Venga la clase 4 del Curso introductorio de Historia de la Iglesia que estamos dictando dedicada a la figura de San Atanasio y la herejía arriana.

Las similitudes con estos tiempos de apostasía son imposibles de evitar. Porque tenía razón Benedetto Croce: “toda historia es historia contemporánea".

Que no te la cuenten…

P. Javier Olivera Ravasi

Queridos lectores: por gracia de Dios, el jueves 3 de Agosto a las 20 hs., el Padre Alfredo Sáenz, SJ, vendrá a presentar su último libro titulado “Madre de la Misericordia” a la capilla en la que me encuentro trabajando desde principios de este año.

El Padre Sáenz es un reconocido jesuita argentino, Doctor en Teología y autor de innumerables libros, artículos y reseñas. Evangelizador de la cultura como pocos ha viajado por todo nuestro país impartiendo clases y dictando cursos y conferencias en el ámbito de la teología y de la historia. Es además miembro de la Junta de Historia Eclesiástica y co-fundador de las revistas Mikael, y Gladius.

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México. El México heroico de los santos cristeros, fue en su momento “la perla de España". Fue allí donde la Iglesia se desangró con sus mártires y misioneros para llevar la Fe confirmada por la Virgen de Guadalupe, nuestra emperatriz.

Sin embargo, los enemigos de siempre han venido a decirnos ahora que se estaba mejor sin Cristo, que había que tolerar las culturas antiguas, etc., etc…; para esos amantes, entonces, de la pseudo-"pastoral indígena” y de las ideas de Fray Bartolomé de las Casas (que anduvo como obispo cerca de esos lares) venga esta perlita de la cual ayer nomás dábamos cuenta.

Es que, como decía Chesterton, al dejar -la prédica, digo yo- de lo sobrenatural no se cae nuevamente en lo natural, sino en lo antinatural…

Que no te la cuenten…

P. Javier Olivera Ravasi

Narcocaníbales: un rito de iniciación obliga a comer carne humana en México

La fiscalía de Tabasco alertó sobre prácticas de antropofagia en el Cartel de Jalisco Nueva Generación. 

La fiscalía de Tabasco, un estado en el sudeste del país, alertó sobre la aparición de la antropofagia, o canibalismo, entre las prácticas de los criminales locales.

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El placer, la pureza y el pecado

Una última observación sobre este tema capital. Es inevitable que si se convierte la aspiración natural a la pureza en una obsesión patológica (es un síndrome neurótico bien conocido por la psicología actual, como mecanismo típico de presiones “morales” inconscientes), todo lo vinculado a la vida sexual se hace sospechoso o repugnante. Pero el gozo sexual no sólo es bueno, sino creado y permitido por Dios; no es algo “permitido” a nuestra debilidad, sino puesto por el Creador en la naturaleza. Dios creó al hombre adámico así; el pecado de Adán lo que introduce es un desorden en el apetito humano, un exceso de voluptuosidad que hace que no obedezca al dominio de la razón.   Se desordena lo que debe estar sujeto a la libre voluntad racional, al espíritu. Pero no es la intensidad del placer, ni su carácter carnal lo que lo hacen malo.  Es que en el estado de naturaleza caída, el hombre no domina perfectamente el ciertos sectores de sí mismo, la voluptuosidad de sexo y otras emociones violentas. Puestos en la ira extrema, o en le exaltación sexual, o bajo el terror, la razón queda presa de su torbellino. Tal desorden pasional es malo, no la concupiscencia como tal.

Como vemos, una distorsión de esta doctrina ha arrojado una sombra de duda y de vergüenza sobre el amor humano[1].

El puritanismo se presenta así como una desordenada aspiración a una pureza angélica.

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