Un referendum inaceptable en Suiza

Los Suizos, que consultan habitualmente a su población en referendos, votan hoy sobre el aborto en su país. Pero que nadie se haga ilusiones: no ha entrado un halo pro-vida en la Confederación Helvética, sino que se vota exclusivamente sobre si los seguros médicos deben o no pagar el asesinato de los hijos nonatos. Cosas veredes…

Y es que ya lo dijo el obispo de Friburgo, Lausana y Ginebra, monseñor Morerod: la Iglesia no puede recomendar una opción u otra en este caso. Principalmente, podemos añadir nosotros, porque la pregunta planteada a los ciudadanos por los promotores (la organzación “mamma”, un movimiento pro-vida) es intrínsecamente mala. No se elige aquí entre un bien y un mal sino entre dos males igualmente dañinos y que atañen exclusivamente a algo tan frío como un balance fiscal, que a la gran mayoría ni le va ni le viene.

Algunos protestantes se han pronunciado por el no rotundo. “financiar el aborto es una cuestión privada” es algo que ellos no consideran correcto, porque, explica también Monseñor Morerod en una reciente entrevista en televisión, “es una cuestión que atañe a familias enteras, a vidas, a grupos humanos”.

Desde ese punto de vista, el “no” sería aceptable pero ¿Qué aporta el sí? Sencillamente que el seguro no estaría obligado a pagar un aborto. ¿Disminuiría el número de abortos en Suiza si eso fuera así? En el caso de Francia, cuyo sistema sanitario es parecido al de la Seguridad Social en España, el coste asciende a 150 euros. En ciertos hospitales suizos cobran casi 10 veces más (1000 francos), al ser un sistema predominantemente privado, con algunos servicios cubiertos por los cantones -Urgencias, por ejemplo-.

En resumidas cuentas: la iniciativa no cuestiona que haya abortos o no, sino solo la forma de pagarlos, y se pretende reducir aún más la solidaridad ya de por sí limitada en el sistema sanitario helvético con el malhadado propósito de reducir los abortos. Maquiavelo aplaude.

El “no” no reúne fundamentos suficientes para que un votante católico lo apoye, y el “sí” atenta contra el principio de justicia social definido por la Doctrina Social de la Iglesia de manera explícita desde encíclicas tan tempranas como Rerum Novarum de León XIII. Otro Papa, el pronto santo Juan Pablo II, recuerda este principio en Sollicitudo Rei Socialis:

“La justicia social sólo puede obtenerse respetando la dignidad trascendente del hombre. Pero éste no es el único ni el principal motivo. Lo que está en juego es la dignidad de la persona humana, cuya defensa y promoción nos han sido confiadas por el Creador, y de las que son rigurosas y responsablemente deudores los hombres y mujeres en cada coyuntura de la historia.”

Seamos pues conscientes de que los católicos suizos, si siguen el consejo de este obispo, se abstendrán ante esta pregunta, capciosa y maligna, ante un referendum que es inaceptable, implanteable desde un punto de vista de la búsqueda del bien común.

+Pax et bonum+
Miguel Vinuesa