InfoCatólica / Epístolas Matritensis / Categoría: General

25.09.09

Amanece en Chile: Seminario del IBP

Mis fuentes del Instituto del Buen Pastor me mandan un notición, que para cerrar semana con una sonrisa.

Mediante una carta el Padre Philippe Laguérie ha pedido al Superior para América Latina (aunque yo insistiría en llamarlo “Hispanoamérica") que funde un Convicto, de acuerdo al Artículo III.1 de los estatutos de dicho instituto. El fin es aglutinar a todos los candidatos al sacerdocio procedentes de Hispanoamérica que no hablan francés, y a los que se debe formar al francés, latín, Catecismo, Liturgia, espiritualidad, y posiblemente filosofía y teología.

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22.09.09

Las curiosidades litúrgicas

De la mano del foro Ceremonia y rúbrica de la Iglesia española, que aqui os enlazo, y que me envía la siempre encantadora blogger Británica Deborah Morlani, os presento un par de fotos de las ordenaciones de más de 800 sacerdotes en Montjuic, en 1952, durante el XXXV Congreso Eucarístico Internacional de Barcelona.

La particularidad de esas misas, un total de 20, es que fueron ’simultáneas’. Una forma de celebrar que Santa Sede proscribe en 1958. Sostiene uno de los foreros que ese tipo de celebraciones fue lo que nos llevó poco a poco a la concelebración, aunque desde el 58 al posconcilio media un trecho, así que no termino de entenderlo muy bien.

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20.09.09

Telebasura: ahora a por la Educación

Sospecho que mi generación es de las últimas, sino la última, que ha crecido con una televisión que no nos idiotizara completamente. Puedo escribir mal “Motu proprio” pero al menos no soy un analfabeto completo…

En España nos hemos empeñado en acabar con eso. La televisión se ha convertido en una máquina de idiotizar a marchas forzadas a la masa, y en buena parte lo está consiguiendo. Y la receta del éxito apareció con los realities, con mención especial al infame “Gran Hermano". Siempre me he jactado de ser un no-espectador de ese programa. Recuerdo, eso sí, sus comienzos en nuestro país: Nadie lo veía, pero todo el mundo sabía qué se cocía en ese horno. Hoy veo con horror como en Antena 3 intenta reflotar un género caduco con un reality basado en una clase de 1963. ¡Toma nísperos, Pascuala!

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16.09.09

Las reuniones con la FSSPX

Se nos tuvo que ir de la lengua ese cardenal vienés que tanto le gusta a mi compañero de armas Isaac García Expósito, y ya nos creíamos que las “negociaciones” con la Hermandad de San Pío X iban a comenzar ya mismito.

Le Figaro informa en su web, de la que se hacen eco varios blogs más, que antes de mitad de octubre, las negociaciones no comenzarán. Además, tendrán lugar en la más estricta confidencialidad, así que yo recomiendo que no se esperen titulares. Cuando los haya, me temo, será por las filtraciones que lleven a cabo los que quieren que esas discusiones fracasen. Son los de siempre, así que no voy a incidir más en ello.

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14.09.09

Porque no todo es criticar

Un comentario de una amable lectora de tierras vascongadas me ha movido a dedicar el post de hoy a la concordia. Movida por lo que interpreta como un “blog católico crítico", nos hace llegar sus impresiones, que son muy bienvenidas. Para eso tenemos el correo de contacto.

Lo primero es decir que no siempre la crítica es mala si nuestro deseo es la mejora del cuerpo de la Iglesia Militante. Los hay que no critican, porque viven imbuidos en una secta. Todo lo que les dicen les parece bien, y la Encíclica de Juan Pablo II Fides et Ratio nos enseña, en un muy-simplificado resumen, que nuestra religión católica no solo se basa en una fe ciega, sino en el razonar.

Dice también San Francisco de Sales, en una cita de la Filotea que me encanta, que hay que saber qué rezamos cuando entonamos nuestras oraciones, conocer su significado, pero que “hay que rezar en latín". Yo no voy tan lejos, porque en quinientos años el mundo ha cambiado como para pedir que se rece en Latín. Con lo que sí me quedo es que hay que saber razonar lo que hacemos, nuestra fe, y no repetir un mantra. Por eso rezar en la que ha sido la lengua de la iglesia durante 2.000 años rodea a la oración de un cierto misterio que demanda nuestra atención…

Pero me ahogo en un vaso de agua. Nunca desde nuestro blog hemos querido hacer una crítica destructiva. Se ha dado el caso una vez, y se pidieron disculpas extensamente. Claro que otros prefieren seguir en su halo de perfección y no mezclarse con “impuros". No puedo hacer más por ellos que rezar, y mucho, por ellos.

Cuando hemos dirigido una crítica, ha sido por el afán periodístico de denuncia de un hecho escandaloso, con el objetivo de que se corrija. Evidentemente, este ejercicio de libertad desconcierta a no pocos. Desde estas páginas, en muy poco tiempo, hemos denunciado las poco ortodoxas actitudes del Cardenal Martini, que cuenta con sus partidarios; hemos descalificado las palabras de un supuesto teólogo contra el sacramento de la confesión, y, por último, considerado las deficiencias comunicativas que rodean en la actualidad a la Sala Stampa de Santa Sede.

Pero no olviden los lectores que hemos aplaudido la valentía de Benedicto XVI en su inconmensurable viaje a Tierra Santa, que hemos narrado una de las más hermosas peregrinaciones que se pueden llevar a cabo en un país europeo, la de Chartres, que hemos alabado la iniciativa de un catedrático de la Universidad CEU-San Pablo para plasmar un Máster en Información Religiosa, en la que hemos participado con mucha honra, y hemos asimismo defendido la actitud de los obispos estadounidenses, al exigir que Obama no diera un discurso en la Universidad de Notre Dame.

Efectivamente, no todo es criticar en la vida de la Iglesia. Nuestro director dedicaba el domingo un post en el que deseaba un equilibrio entre noticias buenas y denuncias de heterodoxia. Desde estas epístolas, siempre al servicio de la Iglesia, adoptamos como propio ese compromiso, para Mayor Gloria de Dios.

No me queda más que agradecerles su fidelidad, totalmente inmerecida por mi parte. Nunca habría pensado poder atraer a tantos lectores y de tan distinto perfil. Ojalá sirva este medio para la conversión de algunos a la Iglesia que fundó Jesucristo, en la que por supuesto, son siempre bienvenidos como hermanos.