InfoCatólica / Eleuterio Fernández Guzmán / Archivos para: Abril 2019

18.04.19

Semana Santa: Salvados a cambio de Su Sangre

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Sangre y Luz. Así, dicho, son dos palabras que, a lo mejor, poco tienen que ver. Sin embargo, si las miramos desde el punto de vista de la historia de la salvación, es posible que encontremos más de una relación. 

Digamos para empezar que eso, la historia que llamamos de la salvación lo es, primero, y tiene, un sentido histórico porque se ha desarrollado a lo largo del devenir de la humanidad; y es de salvación porque ha tenido, como fin, que el ser creado por Dios a su imagen y semejanza se salve. Y si necesitaba salvación era, claro, porque estaba perdido, porque se había salido del camino que el Todopoderoso le había trazado para encontrarse con Él en el Cielo y había estado paciendo, cual oveja díscola, en cualquier otro campo donde la hierba no proporcionaba vida eterna sino, como mucho, un sustento mundano y temporal. 

Pero el Plan, así con mayúscula porque es Dios quien lo estableció, debía cumplirse y se iba a cumplir muy a pesar de ciertos comportamientos humanos. Bueno, a lo mejor, por eso mismo… 

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17.04.19

Semana Santa: con los pies lavados

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¿Qué hacemos con la salvación?

 

Esta pregunta, demasiadas veces, no tiene fácil respuesta; a veces, para según qué espíritus, ninguna. De todas formas, vayamos por partes. 

Seguramente no hace falta decir que hoy, además de ser Jueves Santo y, por tanto, podríamos decir en lenguaje moderno, Día Internacional del Amor Fraterno, es el día en el que el Hijo de Dios hizo mucho por sus hermanos los hombres y, en general, por el hombre, creación de Dios hecha a su imagen y semejanza

Cuando decimos esto último, lo de la “imagen y semejanza”, hay quien cree que eso supone que, como nosotros, los seres humanos, somos como somos, digamos, físicamente, que Dios ha de ser así porque si somos hechos a su imagen y semejanza y así somos… En fin, que así solemos pensar nosotros. 

Sin embargo, es más acertado creer que somos imagen y semejanza de Dios no físicamente sino espiritualmente. Y es que como el Creador es espíritu (misterio que ahora ni entendemos ni entenderemos hasta que podamos preguntárselo a Él directamente en el Cielo y se nos expliquen bien las cosas) nosotros somos, sí, imagen y semejanza suya, pero a un nivel no físico sino, más bien, espiritual. Y, entonces, entra en juego, lo que muchas veces no queremos que entre en juego: la Bondad, el Amor, la Misericordia, el Perdón, etc., etc., etc. 

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16.04.19

Revista “Fe y Obras” - Número 3 - Semana Santa y Pentecostés

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Así también la fe, si no tiene obras,

está realmente muerta” (St 2, 17)

 

Dando gracias a Dios por la inspiración y por la posibilidad de poder llevar a cabo un proyecto largamente acariciado por este que escribe, traemos hoy a esta casa el tercer número de una Revista católica de título “Fe y Obras”.

 

ÍNDICE

  

Carta del Director 

Magisterio 

Desde la fe 

Nuestros mayores en la fe dicen 

Habla el Catecismo de la Iglesia Católica 

Camino, Verdad y Vida 

El libro del cuatrimestre. En este número, los libros.

Oremos 

Hasta que Dios quiera

  

*******

 

Carta del Director

 

Estimados lectores:

 

Una vez ha pasado el tiempo de Cuaresma y, es de suponer, hemos limpiado nuestro corazón lo mejor que hayamos sido capaces de limpiar, llega un tiempo espiritual que es crucial.

 

Cuando decimos eso, que es crucial, nos referimos que tiene relación perfecta con la cruz o, mejor, con la Cruz., Y nos referimos, claro está, a la de Cristo.

 

Este tiempo es más que especial. Y es que una semana de gloria como fue aquella en la que el Hijo de Dios entró en la Ciudad Santa, el pasado Domingo, de Ramos, y allí manifestó que era, en efecto, el Mesías y Enviado de parte del Todopoderoso, culminó con un tiempo terrible: el de la muerte de Jesucristo en la Cruz.

 

Había, sin embargo, esperanza. Y era la que había sembrado Jesucristo cuando dijo que sí, que iba a ser entregado y que iba a morir. Sin embargo, también dijo que iba a resucitar.

 

Es más que cierto que muchos de aquellos que escucharon eso de la resurrección no acabaron de entender lo que quería decir. Y no es que el pueblo judío no supiera nada sobre tal tema, que sí sabía y había partidarios y contrarios al mismo, sino que no era un tema demasiado fácil siendo, además, muy misterioso.

 

Pero sí, Jesucristo sería entregado en manos de sus matarifes, moriría y, luego, resucitaría. Y estaría con sus discípulos, aún, algunas semanas más hasta que en un momento concreto y bien determinado, en Pentecostés, enviaría a los suyos a transmitir la Buena Noticia. La Iglesia, luego llamada católica, inició su camino que llega hasta hoy mismo.

 

Este tiempo, por tanto, es demasiado importante como para que lo olvidemos. Y no lo vamos a hacer, por supuesto.

 

 

Eleuterio Fernández Guzmán

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14.04.19

Semana Santa: Pasión y salvación

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Ayer mismo vivimos, y revivimos, un momento más que importante en la historia de la salvación del ser humano creyente en Dios Todopoderoso, Creador del Cielo y de la Tierra y de todo lo visible e invisible. Y es que ayer domingo lo fue de Ramos, llamado así por aquellos que tendieron, a su paso hacia la Ciudad Santa, los que también creían en Dios. 

Esto lo decimos porque, como ponemos en el título de este artículo, esta Semana, llamada Santa porque lo es, lo es de Pasión pero también es de salvación. Es más, lo primero tiene como fin lo segundo. 

Sabemos que resulta muy difícil sostener una cosa y la otra sin que nos dé un vuelco el corazón. Y es que, así como Dios envío a su Único Hijo engendrado y no creado al mundo, estamos más que seguros de que lo hizo en bien de la humanidad que había creado, nada más y nada menos, que a su imagen y semejanza. 

Podemos decir, sin temor a equivocarnos, que lo que conocemos de aquellos días, aquella semana de siete días completos que van desde aquella entrada hasta la Resurrección de Nuestro Señor, es no terrible sino, como se suele decir, lo siguiente. Y con eso queremos decir que, en este caso, se supera toda aberración que pudiera ser imaginada y todo maltrato que una mente enferma pudiera crear. 

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13.04.19

La Palabra del domingo - 14 de abril de 2019

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Domingo de Ramos

 

Lc 23, 1-49

 

1 Y levantándose todos ellos, le llevaron ante Pilato.

2 Comenzaron a acusarle diciendo: «Hemos encontrado a éste alborotando a nuestro

pueblo, prohibiendo pagar tributos al César y diciendo que él es Cristo Rey».

3 Pilato le preguntó: «¿Eres tú el Rey de los judíos?» El le respondió: «Sí, tú lo dices».

4 Pilato dijo a los sumos sacerdotes y a la gente: «Ningún delito encuentro en este hombre».

5 Pero ellos insistían diciendo: «Solivianta al pueblo, enseñando por toda Judea, desde

Galilea, donde comenzó, hasta aquí».

6 Al oír esto, Pilato preguntó si aquel hombre era galileo.

7 Y, al saber que era de la jurisdicción de Herodes, le remitió a Herodes, que por aquellos

días estaba también en Jerusalén.

8 Cuando Herodes vio a Jesús se alegró mucho, pues hacía largo tiempo que deseaba verle,

por las cosas que oía de él, y esperaba presenciar alguna señal que él hiciera.

9 Le preguntó con mucha palabrería, pero él no respondió nada.

10 Estaban allí los sumos sacerdotes y los escribas acusándole con insistencia.

11 Pero Herodes, con su guardia, después de despreciarle y burlarse de él, le puso un

espléndido vestido y le remitió a Pilato.

12 Aquel día Herodes y Pilato se hicieron amigos, pues antes estaban enemistados.

13 Pilato convocó a los sumos sacerdotes, a los magistrados y al pueblo

14 y les dijo: «Me habéis traído a este hombre como alborotador del pueblo, pero yo le he

interrogado delante de vosotros y no he hallado en este hombre ninguno de los delitos de

que le acusáis.

15 Ni tampoco Herodes, porque nos lo ha remitido. Nada ha hecho, pues, que merezca la

muerte.

16 Así que le castigaré y le soltaré».

18 Toda la muchedumbre se puso a gritar a una: «¡Fuera ése, suéltanos a Barrabás!»

19 Este había sido encarcelado por un motín que hubo en la ciudad y por asesinato.

20 Pilato les habló de nuevo, intentando librar a Jesús,

21 pero ellos seguían gritando: «¡Crucifícale, crucifícale!»

22 Por tercera vez les dijo: «Pero ¿qué mal ha hecho éste? No encuentro en él ningún delito

que merezca la muerte; así que le castigaré y le soltaré».

23 Pero ellos insistían pidiendo a grandes voces que fuera crucificado y sus gritos eran cada

vez más fuertes.

24 Pilato sentenció que se cumpliera su demanda.

25 Soltó, pues, al que habían pedido, el que estaba en la cárcel por motín y asesinato, y a

Jesús se lo entregó a su voluntad.

26 Cuando le llevaban, echaron mano de un cierto Simón de Cirene, que venía del campo,

y le cargaron la cruz para que la llevará detrás de Jesús.

27 Le seguía una gran multitud del pueblo y mujeres que se dolían y se lamentaban por él.

28 Jesús, volviéndose a ellas, dijo: «Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí; llorad más bien por

vosotras y por vuestros hijos.

29 Porque llegarán días en que se dirá: ¡Dichosas las estériles, las entrañas que no

engendraron y los pechos que no criaron!

30 Entonces se pondrán a decir a los montes: ¡Caed sobre nosotros! Y a las colinas:

¡Cubridnos!

31 Porque si en el leño verde hacen esto, en el seco ¿qué se hará?»

32 Llevaban además otros dos malhechores para ejecutarlos con él.

33 Llegados al lugar llamado Calvario, le crucificaron allí a él y a los malhechores, uno a la

derecha y otro a la izquierda.

34 Jesús decía: «Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen». Se repartieron sus

vestidos, echando a suertes.

35 Estaba el pueblo mirando; los magistrados hacían muecas diciendo: «A otros salvó; que

se salve a sí mismo si él es el Cristo de Dios, el Elegido».

36 También los soldados se burlaban de él y, acercándose, le ofrecían vinagre

37 y le decían: «Si tú eres el Rey de los judíos, ¡sálvate!»

38 Había encima de él una inscripción: «Este es el Rey de los judíos».

39 Uno de los malhechores colgados le insultaba: «¿No eres tú el Cristo? Pues ¡sálvate a ti y

a nosotros!»

40 Pero el otro le respondió diciendo: «¿Es que no temes a Dios, tú que sufres la misma

condena?

41 Y nosotros con razón, porque nos lo hemos merecido con nuestros hechos; en cambio,

éste nada malo ha hecho».

42 Y decía: «Jesús, acuérdate de mí cuando vengas con tu Reino».

43 Jesús le dijo: «Yo te aseguro: hoy estarás conmigo en el Paraíso».

44 Era ya cerca de la hora sexta cuando, al eclipsarse el sol, hubo oscuridad sobre toda la

tierra hasta la hora nona.

45 El velo del Santuario se rasgó por medio

46 y Jesús, dando un fuerte grito, dijo: «Padre, en tus manos pongo mi espíritu» y, dicho

esto, expiró.

47 Al ver el centurión lo sucedido, glorificaba a Dios diciendo: «Ciertamente este hombre

era justo».

48 Y todas las gentes que habían acudido a aquel espectáculo, al ver lo que pasaba, se

volvieron golpeándose el pecho.

49 Estaban a distancia, viendo estas cosas, todos sus conocidos y las mujeres que le habían seguido desde Galilea.

 

COMENTARIO

Unos ramos de gloria y de sangre

 

Es bien cierto que el Calendario Litúrgico nos tiene reservado para hoy, 14 de abril de 2019, un texto muy extenso que refiere toda la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo. Así tiene que ser porque hoy empieza, claro está, la llamada Semana Santa y esto es lo que nos corresponde saber y tener en cuenta. 

Sin embargo, nosotros vamos a comentar, en especial, el día de hoy, Domingo de Ramos. 

Cuando, cada año, llega un domingo tan especial como es el llamado de Ramos, nos vienen al corazón y a la mente unos momentos muy importantes para la historia de cada uno de nosotros y, en general, para toda la humanidad. 

En aquel momento, un hombre entraba en Jerusalén. Lo hacía de una forma poco ostentosa pues entraba en un pobre jumento que no decía mucho, precisamente, de que su reino fuera de este mundo y mostrara, así, su gran poder. Y lo hacía así porque su poder era muy otro y tenía poco que ver con mundanidades y sí con grandes alturas espirituales. 

Nada de armas, nada de caballos. Tan sólo los ¡Hosannas! de aquellos que lo recibían como Rey, pero como un tipo de Rey muy distinto a los que se estaba acostumbrado por entonces. 

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