InfoCatólica / Eleuterio Fernández Guzmán / Archivos para: 2015

5.11.15

El rincón del hermano Rafael – Saberse amado por Dios

“Rafael Arnáiz Barón nació el 9 de abril de 1911 en Burgos (España), donde también fue bautizado y recibió la confirmación. Allí mismo inició los estudios en el colegio de los PP. Jesuitas, recibiendo por primera vez la Eucaristía en 1919.”

Esta parte de una biografía que sobre nuestro santo la podemos encontrar en multitud de sitios de la red de redes o en los libros que sobre él se han escrito.   

Nosotros vamos a dedicar nuestra atención a un libro en particular. Recoge los diarios de San Rafael Arnaiz entre el 16 de diciembre de 1937 y el 17 de abril de 1938y está editado por la Asociación Bendita María.

Vayamos, de todas formas, ahora mismo, a escribir sobre el protagonista de esta nueva serie.

Cuando Dios tiene a bien escoger a uno de sus hijos para que siga una vida de fe acentuada hace que se note desde la corta edad. Y eso era que le pasaba a Rafael: daba muestras de que las cosas de Dios le interesaban más que al resto de sus compañeros de la infancia.

Sin embargo, desde temprana edad enfermó y empezó a llevar su particular cruz.

Aunque Rafael, dotado de una precoz inteligencia, parecía tener una vida en el mundo, en el siglo, de especial importancia (se matriculó en la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid) no podía evitar, ni quería, su voluntad de profundizar en su vida espiritual.

Tal es así que ingresó en el monasterio cisterciense de San Isidro de Dueñas el 15 de enero de 1934.

La enfermedad que arriba hemos citado, la diabetes sacarina, le obligó a abandonar el monasterio en tres ocasiones pero volvió en otras tres ocasiones porque bien sabía que no otro era el camino espiritual que debía seguir.

Cuando recién había estrenado los 27 años Dios lo llamó cabe sí un 26 de abril de 1938 siendo sepultado en el monasterio donde había ingresado para seguir una vida espiritual acorde con su voluntad de hijo del Creador.

El caso es que la fama de santidad de un católico tan joven y tan entregado a su fe no tardó en salir de los muros del monasterio. Y es que aquello que había escrito estaba dotado de una especial atracción. Tal es así que el 20 de agosto de 1989, san Juan Pablo II lo propuso como modelo para los jóvenes que iban a acudir a la Jornada Mundial de la Juventud a celebrar en Santiago de Compostela. Y unos pocos años después, en 1992 fue beatificado (el 27 de septiembre).

Pero, seguramente, no bastaba con el reconocimiento que se hacía entonces. El Beato Rafael iba a subir un escalón más en el Cielo y el 11 de octubre de 2009 el ahora emérito Benedicto XVI canonizaba a quien había sabido comunicar al mundo que sólo Dios era suficiente para llevar una existencia propia de un buen y fiel hijo.

Que Dios nos ayude a acercarnos lo mejor posible al pensamiento espiritual de San Rafael Arnáiz, el hermano Rafael. Y, de paso, le pedimos que  interceda por nosotros. 

VIII-Dios-y-mi-alma 

Saberse amado por Dios

6 de enero de 1938 – jueves

“Por la mañana de este día tuve gran consuelo y mucha paz en la santa comunión. Estuve un gran rato muy recogido; vi con claridad que sólo Jesús puede llenar mi alma y mi vida.

Hubiera querido ofrecer a Jesús Niño algo…, algo que no tengo. Hubiera querido morir en su presencia olvidándome de todo, y solamente amándole… ¡Qué bueno es Dios!

No habían pasado tres cuartos de hora, cuando no lo sé, ni me lo explico, una angustia muy grande llenó mi espíritu. Mi alma se derramó en lágrimas en la capilla del noviciado. ¡Señor, soy un pobre hombre!

¡Me vi tan solo!… ¿Y mi fervor?… ¿Y mis ansias de Dios y desprecio del mundo, dónde se fueron?… ¿Por qué me dejas, Señor?… ¿Qué haré yo sin Ti? Me da pena de mi mismo al verme tan débil.

Al hacer el examen por la noche, comprendí muchas cosas, que no acierto a escribir.

Dios es muy bueno conmigo.”

A pesar de las circunstancias por las que pasa el hermano Rafael todo apunta hacia Dios. Sólo a fe sostiene a quien se sabe poco ante su Creador. Y así lo refleja en este su diario.

Para Rafael, saberse amado por Dios es la clave de una vida en la que trata de agradar al Padre con su comportamiento, con su pensamiento.

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4.11.15

“Reflexiones acerca del sentido de nuestra fe"- Sembrar nuestra fe católica.

“Reflexiones acerca del sentido de nuestra fe"- Sembrar nuestra fe católica.

Proceloso viaje de la Esposa de Cristo

La expresión “Estos son otros tiempos” se utiliza mucho referida a la Iglesia católica. No sin error por parte de quien así lo hace. Sin embargo se argumenta, a partir de ella, acerca de la poca adaptación de la Esposa de Cristo a eso, a los tiempos que corren o, como dirían antiguamente, al “siglo”.

En realidad siempre son otros tiempos porque el hombre, creación de Dios, no se quedó parado ni siquiera cuando fue expulsado del Paraíso. Es más, entonces empezó a caminar, como desterrado, y aun no lo ha dejado de hacer ni lo dejará hasta que descanse en Dios y habite las praderas de su definitivo Reino.

 Sin embargo, nos referimos a tal expresión en materia de nuestra fe católica.

 ¿Son, pues, otros tiempos?

 Antes de seguir decimos que Jesús, ante la dificultad que presentaba la pesca para sus más allegados discípulos, les mostró su confianza en una labor gratificada diciéndoles (Lc 5,4)

 ‘Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar.’

Quería decirles Jesús que, a pesar de la situación por la que estaban pasando siempre había posibilidad de mejorar y que confiar en Dios era un remedio ciertamente bueno ante la misma.

El caso es que, como es lógico, las cosas han cambiado mucho, para el ser humano, desde que Jesús dijera aquellas palabras u otras de las que pronunció y quedaron para la historia del creyente católico como Palabra de Dios.  Por eso no es del todo extraño que se pueda lanzar la pregunta acerca de si estos son otros tiempos pero, sobre todo, que qué suponen los mismo para el sentido primordial de nuestra fe católica.

Por ejemplo, si de la jerarquía eclesiástica católica se dice esto:

Que le asusta la teología feminista.

Que es involucionista.

Que apoya a los sectores más reaccionarios de la sociedad.

Que participa en manifestaciones de derechas.

Que siempre ataca a los teólogos llamados progres.

Que deslegitima el régimen democrático español.

Que no se “abre” al pueblo cristiano.

Que se encierra en su torre de oro.

Que no se moderniza.

Que no “dialoga” con los sectores progresistas de la sociedad.

Que juega a hacer política.

Que no sabe estar callada.

Que no ve con los ojos del siglo XXI.

Que constituye un partido fundamentalista.

Que está politizada.

Que ha iniciado una nueva cruzada.

Que cada vez está más radicalizada.

Que es reaccionaria.

Y, en general, que es de lo peor que existe.

Lo mismo, exactamente lo mismo, puede decirse que se sostiene sobre la fe católica y sobre el sentido que tiene la misma pues, como los tiempos han cambiado mucho desde que Jesús entregó las llaves de la Iglesia que fundó a Pedro no es menos cierto, eso se sostiene, que también debería cambiar la Esposa de Cristo.

Además, no podemos olvidar el daño terrible que ha hecho el modernismo en el corazón de muchos creyentes católicos.

Por tanto, volvemos a hacer la pregunta: ¿son, éstos, otros tiempos para la Iglesia católica?

 

“Reflexiones acerca del sentido de nuestra fe – Sembrar nuestra fe católica

 

Desde el exacto principio de la Iglesia católica había algo que se debía entender: Cristo envía a sus discípulos al mundo no a vivir en él sin hacer nada sino, al contrario, a transmitir la Buena Noticia que se centraba en el hecho de que el Reino de Dios había llegado al mundo.

Sabemos, por tanto, que la principal misión (todo se deriva de la misma o todo nace a partir de ella) es evangelizar o, lo que es lo mismo, trasladar al mundo que Cristo vino al mundo a salvar a la misma humanidad.

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3.11.15

Y Lolo subió al Cielo

Dies Natalis del beato Lolo

 Es común escuchar en muchos funerales como el sacerdote oficiante cae en  un error que no es poco corriente: dice que el fallecido ya está en el Cielo con Dios.

Decimos que es un error porque, primero, no se sabe en su totalidad la realidad espiritual de quien ha muerto pero, en segundo lugar, no sabemos qué consideración tendrá Dios con su alma. Por tanto, y en resumidas cuentas, es difícil determinar si una persona, así de repente, ha subido al Cielo cuando ha muerto.

Es bien cierto que esto se puede decir para tratar de consolar a la familia de la persona fallecida. Sin embargo, mejor sería que se advirtiera (para los vivos) que hay que tener en cuenta la totalidad del comportamiento de una persona para determinar, en su Juicio particular, cuál es su destino eterno. Pero así, de repente, decir que un alma ha subido al Cielo sólo puede hacerse de aquella de la que pueda decir que sobre ella recaía la llamada “fama de santidad”. Es decir, que sólo (y aun así no lo sabemos) en tales casos el sacerdote se podría aventurar a decir que, en efecto, el hermano fallecido, está en el Cielo.

Pero, como decimos, está la fama de santidad.

Es fácil entender qué se quiere decir con esto. Y es que sobre una persona creyente católica es posible que concurran tales dones y gracias espirituales que le hayan hecho llevar una vida santa. Eso, como podemos comprobar, no es fácil. Sin embargo, Dios Padre Todopoderoso hace que sí lo sea en determinados casos.

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2.11.15

Recordemos a las Benditas almas del Purgatorio-Purificatorio

  

Quien esto escribe no puede negar, ni quiere, que las benditas almas del Purgatorio-Purificatorio tienen un lugar muy importante en su corazón. Tal es así porque, a sabiendas de que hay muchas que no puede hacer nada por sí mismas que no sea esperar que se limpien sus manchas para poder subir al Cielo, no se me ocurre nada mejor que pedir siempre que pueda por ellas. Y es que, por decirlo así, están bastante indefensas en tal sentido.

En un día como hoy, que la Iglesia católica dedica especial a acordarse de las almas que se encuentran entre el Cielo y la Tierra,  no podemos, ¡qué menos! que orar por ellas. Lo hacemos, primero, porque lo necesitan; segundo, porque lo merecen; tercero, como diría San Josemaría, porque nos da la santa gana. Por eso decimos esto que sigue.

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1.11.15

La Palabra del Domingo - 1 de noviembre de 2015

 Biblia

Mt 5, 1-12a.  

“1 Viendo la muchedumbre, subió al monte, se sentó, y sus discípulos se le acercaron. 2 Y tomando la palabra, les enseñaba diciendo: 3 «Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos. 4 Bienaventurados = los mansos =, porque = ellos poseerán en herencia la tierra.= 5 Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados. 6 Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos serán saciados.7 Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.      8 Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.      9  Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios. 10 Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos. 11 Bienaventurados seréis cuando os injurien, y os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa. 12  Alegraos  regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en los cielos.”

 

COMENTARIO

Bienaventurados seamos

Cristo enseñaba. Había venido al mundo, enviado por Dios, para hacer algo tan sencillo y difícil como es enseñar. ¿Y qué debía enseñar?

Podemos decir lo más sencillo de todo: cómo salvarse. Jesús enseñaba cómo llegar al Cielo. Y, para eso no bastaba con querer llegar sino que se debía ser de alguna manera. En algo concreto, pues, resume el Hijo de  Dios su amor por el hombre: enseña cómo salvarse.

Todos aquellos que le escuchaban conocían, con toda seguridad, la Ley de Dios que el Creador había entregado, hacía ya muchos siglos, al profeta Moisés. En aquel monte donde subió a hablar con el Todopoderoso había recibido lo que era puesto por el Señor para que el hombre, su criatura más perfecta, pudiera caminar por el mundo de una manera adecuada y acorde con la voluntad de Quien todo lo creó.

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