InfoCatólica / Eleuterio Fernández Guzmán / Archivos para: Agosto 2020

7.08.20

J.R.R. Tolkien - Ventana a la Tierra Media – Una fantástica subcreación épica

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Se sabe, porque lo dijo él mismo, que siempre había querido que su nación, Inglaterra, tuviera, digamos, mitos como los tenían otros lugares, teniendo como ejemplo los del norte de Europa con los que tanto gozaba J.R.R. Tolkien. El que esto escribe desconoce totalmente si es que Inglaterra no los tiene o no eran del gusto del maestro pero, en verdad, querer, eso, quería el profesor de Oxford. Y es que lo épico  y mítico gustaba más que mucho a Tolkien padre.

Y, entonces, creó… bueno, subcreó porque ¿quería Tolkien padre dar a Inglaterra lo que no tenía?

Responder a esto, seguramente, no tenga sentido alguno pues eso era cosa, exclusivamente, suya. Sin embargo, lo bien cierto es que, a partir de eso, de querer eso, dio a la luz del mundo (primero, con el Hobbit, casi sin querer y, luego, con El Señor de los Anillos, queriendo y más que queriendo) un nuevo mundo o, mejor, una nueva Tierra, la Media.

Podríamos fantasear sosteniendo que esto es algo así como una distopía o, lo que es lo mismo, crear algo basado en la realidad con una realidad distinta pero que, en sí mismo, es algo malo, supone algo malo. Y no, eso no puede ser la Tierra Media, como podemos imaginar.

También podríamos sostener que se trata, al contrario de lo de arriba, de una utopía porque, en sí misma, la Tierra Media era un lugar bueno hasta que lo estropearon los malos empezando por el Ainur rebelde llamado Melko, luego Morgoth.

De todas formas, si hemos de decir algo a tal respecto, decimos que la Tierra Media es una distopía dentro de una utopía, es decir, algo que llega a ser malo o quieren hacerlo malo dentro de lo que, en sí mismo, es bueno… aunque, en realidad, nuestro autor quería una eutopía, algo bueno en sí mismo pero, como hemos dicho otras veces, los personajes creados quieren tener vida propia y acaba pasando lo que pasa… en fin.

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5.08.20

Beato Manuel Lozano Garrido - “Lolo, libro a libro”- Dios, tan cerca…

Presentación

Beato Manuel Lozano Garrido, beato Lolo sonriendo

Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista que vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infligían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y tan franco.

Continuamos con el traer aquí textos del Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo. Lo hacemos ahora con “Mesa redonda con Dios”.

Dios, tan cerca…

 

“La Palabra de Dios es dulce, limpia, eficaz y continua, como una fuente que mana un chorro infinitamente sabroso. Por eso Dios escucha y aconseja de día y de noche, sin horarios laborales ni fecha de la semana. Lo bueno Suyo es que se nos hace asequible aunque tengamos un pitillo entre los dedos, estemos amasando cemento o hayamos ido a comprar medio kilo de pescadillas.” (Mesa redonda con Dios, p. 32)

 

Muchas veces solemos decir, acerca de la unión que tenemos con Dios que, en realidad, no nos escucha porque no comprendemos cómo se acerca a nosotros. Pero, sobre todo, no somos capaces de comprender el significado de su santísima Palabra.

El Beato Manuel Lozano Garrido, que tiene un conocimiento  algo más que ordinario de todo esto, nos alienta a tener en cuenta lo que, aquí, de verdad, importa.

Se dice al principio de la Sagrada Escritura que la Palabra era Dios. Y eso ha de significar que son una misma realidad y que, a través de la primer conocemos la Voluntad del Todopoderoso y Creador nuestro.

“Sin horarios laborales ni fecha de la semana”. Con esto nos quiere decir Lolo que, de forma muy distinta a como nosotros actuamos con relación a Dios y a su Palabra (que podemos resumir en acudir a Uno y Otra cuando bien nos viene y según nuestras necesidades pero no de forma continua) nuestro Padre del Cielo no espera a horas determinadas para tenernos en cuenta sino que siempre está esperando a su descendencia.

“Sin horarios laborales” porque no debemos ser como profesionales, por decirlo así, de la oración a hora fija y, luego, nada de nada; “ni fecha de la semana” porque no podemos ser oradores sólo en un momento determinado sino que todo lo que llevamos a cabo debe estar llevado a cabo en presencia de Dios y, por tanto, sabiendo que Dios todo lo ve y todo lo sabe.

En realidad, la Palabra de Dios, a través de la cual conocemos cuál es su Voluntad, es, como dice el Beato de Linares (Jaén, España) “dulce, limpia, eficaz y continuay eso supone más que mucho porque,

 

-      es dulce y hace lo propio con nuestro corazón,

-      es limpia y hace lo propio con nuestra alma,

-      es eficaz y contribuye a que nuestra vida ordinaria esté de acuerdo con lo que Dios quiere de nosotros y, por fin,

-      es continua pues no tiene discontinuidades a conveniencia, ni siquiera, de Dios sino, en todo caso, de nosotros mismos.

 

Podemos ver, por tanto, que la Palabra del Todopoderoso es algo más que una realidad que nos recomienda hacer esto o lo otro o como una especie de recetario espiritual que podemos utilizar en el mundo y ante el mundo. No. La Palabra de Dios sana y nos sana porque emana y parte  del corazón de Aquel que todo ha creado y mantiene. Y por eso, precisamente por eso, está tan cerca de nosotros, hijos de Quien quiso que fuéramos… y fuimos.

En realidad, como nos dice nuestro hermano en la fe católica, lo bueno que tiene la Palabra de Dios (además de ser, eso Palabra de Dios) es que es fácilmente asequible o, lo que es lo mismo, que no requiere de especiales cualidades humanas o espirituales para alcanzarla.

Decir esto pudiera parecer el mejor de los mundos. Lo que pasa es que es la exacta realidad y la verdad de las cosas del alma: Dios se nos da través de su Palabra y no se hace, para nada, de rogar.

Que esto es así lo vemos en lo que Lolo nos dice acerca de cómo es de asequible la Palabra de Dios y que podemos resumir en que siempre está ahí, a nuestro lado como lo está el mismo Dios que nos ha creado. Y es que Dios está tan cerca que, a veces, nuestra ceguera, nos impide verlo.

 

   

Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

 

Llama el Beato Manuel Lozano GarridoLolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Saber sufrir, espiritualmente hablando, es un verdadero tesoro.

Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

2.08.20

La Palabra del domingo – 2 de agosto de 2020

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Mt 14, 13-21

 

“13 Al oírlo Jesús, se retiró de allí en una barca, aparte, a un lugar solitario. En cuanto lo supieron las gentes, salieron tras él viniendo a pie de las ciudades. 14 Al desembarcar, vio mucha gente, sintió compasión de ellos y curó a sus enfermos.15 Al atardecer se le acercaron los discípulos diciendo: ‘El lugar está deshabitado, y la hora es ya pasada. Despide, pues, a la gente, para que vayan a los pueblos y se compren comida.’ 16 Mas Jesús les dijo: ‘No tienen por qué marcharse; dadles vosotros de comer.’ 17 Dícenle ellos: ‘No tenemos aquí más que cinco panes y dos peces.’ 18 Él dijo: ‘Traédmelos acá.’ 19 Y ordenó a la gente reclinarse sobre la hierba; tomó luego los cinco panes y los dos peces, y levantando los ojos al cielo, pronunció la bendición y, partiendo los panes, se los dio a los discípulos y los discípulos a la gente. 20 Comieron todos y se saciaron, y recogieron de los trozos sobrantes doce canastos llenos. 21 Y los que habían comido eran unos 5.000 hombres, sin contar mujeres y niños”.

 

COMENTARIO

Los panes y los peces

Aquellas miles de personas que seguían a Jesús, al parecer, no estaban preocupadas por qué iban a comer. Jesús, sin embargo, sí lo estaba y, además, quería poner a prueba a sus apóstoles.

Había muchos, seguramente de los más humildes y sencillos, que creían en aquel Maestro que enseñaba con verdadera autoridad y no como otros de los considerados sabios. Por eso lo dejaban todo y, yendo a pie o como mejor podían, iban allí donde sabían que estaba.

Y en aquella ocasión se reunieron muchos.

Digamos que la forma de escribir este texto denota el sentido exacto que se tenía, entonces, de la familia y de la relación entre sus miembros. Por eso dice que eran unos 5.000 “hombres” pero, en efecto, no cuentan a mujeres y niños pues siempre se tenía más en consideración a los cabezas de familia que eran los hombres. Pero Jesús los tiene en cuenta a todos y no hace acepción de personas ni por sexo ni por edad y circunstancia. Es más, seguramente sentía un aprecio profundo por los considerados menos.

Podemos imaginar el cuadro histórico: miles de personas (de las cuales Jesús ya había curado a unas cuantas de diversos males) sentadas escuchando a Jesús. Pero ha llegado la hora de comer. ¿Qué hacer?

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