(ACIPrensa/InfoCatólica) Los obispos católicos de Nueva Jersey, EE.UU., han expresado públicamente «profunda decepción y preocupación» frente a la nueva ley aprobada y promulgada en el territorio, que declara el aborto como un derecho, permitiendo así a las madres poner fin a la vida de un hijo desde el momento de su gestación hasta su nacimiento.
Aprobada el pasado lunes y nombrada Ley de Libertad de Elección Reproductiva (S49/A6260), la ley pasó la votación del Senado estatal por 23 votos a favor y 15 en contra. Del mismo modo, fue también aprobada por la Asamblea General, con 46 votos a favor, 22 en contra y 8 abstenciones.
La ley fue promulgada el jueves 13 de enero por el gobernador Phil Murphy, quien se presenta como católico practicante. Esta ley incluye también los abortos tardíos y, a pesar de que esta práctica lleva varios años siendo legal dentro de la región, al ser ahora protegida constitucionalmente, restringe y anula toda propuesta para su prohibición.
Los obispos de Nueva Jersey compartieron un comunicado el 11 de enero, firmado por Joseph Tobin, Kevin J. Sweeney, David M. O'Connell, James F. Checchio, Dennis J. Sullivan, Kurt Burnette y Yousif Habash.
En dicho comunicado, expresan: «Esta ley se aparta de la enseñanza católica fundamental de que toda vida es sagrada desde la concepción hasta la muerte natural. Aún más deplorable es que el cálculo legal y ético que subyace a esta nueva legislación elimina de manera absoluta y rotunda la identidad humana y moral del niño por nacer».
Además, critican: «Quizás los legisladores que se apresuraron a aprobar esta ley en los últimos momentos de sus mandatos no querían que los ciudadanos comprendieran plenamente sus consecuencias inhumanas y letales».
Y subrayan: «Hemos fallado como sociedad cuando la respuesta a cualquier embarazo es miedo en lugar de alegría. Lamentablemente, con demasiada frecuencia este temor nace de la incertidumbre de la madre de que no podrá proporcionarse a sí misma ni a su hijo los recursos necesarios para vivir una vida próspera. Debemos hacerlo mejor».
Por ello los obispos exhortan «a todos los católicos y personas de buena voluntad a participar activamente para derribar las barreras económicas, laborales, sociales, raciales y emocionales que llevan a las madres a pensar que el aborto es mejor opción que la vida».
Concluyen su comunicado afirmando: «Por nuestra parte, la Iglesia Católica se compromete a ampliar y aumentar la conciencia acerca de los abundantes recursos y programas que ofrecemos a las madres embarazadas que buscan o están considerando alternativas al aborto, que incluyen servicios de salud pro-vida, atención prenatal, apoyo emocional, asistencia para dar a luz y criar a su hijo, y necesidades básicas como vivienda, comida y ropa».