El primer viaje de un Papa a Chipre, según el Arzobispo ortodoxo Crisóstomos II

Luego de ofrecer una entrevista al Nuncio Apostólico en Chipre, nos complace presentar ahora la que el diario Avvenire ha realizado a Su Beatitud Crisóstomos II, Arzobispo ortodoxo de Chipre, sobre la histórica visita que el Papa Benedicto XVI realizará desde mañana a esta nación mayoritariamente ortodoxa.

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Estará junto al Papa, acompañándolo durante toda la visita. Lo subraya son evidente satisfacción Crisóstomos II, arzobispo ortodoxo de Chipre, que siente gran estima y afecto por Benedicto XVI. Se ha encontrado con él en el Vaticano, en junio de 2007, a pocos meses de su nombramiento como jefe de la Iglesia local. Y es suya la invitación oficial, junto al presidente de la República, para visitar la isla donde reside la comunidad cristiana más antigua después de la de Jerusalén. Aquí, el jefe de la Iglesia siempre ha sido “etnarca”, es decir, guía de la nación, un rol que el famoso arzobispo Makarios ejerció como directo poder político guiando la rebelión de cincuenta años atrás contra el dominio inglés. Crisóstomos, de 68 años, es uno de los líderes ortodoxos más abiertos al diálogo ecuménico, que ha promovido con muchas iniciativas. En vísperas de la llegada del Papa, nos ha concedido esta amplia entrevista.

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Su Beatitud, ¿qué espera de la próxima visita de Benedicto XVI a Chipre?


Se trata de un hecho único en la historia de nuestra isla. Es la primera vez que la cabeza de la Iglesia católica romana viene a Chipre y es también la primera vez que Benedicto XVI realiza una visita en un país ortodoxo. Por lo tanto, hay diversos motivos para estar contentos y orgullosos de este gesto suyo que acercará más a nuestras dos Iglesias. Estoy seguro de que esta visita contribuirá de modo decisivo a hacer conocer mejor nuestra situación al resto de Europa y dará un impulso al proceso de reconciliación.

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Sin embargo, en estos últimos días se han escuchado voces contrarias a la visita del Papa. Incluso dos obispos han declarado que no les agradaba. ¿La Iglesia ortodoxa chipriota está dividida en lo concerniente a este evento histórico?


La Iglesia de Chipre, en su totalidad, recibirá al Papa no sólo con profundos sentimientos de respeto sino también con alegría sincera. Aquellos que no están de acuerdo representan una ínfima minoría, los extremistas habituales que están en toda realidad. Le quiero decir algo: los 17 obispos miembros del Santo Sínodo han firmado una carta con la que invitaban a los fieles a recibir dignamente al obispo de Roma. Pero dos de ellos, cediendo a las presiones de ambientes externos, en los últimos días han cambiado su posición.

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¿Es cierto que los ha amenazado con su expulsión del Sínodo?


Simplemente he dicho que si no respetan las decisiones del Sínodo, su presencia es del todo inútil, más aún, representa una ofensa a nuestra asamblea episcopal.

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La policía chipriota está en prealerta por la llegada de extremistas ortodoxos desde Grecia. ¿Teme protestas y contestaciones durante la visita del Papa?


No, estoy muy tranquilo. Aún si desde fuera llegara algún fanático, no encontrará ningún apoyo entre nuestros fieles.

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Su Beatitud ha visitado, pocos meses atrás, la zona norte de Chipre. No había sucedido nunca que el arzobispo de la Iglesia ortodoxa visitara los territorios ocupados por los turcos en 1974. ¿Se ha abierto una nueva fase?


Creo que sí. Estoy en contacto con el representante de la comunidad turco-chipriota, Dervish Eroglu, del que he recibido la promesa que muy pronto comenzarán los trabajos de restauración del monasterio de San Andrés. Espero que sea el primer paso para devolver dignidad a nuestros edificios de culto que se encuentran en la parte norte y que en estos 36 años han sido dejados en ruinas o transformados en mezquitas.

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¿Por qué en el programa del viaje papal no se ha previsto una visita a la comunidad turco-chipriota?


La invitación a Benedicto XVI ha sido dirigida por las autoridades de la República de Chipre que no tienen ningún poder sobre la parte meridional de la isla, ocupada por los turcos. Debo decir que el muftí me había expresado su deseo de que el Papa fuera también a la zona norte, pero a esto no le ha seguido, por lo que sé, ninguna invitación oficial.

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De todos modos, ¿el problema de la división será tocado durante la visita del Papa?


Sólo puedo decirle que yo quiero afrontarlo en el diálogo que tendré con Benedicto XVI. Es un tema muy doloroso, una herida abierta que debemos sanar completamente, en espíritu de reconciliación.

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Recibiendo al Papa, Chipre refuerza su rol de vanguardia en el diálogo entre la Iglesia católica y la Iglesia ortodoxa. ¿Piensa que podrá favorecer el tan esperado encuentro entre el Obispo de Roma y el Patriarca de Moscú?


Yo estoy convencido de que, tarde o temprano, esta reunión se hará. Hemos entrado en el nuevo milenio, que deberá estar bajo el signo de la unidad. Ninguno puede tirarse atrás respecto a este deber. Incluso los problemas más complicados, como el que concierne a la convivencia de católicos y ortodoxos en Ucrania, no son irresolubles si hay buena voluntad de ambas partes. Tengo confianza: el encuentro entre Benedicto XVI y el patriarca Kirill se hará.

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Fuente: Il blog degli amici di Papa Ratzinger


Traducción: La Buhardilla de Jerónimo

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