InfoCatólica / Caballero del Pilar / Categoría: Entrevistas

23.12.21

El P. Calvo Zarraute analiza su libro De la crisis de fe a la descomposición de España

Gabriel Calvo Zarraute es sacerdote de la diócesis primada de Toledo (2008). Diplomado en Magisterio, Licenciado en Teología Fundamental, Licenciado en Historia de la Iglesia y Grado en Filosofía. Es párroco rural en los Montes de Toledo después de haber servido en parroquias urbanas de Móstoles y Fuenlabrada. Fue profesor del Centro Diocesano de Teología de Getafe (2014-2018). En 2016 publicó su primera obra Dos maestros y un camino en la editorial Monte Carmelo. En la actualidad realiza su tesis doctoral en Historia de la Iglesia, en la Universidad de San Dámaso de Madrid que compatibiliza con la licenciatura en Derecho Canónico. Profesor del Instituto de Ciencias Religiosa de Talavera de la Reina. Crítico literario del portal de información religiosa Infovaticana, en el blog Criterio.

¿Por qué le duele España y, sobre todo, la Iglesia?

Santo Tomás de Aquino enseña (S. Th., I-II, q. 35, a. 7) que el dolor interior es superior al dolor corporal, causado por un mal presente que repugna a la razón. Razón y fe caminan juntas y divorciarlas entraña su deformación y perversión. La agudización de la actual degradación progresiva de España, paralela a la de la Iglesia, no puede dejar de producir ese profundo dolor del alma. Dolor que incluso podemos registrar en personas no practicantes o hasta no creyentes.

¿No sería bueno distinguir la Iglesia, en cuanto a cuerpo místico de Cristo y la jerarquía de la Iglesia o parte de ella, que se ha desviado de su misión, sembrando la confusión?

Es de una importancia fundamental, por eso me he esforzado para no dejar de precisarlo y distinguirlo. La primera cuestión es determinar qué es la Iglesia, porque el error consiste en considerar que las decisiones equivocadas de algunos jerarcas son constitutivas, o sea propias de la Iglesia, como si fueran dogmas de fe. Tales decisiones lo fueron de las personas que las tomaron, pero no de la Iglesia en cuanto tal, aunque haya habido funcionarios eclesiásticos que se empeñaran en envolverse en el nombre de la Iglesia, con el objetivo de promocionar ideas y prácticas contrarias a la misma fe de la Iglesia.

El Espíritu Santo ilumina progresivamente a la Iglesia, donde a lo largo de su historia se han producido una serie de decisiones en el orden práctico, especialmente en medidas concretas, que pudieran ser oportunas para un determinado momento y que posteriormente ya no resultaban adecuadas y otras que nunca fueron coherentes con el Evangelio. La Iglesia es instrumento de santificación, sin embargo, en este mundo su santidad no es perfecta y no es capaz de evitar que todos sus hijos, también los constituidos en jerarquía, cometan pecados que dañan el testimonio y actuación de la Iglesia. Conceder valor absoluto a las decisiones de los jerarcas de la Iglesia implica un grave error teológico, al divinizar voluntades humanas falibles, elevando cualquier decisión eclesiástica a la categoría ex cathedra, infalible, sustituyendo la verdad por la autoridad entendida en clave nominalista y fideísta, y reemplazando el Derecho por el positivismo jurídico.

¿Era por tanto necesario un libro para denunciar esta triste realidad, que usted llama estado de descomposición?

En la Iglesia en España, nadie hasta la fecha había trabajado a fin de elaborar una obra de conjunto acerca del recorrido histórico (los documentos), pero también teológico-filosófico y jurídico (las ideas) que aúne todos los planos que se entrecruzan e intervienen en el proceso de descristianización, y por extensión, de desespañolización y deshumanización al que hemos llegado como sociedad civil y como sociedad eclesial. Se trata del mayor fracaso colectivo de país, que, persiguiendo copiar al resto de la Europa secularizada se contagió del izquierdismo mas sectario, liberticida y depredador de Occidente. Resulta demasiado desagradable aceptar la realidad del papel desempeñado por tantos, desde el tardofranquismo y la Transición, en la destrucción de la sociedad católica que existía en España, y, además, salpica a demasiados altos clérigos, sus cobardías y bastardos intereses. Ningún sacerdote se había atrevido a investigarlo en profundidad y a ponerlo por escrito de forma divulgativa, denunciándolo, por miedo a las represalias episcopales, que, con su habitual doble vara de medir, sólo castigan, ensañándose con odio, a quienes se adhieren a la más elemental lógica y a la Tradición católica. No he hecho más que componer un puzle a base de un estudio unitario.

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22.12.21

El doctor Matías Santos explica qué es la geopolítica y su importancia para comprender el mundo de hoy

Juan Matías Santos es médico, especialista en Psiquiatría y Doctor en Medicina. Pero su gran afición desde que era adolescente ha sido la Geopolítica, de la que ha sido gran lector y estudioso. Es invitado a participar con cierta frecuencia en programas virales sobre temas de Geopolítica e Hispanidad, así como en tertulias radiofónicas y conferencias sobre temas geopolitológicos. Ha vivido casi un cuarto de siglo en países anglosajones e hispanoamericanos.

¿Cómo podemos definir la Geopolítica?

Es el estudio de los factores geográficos que intervienen en las relaciones de poder entre las naciones y pueblos del mundo. Podríamos hablar de la Geopolítica como de una suerte de saber estratégico enfocado hacia la dominación. Dominación, he de decir, no sólo militar, sino también política. Esta sería una aproximación sucinta, pero espero poder ir matizando más a medida que avance la entrevista.

¿Cuáles son sus orígenes y quiénes crearon el término?

En nuestros días muchos expertos señalan que la Geopolítica, en un sentido moderno, fue creada por Alfred Thayer Mahan, un contralmirante useño, y Halford Mackinder, un británico. Mahan insistió en lo imperioso de controlar las llaves marítimas del mundo, todos los estrechos. Mackinder elaboró la teoría del control del centro terrestre del mundo, del corazón eurasiático. Ambas ideas-vector han sido determinantes para las políticas internacionales de la anglosfera. No son meras consideraciones teóricas.

Lo cierto es que la Geopolítica tiene veneros antiguos. Algunos autores clásicos, como Heródoto o Tucídides, ya comentaron acerca de cómo ciertos factores ligados a la Geografía podían influenciar asuntos, digamos, de poder. Se suele atribuir a un autor sueco, Johan Rudolf Kjellen, haber sido el primero en acuñar el término Geopolítica.

¿Cómo ha ido evolucionando el término hasta nuestros días?

Ha evolucionado muchísimo. Y recientemente mucho más si cabe. Piense Vd. que para cualquier Estado Mayor hay dos espacios geográficos claros y básicos: el terrestre y el marítimo. De hace un siglo para acá el vector aéreo y las fuerzas aéreas otorgan el tercer componente de la tríada clásica: tierra, mar y aire.

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21.12.21

Iván Vélez habla brevemente de su libro Torquemada, el gran inquisidor. Una historia del Santo Oficio

En el 600 aniversario del nacimiento de fray Tomás de Torquemada no hubo fasto conmemorativo alguno al respecto, pues la figura del dominico hace tiempo que concentra toda la carga negativa adscrita a la Inquisición española, verdadero tema estrella negrolegendario. Primer inquisidor general de los reinos dominados por los Reyes Católicos, su apellido, Torquemada, se ha convertido en un oscuro adjetivo equiparable a fanático, a intolerante.

Con su libro Torquemada. El gran inquisidor: Una historia del santo oficio el escritor Iván Vélez no se propone contribuir a un proceso de blanqueamiento de Torquemada, sino a tratar de reconstruir el contexto histórico en el cual fue posible el crecimiento de la figura de aquel fraile dominico y el alcance y sentido que tuvo la institución a la que consagró gran parte de su vida. Una obra absolutamente imprescindible que perfila un nuevo y fundamentado retrato histórico del personaje, muy diferente al que ha llegado hasta nuestros días.

Nos hemos puesto en contacto con él para hablar brevemente sobre el mencionado libro.

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20.12.21

María M. Tuñón analiza su libro Con E de Esperanza, vibrante ficción sobre un sacerdote perseguido

María Moreno Tuñón en 2012 publicó su primer libro, Con E de Esperanza, sobre un sacerdote católico de principios y mediados del siglo veinte. Ahora está escribiendo una novela en tres partes sobre el Profeta San Elías, y en marzo de 2020 empezó a escribir una novela distópica. En esta ocasión le entrevistamos sobre su primer trabajo Con E de Esperanza.

¿Por qué una obra de ficción sobre un sacerdote perseguido?

Siempre me ha encantado la historia, especialmente la de España. Y aunque mis periodos favoritos siempre fueron la Edad Antigua y la Edad Media, el de la Guerra Civil siempre me ha fascinado. Además, en aquella época vivía muy “rodeada” de sacerdotes y seminaristas de los que mi familia se había hecho muy amiga, y algunos de los cuales habían trabado también amistad especialmente conmigo. Asistí a varias ordenaciones y recuerdo que la de uno de ellos me marcó en mi vida: cómo hablaba de su ordenación como matrimonio con Cristo, cómo irradiaba felicidad, lo enamorado de Nuestro Señor que se le veía… A raíz de ahí, decidí que quería hacer una novela tratando de reflejar eso: un chico normal y corriente, nada raro ni friki, que se convertía en sacerdote, profundamente enamorado de Cristo, sin dejar de ser ese mismo joven. Y es de ficción porque no quería contar la historia de uno ya existente sin permiso de la familia y porque además eso me parece más difícil. Creo que si coges a alguien real tienes que tener mucho cuidado con todo. Aunque la familia me hubiese dado el permiso, siempre tendría la espada de Damocles sobre mí, siempre tendría que estar pensando: ¿lo estaré haciendo bien? ¿Cómo habría reaccionado él ante esta situación? ¿Qué habría pensado? ¿Le parecerá bien a su familia que haga esto? Al ser inventado por mí, yo tenía potestad absoluta sobre él. Sabía exactamente cómo iba a pensar, cómo reaccionaría ante las diferentes situaciones, cómo era su personalidad…

¿Cómo fue ocurriéndosele la historia y qué fuentes de inspiración o referencias tuvo?

La historia se me ocurrió porque fui a un colegio de Fomento y, como es del Opus Dei, cuando salió la película de San José María Escrivá de Balaguer, nos llevaron a varias clases a verla al cine. Recuerdo que la película me gustó mucho y que me inspiró una primera idea. Pero no fue hasta que vi “Un Dios Prohibido”, sobre los mártires claretianos de Barbastro, cuando me decidí y vi la idea completa en mi cabeza. Todo lo que sufrieron esos seminaristas, cuyo sueño era ser misioneros y anunciar el Evangelio…

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17.12.21

El Conde de Maistre, contrarrevolucionario y opositor intelectual a la Ilustración y a la Revolución francesa

César Félix Sánchez Martínez es doctor en humanidades por la Universidad de Piura (Perú). Ha sido director de estudios del Seminario Arquidiocesano de San Jerónimo de Arequipa, donde actualmente se desempeña como profesor de diversas materias filosóficas. Preside la filial arequipeña de la Sociedad Internacional Tomás de Aquino.

En esta entrevista analiza la figura de Joseph de Maistre, uno de los grandes pensadores reaccionarios, cuya memoria es injustamente olvidada. Hemos de aclarar que aunque en su juventud, en medio de la grandísima confusión de ideas y costumbres en los tiempos prerrevolucionarios, se unió a una logia de la masonería, alcanzada la madurez, y dándose cuenta de su gran error, abjuró solemnemente.

Este año se cumple el 200 aniversario de la muerte del conde saboyano Joseph de Maistre (1754-1821), uno de los grandes pensadores contrarrevolucionarios, pero sin embargo su figura parece olvidada ¿Por qué es importante rescatarla?

Creo que es importante rescatarla, tanto por su estilo y altura literaria, llena de imágenes de una belleza desafiante, como por su visión profética. Respecto al primer aspecto, un pensador ateo, por lo general inmisericorde con toda banalidad, como es Emil Michel Cioran, en su curioso libro Anatemas y admiraciones, lo compara con Nietzsche y San Pablo por su genio y apetito por la provocación, y sostiene que «al elevar el más trivial de los problemas al nivel de paradoja y de dignidad del escándalo, imponiendo anatemas con crueldad entusiasta, creó una obra rica en enormidades, un sistema que infaliblemente seduce y exaspera». Otro personaje, poco sospechoso de beaterías, como el maudit Charles Baudelaire, decía que el conde de Maistre le «había enseñado a pensar».

Y es ahí donde podemos comprender cabalmente su profetismo. Joseph de Maistre nos enseña a mirar más allá de lo evidente, de la serie de efectos «esperables» de causas «comprensibles» por una conciencia vulgar (como la de tantos politólogos y analistas políticos actuales) y, con una mirada a la historia de la Salvación y en la realidad de la naturaleza humana caída, a poder encontrar el orden secreto del drama permanente de la lucha entre las dos Ciudades.

Me explico: para las conciencias vulgares de los politólogos laicistas, muy probablemente el año 2020 se parecería al 2019 y la humanidad avanzaba, lentamente y a pesar de populistas y otros «deplorables», a una ecumene pacífica e ilustrada. En cambio, Maistre, viendo el estado de anomia de la sociedad humana y los ocultos designios de Dios revelados en la Escritura, habría repetido un anuncio que hizo en las Soirées refiriéndose a circunstancias históricas y espirituales semejantes: «Debemos aprestarnos para un acontecimiento inmenso en el orden divino, hacia el cual marchamos con una tan acelerada velocidad que sorprenderá a todos los observadores. Temibles oráculos ya anuncian que los tiempos han llegado».

Se le considera uno de los máximos opositores intelectuales a la ilustración y a la Revolución francesa, por lo que su figura debiera ser destacada, aunque al parecer no interesa.

Más allá de la ignorancia generalizada y escandalosa de los intelectuales y opinadores de los medios globales de nuestros días, una de las grandes razones del olvido voluntario y, a veces, del rechazo infundado que surge de una mirada superficial es la beatería. ¿A qué nos referimos? A una especie de prejuicio farisaico por el cual todo aquel que haga afirmaciones fuertes, paradójicas, contraintuitivas a la sensibilidad ilustrada y de consecuencias esenciales –es decir, que nos lleven a pensar en el destino último del hombre–, es inmediatamente tachado de «fanático» o «extremo» y ni siquiera se le da el beneficio de una lectura más o menos sosegada. Más allá de la descalificación fácil, cualquier referencia más profunda a este tipo de pensadores provocaría una suerte de «impureza ritual» en todo opinador que quiera ser políticamente correcto. Esto es particularmente cierto en el mundo hispánico, cuyos vulgarizadores intelectuales son casi siempre repetidores de eslóganes y lugares comunes «prestigiosos» antes que pensadores reflexivos. Así, los pocos que mencionan tangencialmente al Conde, repiten de manera parcial los lugares comunes de Isaiah Berlin, donde se le juzga como una especie de profeta del fascismo, siendo que el Conde fue un enemigo explícito de todo despotismo ilegítimo y de toda utopía política revolucionaria.

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