InfoCatólica / Razones para nuestra esperanza / Categoría: Moral

10.11.13

Contra el proyecto de Ley de Técnicas de Reproducción Humana Asistida en Uruguay

Te invito a leer, firmar y difundir esta alerta de CitizenGO. Ayúdanos a llegar a 500 firmas. Sólo te llevará dos o tres minutos y harás mucho bien.


InfoCatólica necesita vuestra ayuda.


Para suscribirse a la revista virtual gratuita de teología católica “Fe y Razón”
Por favor complete y envíe este simple formulario. Se enviará automáticamente un mensaje a su email pidiendo la confirmación de la suscripción. Luego ingrese a su email y confirme la suscripción, presionando el enlace correspondiente.

15.10.13

La reproducción humana artificial –2

(Continúa mi resumen de la instrucción Donum Vitae de la Congregación para la Doctrina de la Fe).

5. La segunda parte –Intervenciones sobre la procreación humana

La consolidación de la práctica de la fecundación in vitro ha requerido formar y destruir innumerables embriones humanos. Todavía hoy presupone una superovulación en la mujer: se recogen varios óvulos, se fertilizan y después se cultivan in vitro durante algunos días. Habitualmente no se transfieren todos a las vías genitales de la mujer; algunos embriones, denominados normalmente “embriones sobrantes", se destruyen o se congelan. Algunos de los embriones ya implantados se sacrifican a veces por diversas razones: eugenésicas, económicas o psicológicas. Esta destrucción voluntaria de seres humanos o su utilización para fines diversos, en detrimento de su integridad y de su vida, es contraria a la doctrina sobre el aborto procurado.

Sin embargo, este tipo de abusos no exime de una profunda y ulterior reflexión ética sobre las técnicas de procreación artificial consideradas en sí mismas, haciendo abstracción, en la medida de lo posible, del aniquilamiento de embriones producidos in vitro. Se considerarán en primer lugar los problemas planteados por la fecundación artificial heteróloga y luego los relacionados con la fecundación artificial homóloga.

Leer más... »

14.10.13

La reproducción humana artificial –1

Lamentablemente, la reproducción humana artificial se ha difundido mucho y hoy en día la mayoría de las personas, incluyendo a muchos católicos, tiende a aceptarla sin reflexionar lo suficiente acerca de su moralidad. El categórico rechazo de la doctrina católica a la inseminación y la fecundación artificiales es demasiado poco conocido. Tal vez también tú, estimado lector, hasta hoy has pensado que no hay nada malo en esas técnicas. Si fuera así, espero que este capítulo contribuya a abrir tus ojos. Quiera Dios que reconozcas la inmoralidad de la reproducción humana artificial y des testimonio de este aspecto de la doctrina moral católica con tus palabras y obras.

1. ¿Qué dice el Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica sobre este tema?

El Compendio del Catecismo resume de la siguiente manera la doctrina católica sobre la reproducción humana artificial:

“¿Por qué son inmorales la inseminación y la fecundación artificiales?

La inseminación y la fecundación artificiales son inmorales porque disocian la procreación del acto conyugal con el que los esposos se entregan mutuamente, instaurando así un dominio de la técnica sobre el origen y sobre el destino de la persona humana. Además, la inseminación y la fecundación heterólogas, mediante el recurso a técnicas que implican a una persona extraña a la pareja conyugal, lesionan el derecho del hijo a nacer de un padre y de una madre conocidos por él, ligados entre sí por matrimonio y poseedores exclusivos del derecho a llegar a ser padre y madre solamente el uno a través del otro.

¿Cómo ha de ser considerado un hijo?

El hijo es un don de Dios, el don más grande dentro del matrimonio. No existe el derecho a tener hijos (“un hijo pretendido a toda costa”). Sí existe, en cambio, el derecho del hijo a ser fruto del acto conyugal de sus padres, y también el derecho a ser respetado como persona desde el momento de su concepción.

¿Qué pueden hacer los esposos cuando no tienen hijos?

Cuando el don del hijo no les es concedido, los esposos, después de haber agotado todos los legítimos recursos de la medicina, pueden mostrar su generosidad mediante la tutela o la adopción, o bien realizando servicios significativos en beneficio del prójimo. Así ejercen una preciosa fecundidad espiritual.”

(Catecismo de la Iglesia Católica – Compendio, nn. 499-501).

2. La instrucción Donum Vitae

Leer más... »

12.10.13

Declaración del Pontificio Consejo para la Familia sobre la llamada "reducción embrionaria"

El Pontificio Consejo para la Familia, invitado a expresar su posición sobre la llamada “reducción embrionaria", tras haber consultado a la Congregación para la Doctrina de la Fe, publica la siguiente Declaración.

Hoy son menos raros los casos de embarazos múltiples, esto es, cuando el seno materno es compartido por varios embriones. Suelen presentarse ya sea por la aplicación de la estimulación ovárica en caso de infertilidad o por la fecundación artificial, sobre lo cual el Magisterio se ha ya pronunciado (Cong. Doct. Fe, Inst. Donum vitae, II). Hay que tener en cuenta las situaciones difíciles y aun dramáticas que el uso de tales técnicas pueden originar. No se puede omitir una llamada a la responsabilidad a aquellos médicos que ponen en riesgo la vida de la madre y de los hijos concebidos por falta de pericia y precaución o en la aplicación de las técnicas de fecundación artificial. (*)

Es frecuente la afirmación, por parte de algunos, de que los embarazos múltiples no pueden llegar a término, sea por la muerte espontánea en el útero de los embriones o por su nacimiento prematuro no viable. Añaden además que si los nascituros llegan al parto, la dificultad obstétrica (con el consiguiente peligro para la madre) es mayor. Con estos presupuestos ellos concluyen que podría justificarse la selección y eliminación de algunos embriones para salvar a los otros, o al menos uno de ellos. Por este motivo se ha introducido la técnica denominada “reducción embrionaria".

Leer más... »

14.08.13

La comedia de la familia nuclear

Recientemente leí en una publicación eclesiástica un artículo, avalado por un organismo eclesial, titulado “¿Estamos en una época de transición?” (*) Dicho artículo trata sobre la actual crisis de la familia desde la perspectiva del relativismo histórico. Las tesis centrales del autor son dos: 1) la familia formada por padre, madre e hijos no es una realidad natural, sino un producto cultural del Occidente post-industrial; 2) por lo tanto, no debemos preocuparnos demasiado por la actual evolución de la familia, porque lo que hoy está en crisis no es la familia en sí, sino sólo “un modelo de familia”, entre los muchos existentes o posibles.

A continuación reproduciré los párrafos principales del artículo, destacando algunas expresiones en negrita:

En el imaginario colectivo de nuestras sociedades occidentales postindustriales, el concepto familia está predominantemente asociado a los elementos estructurales básicos de la llamada familia nuclear: padre, madre e hijos, que suelen convivir en el hogar sin más parientes. Tal vez precisamente por haberse establecido como predominante se lo ha llegado a considerar el modelo de familia tradicional, o dicho de otro modo, el modelo tradicional de familia.

Sin embargo, una visión más amplia, tanto desde el punto de vista transcultural como desde el punto de vista histórico dentro de la misma cultura occidental, permite apreciar que este no es el único modelo de familia, ni necesariamente el más tradicional. En otras culturas lo usual es la familia extensa que incluye otros grados más amplios de parentesco, extendiéndose al menos a tres generaciones en sentido vertical, e incluyendo hasta los primos hermanos en sentido horizontal. Este modelo era también el predominante en la cultura occidental hasta que, industrialización mediante, se extendió el modelo de familia nuclear.

Curiosamente, aunque el imaginario no parece haber cambiado en nuestras sociedades, hoy en día lo que se constata es la crisis de esta familia nuclear sacudida por cambios de todo tipo. (…)

Ante este panorama no es aún claro hacia dónde evolucionará socialmente la familia y cuál será el modelo predominante en un futuro no muy lejano. En el momento actual lo que prevalece es la diversidad, pero esta diversidad podría llamarse una diversidad de transición por cuanto el modelo nuclear parece seguir siendo la matriz mental de la que se parte para establecer variaciones, y de alguna manera un cierto horizonte hacia el que se tiende. (…)

Esta constatación no implica normatividad ni juicio de valor, sino un llamado de atención a la carga emocional de cierta frustración que el hecho de que este modelo cada vez menos frecuente en la práctica permanezca como imaginario puede causar en muchas personas que quisieran vivirlo pero las circunstancias no se lo permiten.”

Huelga demostrar que lo afirmado en estos párrafos es frontal y gravemente contrario a la doctrina católica sobre la familia; pero intentaré mostrar brevemente que esas afirmaciones también son cuestionables desde los puntos de vista histórico y filosófico.

Leer más... »