InfoCatólica / Eleuterio Fernández Guzmán / Categoría: Apostolado laico -La Palabra para el Domingo

26.06.11

La Palabra del Domingo - 26 de junio de 2011 - Verdadero pan para la verdadera vida

Biblia

Jn 6, 51-58. Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida.

51 Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. Si uno come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo le voy a dar es mi carne por la vida del mundo.» 52 Discutían entre sí los judíos y decían: «¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?» 53 Jesús les dijo: «En verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. 54 El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo le resucitaré el último día. 55 Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre verdadera bebida. 56 El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí, y yo en él. 57 Lo mismo que el Padre, que vive, me ha enviado y yo vivo por el Padre, también el que me coma vivirá por mí. 58 Este es el pan bajado del cielo; no como el que comieron vuestros padres, y murieron; el que coma este pan vivirá para siempre.»

COMENTARIO

Verdadero pan para la verdadera vida

Continuó Jesús con su promesa escatológica. El Mesías insiste, en muchas ocasiones, en determinadas cosas para que fuesen comprendidas; muchas veces el Enviado ilumina la vida de sus contemporáneos diciendo lo mismo repetidamente porque sabía y conocía la dificultad que tenían de comprender su doctrina y el mensaje que traía de parte de Dios.

Esto viene, por eso, a concretar lo dicho sobre el pan vivo en un momento inmediatamente anterior.

Se refiere, Jesús, a su cuerpo, que lo va a entregar para la salvación de todos. Por eso dice el pan que yo le voy a dar; y ese pan, que será transubstanciado a partir, y en, la Eucaristía, es la causa necesaria de nuestra fe.

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19.06.11

La Palabra del Domingo - 19 de junio de 2011 - Salvados por Cristo

Biblia

Jn 3, 16-18. Dios mandó su Hijo, para que el mundo se salve por él.

16 Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna. 17 Porque Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. 18 El que cree en él, no es juzgado; pero el que no cree, ya está juzgado, porque no ha creído en el Nombre del Hijo único de Dios.

COMENTARIO

Salvados por Cristo

Jesús conversa con Nicodemo, un judío importante. En la conversación se plantean realidades espirituales de gran importancia para quien podemos considerar discípulo “secreto” de Jesús: salvación, agua, Espíritu, nacer de nuevo…

Aquí se habla, precisamente, del juicio que recaerá o recae, ahora mismo, sobre cada uno, singular y particular.

Y, sin embargo, Jesús no se limita a decir que habrá un juicio sino que indica, muy claramente, qué hay que hacer o, mejor, qué tenemos que llevar a cabo para, en el momento del juicio, poder defendernos lo mejor posible.

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12.06.11

La Palabra del Domingo - 12 de junio de 2011 - Espíritu Santo que envía

Biblia

Jn 20, 19-23. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo.

19 Al atardecer de aquel día, el primero de la semana, estando cerradas, por miedo a los judíos, las puertas del lugar donde se encontraban los discípulos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: «La paz con vosotros.» 20 Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Los discípulos se alegraron de ver al Señor. 21 Jesús les dijo otra vez: «La paz con vosotros. Como el Padre me envió, también yo os envío.» 22 Dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo. 23 A quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.»

COMENTARIO

Espíritu Santo que envía

Que los discípulos de Jesús tenían miedo lo habían demostrado dejando casi solo al Maestro a los pies de la Cruz. Era, tal forma de actuar, una forma muy humana de comportarse y de demostrar, además, que no habían acabado de entender lo que tanto les había tratado de inculcar Jesús: era el Hijo de Dios y tenía que morir y resucitar.

Para que todo lo que hizo tuviera sentido tuvo que aparecerse, Jesús, a sus discípulos. Estaban escondidos por lo dicho arriba. Sólo así comprendieron todos los, para ellos, extraños mensajes que habían recibido de Él y que, en su tiempo, no entendieron.

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5.06.11

La Palabra del Domingo -5 de junio de 2011 - Enviados como testigos

Biblia

Mt 28, 16-20. Se me ha dado pleno poder en el cielo y en la tierra.

16 Por su parte, los once discípulos marcharon a Galilea, al monte que Jesús les había indicado. 17 Y al verle le adoraron; algunos sin embargo dudaron.18 Jesús se acercó a ellos y les habló así: ‘Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra.19 Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, 20 y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo.’

COMENTARIO

Enviados como testigos

Jesús, cuando resucita sabe que tiene que acudir a sus amigos. Estos tienen miedo y, por eso, exactamente por eso sabe Cristo que debe acudir al encuentro de sus discípulos para decirles cual ha de ser la labor que han de realizar en su más inmediato futuro. Ahora todo empezará de nuevo.

Es lógico que cuando los discípulos ven a Jesús ya no puedan dudar de nada. Esto, conociendo a los que, ni por esas, eran capaces de entender que lo que había sucedido era, todo, cierto. Por eso, a pesar de que lo adoran, es decir, que lo tratan como a Dios, adorándole, quedan algunos de ellos que dudan, en su corazón y por eso, sabe que esta duda requiere la intervención inmediata del Mesías que, resucitado, siente que ha llegado el momento de que su mensaje sea entendido del todo.

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29.05.11

La Palabra del Domingo - 29 de mayo de 2011- Espíritu Santo

Biblia

Jn 14, 15-21. Yo le pediré al Padre que os dé otro defensor.

15 Si me amáis, guardaréis mis mandamientos; 16 yo pediré al Padre y os dará otro Paráclito, para que esté con vosotros para siempre, 17el Espíritu de la verdad, a quien el mundo no puede recibir, porque no le ve ni le conoce. Pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros. 18 No os dejaré huérfanos: volveré a vosotros. 19 Dentro de poco el mundo ya no me verá, pero vosotros si me veréis, porque yo vivo y también vosotros viviréis. 20 Aquel día comprenderéis que yo estoy en mi Padre y vosotros en mí y yo en vosotros. 21 El que tiene mis mandamientos y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ame, será amado de mi Padre; y yo le amaré y me manifestaré a él.»

COMENTARIO

Espíritu Santo

Jesús hace muchas promesas que luego, como era de esperar, cumple porque nadie le gana en fidelidad a Dios. Requiere, sin embargo, que se le ame y se acepte lo que dice. No es como una especie de compensación por creer en Él sino que es algo previo y de ahí el “convertíos y creed en el Evangelio”.

La promesa de enviar al Espíritu Santo, al Paráclito, la hace Jesús a sabiendas de lo que eso supone: guiará a la humanidad hasta el definitivo reino de Dios e inspirará lo bueno y benéfico para el hombre.

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