Jean-Marie Paupert: un progresista convertido al catolicismo
Como decía en un “post” anterior, pasé años conservando el recuerdo amargo de la lectura “Ancianos de Cristiandad y cristianos del año 2000: panfleto y profecía” (”Vieillards de chrétienté et chrétiens de l’an 2000: pamphlet et prophétie”) de Jean-Marie Paupert, escrito en 1967, y leído por mí allá por 1980, más o menos, antes de enterarme, hace bastante poco, de su espectacular conversión al catolicismo desde el catolicismo progresista que había animado aquel panfleto funesto.
Conversión que quedó anunciada al público en “Peligro en la Mansión” (”Péril en la demeure”), de 1976; una obra (en francés por lo que sé, no sé si hay traducción al español) cuya lectura recomiendo a todo aquel sufra por la crisis por la que pasa la Iglesia hoy.

Acerca de si el Infierno es una pena impuesta por Dios al pecador que muere sin arrepentirse de su pecado, o es solamente una consecuencia inevitable de su libre opción contra el amor de Dios, ponemos aquí algunos textos del Magisterio de la Iglesia y de la Sagrada Escritura.
Prácticamente el único argumento de los que sostienen la posibilidad de que accedan a la Comunión eucarística los bautizados válidamente casados que conviven sexualmente con alguien distinto de su cónyuge legítimo en vida de éste  es el de la “inimputabilidad” o inocencia subjetiva que tendrían estas personas a pesar de estar en una situación objetiva de pecado.
Un amigo me ha hecho llegar esta pregunta:
En la zona de comentarios a uno de mis “posts” fue recibido el que publico a continuación, sobre el cual quiero reflexionar como ejemplo perfecto de hasta dónde pueden llegar los efectos de la propaganda de la “misericordia” sin una elemental formación en la verdad de la fe, y de una serie de errores y horrores teológicos lamentablemente muy comunes en estos días. Todos los subrayados en negrita son míos.
        



