InfoCatólica / Eleuterio Fernández Guzmán / Archivos para: Enero 2022

12.01.22

Ventana a la Tierra Media – Cartas a Christopher: 1- De ciertas opiniones políticas de Tolkien padre y del reflejo que tienen en su obra

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Como suele ser habitual en J.R.R. Tolkien, para alguien que quiere escribir sobre su obra, es la misma una fuente y corriente inagotable de temas. Y, en concreto, sus “Cartas”(Edición de Minotauro, debemos decir para hacer justicia) son un una que, como dice el Salmo 41 ("Como busca la cierva corrientes de agua…), es de agua vivificante para todo lector y admirador del maestro de Oxford y, en concreto, para su alma.

Como se trata, por tanto, de una posibilidad más que amplia, hemos pensado que sería buena cosa, elegir algunas de las dirigió a su hijo Christopher cuando se encontraba el mismo en plena Segunda Guerra Mundial de la que, gracias a Dios, volvió con vida como hizo su padre en la otra, la Primera, de la que no sólo salió parte de su obra sino mucho del sentido que le dio a la misma. Y la cosa durará, como podemos imaginar, hasta que dure, si ustedes nos entienden…

Cartas, Tolkien | La Bitácora de Ithil

Pues bien, corría el 29 de noviembre de 1943, cuando Tolkien padre dice esto que sigue:


Mis opiniones políticas se inclinan más y más hacia el anarquismo (entendido filosóficamente, lo cual significa la abolición del control, no hombres barbados armados de bombas o hacia la monarquía ‘inconstitucional’. Arrestaría a cualquiera que empleara la palabra Estado (en cualquier otro sentido que no fuera el reino inanimado de Inglaterra y sus habitantes, algo que carece de poder, derechos o mente) y después de darle la oportunidad de retractarse, ¡ejecutarlo si se obstina en no hacerlo!

 

No podemos negar que apuesta fuerte Tolkien padre en lo que dice pero, como es lógico, aquí hay mucho que matizar para que nadie se lleve a engaño. Y es que no conviene andar por el camino equivocado sin llegar a lugar alguno y errando el paseo intelectual por esto se caiga por algún barranco donde algún dragón ideológico esté esperando para devorarlo… 

Pues bien, de estas palabras de J.R.R. bien podemos creer que, en cuanto a pensamiento político nuestro escritor era, en esencia, liberal pues nos muestra una de las razones de ser del liberalismo: cuanto menos intervención estatal mejor. 

Y aún estando nosotros totalmente de acuerdo con esto no se trata aquí de mitinear sobre tal asunto sino ver si, acaso, tal forma de pensar se refleja en su obra escrita pues eso demostrará no poca coherencia y ningún intento de tergiversar su pensamiento por intereses, digamos pecuniarios. 

Algo que no era del gusto particular del autor de El Hobbit (etc.) era, precisamente, lo que supone el control que, desde el Estado, puede llegar a ejercerse sobre la población que lo constituye. 

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11.01.22

Cuando Martín Descalzo escribió a Dios: 1- Un simple gracias

Guillermo Luca de Tena nombra al sacerdote José Luis Martín Descalzo nuevo  Director de la revista BLANCO Y NEGRO - La Hemeroteca del Buitre

Introducción:

José Luis Martín Descalzo o, mejor, el P. José Luis Martín Descalzo (Madridejos, 1930 – Madrid, 1991) fue, como vemos, sacerdote. Pero también fue escritor. Dirigió revistas como “Vida nueva” y “Blanco y Negro”.

Como escritor, es autor, entre otros, de libros como “La frontera de Dios”, a la sazón premio Nadal de 1956, “Lobos, perros y corderos”, de 1978, o ensayos como “Un periodista en el Concilio, 1962-1965” y, por citar una última obra suya, su impagable “Vida y misterio de Jesús de Nazaret” ante la cual cabe descubrirse el sombrero si es que se lleva tal prenda… 

Pero Martín Descalzo también tuvo relación con el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, a quien mantuvo al punto de la noticia de lo que sucedía en el Concilio Vaticano II porque le enviaba, por decirlo así, un boletín con lo que estaba acaeciendo en Roma (fue, Martín, enviado especial de La Gaceta del Norte) y ante lo cual Lolo reaccionaba más que emocionado. 

El caso es que el P. Martín Descalzo llegó a decir Misa en casa de Manuel Lozano Garrido (pues, dadas sus especiales circunstancias física le fue autorizado algo tan excepcional como eso) y quedó vivamente impresionado al ver el aplomo que tenía Lolo y cómo se comportaba teniendo en cuenta la situación por la que estaba pasando desde hacía muchos años. 

Pues bien, este hombre, el P. Martín Descalzo escribió una carta a Dios pocos años antes de ser llamado por el Padre a su Casa (cinco años más o menos). Y a ella nos vamos a dedicar las semanas que Dios quiera.

 

1- Un simple gracias

 

Gracias. Con esta palabra podría concluir esta carta, Dios mío, Amor mío. Porque eso es todo lo que tengo que decirte: gracias, gracias. Si, desde la altura de mis cincuenta y cinco años, vuelvo mi vista atrás, ¿qué encuentro sino la interminable cordillera de tu amor? No hay rincón en mi historia en el que no fulgiera tu misericordia sobre mí. No ha existido una hora en que no haya experimentado tu presencia amorosa y paternal acariciando mi alma.

 

Seguramente nada hay mejor que ser agradecido y, así, bien nacido. Y eso es lo que hace para empezar, José Luis Martín Descalzo. 

Su primera palabra, en esta especial y gozosa carta, es “Gracias". 

Sin duda alguna, dar las gracias supone que se ha reconocido, digamos, un beneficio por parte de quien se haya recibido. Y el P. Martín Descalzo, a pocos días de ser llamado a la Casa del Padre, sabe que Quién eso ha hecho con él no ha sido otro que Dios mismo

El caso es que Martín Descalzo sabe que eso viene de lejos. Es decir, que se siente agraciado por Dios, literalmente, desde siempre. Toda la misericordia del Todopoderoso la ha volcado con este hombre que, como podemos imaginar, debía sentirse el hombre más afortunado del mundo sabiendo que su Padre del Cielo se fijaba tanto en él (seguro que pensaba que como en cada uno de sus hijos) que no había rincón de su existencia en el que no pudiera encontrar una huella tan gozosa como la de Dios

Por otra parte, podemos decir que el P. Martín era más que afortunado en cuanto a las cosas del alma. Y es que experimentaba la presencia de Dios en su corazón. Además, que la misma era amorosa y era paternal lo cual, por cierto, no debía extrañar nada a quien eso recibía pues conocía muy bien la bondad y misericordia de su Padre del Cielo. Creyente, pues; confiado, pues; agradecido, pues, hasta decirlo algunas veces en tan pocas palabras. Es decir, que sus “gracias” tenían pleno sentido al crecer sobre la Roca firme que era Cristo (sacerdote suyo era) y, entonces, estar más que seguro de ser, digamos, “mimado” por Dios y, por tanto, capaz de lo mejor en su vida para el Creador y su prójimo. 

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10.01.22

Un amigo de Lolo - “Lolo, libro a libro” - La felicidad bien entendida

Presentación

Beato Manuel Lozano Garrido, beato Lolo sonriendo

Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista que vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infligían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y franco.

Continuamos con el traer aquí textos del Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo. Lo hacemos ahora con “Las golondrinas nunca saben la hora“ libro con el que damos comienzo un año nuevo, el 2022. Y, para más información, digamos que se trata de un diario que abarca entre el 2 junio de 1961 y el 20 de agosto de 1965 o, lo que es lo mismo, contempla la vida de Manuel Lozano Garrido durante cuatro años.

 

“Y es que la felicidad es una cosa bien distinta a las palmas de tango y el pasarlo bien. A uno le puede bajar por la cara un reguero de lágrimas, estar tosiendo, con taquicardia o detrás de un balcón y en el corazón bullirle todas las campanas del mundo“ (Las golondrinas nunca saben la hora, p. 23)

  

La felicidad bien entendida

 

Que sí, que es posible que alguien pueda pensar y decir que estas palabras de Lolo, en ellas, hay una voluntad de que las cosas, a pesar de todo, sean bien consideradas en la vida de uno. Algo así, digamos, como un voluntarismo un tanto exagerado… 

Es cierto que eso podría decirse pero, de hacerlo, es claro que no se ha entendido nada de lo que el Beato de Linares (Jaén, España) ha querido decir con esto. Y vamos a tratar de decir algo a tal respecto. 

Tenemos, por un lado, la felicidad, digamos, ordinaria, oficial podríamos decir. Y es la que se sostiene sobre aspectos externos a nosotros, en cómo nos comportamos de acuerdo a nuestros particulares intereses. Por eso habla Lolo de las palmas de tango o el mismo pasarlo bien. 

¿Están mal, acaso, las palmas de tango o pasarlo bien? 

Seguros estamos que Manuel Lozano Garrido no estaba contra las primeras o lo segundo. Sin embargo, tenía muy claro que las cosas de la felicidad tienen otro “nivel” para que se pueda considerar tal estado del alma aunque bien sepamos que estar alegre, dando palmas o pasándolo bien no es lo mismo que ser feliz pues una cosa es una cosa y otra… pues es otra. 

Y es ahí, precisamente, en el “alma” donde se centra lo relacionado, de verdad, con ser feliz o, en fin con la felicidad en su estado más puro, más cierto, como debe ser considerada la misma. 

Esto lo decimos porque Lolo considera la felicidad, ser feliz, desde otro punto de vista que no resulta tan mundano donde, como sabemos, lo externo priva sobre lo de “dentro” de uno, de su alma y de su espíritu. 

Debemos apreciar los casos en los que, de ordinario, no se presenta la felicidad como realidad con cartas sobre la mesa. Así, por ejemplo, nos habla Lolo de estados en los que eso de ser feliz… como que no casa con lo que pasa:

 

- Pasarlo mal y estar llorando, 

- Estar, simplemente, enfermo, sea cual sea la enfermedad

 

Y, por último, algo que lo retrata a él mismo a la perfección y que es, estar “detrás de un balcón” que es como permanecía durante buena parte del día al no poder pisar la calle, por así decirlo, debido a su enfermedad… 

Cualquiera diría, y se dice, que si se llora por pasarlo mal, si se está enfermo o si se está recluido en su casa detrás de un balcón como única comunicación con el exterior, que ahí no puede haber felicidad alguna. Y ahí es cuando Lolo pone sus cartas sobre la mesa y sale vencedor de esta partida

Esto lo decimos porque cree Lolo que, incluso en las situaciones que pone como ejemplo de lo malo que a uno le puede suceder, se puede ser feliz y, como dice, que las campanas del mundo, “todas” (no unas pocas o muchas sino, exactamente, todas) pueden estar repicando en su corazón y no lo hacen, precisamente, a muerto sino, justamente, a lo contrario: a vivo bien vivo y a feliz y bien feliz. 

Claro que, para eso, se ha de tener un sentido del sufrimiento y del dolor muy diferente a como solemos tenerlo. Y, claro, ser de otra pasta espiritual distinta a la ordinaria…

   

Eleuterio Fernández Guzmán

Llama Manuel Lozano GarridoLolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Saber sufrir, espiritualmente hablando, es un verdadero tesoro.

Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

8.01.22

La Palabra para el Domingo - 9 de enero de 2022

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Como es obvio, hoy no es domingo 9 sino sábado, 8 de enero de 2022. Esto lo decimos porque hemos publicado hoy el comentario del Evangelio que siempre hemos traído aquí en día, precisamente, domingo. Sin embargo, un amable lector, sacerdote, me hizo la sugerencia de poner el comentario del Evangelio del primer día de la semana, el sábado porque, como es verdad y lamento no haberme dado cuenta, el texto del Evangelio de la Santa Misa del sábado por la tarde es el del domingo siguiente.


También lamento no haberme dado cuenta de que publicando este comentario a determinada hora de España aún es viernes en la América hispana. Por eso, y por cumplir con el horario y que las cosas sean razonables, es publicado este comentario ahora, a esta hora en España cuando ya es sábado en América. Y a lo mejor es posible que haya quien piense que decir esto no hace falta pero con franqueza digo que creo es necesario y más que necesario.”

 

Lc 3, 15-16. 21-22

 

“15 Como el pueblo estaba a la espera, andaban todos pensando en sus corazones acerca de Juan, si no sería él el Cristo; 16 respondió Juan a todos, diciendo: ‘Yo os bautizo con agua; pero viene el que es más fuerte que yo, y no soy digno de desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará en Espíritu Santo y fuego’.

 21 Sucedió que cuando todo el pueblo estaba bautizándose, bautizado también Jesús y puesto en oración, se abrió el cielo, 22      y bajó sobre él el Espíritu Santo en forma corporal, como una paloma; y vino una voz del cielo:  ‘Tú eres mi hijo; yo hoy te he engendrado’”.

      

 

COMENTARIO

Aquel que bautiza con fuego

 

Muchos judíos esperaban, con franqueza y con fe, la llegada del Mesías. Y es que sabían que Dios, que nunca incumple sus promesas, había prometido que lo enviaría para que el mundo se salvase de la perdición eterna.

El caso es que muchas señales mostraban, en los textos sagrados del pueblo elegido por Dios para ser el Suyo, que el Enviado del Todopoderoso haría cosas grandes, que muchas otras cambiarían de signo y que, en general, vendría al mundo el perdón de los pecados. No extraña, por tanto, que muchos miraran a Juan el Bautista de una forma muy especial y esperanzadora. 

Juan, aquel hombre que había nacido de la prima de María, la Virgen, llamada Isabel estaba más que seguro de una cosa: él no era el Cristo. Lo sabía, primero, porque no se sentía capaz de serlo (por su indignidad personal según él mismo creía) pero, sobre todo, porque se le había dicho que sería él, precisamente él, quien anunciaría al Enviado de Dios. 

Es bien cierto que Juan sabía eso. Y lo muestra con unas palabras que son muy fuertes porque enseñan que Quien tenía que venir haría algo que él, el Bautista, no podía hacer: bautizaría con Espíritu Santo y fuego. 

¡Espíritu Santo y fuego! Estas dos realidades mostraban, bien a las claras, que quien bautizada en el río Jordán no era el Mesías. Él bautizaba, sí con un bautismo para el perdón de los pecados. Lo hacía, sin embargo, con agua. No lo hacía, tampoco, con Espíritu Santo. Eso era cosa de otro, del Otro. 

Juan, por tanto, presenta al Hijo de Dios mostrando dos características propias, en exclusiva de él: el Espíritu Santo estará con él y el fuego de su bautismo limpiará los pecados con el fuego de la purificación. 

Y entonces acude Jesús a ser bautizado por Juan. 

¿El Hijo de Dios pecador para ser perdonado? No, el Hijo de Dios mostrando qué se debía hacer a sabiendas de no haber cometido, Él, pecado alguno y, además, haber nacido de mujer Inmaculada. 

Jesús muestra qué se ha de hacer: nacer a la vida eterna a través de un bautismo que perdona los pecados, de la infusión del Espíritu Santo que sana el alma y prepara el corazón para ser su templo. Eso es lo que muestra Aquel que había venido a ser bautizado por su primo Juan. 

La cosa, como es de imaginar, no iba a quedar ahí. Dios debía manifestarse porque todos debía conocer, todos debían saber a qué atenerse. 

Dios, diciendo que Aquel era su hijo y que le había engendrado, sienta las bases de una fe, de una creencia, que se asentaba en una Voluntad santa: el Todopoderoso había engendrado, no creado, a Aquel que había salido de las aguas del río Jordán. Además, sobre Él se había posado el Espíritu Santo, que desde entonces regirá su vida de una forma muy especial (llevándolo, por ejemplo, enseguida, al desierto) y, a partir de entonces, iba a bautizar con fuego, con aquel que sana, con aquel que purifica y, en fin, con aquel que prepara para la vida eterna que dura para siempre, siempre, siempre. 

Por otra parte, Juan se sabe indigno. Y es que nos dice que no lo es para desatarle la “correa de sus sandalias”. Y se refiere al Cristo. 

Podríamos preguntarnos nosotros mismos si creemos que somos más que Juan y podemos hacer otra cosa que no sea seguir la santa Providencia de Dios que envió a su Hijo para que el mundo se salvase… y el mundo no lo recibió.

  

PRECES

 

Pidamos a Dios por todos aquellos que no aceptan el bautismo de fuego de Cristo.

Roguemos al Señor.

 

Pidamos a Dios por todos aquellos que no quieren escuchar la voz de Dios.

Roguemos al Señor.

 

ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos a escuchar tu voz y a seguirla; y a seguirla.

  

Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

 

El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén. 

 

Eleuterio Fernández Guzmán

    

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Palabra de Dios; la Palabra.

Para leer Fe y Obras. 

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna. 

6.01.22

Epifanía del Señor

Epifanía del Señor

A lo largo del año litúrgico hay una serie de días especiales que son, digamos, de Precepto en el sentido de que no son el propio del domingo, día de Precepto por antonomasia. Y hoy, 6 de enero es el segundo de este nuevo año del Señor de 2022habiendo sido el primero de ellos el pasado 1 de este mismo mes de enero, especialmente dedicado a Santa María, Madre de DiosPor eso, tratamos de comentar el conjunto de los textos que el Calendario Litúrgico nos propone para hoy y no, como suele ser habitual los domingos, sólo el Evangelio.

Por tanto, los textos para el día de hoy, Epifanía del Señor, son los siguientes:

 

Is 60, 1-6

Sal 71

Ef 3, 2-3a.5-6

Mt 2, 1-12



Isaías 60

1 ¡Levántate, resplandece, porque llega tu luz
y la gloria del Señor brilla sobre ti!

2 Porque las tinieblas cubren la tierra
y una densa oscuridad, a las naciones,
pero sobre ti brillará el Señor
y su gloria aparecerá sobre ti.

3 Las naciones caminarán a tu luz
y los reyes, al esplendor de tu aurora.

4 Mira a tu alrededor y observa:
todos se han reunido y vienen hacia ti;
tus hijos llegan desde lejos
y tus hijas son llevadas en brazos.

5 Al ver esto, estarás radiante,
palpitará y se ensanchará tu corazón,
porque se volcarán sobre tilos tesoros del mar
y las riquezas de las naciones llegarán hasta ti.

6 Te cubrirá una multitud de camellos,
de dromedarios de Madián y de Efá.
Todos ellos vendrán desde Sabá,
trayendo oro e incienso,
y pregonarán las alabanzas del Señor.


Sal 71

1 De Salomón.
Concede, Señor, tu justicia al rey
y tu rectitud al descendiente de reyes,
2 para que gobierne a tu pueblo con justicia
y a tus pobres con rectitud.

3 Que las montañas traigan al pueblo la paz,
y las colinas, la justicia;
4 que él defienda a los humildes del pueblo,
socorra a los hijos de los pobres
y aplaste al opresor.

5 Que dure tanto como el sol y la luna,
a lo largo de las generaciones;
6 que sea como lluvia que cae sobre el césped
y como chaparrones que riegan la tierra.

7 Que en sus días florezca la justicia
y abunde la paz, mientras dure la luna;
8 que domine de un mar hasta el otro,
y desde el Río hasta los confines de la tierra.

9 Que se inclinen ante él las tribus del desierto,
y sus enemigos muerdan el polvo;
10 que los reyes de Tarsis y de las costas lejanas
le paguen tributo.
Que los reyes de Arabia y de Sebá
le traigan regalos;
11 que todos los reyes le rindan homenaje
y lo sirvan todas las naciones.

12 Porque él librará al pobre que suplica
y al humilde que está desamparado.

13 Tendrá compasión del débil y del pobre,
y salvará la vida de los indigentes.

14 Los rescatará de la opresión y la violencia,
y la sangre de ellos será preciosa ante sus ojos.

15 Por eso, que viva largamente
y le regalen oro de Arabia;
que oren por él sin cesar
y lo bendigan todo el día.

16 Que en el país abunden los trigales
y ondeen sobre las cumbres de las montañas;
que sus frutos broten como el Líbano
y florezcan como la hierba de los campos.

17 Que perdure su nombre para siempre
y su linaje permanezca como el sol;
que él sea la bendición de todos los pueblos
y todas las naciones lo proclamen feliz.

* * *

18 Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
el único que hace maravillas.

19 Sea bendito eternamente su Nombre glorioso
y que su gloria llene toda la tierra.
¡Amén! ¡Amén!

20 Fin de las oraciones de David, hijo de Jesé.

Ef 3, 2-3a. 5-6

2 Si es que conocéis la misión de la gracia que Dios me concedió en orden a vosotros: 3 cómo me fue comunicado por una revelación el conocimiento del Misterio.

5 Misterio que en generaciones pasadas no fue dado a conocer a los hombres, como ha sido ahora revelado a sus santos apóstoles y profetas por el Espíritu: 6 que los gentiles sois coherederos, miembros del mismo Cuerpo y partícipes de la misma Promesa en Cristo Jesús por medio del Evangelio.

Mt 2, 1-12

1 Cuando nació Jesús, en Belén de Judea, bajo el reinado de Herodes, unos magos de Oriente se presentaron en Jerusalén 2 y preguntaron: “¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? Porque vimos su estrella en Oriente y hemos venido a adorarlo". 3 Al enterarse, el rey Herodes quedó desconcertado y con él toda Jerusalén. 4 Entonces reunió a todos los sumos sacerdotes y a los escribas del pueblo, para preguntarles en qué lugar debía nacer el Mesías. 5 “En Belén de Judea, le respondieron, porque así está escrito por el Profeta: 6 Y tú, Belén, tierra de Judá, ciertamente no eres la menor entre las principales ciudades de Judá, porque de ti surgirá un jefe que será el Pastor de mi pueblo, Israel". 7 Herodes mandó llamar secretamente a los magos y después de averiguar con precisión la fecha en que había aparecido la estrella, 8 los envió a Belén, diciéndoles: “Vayan e infórmense cuidadosamente acerca del niño, y cuando lo hayan encontrado, avísenme para que yo también vaya a rendirle homenaje". 9 Después de oír al rey, ellos partieron. La estrella que habían visto en Oriente los precedía, hasta que se detuvo en el lugar donde estaba el niño. 10 Cuando vieron la estrella se llenaron de alegría, 11 y al entrar en la casa, encontraron al niño con María, su madre, y postrándose, le rindieron homenaje. Luego, abriendo sus cofres, le ofrecieron dones: oro, incienso y mirra. 12 Y como recibieron en sueños la advertencia de no regresar al palacio de Herodes, volvieron a su tierra por otro camino.

 

COMENTARIO

Dios se presentó al mundo

 


Esto se ha realizado, lo sabemos, en el hecho de que tres magos, llamados de su lejano país, fueron conducidos por una estrella para conocer y adorar al Rey del cielo y de la tierra. La docilidad de los magos a esta estrella nos indica el modo de nuestra obediencia, para que, en la medida de nuestras posibilidades, seamos servidores de esa gracia que llama a todos los hombres a Cristo

 

San León Magno

Sermón en la Epifanía del Señor

 


1.- Puede resultar extraño que unos sabios, de lejanas tierras, acudieran a Belén en busca, o mejor dicho, para encontrar, a alguien que no conocían. ¿Qué les podía impulsar a ello?, ¿Qué extraña llamada fue la que les atrajo?

Cuando no sabemos qué responder a algo que nos produce duda o perplejidad echamos mano, en muchas ocasiones, de lo tangible, de lo que puede demostrar aquello y, así, tranquilizamos nuestra conciencia y nuestras ansias de conocimiento.

Y a esto también se le ha pretendido encontrar respuesta. Al parecer, por aquella época un cometa surcó el cielo, indicando el camino a seguir.

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