(BBC/InfoCatólica) «Las pacientes vendrán a nosotros con 7 semanas de embarazo y no podremos hacer nada por ellas», lamenta Daniels desde su consultorio en el norte de Miami, ubicado en una clínica de Planned Parenthood, la multinacional abortista que dispone de la mayor red de abortorios en Estados Unidos.
La prohibición de abortar a partir de la sexta semana de embarazo se mantendrá en Florida al menos hasta noviembre, cuando se celebrará una consulta que coincide con las presidenciales, en la que los ciudadanos podrán decidir si incluyen el derecho al aborto hasta la semana 24 en la Constitución del estado. Para que esto ocurra, la propuesta deberá recibir al menos un 60% de votos favorables.
«La idea de quedar embarazada en este momento en Florida es aterradora», asegura la Daniels a BBC durante una pausa en la consulta de sus pacientes. «Desde ahora hasta el primero de mayo habrá absoluta confusión y caos».
Durante los meses que Daniels vivió en Carolina del Norte después del fin de la protección federal del aborto en 2022, su consultorio se llenó de pacientes que llegaban de estados tan lejanos como Texas, Luisiana y Misisipi. También de la vecina Carolina del Sur, donde había una pugna entre los legisladores y tribunales estatales para definir el alcance de la prohibición.
A partir del 1º de mayo, cree que será precisamente Carolina del Norte, donde se puede abortar hasta la semana 12 del embarazo, el estado que recibirá a las pacientes de Florida, dado que será el lugar más cercano donde podrán solicitar un aborto más allá de las 6 semanas, aunque se encuentra a más de 1.000 kilómetros de distancia.
El año pasado se practicaron 84.052 abortos en Florida, un aumento de 12% con respecto a 2020. Los expertos del centro de investigación Instituto Guttmacher atribuyen el incremento a la llegada de pacientes de otros estados donde el procedimiento está prohibido. Evidentemente esa cifra se desplomará en los próximos años.