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19.10.18

"Distante, difícil de entender, legalista y obsolescente". (Mons. Zuppi)

No deja títere con cabeza el tal mons. Zuppi, arzobispo de Bolonia si no me equivoco, que está por ahí en lo del sínodo de los jóvenes: que se habrán quedado de piedra con lo de “obsolescente", o mirando la traducción inmediatamente en Google. O jugando a los marcianos y/o al comecocos ya que están con el movil. Porque lo dicho por este buen (mon)señor les habrá interesado sobre manera. ¡Petrificados, oyes!

Como es natural en la progrez, todo lo pone “en el futuro", porque el presente de la Iglesia Católica a este buen hombre no le mola nada. Y no me extraña: estoy totalmente de acuerdo en esto, proque a mí me pasa lo mismo. La cosa está que arde, porque las llamas que salen del infierno, con satánas a la cabeza, están más vivas, por atzadas desde la misma Iglesia -todo un éxito para Lucifer- que nunca. El presente es de pena; y desde hace unos pocos años, ¡Para echarse a llorar!

Pero siempre, estos que denuncian desde tan arriba, oteando el horizonte com vigías motivados y ayatolás, siempre dicen las cosas como si no fuesen con ellos, como si ellos no hubiesen tenido nada que ver y, casi, casi,  como si nos les afectase en absoluto. Luego han de acudir al “hemos defraudado y escandalizado". Blanco y en botella: pero lo dicen también por decir, porque es lo que hay que decir ahora para quedar bien: porque siguen sin poner un solo remedio válido y eficaz.

Y la prueba es que ha tenido que salir a la palesta el mismísimo Fracisco para pedirnos rezar el Rosario, el “Sub tuum praesidium” y el “Sancte Michael Arcangele” para quw recemos por la Iglesia ¡frente a los ataques del mismísimo demonio! ¡Cómo verá el Santo Padre las cosas para decir y pedir públicamente una cosa así!

¡A lo que íbamos, Catalina!

Pues al Zuppi -que debe ser algo así como una “sopa” de letras con dos “pp"- no le gusta nada de nada la Iglesia de hoy que, como es natural, él también habrá colaborado en montar. O en derribar, tal como están las cosas: que es arzobispo de Bolonia, no de un pueblecito perdido entre montañas, y con siete curas a su cargo, por poner un poner, sino que debe llevar en el mundillo eclesial un buen montón de años desde su Ordenación sacerdotal.

Bueno, por lo que dice, no le gusta ni la de hoy ni la de ayer, ni la de nunca. Porque, según sus sesudas palabras -fruto de horas y horas de meditación ante el Sagrario y por los jardines de palacio, de estudio, de buscar opiniones de preclaros, entendidos y letrados miembros de su gran presbiterio, de cotejarlas, de mirar con detenimiento los escritos del Papa, de hablar con muchas gentes de Bolonia y de las periferias, a las que no puede olvidar y estar sin aparecer- el buen arzobispo -Dios le ampare con su misericordia-, ha visto claro clarísimo -¡que se lo ha currado!- que la Iglesia lleva mucho tiempo asÍ: “distante, difícil de entender, legalista y obsolescente". ¡Esta última palabra me eleva a nivel de las nubes del mismísimo firmamento. Vamos: como desde siempre más o menos, por poner un poner.

1. “Distante". La paginilla que recoge su gran largada, no aclara nada al respecto: ni de esta acusación ni de las otras; por lo que vamos a intentar entender y dilucidar un poco los “por qués” de las mismas, si los hay, que quizás, no.

¿"Distante? ¿Por que? No lo pillo. Y me deja más que perplejo. ¿Distante? Pues da la “impre” de que algunos de sus miembros han estado desde hace ya bastantes años, más “cerca” que nunca del personal, a todos los niveles de edades y situaciones. ¿Distante? Nunca han sido más “mansas” las homilías -o sus aproximaciones- que desde hace un buen montón de años. Y nunca han sido más “laigt” las catequesis, las preparaciones para la recepción “válida y fructífera” -¡que sarcasmo, si no fuera sacrílego!- de los Sacramentos, también desde los mismos años.

¡Mira que si la causa de este “distanciamiento” ha venido motivado por el mal-hacer de los eclesiásticos! Acaba de decir un cardenal que “aguar” o “diluir” la doctrina no va a atraer a ningún joven a la Iglesia. Y sabe de lo que habla: no pertence a la progrez eclesial, porsu.

2. “Difícil de entender” ¡Pero que muy, muy difícil! A mí mismo, sin tener que alejarme ni un paso más, se me hace incomprensible total. Han conseguido -la tal progrez eclesial, teñida además de arcoiris en muchos casos, que ya no se entienda nada; porque se puede decir una cosa y su contraria sobre el mismo tema y bajo el mismo aspecto: lo que hace saltar todas las conexiones neuronales, si uno pretende tomárselo en serio. 

De tal forma que se puede pedir que hay que rezar por la Iglesia para defenderla de los ataques del demonio y, a la vez y sobre la marcha, decir que no hay demonio, o no hay infierno. Se puede afirmar que una conciencia sabe conscientemente que está en una situación objetivamente grave de pecado mortal para decir a continuación que puede saltarse esa situación grave de pecado y acercarse a comulgar, o decir que “nosotros no tenemos por política negar la comunión a los homosexs"- ¡Toma nísperos, Carmela!

¡Así es imposible entender nada! Y, con este desmadre, no se puede atraer a nadie que piense, o pretenda intentarlo al menos. O solo a los tontos. Pero, a este respecto, siempre me acuerdo de lo que decía un santo español de reconocida santidad: “en el Cielo no hay plazas de tontos” (san Josemaría Escrivá de Balaguer). ¿Por qué? Porque, si las hubiese, el tonto sería Dios; y que me perdone tal dislate, que ni lo pienso ni lo digo: solo concluyo una afirmación absolutamente cierta.

3. “Legalista". O sea: “legatonta", para entendernos. Porque, vamos a ver: ¿la Iglesia es “legalista” porque hay -tiene- leyes? ¿Puede haber una iglesia sin leyes? ¿Se puede aceptar que hay leyes, con sus sanciones correspondientes incluidas, hasta para conducir un coche o para que te saque las perras los de Hacieda -que somos todos, aunque unos más que otros, claro- y cuando la Iglesia Católica pretende recordar las que Dios mismo le ha puesto entre las manos para nuestra felicidad terrena y eterna tacharla de “legalista"? O sea: para este tipo de personal de la progrez eclesial ¡que Dios mismo nos haya dado unos Mandamientos es de un “legalismo” que echa para atrás!

Aquí me temo que hay mucho “legatonto", con estudios y máster incluído: que se han esforzado, vamos. Incluso han llegado a arzobispos.

4. “Obsolescente". Para la RAE significa “que está volviéndose obsoleto, que está cayendo en desuso“. Aquí, le vuelvo a dar la razón a estos monseñores, aunque en un sentido distinto al suyo, porsu.¡Que países enteros hayan dejado de ser católicos ante la mirada -complaciente, inoperante, perpleja, indiferente o de acuerdo con los medios y sus resultados- de una grandísima parte de sus jerarcas ha llevado a que la vida católica, en esos mismos países y en esos mismos nichos ecológicos, se hayan desertizado! Como pasa en la misma naturaleza cuando un campo, que antes era un vergel, se deja echar a perder. Lo dice la Escritura Santa, pero se les ha debido olvidar, o ni la han leído; quizás.

Sí, señores. A todo este personal, metido de hoz y coz en la progrez eclesial, la Iglesia, Una, Santa, Católica y Apostólica ya no les dice nada. NO les mola. NO les va: les estraga el estómago y la ven “distante, difiícl de entender, legalista y obsolescente", por decirlo suvamente, claro, y según sus propias palabras.

Habrán perdido la Fe, si la tivieron alguna vez. O se habrán “desnaturalizado". Pero es muy fuerte lo que dice Jesús a este propósito: Si la sal pierde su sabor, ¿con qué se la salará? No sirve para nada, sino para tirarla por los caminos y que la pise la gente. ¡Pobrecillos! ¡Qué bajo han caído, y desde tan alto! Estos prefieren una que ya no sea ni iglesia. Por eso “denuncian” lo que la Iglesia Católica no es, para justificar, ad futurum, lo que quieren que sea: nada. ¡De pena!

Amén.

Y rezad por mi.