(EP) Tras realizar las diligencias pertinentes y analizar la grabación de los sermones, la Fiscalía ha considerado que Abdeslam L. "estaría aprovechando su condición de líder religioso dentro de la comunidad musulmana de Terrassa para proferir mensajes claramente discriminatorios y vulneradores del principio de igualdad y del derecho a la integridad física y moral de la mujer", describe la querella.
El escrito destaca el papel central del imán en la religión musulmana, a quien los fieles acuden "para obtener respuesta tanta de las cuestiones religiosas como de las cotidianas", gozando de un elevado poder de convicción y de un eminente estatus de liderazgo dentro de la propia comunidad.
También remarca el hecho de que los sermones se pronunciaran en la mezquita, la única que hay en Terrassa, lo que la convierte "en un centro de culto de referencia", y que coincidieron con la oración del viernes, el día que más fieles se congregan en el templo.
Sermones delictivos
Del análisis de los sermones "se desprenden expresiones que serían penalmente relevantes", puesto que el líder religioso incita a la violencia física y psíquica contra la mujer y promueve la superioridad del hombre y el control sobre ellas.
Según la querella, el imán se dirige a los creyentes con estas palabras: "Dios todopoderoso nos indicó como comportarnos con la esposa y como solucionar los conflictos conyugales --a lo que añade citando el Corán--: ¡'Amonestad a aquéllas de quienes temáis que se rebelen, dejarlas solas en el lechos, pegarlas! Si os obedecen, no os metáis más con ellas, Alá es excelso, grande'".
Y con estas palabras justifica la violencia machista: "En el Islam los golpes son una práctica tolerable, pero los golpes tienen límites a los que se llega cuando las otras soluciones no son efectivas".
La querella señala también la declaración de los agentes que grabaron el sermón y que observaron al imán haciendo gestos con la intención de mostrar cómo se debe golpear a las mujeres.
Sobre la vida conyugal, Abdeslam L. culpa a las mujeres por ser independientes y sostiene: "Esta mujer que tiene su propia independencia, que tiene trabajo y dinero, mira al hombre con una mirada de desprecio. El hombre en este caso tiene que trabajar también en casa, como preparar la comida y lavar la ropa, y esto conlleva a una ruptura y conflicto entre el hombre y la mujer".