InfoCatólica / Eleuterio Fernández Guzmán / Categoría: Amigo de Lolo

5.06.23

Un amigo de Lolo – Una luz llamada Manuel

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).

Presentación 

Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva haciendo lo propio sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo. 

El linarense universal que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquel que se acerca a su persona a través de su obra. Y es que, no pudiendo hacerlo ahora personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo, es seguro que acercarse a Lolo de forma cercana nos viene la mar de bien. 

Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él es una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo y a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que muchoY, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.

Una luz llamada Manuel 

Resulta curioso como a veces, las circunstancias que nos acaecen, nos marcan el camino de una forma implícita. Y eso es lo que, al que esto escribe, le ha pasado.  

El caso es que he tomado una imagen de Lolo para mejor inspiración de lo que iba a escribir. Y el resultado ha sido que, junto a la misma de nuestro amigo se ha “adherido” el símbolo que se utiliza para personas minusválidas (hoy llamadas “discapacitadas”) aunque a Lolo le salía decir eso de “inútil” aunque todos sepamos que nada de eso era la verdad…  

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Pues bien, cuando uno piensa en la vida y existencia (aquel “yo y mis circunstancia de Ortega y Gasset) de Manuel Lozano Garrido, lo bien cierto es que queda admirado y no poco admirado.

Ahora no vamos a decir nada acerca de su sufrimiento porque es más que conocido. Sin embargo, no podemos negar que en muchos aspectos de su vida, el Beato de Linares (Jaén, España) se manifiesta como una luz y, dentro de las posibilidades que tiene la misma, como un faro. 

Como cualquiera sabe, el faro es, por decirlo de manera simple (no podemos hacerlo de otra forma) es una luz que marca un camino que se puede seguir para llegar, diríamos en su lenguaje que le corresponde, a buen puerto. 

Pero lo bien cierto es que en la vida de los creyentes cristianos, aquí católicos, también hay un camino y también hay un puerto al que anhelamos llegar a no ser que la fe la tengamos escondida debajo de cualquier celemín o la hayamos encerrado con siete candados en el corazón para que no salga. 

Nuestro camino es, simplemente, nuestra vida; nuestro puerto es, simplemente, Dios mismo y, allí donde se encuentra, el Cielo… 

Por esto decimos que Lolo es un faro. Y lo decimos porque fijándonos en su vida y fiándonos de su forma de ser, conscientes claramente de en quién ponemos nuestra confianza, es más que seguro que el camino lo seguiremos sin salirnos del mismo y el puerto lo alcanzaremos cuando Dios eso quiera. 

Así, al poner la confianza en Lolo-faro veremos que nuestra vida toma un color bien definido que está entre el verde claro y el verde oscuro, tal sea el nivel de esperanza que alcanzamos viendo cómo él la tuvo a raudales y nunca dio de lado en su corazón. 

Así, al poner la confianza en Lolo-faro seremos capaces de enfrentarnos a las muchos palos que el sufrimiento pueda poner en los radios de nuestro ser-bicicleta. Y es que no serán pocas las ocasiones en las que creamos algo así como “de esta no salgo o salgo difícilmente”. Y si ponemos la confianza en Lolo-faro es seguro que saldremos adelante. 

Así, al poner la confianza en Lolo-faro es hasta posible que veamos despejado nuestro camino de las muchas tentaciones que se pongan a nuestro paso que, como bien sabemos, son más y más de una… Y es que Manuel Lozano Garrido se apoyó en su fe, suponemos, para no caer en alguna de ellas como podía ser, por ejemplo, la desesperación en la que cualquiera de nosotros podría caer si, tan sólo padeciésemos, el 10% de sufrimiento del suyo… 

Así, al poner la confianza en Lolo-Faro tendremos el buen puerto al que anhelamos llegar, a tiro, por así decirlo. Pero ha de ser a tiro de hacer las cosas como las hizo Manuel, a tiro de no dejarse vencer nunca por lo que nos pase y, en fin, a tiro de ser consecuentes con aquello en lo que creemos… 

Lolo es faro, como fácilmente podemos ver con los pocos ejemplos aquí puestos. Pero es un faro que nunca deja de iluminar y que brilla más que nunca en las peores tormentas en las que estemos inmersos.

 

Lolo-faro, Lolo-luz, 

ser de luz que quiso Dios en el mundo, 

mundo del que salió volando al Cielo.

 Lolo-faro, ilumina nuestro paso.

 Amén.

  

Eleuterio Fernández Guzmán

  

Panecillos de meditación

 

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

 

Panecillo de hoy:

 

Entender el sufrimiento es un bien más que importante.

  

Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor”


Cuando la ciencia ya no necesite de cálculos, ensayos o microscopios, porque todo lo haya descubierto, habrá de encontrarse al desnudo con la cara sonriente de su propio Creador (20)

………………………………

Para leer Fe y Obras.

 

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

29.05.23

Un amigo de Lolo – Hasta la vida eterna y más allá...

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).Presentación

Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva haciendo lo propio sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo. 

El linarense universal que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquel que se acerca a su persona a través de su obra. Y es que, no pudiendo hacerlo ahora personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo, es seguro que acercarse a Lolo de forma cercana nos viene la mar de bien. 

Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él es una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible.

Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo y a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que muchoY, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.

  

Hasta la vida eterna y más allá 

Es cierto y verdad que ahora, tiempo después de la subida a la Casa del Padre de Manuel Lozano Garrido, Lolo para los amigos, y de que la Iglesia Católica le reconociera, por así decirlo, el rango de Beato (y esperamos pronto el de Santo) nosotros podemos decir que sí, que aquel hombre era como era y que por eso subió donde ha subido. 

Eso es cierto y verdad. Sin embargo, eso pasó en un tiempo muy concreto de la vida de una persona llamada Manuel, nacida en Linares y adherido a un sillón de ruedas o una cama como modo de existencia vital. 

Con esto queremos decir que el ahora Beato Lolo (Jaén, España) se ganó a pulso estar donde está que es, además de en el Cielo, en el corazón de los millares de personas que lo conocen en el mundo y saben que fue un hombre, como dice San Josemaría, de criterio y cabal por su fe. Y queremos decir que Lolo supo ganarse la vida eterna aún, a lo mejor, sin pretenderlo pues aquí la humildad juega un papel muy importante. 

Pues bien, ¿a qué debe Lolo haberse ganado la vida eterna y más allá de la misma?

En realidad, y podemos atestiguarlo, primero, por sus amigos que aún viven y, luego, por lo que dejó escrito y, aún más, por aquello que ha hecho de carácter extraordinario (ahí tenemos que sea Beato y lo que tenga que venir…) que le ha conferido el grado espiritual alto y más que alto del que goza y disfruta en la estancia que Cristo le preparó en la Morada Eterna en la que, estamos seguros de ello, no tiene obstáculo posible pues todos sus males se pasaron en el mismo instante de entregar su vida al Padre. 

Bueno. 

Decimos, por esto apenas apuntado, que Lolo supo cómo ser un buen hijo de Dios y eso, como bien sabemos cada uno de nosotros, no siempre nos resulta fácil, cómodo o conveniente. 

Y decimos, por esto, que Lolo se ganó la vida eterna por su 

Fidelidad al Todopoderoso, a Jesucristo, a la Virgen María, etc., que llevó hasta las últimas consecuencia; su

Creencia en Dios que nunca olvidó y que llevó por seña en su existencia y que supo mostrar en su pleno y real significado vital,

Soportando lo que soportó que, como bien sabemos aunque sea de oídas, no fue poco sino mucho y mucho,

Su alegría contagiosa que, como también tenemos oído, iba mucho más allá de su propia forma de existir y se convirtió en una enseña que definía a la perfección lo que quiere decir sobrenaturalizar el sufrimiento y sobreponerse a tantas y tantas malas cosas de su enfermedad…

Su respeto y amor por el prójimo, su amor por él, al que entregó gran parte de su vida y al que dejó, al que nos dejó, su voz santa en los escritos que Dios quiso diera al mundo en unas condiciones que, en sí mismas, son verdaderamente milagrosas. 

Su, su, su… tantos “sus” que no cabrían en estas limitadas páginas que, a duras penas, dicen algo de nuestro amigo Lolo… 

Goce, por tanto, Lolo de la vida eterna bien ganada que, como dice Santa Teresa (con la que estamos seguros habrá echado algún que otro parrafillo) dura para “siempre, siempre, siempre”.

 

Eleuterio Fernández Guzmán

 

Panecillos de meditación

 

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

 

Panecillo de hoy: 

Entender el sufrimiento es un bien más que importante.

 

Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor":


“La penicilina, ‘el pájaro del Alma’ o el microscopio electrónico son versículos del salterio con que la Ciencia canta la gloria del Creador ” (19)

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Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna. 

22.05.23

Un amigo de Lolo – ¿Es fácil ser amigo de Lolo?

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).

Presentación

Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva haciendo lo propio sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo.

 

El linarense universal que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquel que se acerca a su persona a través de su obra. Y es que, no pudiendo hacerlo ahora personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo, es seguro que acercarse a Lolo de forma cercana nos viene la mar de bien.


Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él es una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible.

 

Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo y a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que muchoY, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.

 

¿Es fácil ser amigo de Lolo?

  

Es cierto y verdad que hay personas que son muy difíciles en su forma de ser y difícilmente podemos acceder a ellas como para que las podamos considerar amigas. Simplemente damos por imposible que eso pueda pasar y ya está. 

Sin duda alguna, eso no pasa con este hombre al que muchas veces nos hemos acercado con ánimo de comprender pero, sobre todo, de aprender pues es tan verdad como que Dios existe que tiene mucho que enseñar. 

Lolo, como conocemos a Manuel Lozano Garrido por la evidencia de su nombre, es ese amigo al que es muy fácil acercarse incluso, o quizá a lo mejor por eso, por no haberlo conocido en directo y poder hacerlo a través de quienes sí lo conocieron y la obra que dejó para que el mundo supiese hasta dónde llega quien tiene fe y la pone en práctica. 

Lo de arriba, lo de que a lo mejor podemos conocer mejor a Lolo en la distancia lo decimos porque hay quien cree que no puede conocer a Jesucristo porque no caminó por Galilea y demás sitios por los que caminó allí, in situ. Y, sin embargo, como eso es imposible, es seguro que conocemos y podemos conocer muy bien al Hijo de Dios por su Palabra y por sus Obras. Pues lo mismo, creemos nosotros, podemos hacer con Lolo.

 ¿Es fácil, entonces, ser amigo de Lolo? 

Bueno. En primer lugar, debemos tener claro que queremos ser amigos suyos porque, de lo contrario, es mejor no seguir adelante con esto que aquí estamos escribiendo. 

Partimos, por tanto, de que sí, de que queremos ser sus amigos aunque sea, por decirlo así, en la distancia que nos separa desde el hoy mismo hasta aquel 3 de noviembre de 1970 en el que Dios lo llamó a su Casa y allí está, seguro que sí. 

Que de Lolo es fácil hacerse amigo lo muestra y demuestra su propia vida: su casa siempre estaba abierta a quien quisiera acudir a ella y encontrarse con aquel hombre sentado en un sillón de ruedas o, también, en su propia cama. Abierto su corazón a quien eso quisiera hacer, no dudaba lo más mínimo en ser confesor, aconsejador o, en fin, lo que quisiera uno de su persona. 

Que de Lolo es fácil hacerse amigo lo muestra y demuestra que no hay, que se sepa, nadie que haya podido decir que, una vez habiendo acudido a su casa, hubiese sido despedido sin que su corazón encontrara acomodo en el de Manuel. 

Que de Lolo es fácil hacerse amigo lo muestra y demuestra, mucho y más que mucho, todos los escritos que ha dejado para la posteridad que tan presente se nos hace a nosotros mismos, ahora mismo y en cualquier momento que queramos acudir a los mismos. Y es que en ellos vamos a encontrar fidelidad, armonía de corazón, calidez para el alma y, en fin, todo lo bueno que uno espera encontrar cuando se lleva a los ojos y al corazón algo que quiere le sirva de mejora en la forma de ser. 

Que de Lolo es fácil hacerse amigo lo muestra y demuestra la luz alegre que despedía su corazón iluminó entonces a muchos y hoy día, tantos años después de aquello, hace lo mismo con nosotros y vemos en su persona un faro que guía nuestros pobres y torpes pasos por el mundo hacia el otro al que pertenecemos los discípulos de Cristo y al que llamamos Cielo por serlo. 

Y es por esto y por muchas otras cosas que no sabemos decir ni nos alcanza la palabra por lo que es muy fácil hacerse amigo de Manuel Lozano Garrido, Lolo, Beato de la Iglesia Católica y, esperamos, pronto santo. 

San Manuel Lozano Garrido, Lolo para los amigos. Es que suena maravillosamente bien. Vaya que sí. 

 

Eleuterio Fernández Guzmán 


Panecillos de meditación
 


Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

 

Panecillo de hoy:  

Entender el sufrimiento es un bien más que importante.

 

Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor”

“Si por apenas arañar el secreto de la célula conceden el Nóbel, ¿qué no hubieran de dar a Dios que las ha creado y también el amor, la felicidad y el alma, en suma?” (18)

 

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 Para leer Fe y Obras.

 

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna. 

15.05.23

Un amigo de Lolo – Las flores de Lolo

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).

Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva haciendo lo propio sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo.

El linarense universal que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquel que se acerca a su persona a través de su obra. Y es que, no pudiendo hacerlo ahora personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo, es seguro que acercarse a Lolo de forma cercana nos viene la mar de bien.

Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él es una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. 

Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo y a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que muchoY, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.

Las flores de Lolo

 

Ahora que estamos a mitad del mes de mayo sería oportuno escribir sobre lo que llamamos “las flores de Lolo” porque nuestro amigo Manuel Lozano Garrido también las tuvo porque, en realidad, sus dones entregados y gracias dispersadas son ejemplo de eso.  

Es conocida la anécdota (que le acaeció a nuestro amigo en la Guerra Civil) acerca de que, según él, ni era Beato ni no sería nunca…  

Bueno, eso ha quedado desmentido por las circunstancias de su vida que vino después de eso y mostró, además, que Dios sabe dónde sembrar lo bueno y mejor que tiene el Creador y en qué corazón fue a caer eso… 

En realidad, Lolo muchas flores lanzó como haría, según ella misma decía, Santa Teresita de Lisieux, cuando subiera al Cielo (en realidad dijo “después de mi muerte” pero sabemos a ciencia cierta qué le deparó su Juicio Particular y que no fue otra cosa que la Morada Celestial). Pero Manuel no tuvo que esperar tanto (muy poco es el tiempo que estuvo en el mundo a nuestro parecer…) sino que en su propia vida, aquella corta existencia de dolor, sufrimiento y gozo (¡y gozo!) ya lanzó flores a todo aquel que quisiera aceptarlas en su corazón. 

 

Lolo lanzó la flor del 

Amor,  

Lanzó la flor de la 

humildad, 

Lanzó la flor de la 

perseverancia, 

Lanzó la flor de la 

tenacidad, 

Lanzó la flor del 

coraje,  

Lanzó la flor de la 

aceptación,  

Lanzó la flor del

espíritu fuerte, 

Lanzó la flor de

la alegría, 

Lanzó la flor de 

visión sobrenatural,  

Lanzó la flor del

gozo en la comprensión,  

Lanzó la flor del

gusto por lo espiritual,  

Lanzó la flor del

servicio al prójimo,  

Lanzó la flor de

la generosidad de ánimo, 

Lanzó la flor de

ser mensajero con todos, 

Lanzó la flor de la 

santidad de las cosas simples y ordinarias, 

Lanzó la flor de

la no desesperanza,  

Lanzó la flor de

saberse hijo de Dios, 

Lanzó la flor de su amor

por la Virgen María,  

Lanzó la flor de 

su entrega a la Iglesia, 

Y, en fin, Lolo lanzó todas aquellas flores que, al ser aceptadas por quien lo conoce lo hace, sin duda, mejor hijo de Dios y hermano de sus hermanos.  

Lolo lanzó muchos bienes, las flores de las que aquí hablamos,  y en nuestro mano y corazón está aceptarlos.


Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación


Llama el Beato Manuel Lozano GarridoLolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Entender el sufrimiento es un bien más que importante.


Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor”
El fulgor del relámpago o la blancura de la nieve tiene color de carbón al lado de la pureza del pensamiento divino” (17)

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Para leer Fe y Obras.


Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna. 

8.05.23

Un amigo de Lolo – ¿Cómo sobrenadaba Lolo?

PRESENTACIÓN

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).

Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva haciendo lo propio sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo. 

El linarense universal que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquel que se acerca a su persona a través de su obra. Y es que, no pudiendo hacerlo ahora personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo, es seguro que acercarse a Lolo de forma cercana nos viene la mar de bien.

 

Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él es una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. 

Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo y a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que muchoY, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.

¿Cómo sobrenadaba Lolo?  

Como suele ser lo mejor empezar por el principio, es seguro valga la pena, para eso, decir algo sobre lo que el término “sobrenadar” significaba para el Beato de Linares (Jaén, España) 

Así dicho parece la cosa simple pues es palabra compuesta por “sobre” y “nadar” y es sencillo entender que ha de querer decir permanecer por encima de algo.

 Pues bien, como también resulta conveniente acudir al diccionario para ver si de tal término podemos obtener más fruto, hagamos eso: 

Sobrenadar: “Mantenerse sobre la superficie de un líquido sin hundirse y sin mezclarse con él”. Pero también significa “bandearse o sortear las dificultades”. 

Ahora vemos, así de pronto, que todo eso tiene mucho que ver con la actitud que mantuvo Manuel Lozano Garrido a lo largo de su vida al respecto de su dificultosa situación física… 

No es necesario que digamos, otra vez (aunque lo hacemos con gusto) que Lolo sufrió mucho físicamente a lo largo de su vida y que, ante eso, cualquiera de nosotros (todas las personas no, a lo mejor) habríamos caído en la más grande depresión que podamos imaginar. E, incluso, es hasta posible que resultase difícil rebatir cómo nos comportaríamos si estuviéramos unas decenas de años en un sillón de ruedas y perdiendo, cada día, capacidad tras capacidad… 

Lolo, de todas formas, no era ningún masoquista ni nada por el estilo porque en sus obras escritas (en concreto, en sus libros) podemos leer muchas y más veces que siempre procuraba poner remedio (en la medida de sus posibilidades) a sus males del cuerpo. Y no, por tanto, se trata de decir que le gustaba sufrir o pasarlo mal. No, no se trata de eso porque ni siquiera a él (con toda la fuerza de espíritu que tenía) le podía gustar eso. No. Se debía tratar de otra cosa que tiene todo que ver con las definiciones que hemos traído aquí de la palabra “Sobrenadar”. 

En realidad, sí se trataba de otra cosa pero, más que nada, se trataba de “su” método que tenía todo de espiritual: vamos, que echaba mano de algo que va más allá de lo físico.

 

El método Lolo

 

Deberíamos tener en cuenta que lo que llamamos el “método Lolo” es algo que se puede copiar, aplicarse a uno mismo y, en fin, hacer de tal forma de hacer las cosas algo así como una tabla de salvamento ante lo que pueda venir.

 Lolo partía, creemos que es así, en su vida de algo intangible por sobrenatural como es la fe. 

Apoyarse en Quién creía no era nada del otro mundo para nuestro amigo sino que, ante determinada situación, digamos, mala, por la que pudiera pasar, era seguro lo primero que hacía: Apoyarse en Dios para afrontar y enfrentar con garbo sus muchos dolores físicos le permitía, eso, saber sobrenadar sobre los mismos que se le habían pegado como una lapa imposible de quitarse… 

Luego, tenía un ejemplo más que evidente de que, ante el sufrimiento, lo mejor era, primero, aceptarlo y, luego, darle un “uso”, digamos, espiritual. Vamos, obtener fruto de este. Y tal ejemplo no era otro que su hermano Jesucristo. 

Todos sabemos lo que sufrió Jesucristo. En su Pasión, más que nadie; antes, más abandono espiritual que ningún otro. Pero Cristo tenía a su Padre del Cielo a quien se dirigía en oración y en Quien confiaba hasta el extremo. Y es eso lo que debía venirle la mar de bien para afrentar y afrontar aquellas terribles horas de latigazos, salivazos y clavos… 

Es cierto y verdad que equipararse de forma absoluta con Jesucristo es algo impensable. Pero sí lo es tomar como base su hacer para con su vida y circunstancias. Y así, Lolo, supo siempre que nada de lo que le pasara iba a dar al traste con su fe ni con lo que sabía venía después de la muerte. Y eso le hizo fuerte… tan fuerte como para ser capaz de esquivar a la negra visita muchas veces hasta que fuera llamado por Dios de forma definitiva y única. 

La fe de Lolo. Tuvo que ser más que considerable dados los obstáculo que logró salvar, sobre los que supo “sobrenadar”. 

Y pedir. También debió formar parte del “método” Lolo la oración de petición. Y no sólo para sí mismo sino, también, para el prójimo. Pero no podemos imaginar que nuestro amigo no se dirigiese a Dios en esos “parrafillos” (como él mismo define a una conversación con Dios que lo escuchaba) que tenía con el Padre y le pidiese, al menos, una mijica de mejoría para lo suyo que era bien fuerte y suyo… Y si nos equivocamos, que Lolo nos perdone que en el Cielo todo bien es posible… 

Ya tenemos la fe como parte del método de Lolo; ya tenemos la oración que, por cierto, tanto y tanto tiene que ver con la fe, también como parte de su método. 

Y algo que no podía faltar en el “método Lolo” es la aceptación, un nivel de esta fuera de lo común. 

Debemos admitir, a tal respecto, que aceptar todo lo que, a nivel de sufrimiento y dolor, tuvo que aceptar Manuel no tuvo que ser fácil aunque, no podemos dejar de reconocer que, teniendo las otras “patas” de su banco espiritual que son la fe y la oración, aceptar no sería más que, por decirlo así, algo asumible y asumido. 

Aceptar… aceptar los “alfileritos” (en palabra suya) que sentía clavados en el cuerpo; aceptar la pérdida de la capacidad de comer, digamos, en condiciones ordinarias; aceptar que sus manos acabaran por no poder coger un bolígrafo, un lápiz; aceptar que sus ojos quedaran apagados físicamente y nada pudiera llevarse, a su corazón, haciendo uso de tal sentido; aceptar, aceptar, aceptar… 

Siempre aceptar y no poner mala cara. Y es que nos dicen quienes lo conocieron que Lolo era un hombre alegre. ¡Alegre!; que también era feliz, inmensamente feliz. ¡Feliz!, que según la forma de ser hoy día, es algo como poco comprensible cuando todo se cifra en el tener y no en el ser… Feliz, sí; alegre, más que nadie es eso seguro según, decimos, nos dicen quienes lo conocieron y que, hoy mismo, pueden certificar con sus propias palabras. Y era alegre y feliz porque sabía de Quién debía fiarse… 

Vemos, pues: fe, oración, aceptación. Es una buena tríada, pues muy vinculada está la fe con la oración y con la aceptación. 

A nosotros, de todas formas, y a tanta distancia espiritual como estamos de Lolo, sólo nos queda por decir: gracias, Lolo; gracias por enseñarnos un método que, es casi seguro, no seremos capaces de aplicarnos pero eso, como en todo lo espiritual, corresponde a cada uno de nosotros que por eso Dios nos da libertad… y por eso Lolo fue como fue y nosotros… pues eso, y nosotros. 

  

Eleuterio Fernández Guzmán

 

Panecillos de meditación

 

Llama el Beato Manuel Lozano GarridoLolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos. 

 

Panecillo de hoy:

 

Entender el sufrimiento es un bien más que importante.

 

Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor":

“Nunca será Dios el primero en pestañear cuando dos ojos le interroguen con hambre de verdad “ (16)

Para leer Fe y Obras.

 

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.