InfoCatólica / Eleuterio Fernández Guzmán / Categoría: Amigo de Lolo

8.10.13

Un amigo de Lolo - Ansiar, de verdad, la vida eterna

Presentación
Manuel Lozano Garrido

Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infringían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y tan franco.

Ansiar, de verdad, la vida eterna

”Soñar no cuesta nada”. Ya lo creo que cuesta. ¡Y cuánto! Son gratuitos los sueños humanos, pero las verdaderas ilusiones tienen de precio el corazón y no se pagan más que con la vida”.
Manuel Lozano Garrido, Lolo
Bien venido, amor (220)

Es bien cierto que, para un ser humano, soñar o, lo que es lo mismo, imaginar lo bueno y mejor para su vida, es de lo más común. ¿Quién no tiene ideas acerca de lo que podría ser o no ser su existencia? Y esto porque, en realidad, poner nuestra esperanza en algo tangible es, hoy por hoy, la más cruda realidad de los hijos de Dios.

De todas formas, y eso sí que es verdadero y cierto, soñar es libre y a cada cual nos da por unas cosas o por otras porque, en cuanto a imaginación, nadie nos gana en darle alas a la “loca de la casa” como bien diría la santa de Ávila.

Así, si somos en exceso mundanos, gustamos mucho de anhelar cosas materiales. Acumulamos, de esta forma, para esta vida donde, como sabemos, la polilla todo lo corroe empezando por el corazón que, en demasiadas ocasiones, llenamos de lo que es superfluo y no tiene importancia alguna. Y entonces, verdaderamente, hemos hecho el canelo con tal forma de actuar pues, como se dice, nada nos llevamos al más allá al quedar todo lo que es perecedero en este lado del Reino de Dios.

Pero hay sueños que no son tan fáciles de alcanzar y para los que, como diría Jesús, hace falta mucha oración y mucho pedir a Dios acerca de ellos.

Lo más sublime y, en realidad, lo único que, en el fondo, puede importarnos y nos conviene es la tan traída y llevada vida eterna. A fuer de no ser tocada o vivida, lógicamente, ahora mismo, pudiera parecer que no tiene más importancia que la que cada uno quiera darle o tener para su vida. Y para tal vida sólo vale el verdadero sueño que se alcanza si se hace lo posible, primero, por aceptar que es cierto y real y, en segundo lugar, poniendo de nuestra parte todo, todo, lo que haga falta empezando por nuestra propia vida.

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1.10.13

Un amigo de Lolo - Dejarse llevar por Dios

Presentación
Manuel Lozano Garrido

Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infringían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y tan franco.

Dejarse llevar por Dios

“¿Qué importa el camino con los ojos vendados, si una mano me lleva y esa palma, Amor, es la tuya? ”
Manuel Lozano Garrido, Lolo
Bien venido, amor (282)

Ciertamente es triste que haya personas que, acogidas a su soberbia, crean que se pueden valer de sí mismas, ser para sí mismas, caminar por sí mismas y, en fin, no necesitar de nadie ni de nada que les eche una mano en el caminar diario de ahora mismo, a medio o a largo plazo. Están más que seguras de su unomismo y les basta su propio ser. Son, por así decirlo, seres humanos que han olvidado a Quien los creó.

Sentirse libre está más que bien pero saberse en la posibilidad de escoger entre una cosa y la otra sin poner en el fiel de la balanza que es Dios quien nos da tal posibilidad es, sencillamente, falsear lo que pasa y lo que nos pasa.

En realidad, todos, cualquiera de nosotros, tomamos decisiones a lo largo de nuestra vida. Lo podemos hacer, básicamente, de dos maneras: contando con Dios y sin contar con el Señor.

Cualquiera dice que las cosas, en la vida y en este peregrinar por la tierra, no son siempre fáciles y que la mayoría de las veces nos encontramos en situaciones que no sabemos cómo encarar pues es más que cierto que la vida nos depara, digamos, demasiadas sorpresas.

¿Qué hacer?

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24.09.13

Un amigo de Lolo - Entre lo que debemos ser y lo que somos

Presentación
Manuel Lozano Garrido

Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infringían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y tan franco.

Entre lo que debemos ser y lo que somos

“¿Qué es la humillación? Una reducción de límites. Somos de tierra y gloria confundidas. La soberbia es creerse sólo gloria; la
humillación, únicamente barro.”

Manuel Lozano Garrido, Lolo
Bien venido, amor (447)

San Pablo escribió, en un momento de franqueza casi sin igual, que cuando quería hacer algo bueno, sabiendo que eso era lo que quería hacer, acababa haciendo lo que no quería. Y eso, lógicamente, le preocupaba al de Tarso porque le ponía ante la realidad de lo que era su existencia como hombre que, hijo de Dios, mira al Padre avergonzado por no ser como quiere el Creador que sea.

En realidad, tal forma de actuar y de ser no es nada extraña en nosotros, hermanos de san Pablo e hijos, también, de Dios.

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17.09.13

Un amigo de Lolo - Resucitaremos

Presentación
Manuel Lozano Garrido

Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infringían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y tan franco.

Resucitaremos

“El Cristianismo no arranca de una culpabilidad, sino de una esperanza”
Manuel Lozano Garrido, Lolo
Bien venido, amor (978)

“Creer y convertirse”. Son dos expresiones que manifiestan la voluntad de una persona acerca de qué es lo que quiere no para esta vida (que también) sino, sobre todo, para la que ha de venir cuando se cierre el telón de su existencia y tenga que acudir donde haya merecido acudir.

Existe la creencia errónea según la cual basta con no creer en Dios para librarse, automáticamente, de lo que supone la existencia del Creador. Sin embargo, para desgracia de muchos incrédulos, las cosas son como son y por la mañana amanece cuando sale el sol. Y ante la Verdad poco pueden hacer los que prefieren esconder la cabeza bajo tierra pensando que, así, pasa el “peligro” de sentirse hijos de Dios.

Pues bien, quien se sabe hijo del Creador sabe perfectamente que en esta vida está de paso o, como poco, a decir de Santa Teresa, que es una mala noche en una mala posada o dicho hoy día, en una mala pensión de las llamada de “mala muerte”. Es decir, que poco pasamos aquí con relación a lo que ha de venir tras nuestro final corporal.

Tenemos una esperanza clara que nos sostiene en el mundo y por la cual vivimos y existimos: la resurrección.

En efecto, resucitar, cuando llegue el momento en el que Cristo vuelva a la tierra para juzgar a vivos y muertos, ha de ser el anhelo de todos los que estamos más que seguros que todo esto, nuestra fe y Dios mismo, no son una ilusión que necesitamos para vivir sino que ambas realidades son más que ciertas, que lo vemos todos los días y que, no obstante, lo que nos espera es infinitamente mejor y dura para siempre, siempre, siempre.

Resucitar para toda la eternidad y que sea para una eternidad de vida y no de muerte, es lo que nos sostiene. Es una esperanza fundada en la resurrección de Jesucristo, Hijo de Dios, enviado por el Padre y Mesías de la humanidad toda. Por ella murió pero, no sin embargo, dejando de avisar acerca de los requisitos (¡sí, hay que cumplir algunas condiciones sine qua non!) citados arriba: creer y convertirse.

No basta estar más que seguros de que seremos salvados y vivir dormidos en los laureles. Si Cristo murió para que toda la humanidad se salve, no lo hizo porque estuviese seguro de que toda la humanidad se iba a salvar sino que, en todo caso, se salvarían aquellos que creyesen en Su persona y se convirtiesen. Así, sí; de otra forma, no.

El Amor de Dios, llegado directamente a nosotros (a falta de mayor fe en su pueblo elegido) es una garantía de verdad de la que no dudamos porque el Todopoderoso tiene, en efecto, todo el poder y nada para Él es imposible. Ni siquiera hacer posible que nosotros dejemos de pecar y nuestra esperanza se haga carne y sangre en nuestra vida. Ni siquiera eso.

¿Hay mayor esperanza?

Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, ruega por nosotros.

Eleuterio Fernández Guzmán

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Por la libertad de Asia Bibi.
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Por el respeto a la libertad religiosa
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Enlace a Libros y otros textos.

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Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Si te dicen que alguien es creyente pero no practicante puedes dudar que alguna vez practicó la fe que dice tener y que Dios, en su vida, está muy alejado por voluntad de quien cree de tan extraña forma.

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Para leer Fe y Obras.
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10.09.13

Un amigo de Lolo - Ir, sin dudarlo, hasta donde se quiere ir

Presentación
Manuel Lozano Garrido

Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infringían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y tan franco.

Ir, sin dudarlo, hasta donde se quiere ir

“En el ideal, vuela alto y recto, como el águila, y no zigzagueando como la mariposa”
Manuel Lozano Garrido, Lolo
Bien venido, amor (213)

“Saber dónde se va; saber cómo se va.”

Esta podría, muy bien, ser una frase publicitaria que, para el hijo de Dios, debería significar mucho para quien se dice hijo de Dios.

Juan, cuando predicaba en el Jordán, utilizada la expresión “enderezad los caminos”. Lo hacía porque, como profeta que era, sabía que los que formaban parte del pueblo elegido por Dios para llevar su Ley al mundo, muchas veces se salían de la senda que lleva al definitivo Reino de Dios. Entonces… debían hacer lo posible para rectificar tan errático caminar, confesar los pecados y, viéndose limpios de corazón, levantarse de tantas caídas y andar, ahora sí, bien derechos por donde Dios quería que caminaran.

¿Dónde vamos?

Quien tiene fe sabe que la muerte no es el final y que nos espera algo infinitamente mejor que lo que aquí tenemos. No podemos, sin embargo, despreciar la vida que Dios nos ha entregado pero debemos saber, necesitamos saber y nos conviene, que el definitivo Reino de Dios está preparado para nosotros. Y hacia ahí debemos querer ir porque es mucho mejor tener por cierta la verdad según la cual el Creador nos quiere junto a sí y que debemos cumplir con tal voluntad.

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