"¿Por qué se amotinan las gentes?" (Por lo eclesiástico)
El Salmo 2 comienza así: “¿Por qué se amotinan las gentes, y las naciones hacen planes vanos?…“.
Estas palabras que salen de la boca de nuestro Padre Dios, se dirigen a todos y, por tanto, valen tambien para todos. Pero me temo que, tal como están las cosas tanto en el mundo como en la Iglesia, para quien primero valen -deberían valer, y muy principalmente- es para los adentros de ella misma; muy en especial para los que formamos parte de su Jerarquía, a todos los niveles: desde el Papa hasta el último sacerdote recién ordenado. Lo que, logicamente, me incluye. Porque aquí, en la Iglesia, es donde realmente hace daño, y duele.
¿Planes vanos? ¿Qué planes vanos se montan dentro de la Iglesia Católica? Podría preguntárselo mucha gente, sorprendida o quizás hasta un punto escandalizada por tales suposiciones; gente que quizá no está al tanto, o sí: pero que no le interesa, o pasa olímpicamente desde hace ya mucho, o puede que incluso le parezca que ya iba siendo hora, que “¡por fin el cambio está aquí, y ha venido para quedarse!” ¡Aleluya!, que estamos en Pascua.