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11.04.21

Dennis Barton, La tradición clementina del Evangelio -3

Dennis Barton, La tradición clementina del Evangelio, edición de 2017

Introducción

Capítulo 1. Redescubrimiento de la tradición clementina del Evangelio

Capítulo 2. El zigzag sinóptico y los dobletes

 

Capítulo 3. El origen del Evangelio de Marcos

No deberíamos esperar descubrir los motivos y métodos exactos de los involucrados en el nacimiento del Evangelio según [San] Marcos, pero no es irracional suponer que ellos habrían actuado como la gente lo haría hoy en la misma situación. 

Mateo había escrito para los judíos –para proclamar el cumplimiento de las profecías hebreas. El Evangelio de Lucas era para los gentiles. La llegada de Lucas a Roma, con su Evangelio, debe de haber electrificado a los cristianos de Roma. La información extra en el Evangelio de Lucas y algunas contradicciones o discrepancias aparentes con la narración de Mateo habrían planteado preguntas. Además, habría surgido la cuestión acerca de la conveniencia de leer el Evangelio de Lucas en las iglesias.

Había una necesidad de un comentario de Pedro sobre los dos documentos. Orchard ha sugerido que Pablo habría querido especialmente que la obra de Lucas fuera aceptada por Pedro, para que pudiera ser usada en sus iglesias gentiles.

Otra consideración podría haber sido que, cuando un evangelista entraba en una ciudad, era costumbre visitar primero la sinagoga. Usando el Evangelio de Mateo, se formaría un núcleo de creyentes judíos y luego se lo utilizaría para predicar a los gentiles. Sin embargo, Pablo planeaba ir a España, donde existían pocas sinagogas. Un aval al Evangelio de Lucas permitiría a Pablo usarlo para comenzar su predicación.

Esta situación habría conducido a la decisión de celebrar una conferencia de un día donde Pedro podría dirigirse a la comunidad. La tarea que Pedro tenía ante sí no habría sido fácil. Los dos documentos necesitarían ser examinados de cerca, línea por línea, por Pedro, Lucas, Pablo, Marcos y probablemente otros.

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8.04.21

Dennis Barton, La tradición clementina del Evangelio -2

Dennis Barton, La tradición clementina del Evangelio, edición de 2017

Introducción

Capítulo 1. Redescubrimiento de la tradición clementina del Evangelio

 

Capítulo 2. El zigzag sinóptico y los dobletes

La tradición clementina, revivida en 1764 por Henry Owen, sostiene que el Evangelio de Marcos fue formado por la fusión (dos corrientes mezclándose para formar una corriente) de Mateo y Lucas (HO). Cuando [Mateo, Marcos y Lucas] son colocados lado a lado (un arreglo sinóptico) podemos ver dónde tuvo lugar el préstamo.

Un arreglo sinóptico puede variar levemente dependiendo de cómo los versículos y perícopas del evangelio son divididos (una perícopa es una pequeña sección o sub-sección de un versículo). Para ilustrar más abajo este efecto de zigzag fueron consultadas las obras de varios autores, incluyendo a H. Riley (RO 4-18), Orchard (RO 263-272) y Meijboom (JJK 151-155).

Donde Mateo y Lucas son idénticos, no podemos decidir qué evangelio Marcos/Pedro estaba siguiendo en ese momento, pero una variación pequeña puede suministrar una clave. Por ejemplo, en la Transfiguración, Marcos sigue los “seis días” de Mateo en lugar de los “aproximadamente ocho días” de Lucas.

La tabla ilustra el préstamo alternado de versículos completos, pero no es suficientemente detallada para indicar el préstamo de palabras o frases individuales. Por ejemplo, aunque Marcos 6:7-16 como un todo está tomado de Lucas, las palabras en 6:14 son de Mateo. Aunque Marcos 8:27-10:40 está tomado principalmente de Mateo, la influencia de Lucas se puede ver en 8:38 y 9:32-33 (JJK 153-5).

En las áreas sombreadas podemos ver cómo el Evangelio de Marcos tomó prestado alternativamente de los dos Evangelios existentes. PN indica el Padre Nuestro y B las Bienaventuranzas. Los versículos propios de Marcos están indicados con { }. C es donde Orchard sugiere que Pedro comenzó cada charla.

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4.04.21

Dennis Barton, La tradición clementina del Evangelio -1

Dennis Barton, La tradición clementina del Evangelio, edición de 2017

Capítulo 1. Redescubrimiento de la tradición clementina del Evangelio

En general se conviene en que se llevaron a cabo préstamos entre los autores de Mateo, Lucas y Marcos. También hay acuerdo en que el Evangelio de Marcos tiene una gramática pobre en comparación con los otros dos. Los partidarios de la teoría de la prioridad de Marcos afirman que sería inconcebible que Marcos hubiera cambiado el griego bien construido por un griego pobre. Él debe haber escrito antes que los otros. Suena lógico pero contradice a todos los historiadores antiguos que registran que Mateo escribió primero.

Los adversarios de la prioridad de Marcos han basado su posición en la evidencia de los historiadores. Pero, hasta hace poco, no han podido dar una razón para el griego pobre de Marcos. También han tratado de sostener el orden de escritura Mateo-Marcos-Lucas, usado por Jerónimo.

No obstante, B. H. Streeter, el principal promotor de la prioridad de Marcos en Inglaterra durante los comienzos del siglo XX, se acercó a resolver parcialmente el problema. Acerca de la diferencia entre el estilo de Marcos y los otros dos, escribió: “Es la diferencia que siempre existe entre la lengua hablada y la escrita. Marcos se lee como una versión taquigráfica de una historia contada por un orador espontáneo –con todas las repeticiones, redundancias y digresiones que son características del habla viva. Y me parece lo más probable que su Evangelio, como las Epístolas de Pablo, haya sido la transcripción de un dictado rápido de tipo oral.” (BHSG 163)

Streeter supuso que Marcos había transcrito las palabras en privado, mientras actuaba como un secretario personal. Por lo tanto Streeter no se desvió de la defensa de la prioridad de Marcos. Pero fue en los años ‘80 que Bernard Orchard consideró significativa la observación de Streeter. Orchard se interesó particularmente en los versículos de Marcos en los que la Escritura es citada incorrectamente y sin embargo no es corregida.

Orchard especuló que, como Lucas no había sido un testigo ocular de la vida de Cristo, Pablo pidió a Pedro que avalara la narración de Lucas. Además especuló que Pedro había respondido a la solicitud de Pablo dando charlas públicas, citando a Mateo y Lucas y agregando comentarios por su cuenta. Orchard sugirió que el Evangelio de Marcos era una transcripción exacta de estas charlas en griego común (koiné), no en griego clásico. Esto haría que el orden de escritura fuera Mateo-Lucas-Marcos.

En 1991 E. R. Richards estableció, con base en datos nuevos, que la taquigrafía griega estaba en uso antes del año 52 AC. Él explicó: “hacía mucho tiempo que era una costumbre para los hombres públicos hacer que sus discursos fueran registrados por taquígrafos competentes.” (BOO 13)

Esto convirtió la especulación de Orchard en una hipótesis. Él la publicó en 1993 como The Fourfold Gospel Hypothesis [La hipótesis del Evangelio cuádruple] (BOF 1). Dado que Marcos transcribió las charlas públicas literalmente en taquigrafía, ellas contenían defectos que se encuentran en el discurso común no editado. Orchard explicó: “Nuestra tesis, que Pedro iba a restringir su testimonio a lo que él podía garantizar por sus propios recuerdos personales del Ministerio [público de Jesús], es apoyada por su omisión de las narraciones de Lucas sobre el nacimiento, de su sección central y de sus historias de la Resurrección y su omisión de todo lo que el mismo Lucas dejó afuera de los seis discursos compuestos de Mateo.

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4.02.16

Diez razones para cuestionar a Q (Mark Goodacre)

Éste es un resumen de los motivos para el escepticismo sobre Q (1). Se pretende que estos diez puntos funcionen, no como objeciones auto-contenidas y demoledoras, sino más bien, cuando se los considera juntos, para estimular algunos cuestionamientos críticos de la hipótesis Q.

1. Nadie ha visto jamás a Q

La literatura actual sobre Q abunda en ediciones de Q, investigaciones de sus estratos, estudios de las comunidades que estaban detrás de él y análisis de su teología. En tales circunstancias, vale la pena que nos permitamos el sobrio recuerdo de que no existe ningún manuscrito de Q. Nadie ha encontrado aún siquiera un fragmento de Q.

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