(666) TikTok no

–Encuentro el título un tanto negativo.

–Más que un tanto. Es totalmente negativo, como conviene a mi artículo 666.

Me escriben consultando mi opinión sobre la presencia de católicos en TikTok. Y antes de contestarles, me documento más sobre el tema. Yo asomé a TikTok hace tiempo, pero apenas lo exploré, porque ya a primera vista entendí que era pura vanidad maliciosa. Pero estos días, para dar respuesta a la consulta aludida, he realizado un par de exploraciones en la selva TikTokiana. Más aún, he buscado por internet buenos análisis de TikTok, que me ayudaran a conocerlo y evaluarlo. Hay muchos, y son numerosos los reprobatorios. Comenzaré dando fragmentos de tres artículos que me han parecido fidedignos. Y al final, opino yo.

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Enrique Dans, «TikTok es muy popular, sí… pero muy peligrosa»

en su blog personal ED (30-06-2020).

Escribe en su blog propio: «A estas alturas, de TikTok se pueden decir ya muchas cosas: sus más de dos mil millones de descargas en fortísima progresión la convierten en una de las apps más populares del momento, que supera incluso a Instagram o a YouTube en países como Estados Unidos, Reino Unido o España y particularmente en los segmentos de edad más jóvenes»…

Es «una app, decididamente, poco recomendable, capaz de crear pautas de comportamiento verdaderamente siniestras y preocupantes tanto en niños como en adultos, con un sistema de recomendación de contenidos verdaderamente peligroso»… «Muchos jóvenes y no tan jóvenes que usan TikTok hoy la consideran un divertimento, una moda, una forma de expresarse públicamente, o hasta un vehículo para el activismo. Pero no es eso, o al menos, no es solo eso. Es un peligro, por puro diseño»…

«Si ahora, tras la experiencia de muchos años, criticamos fuertemente a Facebook y hasta la amenazamos con boicots, esperad a que veamos y entendamos de verdad TikTok: es infinitamente peor. TikTok es irresponsabilidad en su estado más puro, bajo una apariencia supuestamente inocenteDe verdad… mejor lejos. Que nadie diga que no he avisado».

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Cristina Bisbal Delgado, «¿Es peligroso que los niños y adolescentes usen TikTok?»

en El País (22-03-2021).

El artículo de Cristina Bisbal está fundamentado en las investigaciones de dos expertas en ciberpsicología. Una, la doctora Jessica Ortega Barón, y la otra, María José Abad en Empantallados. Resumo el artículo dando algunos fragmentos. Comienza Cristina por señalar el inmenso desarrollo de TikTok «recibe una media de 17.000 millones de visitas al mes, lo que supone unos 566 millones de visitas diarias».

Por supuesto, el tipo de contenidos y la corta duración (de menos de un minuto) de los vídeos también influye: «TikTok permite la realización de retos virales o challenges que son altamente populares entre los adolescentes. Hacen referencia a acciones que se proponen a los usuarios (bailes, canciones, desafíos, bromas…)». Ellos se graban aceptando el reto y lo difunden a otros usuarios. Este sistema les ayuda a ganar mucha audiencia (likes, comentarios o seguidores) en poco tiempo. Y recordemos que los likes son importantes en la adolescencia porque les ayuda a sentirse aceptados… para los adolescentes estar en redes sociales es importante para sentirse reconocidos y valorados».

María José Abad señala los peligros de la página para los usuarios, y más aún para los tiktokers que suben a TikTok sus creaciones: «La relación con desconocidos, el posible ciberacoso y el acceso a contenidos inadecuados. También la sobreexposición de su imagen o la pérdida de tiempo»… «Tus hijos e hijas en TikTok pueden estar buscando validación; y está comprobado que cuanto más provocativo sea el vídeo que suban, más popularidad tendrán. Esto puede ser el origen de muchos peligros… Y la razón de que muchos padres prefieran que sus hijos no estén en esta red social».

Jessica Ortega Barón señala que TikTok «expone a muchos menores de edad a adultos pedófilos que contactan con ellos haciéndose pasar por adolescentes con el objetivo de ganarse su confianza y obtener así fotos o vídeos de carácter sexual. Es lo que se denomina online grooming», señala.

Todo esto supone que los usuarios estén expuestos a una gran cantidad de vídeos que en ocasiones no son adecuados, por su carácter degradante, violento o incívico. Y Jessica indica aquí otra situación de riesgo: «La sobreexposición a este tipo de vídeos puede hacer que los menores se insensibilicen, normalicen o incluso repitan conductas y actitudes que no son adecuadas».

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Borja Terán, «TikTok: así se convierte en la peor red social»,

en 20 minutos (14-10-2021).

TikTok «parece una red social inocua. Asistimos a TikTok como un lugar donde aparentemente nadie discute y, principalmente, se baila con una gran y sobreactuada sonrisa. De hecho, el contenido que más destaca de la aplicación es eso mismo: el baile…

«Lejos quedan aquellos tiempos en los que a los adolescentes les daba vergüenza bailar o llamar la atención. Nos hacíamos pequeños cuando el profe pedía un voluntario para cualquier cosa. Ahora, para estar de moda y lograr la peliaguda validación del entorno –a través de muchos corazones o likes–, hay que realizar el baile del momento. O, mejor dicho, imitar el baile del momento.

«Porque en TikTok todo el rato se reproducen los mismos pasos de baile… Y así todos se copian entre sí… Todo el mundo baila igual, con los mismos pasos… Y eso la convierte en quizá en la peor red social. O en la más ‘borrega’ al menos. Porque su ADN es el plagio. Se copian las coreografías, los sketches, las bromas… Venga, todos a hacer lo mismo que han visto que funciona a otro tiktoker

«Por eso TikTok es salvaje y hasta peligrosa. Porque parece inofensiva y no se ve venir lo negativo que promueve: normaliza la mofa, el plagio y la necesidad de hacer lo que hace todo el mundo para no sentirse fuera de juego…

«TikTok parece un lugar sin ley. La copia se lleva por delante a la creatividad verdaderamente original. Pero da lo mismo, porque como todo el mundo baila, aunque bailen como autómatas con perturbadoras y sobreactuadas sonrisas artificiales en la boca, da la sensación de que es un hermoso y bello lugar de felicidad».

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Cedo la palabra al P. Iraburu

Gran parte de los informes sobre TikTok son gravemente negativos; me refiero a los que se hallan en internet. Muchos centran su crítica en su irresponsabilidad, sus procedimientos para la captación de datos personales –como instalar spyware en móviles o en ordenadores–; en que induce en los usuarios ciertas ideas y comportamientos, al mismo tiempo que cancela un mundo de valores. Apple denuncia que TikTok utiliza recursos para capturar datos, espiando a millones de usuarios. Esa selvática irresponsabilidad promueve reacciones fuertes, como la del ejército de los Estados Unidos, que prohíbe el uso de TikTok. Como advierte Eduardo Dans, hay numerosa documentación que califica a TikTok «como algo profundamente preocupante. Y sin embargo, ahí sigue, en progresión imparable, convirtiéndose en una auténtica bomba de relojería».

Yo no entro en esas cuestiones de abusos técnicos, porque ignoro su campo. Me centro en los aspectos espirituales y morales, el campo propio de un sacerdote de Cristo. Y creo que una exploración somera de TikTok la revela como una red social en la que predomina ampliamente el exhibicionismo y el narcisismo, el trato con desconocidos, el peligro del ciberacoso, la pérdida de tiempo, la trivialización absoluta del ser humano, que no tiene más alma que un muñeco, la ausencia total de valores positivos, la irresponsabilidad liberal ilimitada –todo vale, si consigue la glorificación de un buen número de likes–. Pero quizá lo más predominante de tal red social es el frecuente sensualismo morboso, en textos y bailes, el culto al cuerpo, los toques rápidos de obscenidad, que en algunas series para mayores viene a ser simple pornografía.

Los católicos no debemos tener relación con TikTok, como no sea para rezar por quienes lo hacen o frecuentan, y para denunciar su inmoralidad y vanidad… Da mucha pena ver, por ejemplo, religiosas haciendo suyos –en versiones moderadas– los mismos bailoteos tiktokianos. O sacerdotes y religiosos. O todos juntos en ordenadas filas… Con sus colaboraciones no solamente falsifican la verdadera imagen de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, centrando en sí mismos la atención de los visitantes, sino que los introducen en una red social llena de muchos males. «De la fornicación, la impureza, la indecencia o avaricia, ni se hable entre vosotros» (Ef 5,3: nec nominetur in vobis, sicut decet sanctos).

En cuanto a «evangelizar» en TikTok con su lenguaje propio, siendo como es esta red social, estimo que es reprobable. «“Todo es lícito”, pero no todo es conveniente; “todo es lícito”, pero no todo edifica» (1Cor 10,23). «¿Qué hay de común entre la luz y las tinieblas? (2Cor 6,14)… Seguro que no pocos de quienes pretenden «evangelizar» en esa red social lo hacen con buena voluntad. No los conozco, ni los juzgo. Pero pido a Dios que, por su gracia, no les afecte la sentencia del apóstol Santiago: «quienes pretenden ser amigos del mundo se hacen enemigos de Dios» (Sant 5,4)

Oremos, oremos, oremos. + Bendición

José María Iraburu, sacerdote

Índice de Reforma o apostasía

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