La introducción del órgano en la liturgia de la Iglesia (I)

El órgano de tubos es el instrumento propio del culto cristiano occidental. En el imaginario colectivo su sonido está asociado inconfundiblemente a lo sagrado, a lo sobrehumano. Es curioso que en ausencia de un contexto religioso el sonido del órgano aparezca, por ejemplo en el cine, como ambientación musical de fantasmas, misterios y oscuridades. Para muchas personas el comienzo de la famosa Toccata en re menor de Bach trae a colación casi inmediata al conde Drácula surgiendo del ataúd. A mi juicio esta visión tenebrista del órgano participa de la misma mala uva por la que la cultura moderna, desde la Ilustración, pretende siempre cubrir de paños lúgubres a todo lo relacionado con el cristianismo. 

Más allá de esto, es claro que el órgano se ha desarrollado en tamaño y complejidad más que ningún otro instrumento musical, a lo largo de un proceso sostenido y animado  mayormente por su función en el culto religioso cristiano, primero en la Iglesia Católica de rito latino y después también en las diferentes confesiones protestantes surgidas de los cismas del siglo XVI. 

Los testimonios conservados indican que el órgano fue inventado en el siglo III antes de Cristo por Ktesibio de Alejandría. Es por tanto un fruto de la ciencia griega. Después de varios siglos de existencia en el mundo helénico el órgano llegó a la ciudad de Roma a mediados del s. I. Obviamente en esos momentos carecía por completo del significado sacro que adquirió con posterioridad. Difería también de los órganos actuales en que el aire era empujado hacia los tubos no con un fuelle, como ahora, sino por la presión del agua ubicada en una campana. Por eso era llamado hydraulos.

Suetonio nos informa de la gran afición del emperador Nerón por la música en general y por el órgano en particular. Poseía una colección ejemplares que gustaba exhibir tras las reuniones con sus consejeros. En el Imperio Romano el órgano se usaba en las fiestas, en el teatro y en los circos. Algunas representaciones iconográficas sugieren que también era conocido en casas de gente adinerada.

En general, los primeros autores cristianos mencionan el órgano solamente para extraer de su complejo y eficaz mecanismo símbolos edificantes

Orígenes, comentando el salmo 40, compara los diferentes instrumentos con aspectos espirituales y dice: “el órgano es la Iglesia de Dios, que comprende las almas contemplativas y las activas”.

Tenemos un texto de Teodoreto, obispo de Ciro (ca. 393-ca. 466), que compara el órgano con la lengua humana:

En efecto, este órgano (la lengua) se parece al instrumento con tubos de bronce que, usando el aire suministrado por unos fuelles, produce, gracias a los dedos del artista, estos armoniosos sonidos que todos conocemos (…). El arte ha aprendido de la naturaleza el ingenioso proceso de crear esta deliciosa música (…). Mirad cómo el pulmón funciona del mismo modo que los fuelles, comprimiéndose y dilatándose, no por el pie del hombre, sino por los músculos alrededor del tórax. (…) Entonces el cerebro (…) empuja el aliento hacia los dientes, como el aire es empujado hacia los tubos de bronce (…) y así la lira, la cítara y el instrumento de tubos de bronce son capaces de, mediante el uso del aire o el toque de los dedos, dar lugar a un  rítmico y agradable son. Pero la voz modulada sólo puede ser producida por el órgano que acabamos de describir.

A ojos de la Iglesia el órgano seguía muy asociado a los lujos domésticos del paganismo romano. En el año 454 Sidonio Apolinario, obispo de Auvergne, elogiaba al rey visigodo Teodorico II por la sencillez de sus costumbres: en su mesa los platos son similares a los de cualquier otro ciudadano, y “las estancias nunca resuenan con los órganos hidráulicos”

Los estudiosos han observado en Occidente un periodo de silencio respecto al órgano a partir de la deposición del último emperador en el 476. Los pueblos bárbaros que fueron conquistando el imperio occidental no parecían demostrar inicialmente mucho interés por la música. Eso sí, el órgano como sofisticación de la civilización grecorromana no dejó de cautivar a los bárbaros sensibles. En el 507 el rey ostrogodo Teodorico el Grande escribe a Boecio, su magister officiorum, expresándole su admiración ante el funcionamiento del hydraulos pese a no comprender del todo su complicado mecanismo. 

En estos siglos de silencio organístico europeo destaca la alusión al órgano que poco antes del 630 hace San Isidoro de Sevilla en el libro tercero de sus Etimologías, pero viendo el predominio de referencias griegas no parece poder inferirse que fuese un instrumento frecuente en la Hispania de aquellos días.

Hay un par de testimonios que atribuyen a San Vitaliano, papa entre 657 y 672, la introducción del órgano en la liturgia de la Iglesia. Se trata de sendos textos de Platina, prefecto de la Biblioteca Vaticana con Sixto IV, y de su contemporáneo el poeta Battista de Mantua. Ambos datan de una fecha mucho más tardía (hacia 1480) y dicen basarse exclusivamente en una tradición, por lo que sus relatos tampoco gozan de mucha credibilidad.



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14 comentarios

  
Eduardo Martínez
Supongo que nadie quedará sorprendido si digo que me ha gustado mucho la entrada de esta semana.

Una de las cosas que llama la atención (y además, es verdad), es la frase: " Es curioso que en ausencia de un contexto religioso el sonido del órgano aparezca, por ejemplo en el cine, como ambientación musical de fantasmas, misterios y oscuridades. Para muchas personas el comienzo de la famosa Toccata en re menor de Bach trae a colación casi inmediata al conde Drácula surgiendo del ataúd. A mi juicio esta visión tenebrista del órgano participa de la misma mala uva por la que la cultura moderna, desde la Ilustración, pretende siempre cubrir de paños lúgubres a todo lo relacionado con el cristianismo. "

Ignoro si habrá "manos ocultas" tras ese intento de poner al malo de la película, tocando el órgano. Y no deja de ser curioso, que una de las personas que muchos tienen en la mente, y pocos en la boca por lo difícil de pronunciar, es al filántropo protestante Albert Schweitzer, que mantenía un hospital en África, con el producto de sus conciertos de órgano.

Imagino que el poder que por si mismo tiene el órgano, de atraer diversos sentimientos según se toque con unos y otros registros, es más que suficiente para justificar la presencia del órgano en las películas de misterio. Tal vez alguien que siga con mayor interés la literatura de Terror y las películas, nos podría ilustrar sobre este punto. Creo que el Capitán Nemo tocaba el órgano en el Nautilus. Lo mismo pasaba con Boris Karloff en una famosa cinta de 1934. Incluso el tío de Viridiana, a falta de un órgano de tubos, se daba cierto aire de misterio tocando un modesto armonio.

Pero la gente que, al menos como en mi caso, si no tocamos el órgano, al menos nos gusta escucharlo, sabemos que este instrumento es mucho más de lo que aparece en esas películas. Y seguramente, depara a la Humanidad muchas más sorpresas que las nos ha dado el órgano en los últimos 1.000 años, y de los 700 años para acá, en los que nos han ido llegando obras para órgano.
26/11/12 8:07 PM
  
Tulkas
Y cómo estaba afinado el hydraulos?
Se sabe?

Interesante seria tambien examinar por que los Orientales han prescindido de instrumentos siempre en la Liturgia.
29/11/12 10:08 AM
  
Raúl del Toro
La afinación del hydraulos no es posible determinarla con completa exactitud. Se han establecido hipótesis comparando el tamaño y número de los tubos en las representaciones iconográficas conservadas, así como midiendo los restos del órgano grecorromano hallado en Aquincum. En todo caso sí está claro que la música de aquella época era monódica, y algo podemos saber también sobre el sistema de construcción de escalas y modos.

En cuanto a lo segundo, la cuestión más bien es por qué los instrumentos entraron en la liturgia occidental. Espero tratar el tema en el futuro. En general cabe decir que, además de diversas consideraciones teológicas y sociológicas, tuvo una importancia decisiva la introducción en Occidente del pensamiento aristotélico con una relación más confiada con la razón natural y las realidades visibles, mientras que en Oriente siguió prevaleciendo el platonismo imperante en los primeros siglos cristianos.
29/11/12 11:22 AM
  
Tulkas
Ya.

Por eso yo he formulado la pregunta a la inversa.

Porque esa corriente de pensamiento a la que tú aludes termina en la danza litúrgica y además nos deja sin argumentos para combatirla.

Por eso la formulación correcta no es por qué han entrado los instrumentos en Occidente, sino por qué no han entrado en Oriente?
29/11/12 10:10 PM
  
Raúl del Toro
Entonces, ¿ hay que entender que tú opinas que la Iglesia Católica de rito romano, con el vicario de Cristo a la cabeza, lleva 1000 años equivocándose con el uso de instrumentos en la liturgia?
29/11/12 11:05 PM
  
Eduardo Martínez
El tema de la introducción de novedades en la Liturgia es bastante peliagudo. Imagino que en otro capítulo se desarrollará más este tema, pero lo cierto es que la entrada del órgano en los templos latinos no fue tan idílica como se pudiera pensar.

De todas formas, y es una opinión personal, creo que se pueden introducir novedades si son para bien: El uso de basílicas en el Bajo Imperio Romano, se basó en la necesidad de poder acoger un gran número de fieles. Y para ello se utilizó un tipo de edificio, la basílica, diseñado en un principio como una especie de lonjas de comercio, o si se quiere, como un edificio multiusos. Posteriormente, los templos adoptaron otro diseño, que en no pocas ocasiones, imitaban la forma de la Cruz. Imagino que en el siglo IV hubiera sido todo un escándalo diseñar un templo con la forma del instrumento de tortura en el que Jesús fue ejecutado. Un instrumento con el que, por otra parte, se le daba muerte a aquellos que no eran ciuadanos romanos.

Muchos siglos después, esta vez en la Baja Edad Media, se construyó un tipo de templo, que al contrario que lo que pasaba en el arte románico, permitía la entrada de una gran cantidad de luz: los templos góticos fueron aceptados, y se construyó un gran número de templos góticos durante varios siglos. Y el hecho de que la luminosidad de los templos con arcos ojivales, fuera mucho mayor que la de los románicos; el hecho de que los templos góticos fueran mucho más altos que los anteriores, no se vio como algo negativo.

Al final, yo creo que, si como dice el Génesis "Vió Diós que era bueno", no tendríamos que tener ningún miedo a poner innovaciones. Cierto es que San Pío X vió inconveniente que se emplease como música en las misas, una música demasiado parecida a la ópera. Pero en ningún caso se puso pegas a la composición de nuevas misas, si éstas favorecían lo que se supone debe favorecer la música de una misa.

En todo caso, si alguien cree que tenemos que hacer como los Amish, y detenernos en cierto siglo, al menos pediría explicaciones de por qué tenemos que detenernos en tal o en cual siglo.
30/11/12 12:10 PM
  
Raúl del Toro
Eduardo: estoy de acuerdo. El acercamiento a la razón natural y al mundo sensible por la vía del pensamiento aristotélico-tomista a que me refería antes lógicamente a lo largo de los siglos ha incluido tensiones, obstáculos, errores y rectificaciones. En la música litúrgica especialmente. Pero esto no deja de ser parte de los riesgos inherentes a la Encarnación: la acción de Dios se abre paso en medio de las meteduras de pata de los hombres.
30/11/12 12:49 PM
  
DavidFarina
Excelente artículo.. lo que yo no entiendo es porque tanto amor al órgano simultáneamente al odio a las guitarras, hermanas menores de los laúdes y éstos, de las cítaras tan mencionadas en varios salmos. Siempre critican a grupos laicos como el Camino Neocatecumenal, por meterle guitarrazos al "Santo Sacrificio". Yo me pregunto, acaso la eucaristía, sin negar jamás de los jamases sea el Sacrificio Incruento, no es ACCIÓN DE GRACIAS? No celebramos la VICTORIA del Cristo sobre la muerte? Con tanto cura roquero por ahí no veo lo malo de las guitarras de los "kikos", así como también la introducción de bongos, violines, flautas traversas, etc.
30/11/12 1:16 PM
  
Tulkas
Si lo opinara no seria tan grave.
No lo opino.

Lo que digo es que la danza litúrgica es la ultima consecuencia de negar los principios que en Oriente prohiben el uso de instrumentos.
30/11/12 4:30 PM
  
Tulkas
Y lo que yo tampoco me explico es por que tanto odio a la danza litúrgica.

No se pueden exaltar principios y condenar consecuencias.

A mi me gusta el aristotelismo y la opera. Incluso la opera puede ser evangelizadora (quien desconoce Hansel y Gretel, por ejemplo).

Y al final, los innovadores afirman que el punto idóneo de la historia para pararse el el siglo XXII, son Amish futuristas, pero Amish.
Yo prefiero tener dos mil años pero de verdad, no de boca.
30/11/12 4:36 PM
  
Eduardo Martínez
David Farina.

Yo creo que la cuestión no es que se permita emplear las guitarras en las misas: la cuestión es que por emplear las guitarras no se deja ninguna otra opción a la música de toda la vida.

Y yo no tengo, personalmente, inconveniente de que se haga servir la guitarra en las iglesias. Eso si, que se tenga en cuenta que se tolera su uso como excepción y no como norma. Eso si también, quiero decir que el emplear guitarras no ha significado precisamente, que los templos pasasen de estar vacíos a rebosar, sino más bien lo contrario.

Recientemente nos hemos enterado de un sacerdote (con una historia personal que creeríamos inverosímil si la viéramos en el cine), consiguió que un templo de Marsella condenado a ser cerrado, pasase de 50 seguidores en cada misa, a más de 500 (por poner una cifra). Evidentemente el hecho de que se tratase de un antiguo músico de cabaret, al que la llamada del Señor había convertido en sacerdote, y el hecho de que hubiera puesto sus dotes de composición para embellecer las misas, explicaba una buena parte del éxito. Sin embargo, seríamos muy ingenuos si pretendiéramos ignorar que otras acciones que ha llevado a cabo con el templo y en el templo, han logrado un auténtico milagro en la ciudad francesa.

Por otra parte, en la tradición ibérica, el órgano era el instrumento principal, pero en ocasiones estaba acompañado por un grupo de ministriles, que eran agrupaciones de músicos (en muchos casos, se cree que el germen de las bandas de música que nacieron a lo largo del siglo XIX), y en algunas iglesias que podían permitirse estos acompañamientos, daban un gran realce a las celebraciones.

Por supuesto, creo que el órgano no es obligatorio, sino que es un instrumento que la Iglesia Católica tiene en gran estima. Si un templo no puede permitirse tener uno, sería una barbaridad pretender tenerlo a toda costa, por mucho que en siglos pasados, muchas poblaciones no especialmente ricas, ni especialmente grandes, pudieron disponer de un órgano, y algunos de esos órganos nos han podido llegar hasta nosotros. Y desde luego, hay templos antiguos o modernos, que tienen la suficiente capacidad, como para poder adquirir algún órgano en la actualidad, o para reanimar el que tienen poco más o menos, como un retablo más de los que adornan la iglesia.
30/11/12 5:30 PM
  
Eduardo Martínez
Tulkas.

Creo que es un error creer que en la Iglesia de Oriente todo ha sido igual desde el siglo I hasta la actualidad. También ha habido graves conflictos al colisionar ciertos aspectos del Arte con la Liturgia. Basta con tener presente la Querella Iconoclasta, que tanto patrimonio religioso destruyó en el Imperio Bizantino, en los siglos VIII y IX.

En todo caso, la música de los cantos ortodoxos es de una gran belleza, incluso sin contar con órgano. Nadie va a discutir eso.

Imagino que en próximas entregas se nos darán más ejemplos de cómo el órgano llegó a introducirse en los ritos católicos. No deja de ser chocante que en el artículo hayamos visto cómo algunas autoridades eclesiásticas describen con admiración al órgano, pese a que todo parece indicar que no se hacía uso del órgano en ningún templo antes del siglo X. Pero imagino que en la mente de los religiosos bizantinos, el órgano estaría demasiado apegado al ámbito civil, como para plantearse siquiera el emplearlo en los templos. Hay una descripción de una ceremonia del Imperio Bizantino en la hemeroteca: el uso del órgano como instrumento propio del palacio, tal vez les hacía imposible verlo en otras circunstancias y en otro lugar http://hemeroteca.lavanguardia.com/preview/1931/03/26/pagina-5/33169505/pdf.html?search=%C3%B3rgano%20imperio%20bizantino

Tema de la danza litúrgica. Imagino que las razones por las que no ha cuajado la danza litúrgica en los templos latinos, es que asociamos la danza a un ámbito totalmente ajeno al de la religión. Supongo que debe ser algo parecido a lo que pasó con el órgano y las iglesias orientales. Sin embargo, como excepción, en la Catedral de Sevilla, al menos tres veces al año, se produce una danza litúrgica a cargo de los "seises".

De todas formas, entre una danza a cargo de unos niños, otra danza con bailarines adultos, o una tercera danza, como la que protagonizó un sacerdote brasileño, que en el año 2006 fue suspendido por su obipso, al celebrar la misa disfrazado de Carmen Miranda, nos indican que puede haber diferentes grados en un mismo hecho, y que el mismo sentir de la cultura en la que sucede un baile puede hacerlo ver como imprescindible, tolerable o completamente intolerable. Supongo que todo es cuestión de sentido común.
30/11/12 6:18 PM
  
Tulkas
El uso de las guitarras en Misa NO es una excepciòn, es una decisión prudencial favorable. Y esto hay que diferenciarlo.
El uso de las guitarras no se tolera como excepciòn, sino que se promueve como deseable.

El problema es que esa decisión prudencial esta viciada, porque no hay nada mas imprudente que, en caso dudoso, no acogerse al uso consagrado por la tradicion (asi, con minusculita para no causar reacciones alérgicas).

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Y yo propongo una solución bien practica, sabido que el gregoriano es ceteris paribus el que ha de tener la primacía.

Tiene coro tu parroquia? Pues ensayen gregoriano.
Se reúnen a ensayar? Pues canten gregoriano.
Se saben ya la Missa de Angelis? Pues a po otra.
Se saben el Vredo III? pues a por los Introitos de Adviento.
Manejan ya entero el Liber Usualis? Pues a por la polifonía.

Esto se llama jerarquía y orden. Lo que de ahí se sale es capricho personal, detrimento de la Iglesia y perdida de tiempo.
30/11/12 8:04 PM
  
José Ignacio Zuloaga Gener
Pamplona, 6 de diciembre de 2012

Cuánto me ha servido leer el citado texto de Teodoreto, Obispo de Ciro, en el que “… compara el órgano con la lengua humana” (Raúl del Toro Sola).

En ocasiones, durante la Misa me sirve, para intentar llegar a la altura del grado de sublimidad de lo que está sucediendo, observar al sacerdote, embeberme de su expresión oral, procurando aprehender que, desde lo muy íntimo de su persona, desde su mismísimo individual (exclusivo) “yo”, habiendo él entendido previamente y estando entendiendo ese inabarcable “¿qué?” (la actualización de la inmolación de Cristo en la Cruz), utiliza sus facultades volitivas para, dando órdenes a su organismo, poder expresar aquello entendido y aquello querido, en forma material, comprensible para terceros: a través de un lenguaje articulado captable por el sentido del oído. Al mismo tiempo, con el sentido de la vista capto en el celebrante “un algo” que me posibilita llegar a comprender o intentar comprender ese proceso tan exclusivamente personal (humano), al servicio de la sublimidad del sacrificio eucarístico.

En el sacrificio de la Misa, con su infinitud, un finito ser humano (el celebrante) se esfuerza por participar activamente y hacer participar a los fieles, a través de su cuerpo material, procurando alcanzar el máximo de sublimidad mediante una sublime utilización de lo que gratuitamente ha recibido: su ser como humano: en esa unidad en la que el alma in-forma su cuerpo: usando su lenguaje oral como exteriorización material de una realidad muy íntima que es causada por la sublimidad del sacrificio eucarístico.

Ello me trae al recuerdo aquellas personas que manifiestan el honor que reciben cuando, previamente aprehendido (entendido) “un algo sublime”, con su voluntad actúan para exteriorizarlo a través de la belleza musical, mediante un instrumento musical, en este caso el órgano. Qué gran honor cuando interpretan con el órgano el “Sanctus” o el “Gloria”… Pero esa belleza la consiguen con un previo entendimiento no sólo de lo que quieren expresar y de lo sublime del objeto de expresión, sino de la técnica para expresarlo a través del órgano. Y su honor deviene del esfuerzo, de la aplicación de su voluntad para dar gloria a Dios, a través de su finitud, pero con aplicación al máximo de sus habilidades: en este caso, las artísticas, pero in-formadas por la idea de lo sublime y de su exteriorización de sublimidad.

Me pregunto: ¿es posible llegar a este grado de sublimidad con una guitarra? Hace poco estuve en una celebración y parecía como si el protagonismo lo tuviese la música producida por el guitarrista, quien intentaba producir sonidos (mientras más mejor), que no estridentes, pero sí absorbentes en cuanto en lugar de dirigir la atención hacia el altar, en el que se estaba actualizando la inmolación de Cristo, la dirigían provocando un sentimentalismo: la música al servicio del sentimiento y no al servicio de la sublimidad. ¿Es esto una mera reacción particular mía o tiene fundamento real?
06/12/12 9:37 PM

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