InfoCatólica / Razones para nuestra esperanza / Etiquetas: nuevo testamento

5.05.17

Nueva datación del Nuevo Testamento (9) -El Evangelio y las Epístolas de Juan

Reseña del libro: John A. T. Robinson, Redating the New Testament, Wipf and Stock Publishers, Eugene-Oregon, 2000 (369 páginas); publicado originalmente por SCM Press, 1976. El libro está disponible en línea en: www.preteristarchive.com/Books/1976_robinson_redating-testament.html.

 

Capítulo IX –El Evangelio y las Epístolas de Juan

Con respecto a la cuestión de la autoría de la literatura joánica (Juan, 1 Juan, 2 Juan, 3 Juan y Apocalipsis) las posturas de los académicos varían mucho: desde la de quienes sostienen que el Apóstol Juan –hijo de Zebedeo– es el autor de los cinco libros, hasta la de quienes sostienen que él no es el autor de ninguno de los cinco libros, pasando por casi todas las posiciones intermedias posibles. Sin embargo, a pesar de sus grandes diferencias sobre la cuestión de la autoría, la gran mayoría de los estudiosos concuerda en fechar los cinco libros más o menos en los años 90-100. Robinson se inclina a pensar que el cuarto Evangelio y las tres epístolas joánicas fueron escritas por la misma persona y que esa persona es el Apóstol Juan. También, aunque muchos los distinguen, piensa que el Apóstol Juan es “el discípulo amado”, tan mencionado en el cuarto Evangelio (mientas que allí ese Apóstol no es mencionado nunca por su nombre). En cambio piensa que el Apocalipsis fue escrito por otro Juan, aunque perteneciente al mismo círculo joánico.

Las fuentes más antiguas (Ireneo de Lyon, hacia el año 180; Canon Muratoriano, fin del siglo II; Clemente de Alejandría, hacia el año 210; Eusebio de Cesarea, hacia el año 325; etc.) dicen que el cuarto Evangelio fue compuesto por el Apóstol Juan y que el Apóstol Juan murió viejo, ¡pero no dicen que fue en su vejez que él compuso el cuarto Evangelio! Esa inferencia aparece tardíamente: hacia el año 375, en una obra de Epifanio.

Leer más... »

29.04.17

Nueva datación del Nuevo Testamento (6) –Las epístolas petrinas y Judas

Reseña del libro: John A. T. Robinson, Redating the New Testament, Wipf and Stock Publishers, Eugene-Oregon, 2000 (369 páginas); publicado originalmente por SCM Press, 1976. El libro está disponible en línea en: www.preteristarchive.com/Books/1976_robinson_redating-testament.html.

 

Con 60 páginas, el Capítulo VI es el más largo del libro. Al principio del Capítulo, el autor dedica diez páginas (pp. 140-150) a un intento de reconstrucción del marco cronológico de las cartas de Pedro, a partir del punto en que terminan los Hechos de los Apóstoles. Ese marco sirve también para la carta de Judas “por su manifiesta interdependencia –de una u otra forma– con 2 Pedro” (p. 140). Ese marco dispone de dos fechas absolutas: las del incendio de Roma (19 de julio del 64) y la del suicidio de Nerón (9 de junio del 68).

No es nada fácil esclarecer los acontecimientos de la parte final de la vida de Pablo. Es probable que después de dos años de cautiverio en Roma Pablo haya sido liberado y viajado a España, como aseguran varias fuentes antiguas. “Con mucho la pieza de evidencia más importante es la de 1 Clemente 5,6s, que afirma que, después de haber predicado tanto en el este como en el oeste, él alcanzó el ‘extremo oeste’.” (p. 142). Dado que Clemente escribió esto en Roma, podemos asumir que ‘extremo oeste’ significa aquí España.

Leer más... »

10.04.17

¿Un nuevo argumento para la datación temprana del Nuevo Testamento?

Codex Sinaiticus

Publico una nueva versión (corregida y aumentada) de un post del 05/04/2015. Si Dios quiere, dentro de algún tiempo será un capítulo de un nuevo libro de apologética cristiana.

——

EL TÉRMINO “CRISTIANO” Y LA DATACIÓN DEL NUEVO TESTAMENTO

El propósito de este capítulo es esbozar un argumento sobre la datación del Nuevo Testamento (NT) basado en el uso del término “cristiano”. Hasta donde alcanzo a ver, parece ser un argumento nuevo e importante, aunque el presente esbozo necesite muchas ampliaciones y verificaciones. Tengo la esperanza de que personas expertas lo evalúen y eventualmente lo desarrollen.

El punto de partida es el siguiente. Sabemos por los Hechos de los Apóstoles que el término “cristiano” apareció por primera vez en Antioquía en torno al año 42. Hechos 11,26: “y en cuanto [Bernabé] lo encontró [a Saulo], lo llevó a Antioquía. Estuvieron juntos durante un año entero en la Iglesia y adoctrinaron a una gran muchedumbre. En Antioquía fue donde, por primera vez, los discípulos recibieron el nombre de «cristianos» (Χριστιανούς)”.

San Lucas no explicita quién dio el nombre de “cristianos” a los discípulos de Cristo, pero es razonable pensar que en un principio fueron los paganos quienes utilizaron ese nombre, no los propios discípulos de Cristo ni menos aún los judíos. Recordemos que “Cristo” es la traducción griega de la palabra hebrea “Mesías”, que significa “Ungido”. Es probable que el término “cristiano” tuviera al principio un sentido despectivo. También es razonable pensar que, a partir de su origen en Antioquía en los años 40, el término “cristiano” se fue difundiendo lentamente, tanto en el sentido geográfico como en los sentidos lingüístico y sociológico, hasta llegar a ser utilizado en todo el Imperio Romano, tanto en griego como en latín, no sólo por los paganos sino también por judíos y por los mismos cristianos.

Pues bien, un hecho capital es que en todo el NT el término “cristiano” (en el texto original griego) aparece sólo tres veces. Además de Hechos 11,26, se trata de los siguientes versículos:

Leer más... »

16.10.16

El proselitismo de la Iglesia primitiva

San Pablo predicando en Atenas

Es correcto rechazar un “proselitismo malo”, es decir el intento de atraer a otra persona al grupo religioso propio por motivos mundanos, por ejemplo, para aumentar el poder y el prestigio del grupo o de uno mismo. Pero no es correcto rechazar el proselitismo sin más, si por proselitismo se entiende (como se entendió tradicionalmente en la Iglesia Católica) el esfuerzo para atraer a otros a la fe cristiana, a fin de hacerlos partícipes de sus frutos de conversión y salvación. La Iglesia edificada por Nuestro Señor Jesucristo ha practicado siempre ese proselitismo bueno y santo, querido por Dios.

Siendo el hombre un ser racional, no es extraño que la misión universal de salvación confiada por Jesucristo a su Iglesia contenga una dimensión de enseñanza doctrinal, que implica la necesidad de explicar, demostrar, discutir y refutar. Esto se aprecia claramente en el último y solemne mandato misionero de Jesús.

Mateo 28,16-20: “Los once discípulos fueron a Galilea, a la montaña donde Jesús los había citado. Al verlo, se postraron delante de Él; sin embargo, algunos todavía dudaron. Acercándose, Jesús les dijo: «Yo he recibido todo poder en el cielo y en la tierra. Vayan, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a cumplir todo lo que yo les he mandado. Y yo estaré siempre con ustedes hasta el fin del mundo».”

La Iglesia primitiva cumplió desde el principio ese mandato de Jesús, como se ve en el discurso de San Pedro en Pentecostés (para abreviar, omito las argumentaciones bíblicas):

Leer más... »

17.10.15

¿Salvación sin condiciones?

La misericordia de Dios no se puede condicionar, siempre lleva la delantera. Santo Tomás dice al respecto que, en Dios, la misericordia es la máxima virtud y el perdón es la más alta manifestación del poder divino. El perdón que Jesús nos ganó en la cruz no tuvo ninguna condición.” (XIV Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, Círculo Menor Hibericus A, Relatio, 14/10/2015. Moderador: Cardenal Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga SDB; Relator: Cardenal José Luis Lacunza Maestrojuán OAR)

http://press.vatican.va/content/salastampa/es/bollettino/pubblico/2015/10/14/0784/01688.html#HA


Mateo 4,17: “A partir de ese momento, Jesús comenzó a proclamar: ‘Conviértanse, porque el Reino de los Cielos está cerca’.”

Mateo 6,14-15: “Si perdonan sus faltas a los demás, el Padre que está en el cielo también los perdonará a ustedes. Pero si no perdonan a los demás, tampoco el Padre los perdonará a ustedes.”

Mateo 7,13-27: “Entren por la puerta estrecha, porque es ancha la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y son muchos los que van por allí. Pero es angosta la puerta y estrecho el camino que lleva a la Vida, y son pocos los que lo encuentran.

Leer más... »