InfoCatólica / Razones para nuestra esperanza / Categoría: Teología dogmática

8.11.15

Discurso del Biglietto (Beato Cardenal John Henry Newman)

Le agradezco, Monseñor, la participación que me hecho del alto honor que el Santo Padre se ha dignado conferir sobre mi humilde persona. Y si le pido permiso para continuar dirigiéndome a Ud., no en su idioma musical, sino en mi querida lengua materna, es porque en ella puedo expresar mis sentimientos, sobre este amabilísimo anuncio que me ha traído, mucho mejor que intentar lo que me sobrepasa.

En primer lugar, quiero hablar del asombro y la profunda gratitud que sentí, y siento aún, ante la condescendencia y amor que el Santo Padre ha tenido hacia mí al distinguirme con tan inmenso honor. Fue una gran sorpresa. Jamás me vino a la mente semejante elevación, y hubiera parecido en desacuerdo con mis antecedentes. Había atravesado muchas aflicciones, que han pasado ya, y ahora me había casi llegado el fin de todas las cosas, y estaba en paz.

¿Será posible que, después de todo, haya vivido tantos años para esto? Tampoco es fácil ver cómo podría haber soportado un impacto tan grande si el Santo Padre no lo hubiese atemperado con un segundo acto de condescendencia hacia mí, que fue para todos los que lo supieron una evidencia conmovedora de su naturaleza amable y generosa. Se compadeció de mí y me dijo las razones por las cuales me elevaba a esta dignidad. Además de otras palabras de aliento, dijo que su acto era un reconocimiento de mi celo y buen servicio de tantos años por la causa católica, más aún, que creía darles gusto a los católicos ingleses, incluso a la Inglaterra protestante, si yo recibía alguna señal de su favor. Después de tales palabras bondadosas de Su Santidad, hubiera sido insensible y cruel de mi parte haber tenido escrúpulos por más tiempo.

Esto fue lo que tuvo la amabilidad de decirme, ¿y qué más podía querer yo? A lo largo de muchos años he cometido muchos errores. No tengo nada de esa perfección que pertenece a los escritos de los santos, es decir, que no podemos encontrar error en ellos. Pero lo que creo poder afirmar sobre todo lo que escribí es esto: que hubo intención honesta, ausencia de fines personales, temperamento obediente, deseo de ser corregido, miedo al error, deseo de servir a la Santa Iglesia, y, por la misericordia divina, una justa medida de éxito.

Y me alegra decir que me he opuesto desde el comienzo a un gran mal. Durante treinta, cuarenta, cincuenta años, he resistido con lo mejor de mis fuerzas al espíritu del liberalismo en religión. ¡Nunca la Santa Iglesia necesitó defensores contra él con más urgencia que ahora, cuando desafortunadamente es un error que se expande como una trampa por toda la tierra! Y en esta ocasión, en que es natural para quien está en mi lugar considerar el mundo y mirar la Santa Iglesia tal como está, y su futuro, espero que no se juzgará fuera de lugar si renuevo la protesta que hecho tan a menudo.

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2.08.15

El próximo Sínodo, momento crucial para la familia

El Centro Cultural Católico “Fe y Razón” se complace en anunciar su primera publicación impresa en Montevideo: José María Iraburu, Reflexiones sobre los dos Sínodos de la Familia (2014-2015). Esta obra de 64 páginas es el título N° 2 de la Colección de Cuadernos Lux Mundi. Fue editada por la Editorial Sicut Serpentes y financiada por la Asociación Uruguaya de la Orden de Malta.

Se trata de una obra de alto valor teológico y pastoral y sumamente oportuna de Don José María Iraburu, sacerdote diocesano de Pamplona (España), Doctor en Teología, Editor del Portal InfoCatólica, Director de la Fundación GRATIS DATE y colaborador de la Revista Fe y Razón.

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11.07.15

Un diálogo revelador sobre los dos Sínodos de la Familia

Hace poco un amigo mío estuvo un rato conversando con un sacerdote católico sobre el Sínodo de la Familia. A continuación reproduzco y comento algunos puntos salientes de lo que el sacerdote dijo a mi amigo.

 

1. “Lo que está sucediendo en el Sínodo es una muestra de la diversidad dentro de la Iglesia”.

Dentro de la Iglesia católica hay un pluralismo legítimo y un pluralismo ilegítimo. El pluralismo legítimo se da cuando existen diferentes opiniones sobre cuestiones opinables, es decir cuestiones acerca de las cuales la doctrina católica no se ha pronunciado. En este caso las distintas opiniones se dan en el contexto de la común aceptación de la doctrina católica por parte de los interlocutores. El pluralismo ilegítimo, en cambio, se da cuando existen una o más opiniones que disienten con la doctrina católica. Lo que sucedió en el (y en torno al) Sínodo de la Familia de 2014 y lo que está sucediendo en el camino hacia el Sínodo de la Familia de 2015 muestra en muchos casos una diversidad que excede los límites del pluralismo legítimo dentro de la Iglesia católica. Para profundizar en el tema del disenso teológico, recomiendo leer los siguientes documentos:

 

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7.07.14

Reflexiones sobre el “moralismo”

En este post compartiré las reflexiones que me suscitó la lectura del siguiente texto:

“¿Qué significa esto para los que tienen que hablar de Dios hoy? Que la Nueva Evangelización es una evangelización más radical. Que se debe anunciar la salvación, y no la salvación de algún hombre ideal y virtuoso, sino de cada fulano tal como es, con su jeta desternillante pero redimida, con sus caídas reincidentes pero que piden perdón… En esta inminencia de la aniquilación completa, la palabra está llamada a desplegarse como un arca, a recuperarse como unos buenos días: esa salvación que nos decimos todos los días, pero que por fin diríamos de veras, haciendo entrar en nuestros días la luz de una mirada divina…

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14.06.14