17.06.09

Todavía se habla en católico... a pesar de los pesares

¿Nos hemos puesto a considerar que el habla popular está aún sembrada de locuciones, giros y refranes de origen inequívocamente católico? A poco que hagamos una primera cuenta nos vienen espontámeante a la mente frases hechas que hemos oído o hemos utilizado en más de una ocasión. El lenguaje coloquial es importante para conocer la idiosincrasia de un grupo humano porque refleja el inconsciente colectivo, donde se hallan fijadas las características más importantes y decisivas de una cultura.

A modo de muestra, consignamos unos cuantos dichos de España y América que hablan del arraigo profundo del catolicismo en nuestras tierras:

“Se armó la de Dios es Cristo”. Se aplica a una situación de gran alboroto y desorden. Hace alusión a las vivas discusiones que tuvieron lugar durante el I Concilio de Nicea entre arrianos y ortodoxos sobre la consubstancialidad de la persona del Hijo con el Padre.

Igual significado tiene la expresión “se armó el tole-tole”, que se refiere a los gritos de las turbas durante el proceso de Jesús ante Pilato: “Tolle, tolle, crucifige eum!” (Anda, anda; ¡crucifícale!).

“Estar limpio como una patena” se dice de algo que no tiene la mínima impureza y se halla pulcro y brillante, que es como queda, en efecto, la patena después de las meticulosas purificaciones del sacerdote después de la comunión.

“Permanecer en sus trece” tiene el significado que persistir en algo con convencimiento y hasta terquedad. El origen no es otro que la resistencia de Don Pedro de Luna a deponer la tiara durante el Cisma de Occidente. Sus trece son el ordinal de su nombre como papa: Benedicto XIII.

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