InfoCatólica / Razones para nuestra esperanza / Categoría: Sin categorías

29.09.11

“Dame una razón para ir a la Iglesia”

Anoche, en la reunión mensual de mi grupo de oración, uno de los integrantes del grupo contó la siguiente anécdota. Habiendo invitado a un amigo suyo, católico no practicante, a un breve retiro espiritual, recibió la siguiente respuesta a través de un mensaje de texto en su teléfono móvil: “Dame una sola razón para que yo vaya”. Mi compañero de grupo le contestó indicando tres razones, una de ellas muy personal.

Creo que vale la pena reflexionar sobre qué podríamos contestar nosotros (católicos militantes) en una situación similar. Naturalmente, para dar la respuesta más adecuada convendría conocer las circunstancias personales del interlocutor; pero de todos modos hay algunas respuestas posibles que tienen validez general. También es obvio que esas respuestas válidas son muchas, no una sola; pero quisiera analizar aquí algunas de ellas.

Mi tendencia dominante me impulsaría sin duda a responder: “Porque la religión católica es verdadera”. Es decir: porque es verdad que Dios existe, que Jesucristo es la Palabra de Dios hecha carne, que la Iglesia Católica es lo que ella dice ser: el sacramento universal de salvación, de unión de los hombres con Dios y de los hombres entre sí.

Leer más... »

18.09.11

Un encuentro con el nuevo ateísmo (5)

(Continúa mi comentario de un discurso de Richard Dawkins, darwinista ortodoxo y propagandista del ateísmo. Reproduzco las palabras de Dawkins en letra itálica).

4. Conclusión

“Retornemos ahora hacia la acusación de que la ciencia es sólo fe. La versión más extrema de esta acusación –y una que encuentro tanto como científico cuanto como racionalista– es la acusación de fanatismo y sectarismo en los científicos, tanto como el que se encuentra en la gente religiosa. Algunas veces puede haber un poco de justicia en estas acusaciones, pero como fanáticos y sectarios, los científicos son simples amateurs del juego. Nos agrada argüir con aquellos que disienten de nosotros. No los matamos.”

Dawkins parece afirmar la superioridad moral de los científicos con respecto a la gente religiosa. Parece no tener en cuenta que, si bien la ciencia es una actividad noble (como la política, por ejemplo), los científicos son seres humanos como los demás, tan expuestos al egoísmo y las pasiones como ellos (por ejemplo, como los políticos). De hecho los científicos han actuado a menudo de forma inmoral, por ejemplo desarrollando armas nucleares, químicas y bacteriológicas, realizando experimentos médicos inmorales, intentando crear técnicas de manipulación genética que atentan contra la dignidad humana (por ejemplo, la clonación), etc. Los científicos no escapan a la “ley de la culpabilidad universal", que es casi la comprobación empírica del dogma del pecado original. De modo que los científicos también han causado la muerte de unas cuantas personas; en el siglo XX, sin duda muchas más que los católicos.

Además, de forma deshonesta, Dawkins sugiere que la forma típica en que un creyente trata a un disidente es el homicidio.

Leer más... »

16.09.11

Un encuentro con el nuevo ateísmo (4)

(Continúa mi comentario de un discurso de Richard Dawkins, darwinista ortodoxo y propagandista del ateísmo. Reproduzco las palabras de Dawkins en letra itálica).


“Suficiente para el Génesis. Pasemos a los profetas. El cometa Halley retornará ineluctablemente en el año 2062. Las profecías tanto bíblicas como délficas no aspiran a semejante exactitud; los astrólogos y nostradámicos no osarían cometer por sí mismos estos pronósticos factuales, sino más bien camuflar su charlatanería con el manto ahumado de la ambigüedad. Cuando aparecían los cometas en el pasado, eran usualmente tomados por portentos de desastres. La astrología ha jugado un papel importante en varias tradiciones religiosas, incluido el hinduismo. Los tres reyes magos que mencionara antes se dice que fueron guiados a Jesús por una estrella. Podríamos preguntar a los niños por cuál ruta física se imaginan que la alegada influencia estelar puede viajar de manera que pueda influir en los asuntos humanos.

Yo me tomo la astrología muy en serio por cierto. Pienso que es profundamente perniciosa porque mina nuestra racionalidad, por lo que me gustaría ver campañas en su contra.”

Coincido con Dawkins en su condena a la astrología. La magia y la superstición son formas degeneradas de la religión, que la Iglesia Católica rechaza con energía. Pero es absurdo identificar a los profetas bíblicos con los adivinos de las religiones paganas. La función del profeta bíblico no es adivinar el futuro, sino transmitir la Palabra de Dios.

“Cuando la clase de religión se vuelva hacia la ética, no creo que la ciencia tuviera mucho que decir, por lo que la reemplazaría por la filosofía moral racional. ¿Piensan los niños que existen normas absolutas del bien y del mal? Si es así, ¿de dónde provienen? Pueden construir buenos principios de lo que es correcto o equivocado, como “haz como quisieras que te hicieran” o “el mayor bien para el mayor número” (lo que fuera que ello quiera significar). Es una pregunta recompensadora, cualquiera que sea su moral particular, el preguntar a un evolucionista de dónde proviene la moral, por qué vías el cerebro humano ha ganado su tendencia a tener ética y moral, a sentir lo bueno y lo malo.

¿Debemos valorar la vida humana por encima de otras vidas? ¿Existe una rígida pared en torno a la especie homo sapiens, o debemos hablar sobre si existen otras especies que merecen nuestras humanísticas simpatías? Debemos, por ejemplo, seguir los postulados de los partidarios del derecho a la vida que, totalmente preocupados por el valor de la vida humana, valoran la vida de un feto humano con las facultades de un gusano por sobre la vida de un ser pensante y con sentimientos como un chimpancé? ¿Cuál es la base del muro que hemos erigido en torno a nuestra especie, incluso alrededor de una pequeña pieza de tejido fetal? ¿Cuándo, en nuestro origen evolutivo desde nuestro ancestro común con los chimpancés, se erigió súbitamente este muro?”

Dawkins pretende sustituir la moral basada en la religión por una “filosofía moral racional”. La Iglesia Católica afirma la existencia de una ley moral natural que es cognoscible por medio de la luz natural de la razón, pero a la vez sostiene que Dios reveló también verdades naturales (por ejemplo las normas morales del Decálogo) a fin de que todos los hombres pudieran conocerlas con facilidad, con certeza y sin mezcla de error. Por lo tanto la fe, a la vez que ilumina el fundamento de la ley moral, permite profundizar su conocimiento.

Por otra parte, las preguntas que plantea Dawkins y la tendencia general de su pensamiento llevan a sospechar que su filosofía moral tendría serias dificultades para establecer normas morales absolutas. Por ejemplo, la pregunta de Dawkins sobre el derecho a la vida encierra afirmaciones inaceptables:

• Un feto humano no tiene las facultades de un gusano, sino las facultades de un ser humano en una etapa incipiente de su desarrollo, que incluyen potencialmente todas las facultades desarrolladas de un hombre adulto normal.
• Un chimpancé no es un ser pensante y con sentimientos, a menos que el pensamiento y los sentimientos sean definidos de una forma suficientemente rastrera como para incluir en una misma bolsa a personas y animales.

Estas preguntas de Dawkins suscitan serias dudas sobre su pretendido “humanismo". En el fondo, ese “humanismo” no es más que un “animalismo”.

“Bien, moviéndonos de las morales a la escatología, sabemos por la segunda ley de la termodinámica que toda complejidad, toda vida, toda risa, toda pena, está condenada al final a la fría nada. Ellos, y nosotros, no somos sino rizos temporales del resbalón universal hacia los abismos de la uniformidad.”

Observo que también en esta introducción a su escatología “científica”, el autor se desliza subrepticiamente desde un principio científico válido hasta un cientificismo ilegítimo. El hecho de que las leyes naturales aparenten condenar al universo material a una “muerte total” no autoriza a la ciencia a negar que la persona humana, que no es sólo materia, esté llamada a un destino trascendente.

“Sabemos que el universo se expande y que probablemente se expanda por siempre. También es posible que se contraiga nuevamente. Sabemos que sea lo que sea que le pase al universo, nuestro sol nos engullirá dentro de unos 60 millones de centurias.

El mismísimo tiempo empezó en un determinado momento, y el tiempo terminará en un cierto momento, o puede que no. El tiempo puede terminar localmente en unas implosiones locales llamadas agujeros negros. Las leyes del universo parecen ser las mismas en todo lugar del mismo. ¿Por qué? ¿Cambiarán las leyes en estas implosiones? Para ser verdaderamente especulativos, ¿podrá el tiempo emerger nuevamente bajo un conjunto diferente de leyes?; ¿con otras constantes físicas? Incluso se ha sugerido que puedan existir otros universos, unos totalmente aislados de los otros, por lo que para uno de ellos, los otros no existen. ¿Existirán selecciones darwinianas entre tales universos?”

Éste es otro recurso desesperado del ateísmo actual. Hoy se conoce un fascinante conjunto de hechos que ha dado en llamarse “principio antrópico”. Esencialmente, éste consiste en que el universo está construido con base en unas cuantas constantes físicas (la constante de la gravitación universal, la carga del electrón, la constante de Planck, la constante de Boltzmann, etc.) tan finamente ajustadas entre sí que una variación pequeñísima en cualquiera de ellas haría imposible el magnífico orden del cosmos y, por supuesto, la vida en la Tierra. El “principio antrópico” es un fortísimo indicio de que el universo es el fruto de un diseño inteligente.

Para eludir esta conclusión, pensadores ateos como Dawkins suponen gratuitamente que existen infinitos universos y que nuestro universo es sólo uno de ellos, uno donde, por pura casualidad, se ha dado una sintonía finísima de las constantes físicas fundamentales, que permite en definitiva la existencia del ser humano.

“La ciencia puede entonces dar una buena cuenta de sí misma en la educación religiosa, pero no sería suficiente. Creo que la familiaridad con la Biblia es importante para cualquiera que pretenda entender las alusiones que aparecen en la literatura inglesa. La Biblia dispone de 58 páginas en el Diccionario Oxford de Citas. Sólo Shakespeare tiene más. Pienso que no tener ninguna educación bíblica en esta situación sería desafortunado. Los niños desean leer la literatura inglesa y entender la procedencia de muchas frases como “toda carne es pasto", “la carrera no es para el ligero", “llorar en el desierto", “cosechar ciclones", “ciego en Gaza", “confortadores de Job” o “la viuda negra".”

A esto se reduciría la educación religiosa en un mundo cientificista: al estudio de una “reliquia del pasado”, sin la cual no se podría comprender las culturas de etapas “menos avanzadas” de la evolución del hombre. (Continuará).

14.09.11

Un encuentro con el nuevo ateísmo (3)

(Continúa mi comentario de un discurso de Richard Dawkins, darwinista ortodoxo y propagandista del ateísmo. Reproduzco las palabras de Dawkins en letra itálica).

3. Religión y ciencia en la educación

“Ahora, como dijera, cuando se me dice que la ciencia, o una parte particular de ella, como la teoría de la evolución, es sólo una religión como cualquier otra, usualmente niego esta aseveración con indignación. Pero empiezo a barruntar si no será esto una táctica equivocada. Quizás la táctica correcta es aceptar la aseveración con gratitud y exigir entonces un tiempo para la ciencia en las clases de religión. Cuanto más pienso en ello, más me convenzo de que se puede hacer de esta posición un excelente caso, por lo que deseo hablar un poco más sobre la educación religiosa y el lugar que la ciencia podría jugar en ella.

Siento profundamente las maneras en que los niños son educados. No estoy muy familiarizado con la forma en que ocurren las cosas acá en los Estados Unidos, y lo que diga tiene mayor relevancia para el Reino Unido, donde el Estado legalmente obliga a la instrucción religiosa de todo niño. Esto es inconstitucional en los Estados Unidos, pero presumo que los niños en todo caso no reciben sino la instrucción religiosa que sus padres creen adecuada.

Ello me lleva al punto relativo al abuso mental de los niños. En un número de 1995 del Independent, uno de los periódicos líderes de Londres, había una fotografía bastante tierna y emotiva. Era tiempo de Navidad. El cuadro mostraba a tres niños disfrazados de Reyes Magos representando la Natividad. La historia que acompañaba al artículo describía a un niño como hindú, otro era musulmán y el otro cristiano. Supuestamente, el punto enternecedor de la historia era que todos ellos participaban de la Navidad.

Lo que no es dulce ni enternecedor es saber que dichos niños tenían cuatro años. ¿Puede usted describir a un niño de esta edad como musulmán, cristiano, hindú o judío? ¿Hablaría usted de un niño de cuatro años como economista-monetarista? ¿Calificaría a un niño de cuatro años de neo-aislacionista o de republicano liberal? Hay opiniones acerca del cosmos y el mundo que los niños, una vez crecidos, presumiblemente podrán evaluar por sí mismos.”

El error básico de todo el discurso de Dawkins es el desprecio de la religión, dimensión principal del ser humano. Este desprecio conduce a Dawkins a sostener una posición radicalmente inhumana: que la educación religiosa de los niños es una forma de abuso mental.

La transmisión de la fe de los padres a los hijos es no sólo lícita sino incluso obligatoria desde el punto de vista moral, porque los padres tienen la responsabilidad de educar a sus hijos formándolos como personas íntegras, orientadas hacia la verdad, el bien y la belleza. Al ser el hombre un ser esencialmente religioso, una educación que prescinda de la religión o la desestimule tenderá a formar personas espiritualmente amputadas. Una educación irreligiosa es una grave desventaja, que costará mucho contrarrestar posteriormente.

¿Por qué los padres habrían de abstenerse de transmitir su fe religiosa a sus hijos, siendo que la fe es para ellos la verdad suprema, la orientación al sumo bien y la adhesión a la máxima belleza? ¿Por qué los padres creyentes habrían de privar a sus hijos del contacto con lo más valioso que tienen para darles, mientras que a la vez se les exige transmitirles conocimientos, inculcarles valores y despertarles afectos que son de mucha menor importancia (por ejemplo: conocimientos relativos al lenguaje, reglas de urbanidad, espíritu deportivo)?

Dawkins manifiesta también su ignorancia de la esencia de la religión al afirmar que un niño de cuatro años no puede ser cristiano como no puede ser liberal o monetarista. La fe religiosa no es comparable con una ideología política o económica. Un niño tiene conciencia del significado de su fe en la medida correspondiente a su edad y grado de madurez. La fe religiosa de un niño debe madurar, como todas sus restantes capacidades, al mismo ritmo de su crecimiento personal. Al crecer, el niño va captando cada vez mejor el significado de su fe religiosa. Sin embargo, dado que ésta no es sólo una doctrina, sino también una forma de vida, también un niño pequeño puede participar de ella a su manera.

En particular la religión cristiana implica una relación personal con Dios. Los padres cristianos que no educan a sus hijos en la fe les impiden conocer y amar a su Padre celestial, escuchar y seguir a su Redentor Jesucristo, descubrir y alabar la presencia del Espíritu Santo en sus propias almas. ¿Acaso aprobaríamos la actitud de una madre que no permite a sus hijos conocer a su padre o tener contacto con su mejor amigo? En un hogar cristiano, el niño podrá aprender poco a poco, en forma intelectual y experimental, que Dios es amor y que quien permanece en el amor permanece en Dios. Los padres cristianos no tienen derecho a privar al niño de esta educación.

Leer más... »

11.09.11

Un encuentro con el nuevo ateísmo (2)

(Continúa mi comentario de un discurso de Richard Dawkins, darwinista ortodoxo y célebre propagandista del ateísmo. Reproduzco en itálica las palabras de Dawkins).

2. Beneficios de la religión y de la ciencia

“La ciencia es en la actualidad una de las disciplinas más honestas y morales del mundo. Ello es así porque la ciencia colapsaría si no se adhiere escrupulosamente a la honestidad en el reporte de la evidencia. (Como señalara James Randi, ésta es una de las razones por la que los científicos son frecuentemente engañados por embaucadores de lo paranormal, y por la que el rol de traer estos engaños al descubierto es mejor ejecutado por los magos profesionales; los científicos no anticipan tan bien la deshonestidad deliberada). Existen muchas otras profesiones (por no mencionar a los abogados específicamente), en las que la falsificación de la evidencia, o cuando menos su distorsión, son la razón de ser de ellas mismas; por ello precisamente se paga al entendido, y en ello se basa su prestigio profesional.

La ciencia, entonces, está libre del principal vicio de la religión, la fe. Pero como señalara, la ciencia tiene algunas de sus virtudes. La religión aspira a dotar a sus seguidores de varios beneficios, entre ellos, explicaciones, consuelo y elevación. La ciencia también tiene algo que ofrecer en estas áreas.

Los humanos tenemos verdadera hambre de explicación. Ésta puede ser una de las razones principales de por qué la religión es un fenómeno universal, ya que las religiones aspiran a dar explicaciones. Emergemos a la conciencia individual en un universo misterioso, ansiando entenderlo. Muchas religiones ofrecen una cosmología y una biología, una teoría de la vida, una teoría de los orígenes y de las razones de la existencia. Al hacer esto, demuestran que la religión, en cierto sentido, es ciencia; sólo que es ciencia desacertada. No caigáis en el argumento de que la religión y la ciencia operan en dimensiones separadas, y que conciernen a aspectos totalmente diferentes. Las religiones históricamente han intentado responder a preguntas que conciernen apropiadamente a la ciencia. Por ello, no se debe permitir que las religiones se replieguen del terreno en que tradicionalmente intentaron luchar. Ofrecen tanto una cosmología como una biología, que en ambos casos es sin embargo falsa.”

Dawkins afirma que la ciencia, destinada a sustituir a la religión, puede satisfacer al menos en parte las necesidades de explicación, consuelo y elevación que tienen los seres humanos. Con respecto a la necesidad de explicación, Dawkins sugiere que el aporte de la ciencia consiste en ofrecer una cosmología y una biología verdaderas. Sostengo que ese aporte, aunque válido, será siempre radicalmente insuficiente, puesto que las ciencias particulares se mueven dentro del ámbito de las “causas segundas", y por lo tanto son por definición incapaces de responder a la pregunta del hombre sobre el sentido último de la existencia. Ninguna explicación que no sea una explicación radical calmará jamás ni un ápice el hambre de sentido de la persona humana.

Dawkins afirma que la religión en cierto sentido es ciencia, pero ciencia desacertada, dado que ofrece una cosmología y una biología falsas. En lo que respecta al catolicismo, esta afirmación es completamente errónea, ya que desestima la autonomía reconocida por la doctrina católica a la ciencia. Dawkins ignora este hecho fundamental e identifica a la religión en general con sus variantes fundamentalistas. Construye “un hombre de paja” para poder derrotarlo fácilmente. Ése no es un procedimiento intelectualmente honesto.

Leer más... »