mi Madre”, centrado en lo esencial que es la maternidad espiritual de María para conmigo y para con todos. El subtítulo era más descriptivo del contenido teológico: “Corredentora, Mediadora, Abogada. El papel de María en la historia de la salvación: desde la Biblia, la teología y la historia”.

https://nuevaeva.es/maria-mi-madre/

¿Por qué antes ha querido recalcar en el título que María es su Madre?

Porque Madre es el título central. Desde hace un par de siglos se ha buscado el título que mejor exprese el papel de María en el plan salvífico de Dios, es decir, qué ha hecho María por nosotros, quién es para los hombres. Según las épocas se habló de Mediadora universal, de Corredentora, de Medianera de todas las gracias… y el avance teológico de la Iglesia ha dado como fruto la unánime consideración de que María es Madre de la humanidad redimida. De que lo que ella ha hecho por nosotros es engendrarnos como madre a la vida sobrenatural restableciendo como “Nueva Eva” la comunión con Dios, en estrecha colaboración con el Espíritu Santo. Ella nos engendra como madre al pie de la Iglesia, ofreciendo a Jesús maternalmente por nuestra salvación. Por eso, es muy importante entender los otros títulos, a saber, corredentora, mediadora y abogada, como subtítulos, como adjetivos que especifican el sustantivo “Madre espiritual de los hombres”.

¿Por qué lo considera el libro más importante de su vida?

Porque tengo la conciencia de que mi vida sacerdotal, cada vez más, es para amar y hacer amar a María, de que mi voz es para hablar de Ella, mis manos para escribir de Ella, y mis ojos para mirarla. Cada vez me identifico más con las palabras de San Juan Damasceno: “Ella tiene cautiva mi alma, en ella pienso de día y de noche”, porque cuanto más va uno conociendo y entendiendo su papel, su amor personal hacia cada uno, más se enamora de su Madre, del perfectísimo plan de Dios, y más desea uno colaborar en él. Y yo colaboro especialmente con este libro. Este es importante porque lo he hecho por amor a Ella, como un regalo para María. Ese es su valor principal.

¿Cómo se ve en la Sagrada Escritura la contribución de María a la redención, desde el Génesis hasta el Apocalispsis?

En comunión perfecta con Cristo. Son un solo corazón, también en el deseo de redimir a la humanidad, y en la ejecución de ese objetivo. Cristo como único redentor del ser humano, María como “alma asociada” estrechísimamente a ese Redentor, engendrando maternalmente la redención.

Esa unión entre Madre e Hijo se manifiesta desde Gn 3,15, la promesa de salvación que Dios hace en cuanto se comete el pecado y aparece la cautividad del hombre respecto a Satanás. Ahí se presenta ya a la Mujer y su descendencia, su hijo, unidos en el combate contra la serpiente y su descendencia, anunciándose la victoria definitiva de aquellos. El resto de la Escritura está llena de alusiones a esta promesa. Jesús identifica a María con la Mujer de Gn 3, llamándola así, en las bodas de Caná y en la cruz, donde ofrece el vino nuevo de la redención, su propia sangre. Esta sangre, como su cuerpo, procede todo él de María, de su humanidad. La carne de Cristo es la carne de María, decían los antiguos desde el tiempo de san Agustín. Y lo que nos salva es el ofrecimiento de su cuerpo, que es todo procedente de María.

En el Apocalipsis se presentan los mismos personajes (Ap 12), la Mujer, su hijo descendencia, que es el Redentor, dado a luz como tal precisamente en la cruz, en el misterio pascual, al morir, bajar al sheol, y llevar a la casa del Padre a todos los justos del Antiguo Testamento. Lo hace venciendo al gran dragón, a la serpiente antigua, al engañador del mundo entero, que no logra retenerlo en la muerte y que a su vez es desalojado del cielo. Allí ya no puede cumplir la función que asumió: impedir la entrada de los hombres, que eran suyos, pues no habían sido rescatados. Podía acusarlos ante el Padre día y noche. Pero redimidos por la sangre del Cordero, dado a luz por la Mujer, pueden ahora ser rescatados. El mismo capítulo de Apocalipsis indica que los que dan testimonio de Jesús, los cristianos, son el resto de la descendencia de la Mujer, de María, que también los engendró al pie de la cruz.

¿Cómo ha expresado la teología esta contribución de nuestra Madre?

De mil formas, con su vida, su fe, y sus expresiones, en todo tiempo de la Iglesia. Desde el principio con el título de “Madre”, consciente de que ella ha colaborado como madre en nuestra generación a la vida redimida, en contraposición a Eva. Por eso desde el principio, con san Justino y san Ireneo de Lyon se puso en paralelo ambas figuras, Eva y María. Ambas tienen algo en común: son madres de toda la humanidad, Eva a nivel biológico, María a nivel espiritual. Las dos tienen la vocación de ser una ayuda adecuada para Adán y Jesús, nuevo Adán, respectivamente. En esta vocación Eva fracasó, arrastrando a Adán al pecado, y María triunfó, colaborando adecuadamente con Cristo en la restauración de todo el universo, especialmente del género humano. La primera desconfió de Dios, la segundase fio heroicamente hasta el final, deshaciendo el nudo que Eva ató por el que estábamos sujetos a la condenación…

Desde el siglo II se fue mostrando la colaboración decisiva e indispensable de María en la obra de la redención como una nueva Eva triunfante, unida al nuevo Adán, el hombre perfecto y único Redentor y restaurador del género humano. Lo hizo por su poder divino, unido a María, con un solo corazón. Los Santos Padres desarrollaron abundantemente esta imagen tan lúcida, como por ejemplo san Efrén en la Iglesia siriaca. Este riquísimo contenido teológico de la Nueva Eva se vertió a partir del segundo milenio en títulos que expresasen concretamente su papel en la redención en la misma terminología. Así, desde el siglo X se la llamó “redentora”, en comunión con el único redentor, y desde el siglo XV-XVI también “corredentora”, añadiendo el prefijo “co-“ para subrayar la subordinación de María a la obra de Cristo.

Con este título se indica la acción de María que incide directamente en el rescate de la humanidad, la redención misma, que tuvo lugar en el misterio pascual de Cristo, en su muerte y resurrección. María no fue un testigo pasivo de este acontecimiento. Ofreció a su Hijo por la salvación del mundo, como madre que es de Jesús; del mismo modo que el Padre eterno lo ofreció también por nosotros paternalmente, y el Espíritu lo hizo santamente, así como Jesús se ofreció igualmente a sí mismo por los hombres. María, además de ofrecer a su Hijo, se ofrece a sí misma, sufriendo y muriendo de dolor con su Hijo por nosotros, sus nuevos hijos espirituales. Hace una ofrenda perfecta de amor a Dios y a los hombres pecadores suplicando que se realice la redención, y de este modo revierte el pecado de Eva, deshace el nudo por una acción contraria y opuesta, en unas circunstancias semejantes a las del pecado original. Pero esta vez la serpiente, el enemigo, el engañador y tentador es vencido, por una virgen fiel, inmaculada, pura, que amó a Dios sobre todas las cosas hasta el final.

Otros títulos han expresado la acción maternal de María después de realizarse la redención en el misterio pascual: mediadora de la gracia, y abogada. María es la mediadora universal pues por su medio nos ha llegado la gracia que es Cristo, y nos sigue llegando. La Gracia tiene una huella mariana en su esencia, está marcada por María, porque ella colaboró directamente en el derramamiento de la gracia sobre el mundo, al pie de la cruz. Y como toda gracia brota del misterio pascual, toda gracia pasa por María, es tocada por María, tiene el perfume de María, es traída por nuestra Madre. Asimismo, es nuestra abogada, defensora, la esposa del Espíritu Santo que con Él nos protege del mal e intercede por nosotros, sus hijos queridos.

Estos títulos que he mencionado son los principales, y engloban en sí la totalidad de los demás títulos que reflejan alguna dimensión del amor maternal de María hacia nosotros.

¿Cómo ha sido la evolución histórica hacia la proclamación de este dogma?

Responder a esta pregunta implicaría resumir casi 200 páginas del libro… pero citaré los momentos fundamentales. Una vez proclamado en 1854 el dogma de la Inmaculada Concepción, quedaban dos verdades sobre María por proclamarse: su Asunción al Cielo y su maternidad espiritual para con todos los hombres o mediación universal. Algunos obispos pidieron en el Concilio Vaticano I (1870) que se abordase la cuestión, pero se consideró que todavía era pronto para ello. Los pontificados desde León XIII hasta Pío XI fueron riquísimos a nivel mariológico, e impulsaron mucho el desarrollo teológico sobre el misterio de María. A partir de 1900 empezaron a celebrarse con frecuencia congresos marianos internacionales, algo nunca antes sucedido. Todo ello creó un ambiente propicio para un desarrollo nunca visto de amor y piedad a María, y el rezo cotidiano del rosario en las familias cristianas por la continua insistencia en ello de todos los Papas desde León XIII. En ese contexto, nació el movimiento del Card. Mercier en Bélgica, promoviendo y extendiendo desde su sede Malinas el deseo de proclamación de la mediación universal de María, englobando su maternidad espiritual y su corredención. La gran mayoría de las órdenes religiosas, así como el episcopado de Francia, España y parte de Italia, se sumaron a la iniciativa.

La fuerza de este movimiento impulsó a Pío XI, recién elegido sumo Pontífice, a crear tres comisiones teológicas con los mejores teólogos y mariólogos del momento, para dilucidar si era posible y conveniente la proclamación de este dogma. Cuando se abrió el archivo secreto vaticano para poder consultar estos informes, no se encontraron, pero sabemos que todos los miembros de la comisión española y de la belga, y al menos la mitad de los de la comisión italiana, estaban a favor de que se proclamase el dogma. El informe español, dirigido por el insigne P. José María Bover, con abundantísima información de la Escritura, la Tradición y el Magisterio, tenía casi 2500 páginas… no se trataba, por tanto, de opiniones meramente subjetivas, sino bien fundamentadas. Dentro del pueblo cristiano surgieron muchas iniciativas, a semejanza de lo que había sucedido con la Inmaculada, para promover el dogma: juramentos, votos, novenas, imágenes, procesiones… en España la inmensa mayoría de las hermandades y cofradías marianas hicieron voto de defensa e incluso ofrecimiento al martirio por la proclamación de los dogmas marianos que, a su juicio, faltaban por proclamarse. Entre ellos estaba San Pedro Poveda.

El caso es que el Papa Pío XI no consideró oportuno proclamar ningún dogma, pero años más tarde, en 1950, Pío XII proclamó el dogma de la Asunción. Muchos lo entendieron precisamente como una preparación para culminar la verdad de María con el último dogma, sobre la mediación y maternidad universal de María Corredentora. Así, por ejemplo, se manifiestaba el P. Luis Mª Mendizábal S.J.

Al llegar el Concilio Vaticano II se dio una situación compleja. Por una parte, se promulgó el documento más rico y extenso sobre la Virgen María hasta la fecha por parte del Magisterio, en el capítulo VIII de la Lumen Gentium, donde se explicaba con precisión esta colaboración de María a la redención. Por otra parte, se evitó conscientemente el lenguaje “corredentor” en aras del ecumenismo, ya que uno de los objetivos principales de Juan XXIII al convocar el concilio era alcanzar la deseada unidad de las iglesias cristianas. Como a los protestantes les producía rechazo este lenguaje sobre María, se evitó utilizarlo.

Después llegó la compleja crisis posconciliar que afectó a todos los niveles de la teología y, como no podía ser menos, también a la mariología. Además, el espíritu ecuménico, no siempre bien entendido, influyó en que la figura de María quedase muy relegada, sobre todo en comparación con el fervor y estudio mariológico previo al Concilio. Todo ello a pesar de los esfuerzos de San Pablo VI por rescatar el papel de María al proclamarla “Madre de la Iglesia” y al escribir unos diez años después la Marialis cultus.

Al llegar san Juan Pablo II todo recibió un nuevo impulso, e incluso recuperó el título de Corredentora para María, empleándolo en varias ocasiones durante sus discursos. Simultáneamente resurgía el movimiento de inicios de siglo del Card. Mercier, esta vez por medio de un joven profesor americano, Mark Miravalle, que fundó Vox Populi Mariae Mediatrice, el cual reunió 5 millones de peticiones pidiendo al Papa el dogma de María Corredentora, Mediadora y Abogada. La petición iba apoyada fervientemente por Santa Teresa de Calcuta.

Antes de que san Juan Pablo II se pronunciase, desde Secretaría de Estado se hizo una petición a la Pontificia Academia Mariana Internacional, mientras se reunía en Częstochowa (Polonia) para sus sesiones ordinarias de estudio. A saber, que aprovechasen su reunión para formar una comisión que valorase esta petición. En una reunión de unos pocos minutos con algunos de los participantes, se realizó un veredicto que fue publicado en L’Osservatore Romano al año siguiente. Esta comisión consideró que no era tiempo maduro, que debía seguir profundizándose en el tema, y que sería un paso muy negativo a nivel ecuménico.

De este modo se daba carpetazo a la petición. Por una parte, algunos mariólogos dieron por zanjada la cuestión para siempre. Otros, sin embargo, asumieron la petición de profundizar en los aspectos mencionados por la comisión, y empezaron a multiplicarse los congresos, simposium, artículos, libros, estudios, cada vez en mayor número hasta la fecha. Y cuanto más se estudiaba la cuestión, más se veía la conveniencia de este dogma. Hasta que recientemente se alcanzaron los 8 millones de peticiones, que se hicieron llegar al Papa Francisco, el cual no considera el tiempo actual uno oportuno para proclamar más dogmas. Lo que pase en el futuro, solo Dios lo sabe. El dogma de la Inmaculada se proclamó tras cuatro siglos de controversias, trabajos, altibajos… el último dogma quizá se proclame en unos años, o quizá no se proclame nunca. Yo lo que sé es que me siento llamado a trabajar incansablemente en dar a conocer su verdad, su conveniencia, y en ofrecerme a Dios por él, como lo hizo san Pedro Poveda a inicios del siglo XX. Luego Dios hará lo que considere oportuno, y a través de los avatares de la historia se realizará su plan de salvación.

¿Cuáles han sido las principales objeciones y obstáculos a este dogma?

En un primer momento, la falta de madurez teológica respecto a la terminología y la relación de los títulos que componen en sí esta verdad sobre María de su colaboración en el plan de Dios. Gracias a infinidad de estudios, diálogos y publicaciones parece firmemente establecido que el título principal es “Madre espiritual de la humanidad”, que se explicita en los adjetivos “Corredentora”, “Mediadora universal” y “Abogada”. Actualmente, en mi opinión, la reflexión teológica ha alcanzado una madurez suficiente como para proclamar esta verdad, aunque diversos autores rechazan la terminología.

Consideran que utilizarla podría equiparar a María con Cristo, dando una interpretación errónea al prefijo “co”, que nunca significa “igualdad” cuando el título con el que se correlaciona no lleva “co”, tal como sucede con “piloto” y “copiloto”. Lo mismo se aplica a “Redentor” y “Corredentora”: “co” significa colaborador, ayudante del agente principal de la acción (de conducir en el caso del piloto, de redimir en el caso del redentor). Por otra parte, como se analiza en el libro, nunca ningún autor católico ha empleado este título equiparando a María con Cristo, el único Redentor, ni se ha entendido como una amenaza para su unicidad. Por eso, consideremos una grave injusticia histórica y teológica acusar al título falazmente. Es más, el título más antiguo aplicado a María respecto a la redención es el de Redentora (ca. s. X), al que se le añadió el prefijo “co” en tiempos de la reforma protestante para que no hubiese equívocos ni posibilidad por parte de los protestantes de acusar a la Iglesia de equiparar a María con Cristo.

No obstante, la principal objeción no es teológica (pues no la hay), ya que la Tradición y el Magisterio son claros al respecto. Actualmente el impedimento sustancial es que el dogma se considera peligroso para el diálogo ecuménico. Un diálogo que, por otra parte, a partir del siglo XX se ha manifestado cada vez más estéril… estando las iglesias protestantes más distanciadas que nunca de la Iglesia católica por las decisiones que van tomando.

¿Qué beneficios traería a la Iglesia la proclamación de este quinto dogma mariano?

En el libro desarrollo numerosos beneficios explicándolos teológicamente. Aquí solo los enumero: el primero es que la Iglesia ofrecería a sus hijos la verdad completa sobre su Madre, la Virgen, propiciando que se la conozca y ame más perfectamente; el segundo, que cumpliríamos más perfectamente la petición de Jesús de acoger todos a María como madre nuestra; el tercero, que recibiríamos la bendición de Dios, que promete bendecir a quienes bendicen a María; el cuarto, que cumpliríamos el 4º mandamiento de la ley de Dios para con nuestra Madre, la Virgen; el quinto y sexto, Dios nos recompensaría y potenciaría el papel corredentor de la Iglesia; el séptimo, María daría todo lo suyo de un modo pleno a sus hijos, y los podría reunir (octavo) en una única iglesia cumpliendo el deseo ecuménico de san Juan XXIII.

Según santa Teresa de Calcuta, en carta fechada el 14 de agosto de 1993, cuando el Papa proclame este dogma se producirá un efecto sobrenatural: la Iglesia recibirá una gracia espiritual especial. No entra en más detalles. Para muchos otros, este dogma está vinculado al triunfo del Inmaculado Corazón de María prometido a Sor Lucía, y al inicio de una nueva etapa de paz para la humanidad.

Cómo conclusión…el hecho que este dogma lleve tantos años dentro del sentir de la Iglesia y con tantos argumentos concluyentes a favor, ¿hace que tengamos la esperanza de verlo proclamado pronto?

No sé si pronto o tarde, pues los designios de Dios son inescrutables, y lo que es pronto para Dios pueden ser muchos años. Ojalá lo viesen un día mis ojos. Pero personalmente eso no me preocupa. Solo me importa aportar mi grano de arena, trabajar incansablemente por María, extender esta llamada, consciente de que muchos otros miles de cristianos también la sienten, y confiar en que Dios lleva a cabo su plan de un modo que supera siempre nuestras expectativas.

En diversos momentos de la historia se ha intentado sofocar este movimiento por el último dogma de María, pero siempre acaba resurgiendo y cada vez con más fuerza… humanamente hablando, lo lógico es que se hubiese disipado ya hace años. El hecho de que una y otra vez surja en diversas partes de la Iglesia me recuerda a las palabras de Gamaliel: esto es de Dios, los hombres no podrán acabar con ello; y si es solo cosa de hombres, no debemos preocuparnos, se disipará solo.

Próximas presentaciones del libro:

  • Martes 12 de noviembre a las 19.00, en el Centro Teológico de los Agustinos: Paseo de los Alamillos, 2. San Lorenzo de El Escorial.

  • Martes 3 de diciembre a las 20.30, en la Parroquia Santo Cristo de la Misericordia. Calle de Miguel de Unamuno, 10, Boadilla del Monte.

  • Martes 10 de diciembre, a las 19.30, en la Parroquia San Fernando. Avenida de Alberto Alcocer, 9, Madrid.

  • Miércoles 18 de diciembre, a las 20.00, en Húmera, en la Parroquia de Santa María Magdalena. Avenida de la Iglesia, 16, Pozuelo de Alarcón.

Por Javier Navascués

44 comentarios

  
Lector
Con las dificultades que atraviesa la fe y lo mal que está ahora la Iglesia, qué absurdo enredarse en delirios que hasta por el uso del prefijo "co(n)-" parecen disputarle la preeminencia a Cristo...
02/10/24 9:42 AM
  
Luis Fernando
Los protestantes no van a aceptar ni un solo dogma específicametne católico. Y los ortodoxos no aceptan que Roma decida dogmas por su cuenta. Pero eso no es en relación a esta doctrina, que en el siglo II quedó explicada sin ser explicitada por San Ireneo y San Justino. Es en relación a todos los dogmas que no son comunes.
Y ni ochenta siglos de ecumenismo van a cambiar eso, porque los protestantes no van a dejar de ser protestantes. Así de simple.
02/10/24 9:49 AM
  
Lector
"codirector", "coautor", "copresidente", "cogobernadora", "copartícipe"... En todos resalta el pie de igualdad.
02/10/24 9:49 AM
  
Luis Fernando
Lector, dígale a Carlos Sainz,que está en pie de igualdad con su copiloto en el Dakar. O al capitán de un avión respecto a su copiloto cuando hay dificultades en el aparato.

Que ya son ganas de tocar los cataplines cuando la explicación es perfectamente válida.
02/10/24 10:01 AM
  
Lector
..."cofundador", "condueño"...
02/10/24 10:13 AM
  
Lector
Y respecto a Carlos Sainz, hubo un momento en que la afición se mostró delirantemente dividida entre él y los partidarios de su copiloto Luis Moya. Así que no ha elegido precisamente el mejor ejemplo...
02/10/24 10:21 AM
  
Antolin
María, madre de Dios. Con fe y amor lo entendemos.
María, siempre virgen. Con fe y amor lo entendemos
María Inmaculada, ¡lo tenemos grabado en el alma, de tanto quererlo!.
María asunta al cielo. Regado esta el mundo de esta advocación.
Vayamos detrás de lo que quiere Dios, no de los que "protestan" y de los que quieren contentar a los que no se van a contentar.
María mi Madre. Corredentora, Mediadora, Abogada.
02/10/24 10:39 AM
  
Cordá Lac
Pues hasta que sea dogma..., mi voto (que ni existe ni cuenta) en contra.
02/10/24 11:02 AM
  
Juan Pollicino
Felicito al P. Agustín por su espléndida defensa de la corredención! Dios quiera que pronto se proclame este dogma!
02/10/24 11:22 AM
  
Luis Fernando
Sí, Moyá caía muy bien a la gente pero todo el mundo sabía quien pilotaba el coche. De igual manera, todos los fieles aman mucho a la Virgen, pero todos saben quién derramó su sangre en la Cruz.
Conviene recordar que cuando el Espíritu Santo llenó a Isabel embarazada de Juan el Bautista, que había saltado en el seno de su madre AL OÍR LA VOZ de María, ella no solo dijo "Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre", sino: "¿Por qué se me concede esto a mí, que la madre de mi Señor venga a mí?"

Recibir a la Madre del Señor es un don en sí mismo. Y si somos salvos por Cristo, resulta que Cristo es fruto del vientre de María. De ella, y del Espíritu Santo, nos llega el Salvador.
Eva dijo sí a Satanás. María dijo sí a Dios. Reconocer por medio de un dogma el papel tan esencial que juega María en nuestra salvación no resta absolutamente nada a Cristo como Salvador. María es lo que es por ser madre de quien es.
02/10/24 12:02 PM
  
Pacomio
¡¡ MARAVILLOSA INICIATIVA!!!
Dios Nuestro Señor bendiga y proteja y colme de Gracias a este Sacerdote, y a su obra.
A los AMARGOS CONTRADICTORES, seglares o clérigos, les recuerdo: DE MARÍA NUMCUAM SATIS.
MATER CORREDEMPTRIX, SALVANOS.
02/10/24 12:05 PM
  
Ernesto Alvel
El problema no es solo ecumenico. Es también de falta de precisión en el significado de los títulos. Redención es liberación del diablo y del pecado, una acción que solo Dios puede realizar en última instancia, y que Jesús puede realizar porque es Dios, aunque lo haga a través de su humanidad. Por otro lado María es una criatura que necesitó ser redimida. Entonces el título "co-redentora" va siempre a requerir un montón de explicaciones. Puede usarse donde esas explicaciones estén claras, pero dogmatizarlo parece excesivo. En cambio, se podría proclamar como dogma la maternidad espiritual de María, que tiene mucho más fundamento bíblico y es mucho menos controverso.
02/10/24 12:17 PM
  
Lector
No hace falta --y menos ahora-- dogmatizar peligrosas novedades bajo pretextos sobre el mayor loor que merece la Santísima Virgen. Ella tiene sus incomparables méritos perfectamente reconocidos y oficialmente glorificados por la Iglesia desde hace tiempo.
02/10/24 12:43 PM
  
pipo
En la entrevista faltó preguntar directamente sobre la ridiculización que Francisco ha hecho de la verdad de la Corredención Mariana y, peor, de quienes creen en ella, tratándolos peyorativamente de "cristianos enamorados".

Por otro lado, teniendo el actual prefecto Tucho y ahora su pletora de consultores ultraprogres, ninguno africano, enemigos de Veritatis Splendor, la definición de dicho dogma es casi una quimera.
02/10/24 12:58 PM
  
Ignacio María
Bendita sea la Santísima Virgen, nuestra Madre y Reina
02/10/24 1:00 PM
  
Lector
Tiene todo el aspecto de las acometidas al Santo Rosario, al que, con parecidas excusas, han acabado desfigurando. Yo, desde luego, he vuelto ya definitivamente al que se rezaba en mi infancia.
02/10/24 1:01 PM
  
Cristián Yáñez Durán
Lector, ¿realmente considera ud. que el título de "Corredentora y Mediadora de todas las gracias" es una novedad?
Realmente delirante.
02/10/24 1:16 PM
  
Jorge Álvarez
"La preeminencia de Cristo" (que es Señor y Dios Nuestro), se nota a leguas: busque el Lector en los hechos la respuesta: ¿toda la humanidad respeta, conoce, reconoce, ama, adora y espera a Cristo Jesús como Señor y Salvador? La respuesta está a la vista: ¡NO! La única que lo ha Conocido, Reconocido, Amado, Adorado y Esperado (después de Pentecostés, eso hizo, mientras trabajaba y rezaba por la Iglesia), es María Santísima (Corredentora con el Único Redentor) —Ella le ha prestado voz humana a la humanidad, para que esta pueda dirigirse a Dios con la confianza de ser escuchada, como lo hizo en las Bodas de Caná, en Galilea! Pues sí, María Santísima por Gracia de Dios es Corredentora, con el Único Redentor (la Voluntad de la Criatura verdaderamente unida a la del Creador qué nos redime). Bendito y Alabado sea Nuestro Señor Jesucristo y con Él su Santísima Madre y Madre Nuestra, la Virgen María!
02/10/24 1:45 PM
  
Luis Fernando
Igual que digo que la doctrina de Maria como corredentora tiene asidero en la Escritura y los primeros padres de la Iglesia, ocurre exactamente lo contrario con la de mediadora de todas las gracias tal y como la exponen sus defensores. Y son dos doctrinas diferentes.
02/10/24 2:07 PM
  
Lector
Novedad en sí lo de "Corredentora", señor Yáñez, ni lo sé ni me preocupa. Pero afán de novedades la actitud, qué duda cabe.
02/10/24 2:13 PM
  
maru
Efectivamente, por el dichoso ecumenismo, el Vaticano II, no reconoció a María como corredentora. Estaba primero el ecumenismo que la Madre de Dios y así estamos.
02/10/24 2:20 PM
  
Manuel d
El hijo de Dios es Jesucristo. Solamente se llega al Padre por Él.
02/10/24 3:43 PM
  
Antolin
El origen de todo es el Padre, el Hijo es engendrado, el Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo. La Trinidad santa ópera en todo.
María Virgen es la criatura redimida más excelsa, la esclava del Señor, a la que llaman bienaventura todas las generaciones.
La Iglesia llama a María Madre de Dios y tiene sus motivos. Partiendo de ahí, ¿Qué no se podrá decir de ella? Y Dios sigue siendo Dios, faltaría más. Y María, la creación excelsa de Dios, el orgullo de nuestra humanidad.
02/10/24 4:48 PM
  
Juan de Barcelona
María Santísima Corredentora del género humano. Es la Voluntad de Dios.
02/10/24 5:03 PM
  
SS
La Iglesia ha sido infiltrada, herida, mermada .
02/10/24 5:06 PM
  
Paco Storni
Sobran dogmas.
No más dogmas.
Lo que hay que hacer es eliminar 163 de los 164 dogmas de la Iglesia católica.
Y que cada quien le rece a María como le salga de dentro.
02/10/24 5:54 PM
  
Guillermo PF
La Redención es un hecho exclusivamente Trinitario. La Santísima Virgen no tiene nada que ver ahí, ni por la Encarnación del Verbo, ni por los méritos de sus Dolores ni por nada de nada.
02/10/24 6:28 PM
  
Juan Diego
SIEMPRE HA HABIDO, OPOSITORES A LOS DOGMAS DE MARÍA, falta de Confianza, de Amor y de Fe, en la Iglesia (luteranos y herejes al margen). No va a ser diferente ahora. Santo Tomás no creía en la Inmaculada Concepción, y mira que era un hombre inteligente en la Fe.

Sin el Fiat de María no es posible la Redención. Si María hubiera dicho no (y fue libre para hacerlo), nos hubiéramos quedado todos en el Seol. Y sin el cuerpo que Jesús recibió de María, no habría podido morir para salvarnos. En eso consiste la corredención. María por sí misma no podía salvar nada ni a nadie, pero sin el Sí de María, Dios no hubiera podido salvar esta Creación. Porque la segunda persona de la Trinidad, no hubiera podido encarnarse aún queriéndolo.
CARO CHRISTI, CARO MARIAE dice la Tradición. Cuerpo de Cristo, Cuerpo de María. Cuando comemos la Carne de Jesús en la Eucaristía, comemos la carne asumida de María en la encarnación.
Muchos que dicen ser Cristocentricos, en el fondo son sencillamente incrédulos a la Fe Católica, y cada vez se ve más claro, pues aceptan toda clase de ideologías menos los dogmas y la sana doctrina.
La batalla por la Corredención sólo puede terminar de una manera, por mucha oposición que se haga.
Bendito sea Dios.
02/10/24 7:42 PM
  
Oters Aleksandr
Alguien me podría decir en dónde San Juan Damasceno dice la frase “Ella tiene cautiva mi alma, en ella pienso de día y de noche”? Me gustaría leer el texto completo. Muchas gracias.
02/10/24 8:23 PM
  
Lector
'Sin el Fiat de María no es posible la Redención...'
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"...porque nada hay imposible para Dios."

(El Ángel en la Anunciación)
02/10/24 9:42 PM
  
Anónimo toledano
Ni una palabra sobre la Virgen de Amsterdam Quien pidió el Dogma y lo anunció para un 31 de mayo!!!! Dáis pena....siempre obedeciendo la voz de vuestro amo....
02/10/24 9:55 PM
  
Juan Diego
Dios no puede redimir a las almas que se niegan a aceptar su misericordia, porque respeta la libertad con las que las ha creado. La voluntad de Jesús es salvar a todos, pero Su voluntad no basta, pues Dios no puede ir en contra de lo que ha creado. Y no impone su amor. Lease a San Pablo. Existen unas leyes Divinas que forman parte de la revelación. Dios no puede contradecirse. Pues sino sería como el diablo, o como Lutero y todos sus hijos que usan el evangelio a su manera, para justificarse a sí mismos, no porque busquen la verdad.
02/10/24 10:38 PM
  
Penc
El nuevo Adán no estaba solo, estaba con El la nueva Eva! Ella participa de la redención convirtiendo el no de Eva en un Si
02/10/24 10:57 PM
  
Jaime
Lo digo como miembro que es el P. Agustín del Centro Español de Sindonología:
El señor Jorge-Manuel Rodríguez Almenar, presidente de la Sociedad Española de Sindonología ha pasado por alto, por alguna extraña razón que él sabrá, el nuevo libro que se le envió, verdaderamente transcendental, sobre la Santa Sábana: San Juan Evangelista "vio y creyó" (Jn 20,8) ¡Y nosotros también!, escrito por un español. Se trata de una nueva teoría que equipara los "lienzos" que vieron, Pedro, Juan, María Magdalena y demás, no como una simple sábana, sino ni más ni menos que con la "dos imágenes" impresas en la única sábana, la figura posterior y la anterior. Los "lienzos" son pinturas, en español y en todas las culturas. Los ángeles de la Resurrección dejaron dos "fotografías” de la Resurrección de Jesús en el momento de resucitar y las dejaron "expuestas" a la vista expresamente. Eso le añade a la Santa sábana un valor extraordinario muy superior al que ya tiene. Los exegetas jamás han sabido dar el valor a la palabra "lienzos" en plural que aparece en el texto de San Juan. Así hablan de fajas y otros términos que no se ajustan al vocablo bíblico griego "ozonias", que traducen por sábanas cuando es "pinturas". También resuelve el problema del sudario enrollado que Don Persili no alcanza a resolver aunque se acerca mucho. Simplemente los ángeles lo quitaron de la cabeza de Jesús y lo dejaron suspendido en el aire, para poder realizar las dos "fotos". Como es sabido muchos teólogos no creen en la resurrección de Jesús. Se trataría según ellos de una experiencia interior. Sin embargo, según los Hechos de los Apóstoles y las cartas de San Pablo, la Resurrección de Jesús es el requisito indispensable para recibir el Bautismo y salvarse. Estos teólogos no tienen la fe que es necesaria para salvarse, están en peligro extremo de condenarse. 1/04/23 5:18 PM Este libro recoge la certera teoría de Don Persili y la lleva más allá. Leyendo el libro, también nosotros veremos lo mismo que san Juan, aunque sea mentalmente, y también creeremos en la Resurrección de Jesús. Nos interesa para salir de dudas si las teníamos y ser salvos. Y si es preciso recibir el Bautismo. No olvidemos una cosa. Creer en Jesucristo quiere decir creer en su Resurrección, si no , no basta. Por lo tanto, no seamos “tontos”. Si la Sábana Santa nos brinda la posibilidad de creer en la Resurrección de Jesús, es una gracia especial que Dios nos hace para los hombres y mujeres de nuestro tiempo, que no hizo antes cuando era mucho más fácil creer debido al entorno social. Sería de necios desecharla.
03/10/24 12:10 AM
  
Daniel
En las apariciones de la virgen María en Amsterdam a Ida Perdeman queda claro que este dogma será proclamado. En cuanto a la corredención, es un hecho que la Virgen María participa y padece al pie de la Cruz de su hijo Jesús. Y también nosotros participamos con nuestros sufrimientos ofrecidos a Dios en las manos de la Madre. Aunque en menor medida y sin tantos méritos como ella. Sin este hecho de compartir el sufrimiento redentor, no existe el martirio. Pero también es cierto que Dios actúa y actuará para que se cumpla.
03/10/24 2:33 AM
  
Agustín Giménez
¡Buenos días a todos! Como autor del libro y el entrevistado en esta noticia, quería comentar alguna de las ideas que han salido en los comentarios, todos ellos muy interesantes:
- Respecto al valor de "co" como prefijo que indica igualdad o subordinación, lo decisivo no es aducir muchos ejemplos formados con "co"... para deducir su significado de igualdad o subordinación hay que fijarse el el título correlativo: si también lleva "co" significa igualdad, si no lo lleva significa subordinación. Así, "co-autor" o "co-párroco" expresa igualdad, porque remite a otro co-autor y otro co-párroco. Y "copiloto" o "corredentor" implica subordinación porque remite a un "piloto" y a un "redentor" respectivamente. Por eso, Corredentora solo podría entenderse como equiparación a Cristo si este fuese llamado Corredentor, cosa que nunca ha sucedido dentro de la Iglesia Católica.
- Un comentarista mencionaba que la redención es obra exclusiva de la Trinidad, pues implica la liberación de Satanás, y del pecado, etc. Es cierto que no puede haber redención sin la intervención divina, pero ¡ojo!, que desde el siglo II con san Ireneo y san Justino, y toda la patrística posterior, se subraya precisamente que porque el pecado y la cautividad vino por medio de una mujer (Eva), en la redención debía colaborar otra mujer que en las mismas condiciones deshiciesemos el nudo que Eva ató. Y en ese sentido se señala que para que la redención fuese una obra de perfecta justicia implicaba la acción de una mujer, virgen e inmaculada, que venciese a Satanás allí donde él había vencido al género humano y con sus mismas armas. Fue María, que se hizo "causa de salvación para sí misma y para todo el género humano" (Adversus Haereses III,22,4).
- El libro no se centra en el 5º dogma ni en la corredención, sino en el papel de María: estudio bíblico, teológico e histórico. Solo el capítulo VI (págs. 537-599) contienen mi reflexión sobre la conveniencia o no de que se proclame. Esto, como se ve en los comentarios a la noticia, es una cuestión personal. Solo Dios sabe si el 5º dogma se proclamará o no. Yo solo concluyo que es lícito desearlo, pedirlo, promoverlo... del mismo modo que es lícito no hacerlo. Y como decía otro comentarista, el corazón de este posible 5º dogma es "la maternidad espiritual de María para con toda la humanidad", y los otros títulos (corredentora, mediadora, abogada) son adjetivos explicativos de esta maternidad.
- En la entrevista era imposible hablar de todo... pero obviamente en el libro (de casi 700 páginas) aludo al fenómeno de las apariciones de Ámsterdam (con datos muy interesantes y desconocidos para la mayoría) así como a las intervenciones del Papa Francisco sobre la corredención. Y muchos otros temas relacionados, con todos los datos necesarios para comprender la situación actual.
03/10/24 11:32 AM
  
Daniel
Mencioné Amsterdam como una revelación mariana donde se dice que el dogma de corredentora, medianera y abogada nuestra será proclamado. Pero no es el único lugar. También en Argentina, en San Nicolás de los Arroyos, 200 kms al norte de la capital, María se presenta y habla con la Sra. Gladis de Mota. Ha dado miles de mensajes y siguen hasta el presente. Es Ntra. Sra. del Rosario. Allí Jesús ordena escuchar a la corredentora y dice “oiga la humanidad la voz de María Corredentora, Pobre y triste humanidad desorientada. En la incredulidad no entra Dios, sino donde hay confianza, esperanza y fe. Reconcíliese el hombre con Dios y no se condenará”. Los mensajes de San Nicolás son una maravilla. Y queda poco tiempo…
03/10/24 11:54 AM
  
Lector
En lo único en lo que un servidor ha estado de total acuerdo de entre los escritos, disposiciones, declaraciones, sermones y alocuciones del papa Francisco en diez años largos de pontificado, ha sido en esto que todos aquí entienden:

"Tonteras"

(Franciscus Pont. Max.)
03/10/24 1:19 PM
  
Ernesto Alvel
Para el autor: Que desde el siglo II se haya llamado a María Nueva Eva no implica que ella sea corredentora. Significa que tiene una participación muy especial y superior en la obra redenotora. Pero que eso se deba expresar con el témino corredentora, eso es, por lo menos discutible. Y precisamente por eso no es apto para ser proclamado dogma, porque es discutible. Por poner una metafora: en la Misa en la que hay un diácono, este prepara el altar, da el pan y el vino al sacerdote, pero no Él no consagra. Sin duda participa en modo muy especial y distinto de los otros fieles en esa Misa, pero no consagra. No tiene el poder para ello, porque solo Dios puede obrar la transustanciación. Entonces decir que el diacono es un concelebrante es cuando menos equívoco, aunque de algún modo lo es, como también lo es, aunque de otro modo, toda la asamblea que participa en la Misa. pero el término en realidad crea más confusión de lo que aporta.
03/10/24 4:34 PM
  
Vladimir
La mejor forma de defender el título de Corredentora, sería aportando razones de valor teológico, y no degradando a sus opositores, como si estos fueran incrédulos o algo parecido. En su momento algunos Santos no respaldaron verdades marianas que hoy son dogmas y no podemos dudar de su amor a la Virgen: lo hicieron por AMOR A LA VERDAD conocida hasta ese momento y, sobre todo, por fidelidad a lo que el Magisterio enseñaba en su tiempo.
03/10/24 6:38 PM
  
Gustavo Z.
"Tonteras" No se ofendan. Yo no pienso así, pero debe ser una modalidad en la neolengua para definir uno de los resultados de la "escucha". Aquel que resulta de por un oído me entra y por otro me sale.
Naturalmente no puede ofender a nadie ya que así lo expresó el Papa, sin querer ofender a tantos santos y algunos Papás que opinaban tras estudio y humildad de manera opuesta. No quiere decir que sean opiniones de tontos, ya sabemos que no.
Tomando entonces está expresión en su nueva definición, en mi humilde opinión son tonteras:
Que nuestra Santísima Madre no nació santa, sin pecado.
La nueva definición de la comunión de los santos.
Que los diez mandamientos son algo imposible de cumplir.
Que no hay pecado intrínsecamente malo, depende de la situación.
La Verdad está en la sinodalidad, la escucha, el consenso ya que el Espíritu Santo dirige al pueblo. Parece ser que las personas o el pueblo no tienen libertad, no pueden errar y no escuchar al Espíritu Santo.
Los pastores tienen que oler a oveja. Sinceramente yo prefiero un pastor que me corrija y lleve por el buen camino y no huela mucho a oveja.
No voy a seguir con lo que para mí son tonteras, ya saben, sin ofensa posible, ciertamente ya que se haría muy largo.
Un abrazo y que Dios les bendiga.


03/10/24 8:03 PM
  
Vladimir
Se habla, en el artículo, de que este quinto dogma (la Corredención), de ser proclamado, vendría a ser como el complemento de los cuatro ya definidos: la culminación de todo el cuadro mariológico. No hay duda de que tendría relación con los anteriores, sin embargo, de aquellos a este se daría “un salto cualitativo”, bastante significativo, por cuanto los cuatro dogmas conocidos se refieren a María Santísima, en sí misma, lo que ella es (algo así como María ad intra), en cambio el supuesto dogma de la Corredención se referiría al “ministerio” de la Virgen, en la Obra de la Redención (María ad extra). Perdonando el ejemplo, no es lo mismo hablar de cómo alguien fue vestido a una fiesta, que hablar de lo que hizo en ella.
Lo que yo llamo, en este caso, “un salto cualitativo”, no se dará tan fácilmente, sin precederle una profunda, reposada y universal reflexión.
03/10/24 8:39 PM
  
Juan Diego
Creo que de eso se trata, de reflexión y diálogo teológico. ¿Pero es posible en estos tiempos? La actual Jerarquía ha ido al nido a acabar con los huevos ante de que nazcan los polluelos. Pues una revelación que había pasado los exigentes filtros de la Doctrina y de las normas teológicas siendo elevada al grado de sobrenatural, ha sido atacada autoritariamente, precisamente para que no llegue a haber ni reflexión ni diálogo. TONTERA sí, (una reflexión muy teológica) dijo FI de Nuestra Señora de todos los Pueblos, sin ningún respeto a todo un proceso de largos años, porque él no creía. Igual que J23 dijo PROFETAS DE CALAMIDADES de Lucía, de Jacinta y de Francisco Martos, porque él se consideraba un papa moderno, y lo sobrenatural pertenecía a la edad media. ¿Acaso FI ha usado la "sinodalidad" para cambiar la doctrina del Catecismo de Juan Pablo II y Ratzinger, una obra perfecta de verdadera sinodalidad? Al actuar así arrastran a muchos católicos a actuar de igual modo, injustamente y prepotentemente. Así es imposible el diálogo. Y además tenemos que aceptar la infiltración descarada de las ideologías perversas de depravados y ateos, edulcoradas con palabras de misericordia, que refuerzan las posiciones de los opositores a los dogmas y a la sana doctrina. Y estos no quieren saber nada de revelaciones privadas ni de María. Y son estos los que buscan la unión con los protestantes al margen de Jesucristo Eucaristía, para poner cimientos a Babel.
LA VICTORIA DEL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA NO ESTÁ SEPARADA DEL MISTERIO DE SU PAPEL EN LA REDENCIÓN, algo que falta por concretar dogmáticamente, NI DE LA PROCLAMACIÓN POR PARTE DE LA IGLESIA DE LA VERDAD REVELADA POR EL ESPÍRITU SANTO EN LA TRADICIÓN.
Bendito sea Dios.
04/10/24 10:33 AM
  
Vladimir
Soy de los que piensa que la razón ecuménica no es la de más peso, para haber detenido el movimiento en pro de la proclamación del dogma de la corredención de María; surgen dificultades de la terminología en juego. La Iglesia, sobre todo en el último Concilio, ha precisado con amplitud el papel de la Virgen en la Obra de la Redención, y ha preferido referirse a él con el término de COOPERACION o COLABORACION.
En uno de los recientes pronunciamientos del Cardenal Fernández, sobre una supuesta aparición mariana (no recuerdo cual), se le llama a la Virgen PRIMERA COLABORADORA, pues es claro que la participación de María, en la Obra redentora, es principal, excelsa y singular, pero sin olvidar que una cosa es COLABORAR con alguien para que realice una acción y otra es REALIZAR la acción junto con él.
04/10/24 3:47 PM

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1.10.24

El coronel mayor Gabriel Camilli analiza las Jornadas de la Hispanidad en el Río de la Plata, Argentina

Este blog, Caballero del Pilar, tiene una clara vocación hispanista y procuramos seguir, en la medida de nuestras posibilidades, todo lo bueno que acontece en las benditas tierras de la Hispanidad.

En esta ocasión nos hemos puesto en contacto con el organizador de las Jornadas de la Hispanidad en el Río de la Plata, ecoronel mayor Gabriel Camilli, que reflexiona sobre las mismas y profundiza lo que representa el 12 de octubre y la Hispanidad para La Argentina.

¿Por qué decidieron organizar las Jornadas de la Hispanidad en el Río de la Plata?

La Argentina tiene, por la gracia de Dios, una nutrida y calificada escuela de hispanistas, cuyos estudios abarcaron prácticamente todas las ramas del saber. Hay nombres ilustres al respecto, que trascendieron por sus méritos nuestras propias fronteras. Tales, por citar tres casos, don Vicente Sierra, don Rómulo Carbia y el padre Guillermo Furlong. De modo que no sería ésta en rigor “la primera Jornada”, sino el anhelo de continuar y de proseguir con las múltiples reuniones similares que, durante casi un siglo, se vienen llevando a cabo en nuestra nación. En cuanto al “por qué” de nuestra decisión, la síntesis de una respuesta bien podrían acercárnosla dos de aquellos muchos e insignes hispanistas aludidos. Decían Juan Carlos Goyeneche e Ignacio Braulio Anzoátegui: “lo nuestro no es hispanofilia; es hispanofiliación”. Como hijos de la Hispanidad estamos obligados a salir en su defensa, reivindicación y aprovechamiento espiritual.

¿Por qué en torno al 12 de octubre?

El padre Zacarías de Vizcarra, en su conocida obra “La vocación de América”, explica acabadamente por qué nuestro continente no se entiende sin el 12 de Octubre. Porque esa resultó la fecha providencialmente elegida por Dios para que fuéramos descubiertos. Y descubrir no es una cuestión meramente cronológica. Es una cuestión ontológica, ontofánica y, en última instancia, teofánica. Descubrir es bautizar. Portar a Cristo. Descubrir es –como ha dicho otro eximio hispanista, Alberto Caturelli- sacar de la mudez, de la clausura, hacer patente, inaugurar, insertar estas tierras, entonces ignotas, en las páginas de Occidente y de la Cristiandad. El 12 de octubre sucedió el milagro que ha sintetizado el poeta Gerardo Diego: “España, niña perdida y hallada en el templo de América”. Y ante el 12 de Octubre, nosotros, queremos decirle a España, con otros de sus poetas: “Tú eres ya una fecha sola”. Bien entendió este significado del 12 de octubre el Episcopado Argentino, cuando el 12 de Octubre de 1933 (mejores tiempos, sin duda) sacó una Resolución Colectiva, declarando solemnemente que dicha fecha no era solo la de una festividad cívica sino religiosa. E indicaba los cuidados litúrgicos especiales que se debían tener en cuenta para celebrarla.

¿Quiénes son los organizadores y los auspiciantes?

Estas Jornadas son Organizadas por el Instituto ELEVAN (Estudios y Legado en Valores Nacionales) con la colaboración de la Fundación GLADIUS. La Asociación Instituto ELEVAN está conformada por un grupo de profesionales de diversas áreas del saber y quehacer nacional que buscan, PROMOVER Y DIFUNDIR a las generaciones actuales y futuras, los valores fundacionales de la Patria a través de estudios, formación y capacitación, poniendo particular énfasis en los valores de cultura hispano católica, sanmartiniana y en el permanente espíritu soberano para la recuperación del ejercicio de las potestades estatales sobre las ISLAS MALVINAS E ISLAS DEL ATLÁNTICO SUR, y sobre el TERRITORIO ANTÁRTICO.

FOMENTAR la educación basada en los principios y las virtudes que dieron origen a la nacionalidad e identidad Argentina e Iberoamericana proyectándolos hacia el futuro.

¿Cuáles son las principales temáticas a tratar?

Se desarrollaran las siguientes ponencias: ”Hispanidad y Cristiandad”, “2 Arquetipos Hispanos en el Rio de la Plata: Hernandarias y Pedro de Cevallos”, “Las Instituciones Jurídicas Hispanas, un tesoro olvidado.” “La condición jurídica del indígena bajo los Austrias. (Un rotundo mentís al ideologismo indigenista”. “Malvinas, la última carga Hispano Católica contra el Orden Mundial”.

Se proyectará la PELICULA “Apocalipsis según San Juan” según L. Castellani, de Simón del Acre (Caravel). Se oficiará la Santa Misa por la Hispanidad en la Parroquia Nuestra Señora de Montserrat. Y continuaremos con las siguientes ponencias: “LA GUERRA PSICOLÓGICA CONTRA LA IDENTIDAD HISPANOCATOLICA Y SUS REMEDIOS", “El Quijote y Martin Fierro”, “Virtudes de la Hispanidad” y como cierre: REITERAMOS: “EN DEFENSA DE LA HISPANIDAD”.

No faltará la buena música española y el folklore argentino compartiendo almuerzos de camaradería.

¿Con qué ponentes cuentan?

Contamos con un importante plantel de hispanistas. Conformado por docentes, abogados, sacerdotes, historiadores de destacada trayectoria, ellos son: el Dr. Rafael Breide Obeid (Ex Rector de la Universidad Católica de La Plata), el Padre Jorge Hidalgo, el Prof. Sebastián Miranda, el Prof. Jorge Flores, el Dr. Juan Bautista Fos Medina, el Dr. Luis Roldan, el Dr. Sebastián Sanchez, el Coronel Mayor Gabriel Aníbal Camilli, el director Sr. Simón Del Acre, el Prof. Juan Carlos Monedero, la Profesora Virginia Olivera de Gristelli, el Juez Federal Dr. Alfredo López y el Dr. Antonio Caponnetto.

¿Por qué merece la pena acudir a las jornadas?

En primer lugar es una virtud, y se llama piedad, aquella por la que manifestamos nuestra gratitud y veneración a quienes nos dieron el ser. Para ejercitar y cultivar la virtud de la piedad –sumada a la de la observancia- bien merece la pena ir. Pero esta es una respuesta moral, legítima, sin duda. Mas nosotros, quienes procuramos llevar adelante las Jornadas, somos asimismo intelectuales que queremos y necesitamos hacer una serie de aclaraciones, actualizaciones y aún amables rectificaciones. Por ejemplo, no estamos para nada de acuerdo con aquellos pseudo y/o neohispanistas –algunos recién llegados desde ideologías vinculadas al populismo- que desprecian y vituperan nuestro Nacionalismo Católico; y por eso mismo incomprenden e injurian cuanto de dolorosamente lícito tuvo nuestro proceso independentista.

Por lo menos, ese independentismo que sólo quiso ser necesaria e inevitable autonomía geopolítica, pero sin jamás romper los vínculos sagrados y perpetuos con la Hispanidad. Reivindicar y rehabilitar esas figuras patricias, que lucharon por la Hispanidad contra el españolismo decadente y felón de los borbones, los de antes y los actuales, es también uno de los motivos por el que merece la pena asistir a estas Jornadas. Bien decía Ernesto Palacio: “tenemos un modo particular de ser españoles, que ha cambiado de nombre y se llama ser argentinos”. Pues defender a La Argentina, nuestra nación; es decir nuestro natus o lugar de nacimiento, de estos grotescos ataques de los portavoces de un traicionero españolismo, es otro de los motivos por el que merece la pena asistir a estas Jornadas.

¿Qué trascendencia espera que tenga el congreso?

Dios dirá. “Dios me entiende”, decía Don Quijote. La trascendencia no la medirá el número de concurrentes, ni la relevancia de los expositores, ni la repercusión pública que puedan tener las Jornadas. Aspiramos a una trascendencia interior, personal, que remueva y realce los corazones de quienes nos dirigen y secundan, y contagie a otros su fervor. La triple trascendencia que enunciara Ramiro de Maeztu: 1) Querer ser otros es ya querer no ser. Pues ¡a ser nosotros! 2) No te dejes vencer por nada extraño a tu espíritu. 3) Toda existencia tiene un eje diamantino. Apartarse de él, como viene sucediendo, es mortal para nuestras naciones. El Señor de los Ejércitos y Nuestra Señora del Pilar nos concedan la gracia de aspirar a esta trascendencia. Si por añadidura llegan otras, alabado sea Jesucristo.

¿Llevan previsto continuar haciéndolo cada año?

En “El burlador de Sevilla”, Tirso de Molina pone en boca de Don Juan una expresión que se hizo casi decir popular: “¡cuán largo me lo fiais!”. “No hay plazo que no nos llegue,/ ni deuda que no se pague. /Mientras en el mundo viva,/ no es justo que nadie diga:/ ¡cuán largo me lo fiais! /siendo tan breve el cobrarse”. En otras palabras más prosaicas, iremos paso a paso. Veremos. Somos conscientes de que cada día que pasa tiene su propio afán. La voluntad y el empeño los tenemos. Los proyectos también. Las personas para proseguirlo están junto a nosotros. Entonces sí; está previsto continuar esta iniciativa. Y si no fuéramos nosotros sus principales artífices, lo serán nuestros descendientes. Como le dijo don Bermudo al Cid: “si non vencí reyes moros, engendré quien los venciera”.

Por Javier Navascués

3 comentarios

  
Ignacio María
Excelente entrevista gracias D Javier. Muy interesante entrevista. Y muy buena noticia que la Hispanidad no se promocione sólo desde España.
01/10/24 9:34 AM
  
GABRIEL CAMILLI
Mas información en WWW.elevanargentina.com.ar
01/10/24 2:21 PM
  
Mariana

Una duda: También tienen Damas Hispanistas?
03/10/24 2:54 AM

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