InfoCatólica / Eleuterio Fernández Guzmán / Categoría: Amigo de Lolo

17.09.13

Un amigo de Lolo - Resucitaremos

Presentación
Manuel Lozano Garrido

Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infringían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y tan franco.

Resucitaremos

“El Cristianismo no arranca de una culpabilidad, sino de una esperanza”
Manuel Lozano Garrido, Lolo
Bien venido, amor (978)

“Creer y convertirse”. Son dos expresiones que manifiestan la voluntad de una persona acerca de qué es lo que quiere no para esta vida (que también) sino, sobre todo, para la que ha de venir cuando se cierre el telón de su existencia y tenga que acudir donde haya merecido acudir.

Existe la creencia errónea según la cual basta con no creer en Dios para librarse, automáticamente, de lo que supone la existencia del Creador. Sin embargo, para desgracia de muchos incrédulos, las cosas son como son y por la mañana amanece cuando sale el sol. Y ante la Verdad poco pueden hacer los que prefieren esconder la cabeza bajo tierra pensando que, así, pasa el “peligro” de sentirse hijos de Dios.

Pues bien, quien se sabe hijo del Creador sabe perfectamente que en esta vida está de paso o, como poco, a decir de Santa Teresa, que es una mala noche en una mala posada o dicho hoy día, en una mala pensión de las llamada de “mala muerte”. Es decir, que poco pasamos aquí con relación a lo que ha de venir tras nuestro final corporal.

Tenemos una esperanza clara que nos sostiene en el mundo y por la cual vivimos y existimos: la resurrección.

En efecto, resucitar, cuando llegue el momento en el que Cristo vuelva a la tierra para juzgar a vivos y muertos, ha de ser el anhelo de todos los que estamos más que seguros que todo esto, nuestra fe y Dios mismo, no son una ilusión que necesitamos para vivir sino que ambas realidades son más que ciertas, que lo vemos todos los días y que, no obstante, lo que nos espera es infinitamente mejor y dura para siempre, siempre, siempre.

Resucitar para toda la eternidad y que sea para una eternidad de vida y no de muerte, es lo que nos sostiene. Es una esperanza fundada en la resurrección de Jesucristo, Hijo de Dios, enviado por el Padre y Mesías de la humanidad toda. Por ella murió pero, no sin embargo, dejando de avisar acerca de los requisitos (¡sí, hay que cumplir algunas condiciones sine qua non!) citados arriba: creer y convertirse.

No basta estar más que seguros de que seremos salvados y vivir dormidos en los laureles. Si Cristo murió para que toda la humanidad se salve, no lo hizo porque estuviese seguro de que toda la humanidad se iba a salvar sino que, en todo caso, se salvarían aquellos que creyesen en Su persona y se convirtiesen. Así, sí; de otra forma, no.

El Amor de Dios, llegado directamente a nosotros (a falta de mayor fe en su pueblo elegido) es una garantía de verdad de la que no dudamos porque el Todopoderoso tiene, en efecto, todo el poder y nada para Él es imposible. Ni siquiera hacer posible que nosotros dejemos de pecar y nuestra esperanza se haga carne y sangre en nuestra vida. Ni siquiera eso.

¿Hay mayor esperanza?

Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, ruega por nosotros.

Eleuterio Fernández Guzmán

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Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Si te dicen que alguien es creyente pero no practicante puedes dudar que alguna vez practicó la fe que dice tener y que Dios, en su vida, está muy alejado por voluntad de quien cree de tan extraña forma.

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10.09.13

Un amigo de Lolo - Ir, sin dudarlo, hasta donde se quiere ir

Presentación
Manuel Lozano Garrido

Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infringían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y tan franco.

Ir, sin dudarlo, hasta donde se quiere ir

“En el ideal, vuela alto y recto, como el águila, y no zigzagueando como la mariposa”
Manuel Lozano Garrido, Lolo
Bien venido, amor (213)

“Saber dónde se va; saber cómo se va.”

Esta podría, muy bien, ser una frase publicitaria que, para el hijo de Dios, debería significar mucho para quien se dice hijo de Dios.

Juan, cuando predicaba en el Jordán, utilizada la expresión “enderezad los caminos”. Lo hacía porque, como profeta que era, sabía que los que formaban parte del pueblo elegido por Dios para llevar su Ley al mundo, muchas veces se salían de la senda que lleva al definitivo Reino de Dios. Entonces… debían hacer lo posible para rectificar tan errático caminar, confesar los pecados y, viéndose limpios de corazón, levantarse de tantas caídas y andar, ahora sí, bien derechos por donde Dios quería que caminaran.

¿Dónde vamos?

Quien tiene fe sabe que la muerte no es el final y que nos espera algo infinitamente mejor que lo que aquí tenemos. No podemos, sin embargo, despreciar la vida que Dios nos ha entregado pero debemos saber, necesitamos saber y nos conviene, que el definitivo Reino de Dios está preparado para nosotros. Y hacia ahí debemos querer ir porque es mucho mejor tener por cierta la verdad según la cual el Creador nos quiere junto a sí y que debemos cumplir con tal voluntad.

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3.09.13

Un amigo de Lolo - De cómo Dios estuvo y estará

Presentación
Manuel Lozano Garrido

Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infringían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y tan franco.

De cómo Dios estuvo y estará

“Dios metió sus manos en el barro, para crearnos y, después también, en el fango, para salvarnos”
Manuel Lozano Garrido, Lolo
Bien venido, amor (955)

En realidad, nosotros no sabemos cómo, en verdad, Dios creó a nuestros primeros padres ni, tampoco, cómo nos creó a cada uno de nosotros. Sin embargo, por fe estamos seguros que lo que dicen las Sagradas Escrituras es cierto y, aunque estén escritas para un tiempo determinado (el Génesis, por ejemplo, hace muchos siglos) sí gozamos con su lectura porque en ella está plasmada la inspiración de Dios y eso sólo puede ser garantía de veracidad. Y no nos valen ni nos pueden servir aquellas insinuaciones acerca de lo que parece pero, en realidad, así no fue…

Dios nos creó como quiso. Pudo haberlo hecho de cualquiera forma porque para eso es Todopoderoso y a quien hizo lo que hizo antes de que nada hubiera nada le es imposible. Pero quiso hacerlo tomando un poco de esa materia humilde, lo menos de todo, lo que está en la propia tierra, para formar un ser humano y, de ahí, infundirle el alma con su aliento.

Es decir, Dios nos crea de lo que es casi nada, materialmente hablando, porque tiene poder para hacer, porque quiere hacerlo y, entonces, lo hace. Y nos pone en el mundo para que caminemos por él hasta que, llamados por su corazón, volvamos al Señor. Y eso ha sido la realidad desde que el hombre es hombre sin negar que es posible, más que posible y real, que infundiera el alma en homínidos que ya había creado por su propia mano y, entonces, el hombre fue hombre y el ser humano una realidad muy distinta al animal irracional del que venía. Pero todo fue creación del Creador.

Pero eso, claro, es cuestión muy otra porque lo que aquí nos concierne es saber, como decimos, que nos puso donde nos puso y que, desde entonces, libres también por su santa voluntad, hicimos y hacemos lo que mejor nos parece por mucho que, en demasiadas ocasiones, ni nos convenga lo que mejor nos parece ni sea lo bueno para nuestro futura vida eterna.

Hemos dicho muchas veces que Dios es Creador pero que no se olvidó de lo que creó y no se olvida de lo que crea. Siempre está presente y en aquel “yo estaré con vosotros hasta el fin del mundo” de Jesucristo se encuentra plasmada una realidad patente: Dios está y no, sólo, estuvo.

¿Por qué está Dios, por qué sigue estando?

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27.08.13

Un amigo de Lolo - Conscientes hijos de Dios

Presentación
Manuel Lozano Garrido

Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infringían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y tan franco.

Conscientes hijos de Dios

“Nacimiento: ‘hijo’; bautismo: ‘hijo de Dios’ ”
Manuel Lozano Garrido, Lolo
Bien venido, amor (1008)

Desde el mismo momento de la fecundación somos hijos de nuestros padres y cuando nacemos confirmamos que, en efecto, lo somos, ahora de forma, digamos, palpable.

Tal realidad es tan importante para el ser humano que sin la misma de nada sirve lo demás: si no hay nacimiento, nada será de nosotros; si no hay entrada en la vida común, nuestros derechos como hijos escasamente tienen vigor.

Pero hay una realidad que es superior, espiritualmente, al nacimiento puramente físico.

De ser católicos nuestros padres deviene una realidad que se ha de producir lo antes posible: somos bautizados y, desde tal momento, considerados hijos de Dios.

Aunque es verdad que hijos de Dios lo somos desde que el Creador pensó en nosotros en la eternidad, lo bien cierto es que, humanamente hablando, es tras nuestro bautismo, Sacramento esencial para el desarrollo de la vida espiritual del hijo de Dios, cuando nos consideramos, somos, espiritualmente, descendencia divina.

Cualquiera podría decir que, en tal caso, el resto de la humanidad que no sea católica o, por extensión, cristiana, no podría considerarse hija de Dios. Sin embargo, más bien podemos decir que, siéndolo, no es consciente de que lo es y eso, se diga lo que se diga, es una gran pérdida pues siempre es bueno saber que se tiene algo bueno aunque Quien lo da sepa que lo tiene y sea, también, misericordioso y bueno con tal humanidad.

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13.08.13

Un amigo de Lolo - Orar es estar siempre con Dios

Por la libertad de Asia Bibi.
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Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Si pasas por alguna noche oscura en tu vida… no olvides que puedes iluminarla reconociéndote hijo de Dios.

Y, ahora, el artículo de hoy.

Presentación
Manuel Lozano Garrido

Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infringían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y tan franco.

Orar es estar siempre con Dios

“Rezar es ensanchar los propios límites. Se va en el autobús, el trabajo o la tertulia y el alma puede lanzarse en silencio a la milagrosa hondura del corazón de Dios”
Manuel Lozano Garrido, Lolo
Bien venido, amor (586)

“La oración es difícil; es tan extraño dirigirse a un Dios al que no se ve; en realidad, creo que no sé rezar y, menos aún, orar; ciertamente, me parece que no rezo bien porque muchas veces me distraigo y no sé ni lo que digo; no sé si, en realidad, esto vale la pena…”.

Todo lo que hemos puesto aquí no expresa más que el sentido que muchas personas le dan al hecho mismo de orar. En realidad, pudiera parecer que no han comprendido que Dios siempre les escucha y que no deberían esperar que Dios les hablase al oído físico sino al del corazón…

Pero la oración tiene mucho que ver con nuestra propia e intrínseca naturaleza. Como somos hijos de Dios, tenemos una filiación que es divina y, por lo tanto, dirigirnos a nuestro Creador debería ser no sólo lo más normal sino lo más lógico y esperado pues todo hijo habla con su padre sin darle miedo ni esperar más que, por ejemplo, ser escuchado.

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