InfoCatólica / Razones para nuestra esperanza / Categoría: Existencia de Dios

21.08.13

Reflexiones sobre el naturalismo metodológico en la ciencia –1

Actualmente la gran mayoría de los científicos, académicos e intelectuales piensa que una de las características esenciales (para muchos, la más esencial) de la ciencia es el naturalismo metodológico. El naturalismo metodológico de la ciencia consiste en que el científico debe proceder como si el naturalismo metafísico fuera verdadero. A su vez, el naturalismo metafísico (o filosófico) consiste en sostener que en nuestro universo material (el mundo estudiado por la ciencia) no ocurre ni puede ocurrir nada sobrenatural; por lo tanto, todo lo que ocurre en él es en principio susceptible de ser estudiado y explicado por la ciencia. Generalmente el naturalismo metafísico está asociado al cientificismo, la doctrina que sostiene que sólo el conocimiento científico es verdadero conocimiento. De este modo el cientificismo rechaza tanto a la teología como a la filosofía.

El naturalismo metafísico existe en dos variantes, que llamaré “fuerte” y “débil”. El naturalismo metafísico fuerte consiste en afirmar que la naturaleza (es decir, el mundo) es todo lo que existe. Normalmente este naturalismo conduce al ateísmo, la doctrina que niega la existencia de Dios, porque el mundo (“lo único que existe”) no es Dios. Empero, existe también una “variante mística” de este naturalismo que conduce al panteísmo, la doctrina que identifica a Dios con el mundo o naturaleza. Dadas las afinidades y debilidades del ateísmo y el panteísmo, no es raro que algunas mentes oscilen entre ambas doctrinas. Cuando el ateo reconoce la necesidad de que exista un Ser Absoluto, a menudo pasa a ser panteísta; y cuando el panteísta reconoce que es absurdo que el Ser Absoluto sea contingente como el mundo, a menudo pasa a ser ateo. Además, generalmente el Dios del panteísmo no es un Ser personal, sino una fuerza impersonal, por lo que, según la terminología y la doctrina del monoteísmo, no es Dios, simplemente hablando. El panteísmo es la idolatría del mundo. En resumen, tanto el ateísmo como el panteísmo niegan la realidad de un Dios trascendente, por lo que suelen coincidir en la práctica.

Por su parte, el naturalismo metafísico débil no niega en principio la existencia de Dios, pero niega que Dios actúe en nuestro mundo. La definición de naturalismo metafísico que indiqué al comienzo corresponde en realidad a su variante débil, pero abarca lo que las dos variantes (fuerte y débil) tienen en común: quizás Dios exista (según la variante débil) pero, como no actúa en nuestro mundo, la ciencia puede prescindir de Él tanto como si no existiera (según la variante fuerte). Normalmente el naturalismo metafísico débil conduce al agnosticismo, la doctrina que niega que el ser humano pueda conocer si Dios existe o no. Empero, existe también una “variante mística” de este naturalismo que conduce al deísmo, la doctrina que afirma que Dios creó el mundo en el principio, pero no se interesa por el mundo ni interviene en él. También la frontera entre el agnosticismo y el deísmo es porosa: si el Dios del deísmo no actúa en nuestro mundo, entonces su existencia está más allá de la capacidad de conocimiento de la razón humana, como sostiene el agnosticismo. Y si el posible Dios del agnosticismo existiera (recordemos que el agnóstico contempla esa posibilidad), sería similar al Dios del deísmo, un Dios indetectable e incognoscible para la razón humana, e irrelevante para la vida humana. En resumen, tanto el agnosticismo como el deísmo niegan la realidad de un Dios providente y de la divina revelación, por lo que suelen coincidir en la práctica con el ateísmo.

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13.03.13

Néstor Martínez Valls, “No sin grave daño”. La necesidad urgente de la filosofía tomista en la Iglesia y en el mundo

El Centro Cultural Católico “Fe y Razón” se complace en anunciar la publicación del undécimo título de su Colección de Libros “Fe y Razón”. Se trata de una excelente obra del Lic. Néstor Martínez Valls: “No sin grave daño”. La necesidad urgente de la filosofía tomista en la Iglesia y en el mundo.

Este libro de 181 páginas contiene un prólogo y diecisiete capítulos. A continuación reproducimos los títulos de los capítulos:

1. Non sine magno detrimento –2. Conocer y querer –3. Causalidad divina y voluntad creada –4. Fe y razón en el tomismo –5. Acerca del nominalismo –6. Algunos antecedentes históricos del voluntarismo y el nominalismo modernos –7. Por qué es importante el intelectualismo tomista –8. La prueba filosófica de la existencia de Dios por la contingencia de los entes –9. “Postilla” a la prueba de la existencia de Dios por la contingencia de los entes –10. “Postilla” II a la prueba de la existencia de Dios por la contingencia de los entes –11. Sobre el intercambio de argumentos –12. Acerca de la noción de “causa” y el principio de causalidad –13. La teoría fundamental: acto y potencia –14. Escotismo y Tomismo –15. Nominalismo y Filosofía Moderna –16. Breve análisis de algunas tesis centrales de la filosofía del Beato Antonio Rosmini –17. La “epistemología evolutiva” es absurda.


Texto de la contratapa:

“Pensamos que la gravísima crisis eclesial por la que ahora atravesamos se debe, entre otras cosas, muy principalmente a la falta de un pensamiento filosófico y teológico fundado en la capacidad de la inteligencia humana para conocer el ser de las cosas y abierto a la universalidad de la verdad, y que las etiquetas periodísticas o sociológicas de “conservadores” y “progresistas” en realidad encubren la existencia dentro del catolicismo de un conflicto filosófico y teológico que pone en juego la misma esencia de la fe cristiana; un conflicto entre el realismo filosófico, que es el único compatible con la Revelación divina, y las diversas formas de subjetivismo e idealismo que, derivadas todas ellas de una postura nominalista fundamental, caracterizan a la filosofía moderna, y que por desgracia han podido infiltrarse ampliamente en grandes sectores de la intelectualidad eclesial.

Como la verdad es una sola, entendemos también que en el tomismo se encuentra la única respuesta intelectual válida a la desorientación filosófica que caracteriza sobre todo a la época contemporánea, en la cual culmina el proceso disgregador iniciado en los albores de la modernidad. Volviendo a colocar al tomismo en un sitio de efectiva primacía en la formación católica, la Iglesia haría un servicio invalorable, también, a la cultura humana en general.”


Néstor Martínez Valls nació en Montevideo (Uruguay) en 1957. Se graduó como Licenciado en Filosofía en la Facultad de Humanidades de la Universidad de la República en 1997. Es Profesor de Filosofía en la Facultad de Teología del Uruguay “Monseñor Mariano Soler” y en la Universidad de Montevideo.

Es socio fundador y Secretario Académico de la sección Uruguay de la Sociedad Internacional Tomás de Aquino (SITA), miembro de la Asociación “Familia y Vida” e integrante de la Mesa Coordinadora Nacional por la Vida. En 1999 fundó el sitio web “Fe y Razón” con el Diác. Jorge Novoa y el Ing. Daniel Iglesias. Desde 2011 es socio fundador y Presidente del Centro Cultural Católico “Fe y Razón” y colabora como blogger en el portal InfoCatólica. Su blog se denomina “No sin grave daño” y su dirección es: http://www.infocatolica.com/blog/praeclara.php


El libro puede ser adquirido, usando una tarjeta internacional, en Lulu, el mayor sitio de auto-publicación del mundo, en dos modalidades diferentes:

Como libro electrónico (e-book), en:
http://www.lulu.com/shop/n%C3%A9stor-mart%C3%ADnez-valls/no-sin-grave-da%C3%B1o/ebook/product-20744551.html

El e-book cuesta US$ 5. Es descargado inmediatamente por el comprador en formato PDF.

Como libro impreso, en:
http://www.lulu.com/shop/n%C3%A9stor-mart%C3%ADnez-valls/no-sin-grave-da%C3%B1o/paperback/product-20744428.html

El libro impreso cuesta US$ 10 más el costo de envío desde Estados Unidos. Lulu ofrece varios modos de envío, que difieren entre sí por su costo, rapidez y grado de seguridad. Es recomendable utilizar una forma de envío “rastreable” (garantizada por Lulu). Se puede comprar cualquier cantidad de ejemplares (de uno en adelante). Lulu imprime la cantidad de ejemplares pedida y los envía al comprador. Lulu permite ver la tapa y algunas páginas del libro, sin comprarlo.

Los once libros de la Colección “Fe y Razón” están disponibles en:
http://www.lulu.com/spotlight/feyrazon

19.01.12

La caja negra de Darwin (13) – Consideraciones finales

Comentario de: Michael J. Behe, Darwin’s black box: the biochemical challenge to evolution, Free Press, New York 2006; 10th anniversary edition, with a new afterword.

La edición del décimo aniversario de “La caja negra de Darwin” (del año 2006) contiene un nuevo Epílogo (titulado “Diez años después”). Al comienzo de ese epílogo, el autor sostiene que, a pesar del gran progreso de la bioquímica en los diez años transcurridos, de cientos de comentarios críticos a su libro y de la oposición implacable de algunos científicos muy influyentes, hay muy pocas cosas del texto original que cambiaría si lo volviera a escribir. En cambio hay mucho que podría agregar. A medida que la ciencia avanza, el fundamento molecular de la vida se está revelando exponencialmente más complejo; y así el argumento del diseño inteligente de la vida se vuelve exponencialmente más fuerte.

A continuación el autor analiza las principales críticas a su libro. Sostiene que las mayores fuentes de confusión son los malentendidos sobre el concepto de complejidad irreducible y sobre la naturaleza del argumento a favor del diseño. Con respecto al primero de estos dos puntos, Behe refuta detalladamente las críticas de tres autores: el filósofo de la ciencia Robert Pennock, el bioquímico Ken Miller y el biólogo Allen Orr. En pocas palabras, Pennock y Miller tergiversan la definición de complejidad irreducible, volviendo la tesis de Behe lo más frágil posible para poder refutarla fácilmente. Por su parte, Orr pretende resolver el problema de la evolución darwinista de los sistemas irreduciblemente complejos de un modo abstracto, con una explicación vaga e hipotética, sin ninguna referencia concreta a los problemas bioquímicos reales.

El argumento a favor del diseño ha sido caricaturizado por muchos críticos como un “argumento basado en la ignorancia”. Behe responde que los sistemas bioquímicos irreduciblemente complejos permiten desarrollar dos argumentos, uno negativo y otro positivo. El argumento negativo muestra que tales sistemas resisten una explicación darwinista (que requeriría una evolución mediante pasos pequeños). El argumento positivo es que sus partes aparecen ordenadas para cumplir un propósito, lo cual es exactamente la forma en que detectamos un diseño. Según Richard Dawkins, esta apariencia de diseño forma parte de la mismísima definición de la biología: “La biología es el estudio de cosas complicadas que dan la apariencia de haber sido diseñadas para un propósito.” (p. 264). Más aún, Dawkins admite que esa apariencia de diseño es abrumadora: “Los resultados vivientes de la selección natural nos impresionan abrumadoramente con la apariencia de diseño como por un maestro relojero, nos impresionan con la ilusión de diseño y planificación.” (p. 264).

A continuación el autor afirma que, después de diez años, el darwinismo sigue siendo tan especulativo como siempre. “Todas las ciencias comienzan con la especulación; sólo el darwinismo termina rutinariamente en ella.” (p. 268). Behe revisa las críticas a sus capítulos de ejemplos de sistemas bioquímicos irreduciblemente complejos y muestra la invalidez de esas críticas. En 1996 el microbiólogo James Shapiro declaró: “No hay explicaciones darwinistas detalladas de la evolución de ningún sistema bioquímico o celular fundamental, sólo una variedad de especulaciones ilusionadas.” (p. 271). Behe agrega: “Diez años después, nada ha cambiado. Llámenlas especulaciones ilusionadas o escenarios plausibles –ambos sólo significan una falta de respuestas reales.” (p. 271).

Behe concluye el epílogo afirmando que las perspectivas futuras para la hipótesis del diseño inteligente son excelentes y que estudiantes avanzados y destacados de disciplinas científicas demuestran mucho interés en el diseño inteligente.

El libro termina con un Apéndice (“La química de la vida”) que es una breve introducción a la bioquímica.

En mi opinión, a través de la noción de “complejidad irreducible”, Behe ha hecho un aporte fundamental al debate entre el darwinismo y el diseño inteligente. “La caja negra de Darwin” demuestra sobradamente que los abundantes sistemas bioquímicos irreduciblemente complejos representan un obstáculo formidable para la teoría darwinista de la evolución; un obstáculo que no hay razón para suponer que ésta pueda superar algún día.

En cuanto al argumento positivo de Behe a favor del diseño, pienso que, aunque es esencialmente correcto, necesita ser reforzado por medio de una formulación matemática. En este sentido, los aportes de los dos principales exponentes del movimiento del diseño inteligente (Michael Behe y William Dembski) se complementan entre sí: la teoría matemática de Dembski sobre la información con complejidad especificada da una forma más rigurosa a la inferencia de diseño. (Fin).

Daniel Iglesias Grèzes

Nota: Las citas han sido traducidas por mí.

18.01.12

La caja negra de Darwin (12) – Ciencia, filosofía y religión

Comentario de: Michael J. Behe, Darwin’s black box: the biochemical challenge to evolution, Free Press, New York 2006; 10th anniversary edition, with a new afterword.

En el Capítulo 11 (“Ciencia, filosofía y religión”) el autor se plantea la siguiente cuestión: después de 40 años de grandes esfuerzos acumulados para investigar la vida en el nivel molecular, el resultado es un grito fuerte y claro de “¡diseño!” Este resultado debería ser considerado como uno de los mayores logros de la historia de la ciencia. Sin embargo, en lugar de la gran celebración colectiva que cabría esperar, un silencio embarazoso rodea la espantosa complejidad de la célula. ¿Por qué la mayoría de la comunidad científica se resiste a admitir una teoría bien fundada (el diseño inteligente) con posibles consecuencias teológicas? Behe analiza cuatro razones.

La primera razón es de orden sociológico: una especie de patrioterismo científico que se manifiesta en una lealtad exagerada o desordenada hacia las ideas predominantes en el ámbito científico.

La segunda razón es de orden histórico. Algunos científicos y algunos teólogos o creyentes se han enfrentado acerca de la teoría de la evolución de Darwin, y de allí muchos han sacado la errónea conclusión de que existe o debe existir una guerra entre la ciencia y la religión.

Los sentimientos o emociones relacionados con estos dos primeros factores no tienen en sí mismos un valor intelectual y no deberían interferir con el debate científico sobre el diseño inteligente. En cambio los dos factores filosóficos que examinaremos a continuación afectan directamente a la cuestión en el nivel intelectual.

La tercera razón es la concepción naturalista de la ciencia. El autor ofrece una cita de Richard Dickerson, un prominente bioquímico, que es representativa de esta concepción: “La ciencia, fundamentalmente, es un juego. Es un juego con una regla primordial y definitoria: Regla Nº 1: Veamos cuán lejos y hasta dónde podemos explicar el comportamiento del universo físico y material en términos de causas puramente físicas y materiales, sin invocar lo sobrenatural.” (p. 238). Behe subraya que esta regla no es científica sino filosófica y responde que la ciencia no es un juego, sino un vigoroso intento de hacer afirmaciones verdaderas acerca del mundo físico, por lo que la ciencia debería seguir la evidencia física a dondequiera que ella conduzca, sin restricciones artificiales. Behe responde a algunas objeciones, afirmando que el temor a una proliferación de lo sobrenatural en la ciencia es una pomposa exageración, y destacando que, aunque el diseñador inteligente no puede ser objeto de observación o experimentación directa, podemos estudiar sus efectos, de forma análoga al caso del meteorito que destruyó a los dinosaurios hace millones de años.

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17.01.12

La caja negra de Darwin (11)

Comentario de: Michael J. Behe, Darwin’s black box: the biochemical challenge to evolution, Free Press, New York 2006; 10th anniversary edition, with a new afterword.

Hacia el final del Capítulo 10 el autor analiza la objeción más frecuente contra el diseño inteligente: el argumento basado en la imperfección. Este argumento tiene la siguiente forma silogística (que expresaré de un modo más general que Behe):

• Premisa mayor: Un diseñador no habría hecho la especie X con la característica Y.
• Premisa menor: La especie X tiene la característica Y.
• Conclusión: La evolución darwinista produjo la especie X con la característica Y.

Podemos hacer dos objeciones a este razonamiento. La objeción menos importante es que este silogismo es una falacia lógica conocida como non sequitur, porque la conclusión no se deduce de las premisas. La conclusión correcta sería: “La especie X con la característica Y no fue hecha por un diseñador”.

La objeción principal consiste en cuestionar la premisa mayor. Ésta no es un hecho (como la premisa menor), ni una verdad evidente por sí misma, sino una mera opinión subjetiva. Hay argumentos a favor del diseño inteligente que son débiles precisamente por la misma razón que hace ineficaces a los argumentos contra el diseño inteligente basados en las imperfecciones: es decir, porque se basan en meras opiniones o sentimientos sobre cómo deberían ser las cosas.

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