El problema de la música litúrgica: fruto de un retraso cultural en la Iglesia

Presentamos un artículo del profesor Aurelio Porfiri, director de coro y experto en música litúrgica, en el cual analiza con gran lucidez las causas profundas de algunas actitudes frente a la música litúrgica en la Iglesia católica.

***

Desde hace mucho tiempo vengo reflexionando sobre algunas tendencias que se han verificado en las últimas décadas en el ámbito de la Iglesia católica, con atención del todo particular a la música litúrgica. He leído mucho sobre este tema y también he escrito mucho. Ahora me doy cuenta de haber sido víctima de una suerte de impaciencia, una sensación que crece cada vez más en mí y provoca a veces que leer y escribir me resulte más difícil. ¿Por qué ocurre esto? Quiero dar un ejemplo que, espero, ayudará a aclarar mi punto de vista. Hay muchas personas que sufren de depresión; algunas de estas, en consecuencia, no comen o comen poco. A veces quienes están cerca de estas personas dicen cosas de este estilo: debes comer más… o cosas similares. Ahora bien, es cierto que no comer es un problema pero es todavía más cierto que la raíz del problema de aquellas personas no está en el comer sino en otro lado: el no comer es una consecuencia.


A veces me parece que ocurre lo mismo con la música litúrgica: se combate a golpes de artículos de la Sacrosanctum Concilium, pero yo creo que estos artículos son bien conocidos por las diversas facciones; el problema está en otra parte. Ciertamente es necesario conocer estos artículos y estar bien informados sobre ellos, son una ley que informa la acción litúrgica; pero ¿vosotros diríais que los muchachos que salen a robar lo hacen porque no conocen la ley? Ciertamente saben que robar es delito, pero hay todo un conjunto de influencias que provocan que se comporten de ese modo.


Tomemos el discurso de la forma. Ciertamente ésta es una cuestión muy candente: en la tradición de la música litúrgica se privilegian composiciones con una coherencia formal extremadamente cuidada, con cánones bien precisos y verificables. A menudo en el bullicio de la música litúrgica de las últimas décadas tenemos, en cambio, composiciones con una forma frecuentemente aproximativa y simplificada, como si ésta no jugase un rol en la eficacia de las mismas composiciones. Se opone forma y contenido: aún si la forma es aproximativa, lo que importa es el contenido. Estoy leyendo con interés un libro que ha hecho discutir mucho, “La herejía de lo informe” del escritor alemán Martin Mosebach. Ahora no quiero entrar en el mérito del libro, lo que me gusta y lo que no me gusta. Pero hay un pasaje que es interesante citar:


“La filosofía, un vicio alemán, introdujo en los cerebros, incluso los más modestos, la idea de una diferencia entre forma y contenido. Según esta doctrina, los contenidos y las formas pueden ser separados los unos de los otros: lo que define como contenido, la abstracción, el núcleo teórico, constituye para ella la realidad verdadera; los cuerpos, en los cuales corre la sangre, las estructuras accesibles a los sentidos, son por el contrario pura forma, estructuras indistintas intercambiables; quien se interesa por esta forma, queda en lo periférico, en lo accidental – quien, en cambio, a través de la forma, llega hasta las abstracciones eternas alcanza la luz de la verdad. Las formas se han convertido aquí casi en algo indeterminado y, a veces, incluso algo peor; algo no verdadero, ellas son algo falso. Quien toma en serio la forma, se expone al peligro de perderse igualmente en la mentira. Él es el esteta. Él busca la verdad en los lugares equivocados, es decir, en la esfera de la evidencia sensible, y la busca con instrumentos prohibidos, es decir, con sus sentidos, con su gusto, su experiencia y su razón. De esta revuelta intelectual contra la evidencia de las cosas, ha nacido la disposición fundamental de nuestro tiempo: una desconfianza, de la que está llena toda la opinión pública, contra todo tipo de belleza y de perfección” (pp. 113-114).


Y luego el autor continúa explicando cómo esta tendencia se ha impuesto en el arte, influenciando también a la Iglesia católica en el ámbito de la liturgia. He reflexionado mucho sobre esta interesante observación del escritor alemán: no hay duda de que él retrata una situación que se verifica en el tiempo. Pero luego comencé a reflexionar también acerca de si esta tendencia en nuestra sociedad, así como es hoy, puede ser definida sólo de este modo. En este punto comencé a tener algunas dudas. En efecto, me puse a reflexionar sobre algunos ámbitos de la sociedad que son extremadamente populares, como moda, informática y deporte, por ejemplo. ¿Es precisamente cierto que aquí la forma no es considerada como importante? En la moda se mira a la perfección estética a veces en detrimento de la practicidad del vestido. ¿Y en la informática? La Apple ha hecho su fortuna precisamente por la elegancia del diseño y ha impuesto un estilo que tiene relevancia mundial. ¿En el deporte? Si se mira cómo los campeones son de inmediato empleados como símbolo de elegancia y usados para promover productos de todo tipo, especialmente si ellos son físicamente atrayentes. En resumen, ¿es cierto que hay un eclipse de la forma? A veces hay más un eclipse del contenido.


Por lo tanto, esta tendencia denunciada por el escritor alemán debería tal vez ser mejor especificada o inscrita más en un cierto comportamiento profundamente arraigado en la Iglesia católica. Creo que el problema es que a veces la Iglesia católica recurre a modas ya pasadas, como ya fue descrito por importantes intelectuales católicos. La idea de que la espontaneidad es más eficaz que la profesionalidad podía tener un atractivo en un período en que se exaltaba la liberación de los vínculos con la autoridad. ¿Pero hoy? En efecto, éste es el problema. Todavía hoy este viento proveniente de los años sesenta continúa soplando porque alguna ventana ha sido dejada abierta, como sucede en algunas casas abandonadas.


¿Pero por qué ha podido suceder algo así en la Iglesia católica? Yo pienso que hay varias razones. Una es que, en el fondo, a gran parte del clero no le importa la calidad de la música litúrgica en las celebraciones. Esto no porque sean malos, sino porque no son ya formados en apreciar la calidad. En el pasado había una intensa vida también musical en los seminarios, hoy es casi el desierto. Mi impresión, confirmada por más de veinte años de vida musical litúrgica, es que en el fondo no hay interés real en el clero por la música litúrgica, salvo pocas excepciones. Todo está bien, porque no se percibe la diferencia. Y a veces hay oposición a la música hecha de cierto modo no porque estén en contra sino porque no tienen instrumentos para valorarla.


Por lo tanto, se sigue paralizados en esta suerte de mentalidad de los años sesenta, mientras el mundo sigue hacia delante: espontaneidad, espíritu juvenil, antiautoritarismo… ¿por qué la Iglesia sigue aún aferrada a esto? Una razón la he dado anteriormente. Luego, creo que el concilio Vaticano II ha sido, para bien o para mal, una suerte de evento dirimente (y como nos es enseñado por el Papa Benedicto XVI con la hermenéutica de la continuidad, tal vez no debía ser precisamente así). Ciertos escollos, también culturales e históricos, como las revueltas de los años sesenta que entraron también en el ámbito católico, no han sido superadas con todo su bagaje. Luego hay un fenómeno aparentemente contrario: el del clericalismo que también bloquea un efectivo cambio. Si todo es gestionado siempre por el clero y el clero en general no tiene ya formación musical… las consecuencias son fáciles de entender. He aquí el problema con la forma, que no deriva (como espero haber demostrado) de una tendencia social sino de un retraso cultural que está precisamente en el desarrollo reciente de la Iglesia católica y del que todos nos esperamos vernos pronto liberados.


***

Fuente: Zenit (edición en lengua italiana)


Traducción: La Buhardilla de Jerónimo

***

15 comentarios

  
Fray Eusebio de Lugo O.S.H.
Muy atinadas sus reflexiones en torno a la forma y el contenido, se puede aplicar a otros muchos fenómenos.
En España, la desolación musical tiene dos raíces: Una, que la Iglesia se fue empobreciendo a lo largo del s. XIX, y no tenía los medios de una música y educación musical de calidad. Tuvo que conformarse muchas veces con lo mediocre, y cundíó el clásico "ya vale". Y la segunda y más importante, que según iba empobreciéndose la liturgia, se iba perdiendo el verdadero sentido del culto divino solemne, tenido por muchos como un lujo prescindible sin relación estrecha con la vida cristiana.No habiendo asimilado las lecciones del Movimiento litúrgico de D.Guéranger, se tragaron de lleno las del Movimiento desviado, que es el que arrasó conscientemente con toda la tradición musical anterior.
07/09/11 9:47 AM
  
Tulkas
Fray Eusebio:

Estoy de acuerdo, pero no me podrá negar que los seminaristas NO reciben una formación musical adecuada.

¡Dejémonos de pamplinas! La mayoría no sabe leer un pentagrama y ninguno, me atrevería a decir, la notación "vaticana".

El Liber Usualis era herramienta obligatoria de estudio y uso de los seminaristas de la década de los 60. Me consta a mí y le consta a usted.

.....................................

Me gustaría hacerle una pregunta, fraile. Le he leído decir que la edición del gregoriano revisada por los de Solesmes no es adecuada para la mayoría de las voces masculinas por estar la tesitura demasiado aguda.
La verdad es que a mí me viene de perlas la entonación de las notas "en su sitio", pero sabido es que el gregoriano también se puede transportar (yo manejo una edición de órgano en la que las melodías vienen transportadas).
Pero ¡ojo! si transportamos perdemos las distancias reales entre los diversos modos.

Por ejemplo en la Missa pro defunctis. En la edición que yo manejo el Introito está en su sitio (modo de fa) y también el Kyrie. Sin embargo la Sequentia está un tono más alto (la original en el modo de re) y el Gradual lo bajan una tercera. El Domine Iesu lo dejan en su sitio al igual que la Communio.

Yo no digo que transportar sea cosa de ir al confesionario pero sí creo conveniente mantener las distancias de entonación entre los modos.
07/09/11 9:26 PM
  
Tulkas
"La filosofía, un vicio alemán, introdujo en los cerebros, incluso los más modestos, la idea de una diferencia entre forma y contenido."

El mejor exorcita para esta idiotez es Joseph Haydn.
07/09/11 9:29 PM
  
Clostes
Completamente de acuerdo. Y creo que tenemos otro ejemplo de retraso cultural en los consejos pastorales. La intención de ser menos clerical dando entrada a los diversos grupos de la parroquia es loable, pero la estructura de representantes, reuniones, actas y demás es una herramienta que ya las empresas empezaban a sustituir cuando la Iglesia la abrazó con entusiasmo de converso. Enterrada entre papaeles inútiles sigue...
08/09/11 9:38 AM
  
Fray Eusebio de Lugo O.S.H.
Estimado Tulkas:

Estoy completamente de acuerdo en que la formación musical de nuestros seminaristas es muy deficiente.Entre otras cosas porque su formación anterior es la que es, y que no hay esperanza en sus formadores de que se pueda revertir la situación. En cuanto a la altura en que se canta, las ediciones de Solesmes no tienen en sí ningún problema. El problema está en cantar más o menos agudo, y en el diapasón utilizado para hacerlo.Una de las primeras grabaciones de Solesmes en 1930 muestra una entonación normal, la misma pieza ejecutada en los 90 resulta extremadamente afeminada, aunque la versión sea la misma. Como ejemplo de buen hacer, puede escuchar el grupo Organum, en sus responsorios del Chant cistercien, o los de psallentes.
08/09/11 12:56 PM
  
Tulkas
Estoy de acuerdo, fraile.

Pero es que te había leído decir que las ediciones de Solesmes obligaban al homo hispanicus a entonaciones demasiado altas.

No creo que el Ensemble Organum (¡y mucho menos el Ensemble Binchois!) sean modelos para la práctica musical en general, porque ellos son profesionales, y si bien se puede desear que un seminarista y un sacerdote manejen el Liber Usualis no se puede aspirar a que entonen las partes melismáticas como lo hacen estos grandes, grandísimos profesionales mencionados.

................

Sobre la formación anterior de los seminaristas discrepo: también la formación anterior de, por ejemplo, un médico, es la que es. Lo cual no le exime de estudiar estadística, inglés... y otras cosas herramientas complementarias necesarias.

¿Es necesario saber cantar para un sacerdote?
Sí, lo es.
Basta ver la Ordenación General del Misal de Bugnini que dice, for example, que la Plegaria Eucarística hay que cantarla.

¿Es necesario que un sacerdote sea Pavarotti (requiescat in pace)?
No, evidentemente.

Los ortodoxos y los orientales esto lo entienden mejor, muchísimo mejor.
08/09/11 6:58 PM
  
José Luis
En las parroquias donde se permiten un tipo de música popular, no permitida por la Iglesia, el resultado es que muchas veces, invita el sacerdote a que la gente aplauda. Y tiene que pedirlo, porque en principio muchos no pensaban que había que aplaudir-

En distintas ocasiones el Santo Padre Benedicto XVI, no aprueba los aplausos cuando se habla del Evangelio, pero haciendo oídos sordos a estas y a otras enseñanzas del Santo Padre, se comete contradicciones tanto con el Evangelio de Cristo como en lo que enseña la Iglesia Católica.

• El canto litúrgico
«En el Ars Celebrandi desempeña un papel importante el canto litúrgico. Con razón afirma San Agustín en un famoso sermón: El hombre conoce el cántico nuevo , el cantar es función de alegría, y si lo celebramos atentamente, función de amor. El pueblo de Dios reunido canta las alabanzas de Dios. La Iglesia, en su bimilenaria historia, ha compuesto y sigue componiendo música y canto que son un patrimonio de fe y de amor que no se ha de perder. Ciertamente, no podemos decir que en la Liturgia sirva cualquier canto. A este respecto se ha de evitar la fácil improvisación o la introducción de géneros musicales no respetados del sentido de la liturgia. Como elemento litúrgico, el canto debe estar en consonancia con la identidad propia de la celebración . Por consiguiente, todo –el texto, la melodía, la ejecución– ha de corresponder al sentido del misterio celebrado, a las partes del rito y a los tiempos litúrgicos . Finalmente, si bien se han de tener en cuenta las diversas tradiciones tan loables, deseo, como han pedido los Padres sinodales, que se valore adecuadamente el canto gregoriano . Como canto propio de la Liturgia Romana . (Benedicto XVI; Sacramentum Caritatis, 42.) »

«Ciertamente, no podemos decir que en la Liturgia sirva cualquier canto.»

Comentario: Notemos que dice, que dice que no puede servir cualquier canto, del mismo modo, debe entenderse que no es válido cualquier improvisación popular respecto a la música en la Iglesia

Pero ahí lo tenemos, no quieren poner en práctica lo que enseña el Papa. Y la desobediencia, acarrea ofensas al Señor; risas, carcajadas, aplausos, pero no en todos las parroquias, gracias a Dios.


Se debe evitar todo aquellos cantos y composiciones musicales que no están permitidas por la liturgia, que ponen fin a la verdadera piedad.

Y en los momentos no debidos, cuando el alma va a aplaudir en la iglesia, no va a santificarse, sino a divertirse, más aún si se le permite esos y otros desordenes, no dirá que se aburrirá, ya que se comportan como si Dios no existiera. Que no cuenta para él.

Gracias a Dios que el Papa lo ha dicho, lleva al mismo Cristo en su propia vida. Y nuestra obediencia a la Verdad es necesaria para nuestra paz y felicidad.
08/09/11 7:39 PM
  
Hesse
Propongo una idea: Sería muy bueno crear en info- católica, un blog, destinado a la música litúrgica.
dirigido, por alguien versado en el tema, más las aportaciones que puedan hacer los lectores.
La gran mayoría de los fieles laicos,( sacerdotes y seminaristas incluidos je,je )no tienen formación, ni información sobre el tema.
Quizá sea un buen medio para comenzar a cultivar en las personas el conocimiento musical y el deseo futuro de incorporarlo a sus parroquias.
El blog debería tener ejemplos audibles de las obras citadas.( fundamental).
Bueno, dejo la idea, espero que Luis Fernando, lea estos comentarios.
Igualmente se lo enviaré por correo privado.
¿ Qué les parece ? A mi me encantaría, y seguramente, aprendería mucho.
Un saludo musical fraterno a todos.

09/09/11 11:11 PM
  
Grimaldi
«Ciertamente, no podemos decir que en la Liturgia sirva cualquier canto.»
=================
Así es, ya era hora de decirlo alto y claro, que llevamos décadas soportando mucha " música de campamento " en celebraciones litúrgicas.

Dejando aparte, claro está, canciones muy bellas que, casualmente, son las que menos se cantan. Por ejemplo, en cuaresma me gustaría escuchar más la de " Dios es fiel, guarda siempre su alianza... "
10/09/11 2:20 PM
  
Eduardo Martínez
Hacía unos días que no me pasaba por el blog y he visto con sorpresa un nuevo artículo dedicado a la música liturgica.

He visto también un comentario de Hesse al cual me adhiero: el crear un blog destinado a la música liturgica.

Creo que empieza a haber una sed por saber más sobre este tipo de música, y la gente no sabe a dónde mirar. Y creo que la gente confía lo suficiente en los colaboradores de Infocatólica como para que éste sea un buen lugar para ponerse en marcha.

Por otra parte, respecto al contenido del artículo, y yendo al ejemplo del que roba a pesar de lo que dicen las leyes, tal vez si las leyes se aplicasen con rigor no robaría. En todo caso, lo cierto es que voy percibiendo cada vez de forma más clara, que la gente ya no se conforma con cualquier cosa, y que cada día que pasa son más las personas que quieren una música elegida con mayor sentido común.

Además, cada tipo de composición musical está pensada para favorecer un estado de ánimo: Una banda militar interpreta música militar (sea esta buena Música o mala Música), para enardecer el ánimo del combatiente. Sería de mal efecto que en una batalla se pusieran a interpretar canciones infantiles o marchas circenses.

Puede que fuera del campo de batalla los músicos de las bandas militares gusten de interpretar composiciones más elaboradas que las que son adecuadas mientras las tropas avanzan al campo de batalla. Pero cada cosa tiene su lugar y su momento. Si la música religiosa no cumple su objetivo, creo que incluso sobra.
10/09/11 8:57 PM
  
Tulkas
Estimado Grimalde:

A mi también me gustaba mucho la canción "Dios es fiel", que escuche por primera vez en la Cuaresma de 1991 ene el colegio. La promovía y la hemos venido cantando hasta hace unos trs años.
El problema de estas músicas, por bellas que sean e incluso por hermoso y acertado que sea su texto es que NO TIENEN LUGAR EN LA LITURGIA salvo que sea forzadas: no son música liturgica y la comprensión de este punto es fundamental para cualquier renacimiento o regeneración de la música liturgica católica. Son música meramente devocional.

La Litirgia propone sus propios textos: son los salmos, es la escritura la que vértebra la Liturgia romana.

Es mi opinión que los cantos devociones no litúrgicos ocupan un cuarto lugar de preferencia, según este orden:

1-cantos del ordinario, colecta , plegaria eucarística, paternoster
2-cantos del propio, a ser posible recuperando el ofertorio
3-silencio contemplativo
4-canto devociones

Anteponer los cantos devociones para mi es un flagrante abuso.
11/09/11 9:53 AM
  
Flavia
Tulkas,

hombre, encantada de saludarte. Opino lo mismo que tú, aun admitiendo que también a mi me gusta esa canción y otras devocionales muy buenas que, desgraciadamente, se han perdido. Sería estupendo recuperarlas en actos de devoción ( novenas, rosario, etc... )
12/09/11 3:00 PM
  
Rodrigo Gómez
siento que hay tanta gente que no conoce a Cristo y que vive en soledad, sin encontrar la paz para su alma, hay tantos hermanos que sufren y tanto que hacer, que me parece un despropósito gastar tiempo en tonterias, como que si Dios se fuera a enojar o deje de ser Dios porque alguien canta o no canta un canto más o menos litúrgico y como dice san Pablo como van a creer si nadie les predica, o a caso creen que todos los que están en las periferia de la Iglesia a los que tenemos que ir según el mandato de Cristo lo vamos a convertir con cantos que no entienden.
la iglesia tiene que vivir de acuerdo a los tiempos, sin renunciar a lo fundamental de su fe y el canto responde a los tiempo y no atenta contra lo Central, el mejor canto litúrgico es aquel en que todo el pueblo congregado canta y formamos la asamblea de convocados por Dios, o sea, la Iglesia.
hay mucha gente que cree que si no se hace canta como se canta se cantaba hace 400 años el Señor no escucha nuestro canto, me da pena y risa pensar que aún hay gente así.
puede ser que el Santo padre no le gusten los aplausos pero eso es cosa de gusto y no dogma de fe.
puede que en el seminario no se enseñe música, mientras tengamos sacerdotes santos y que sean pastores, que importa que no sean músicos.
puede ser que no se cante la liturgia según quieres algunos mas extremista pero que importa, si con el canto no tan profesional se convierte un pecador, porque dice Jesús que hay más gozo en el cielo por un pecador que se convierte que por 99 justos.
hay que buscar lo esencial de la fe y no lo accidental
o ¿los apóstoles cantarían en gregoriano?
hay tradiciones con Mayúsculas que no se pueden cambiar ni olvidar pero hay otras con minúscula que son necesarias revisar y que no atentan contra lo central de la fe.
no faltara el que quiere que el sacerdote celebre la Misa en latín y de espalda al pueblo, mientras este reza un novena y no participa, ¿Será el querer de un Dios amoroso? o acaso Jesús no le dice a los fariseos que ellos cumplen la letra de la Ley pero violan el espíritu.
si he ofendido a alguien con mis comentarios espero que me perdonen antes de dormirse porque esa son las actitudes que le gustan al Señor en el que yo CREO y al cual le canto.
bendiciones
15/10/11 3:29 AM
  
carlos
musica es el arte de convinar los sonidos agradables al oido. creo que todas las cosas estan hechas para cada ocasion, no podemos cantar musica rock para una celebracion eucaristica, donde nustra mente nuestra alma se esta en comunion con el mismo Dios. en mi pais hablan de inculturacion pero estos ha llegado un libertinaje, una mezcolansa de musica y pierde el mistisismo de una musica sacra. perdon si no estoy fuera de tema.
24/04/12 12:14 AM
  
isaias
Con el permiso de todos los lectores, uno de los problemas que existen en relación a la música litúrgica, por lo menos en mi país (México)es que no hay una enseñanza para el canto de alabanzas en la liturgia, si uno de los problemas es que no hay muchos sacerdotes, menos los suficientes ministros de música para enseñar que tipo de cantos y en que tiempos litúrgicos (Navidad, Adviento, Cuaresma, Pascua, etc) se deben de interpretar, y cuales son los instrumentos permitidos para hacerlo, algunos católicos no tienen el conocimiento del canto litúrgico, porque no les interesa investigarlo, si se dieran cuenta de que a través del canto también se alaba a Dios, otra cosa sería, recordemos que; el que bien canta ora dos veces.
17/05/13 6:49 PM

Los comentarios están cerrados para esta publicación.